Mañana se cumplen cuatro años desde que abrí este blog literario 'Maleta de libros'. Tengo mucho que agradecer no solo a los autores que han pasado ante el micrófono y mis preguntas, también a los colaboradores que han aportado tiempo y esfuerzo con sus reseñas a lo largo de estos años. Pero, sin lugar a dudas, tengo que dar las gracias a los lectores de este blog ya que habéis sido vosotros los que habéis impulsado visita a visita, semana a semana el que este blog sea lo que es hoy.
Gracias.
Para conmemorar este aniversario he elegido esta entrevista que no aparecerá en otro medio, solo en este blog en exclusiva. Y puestos a elegir a quién entrevistar para la ocasión me he decidido por el escritor y polifacético artista, así, en general, Roberto Malo. Tuve la ocasión de conocerlo en persona después de 'conocerlo' virtualmente mucho antes. Hemos colaborado en algún proyecto y me siento afín a su estilo literario.
Acaba de publicar un libro infantil, muy en su estilo, titulado 'Las fiestas del Pilar' (La Galera, 2016) que seguro hará las delicias de muchos viniendo de este zaragozano incombustible. Pero la entrevista me la concedió por el libro que me regaló, dedicó (en su visita a Valencia) y leí este verano, 'La marea del despertar' (Hegemón, 2007). Un libro que os recomiendo tanto o más que conocer a Roberto.
Para dormir, nada mejor que nos canten una nana, pero no hay nanas en
esta novela aunque sí música, no precisamente para dormirse. Háblanos de la
presencia de la música en esta novela, desde el grupo musical, la letra de un
par de canciones, la aventura en Hamelin, hasta ese saxo del protagonista, ¿un
guiño premeditado tal vez?
Así es, la presencia de la música
es muy importante en la novela. El protagonista es músico, algo que a mí me
hubiera encantado ser en otra vida. En ésta no ha podido ser (Dios no me ha
llamado por ese camino), no tengo ningún oído musical, vaya. Y a veces la
literatura sirve para vencer a las frustraciones. Si yo no soy músico en el
mundo real, por lo menos que algún personaje mío lo sea. Por otro lado, para la
trama de la historia le venía muy bien que el protagonista tuviera un grupo
musical, que se encontrara en verano, con conciertos y ensayos, con tiempo libre
para poder encarar la aventura que se le viene encima…
Ya sumergidos en esta onírica ‘La marea del despertar’ decir que es una
novela ágil, con un lenguaje también rápido, espontáneo, al que le aparecen de
tanto en tanto expresiones de pura ironía o sarcasmo, ¿es algo que contagias en
tu forma de escribir, parte de ti mismo reflejado en tus personajes?
Me encanta el humor en la
literatura, y a mí se me cuela aunque no lo busque. Para mí escribir es un
juego, y me gusta divertirme y que los lectores se diviertan. Tenía muy claro
que esta novela tenía que ser muy excesiva, muy desaforada. Además, en una
novela de humor, cuando metes algún giro dramático, sorprende mucho más, ya que
quizás no lo esperas, y para mí el sorprender al lector también es importante.
También he querido ver cierto gesto metaliterario, no ya solo con
Hamelin, por el cuento, sino con el de Caperucita y el Lobo, el cuento de la
lechera o Calderón de la Barca.
Bueno, me encantan los cuentos
populares, como cuentista que soy, y los juegos metaliterarios también, qué
caramba, dan mucho juego. Por otro parte, en toda obra literaria es normal que
haya referencias de todo tipo. Hamelin, por ejemplo, me venía muy bien al ser
saxofonista el protagonista.
Pero si hay un elemento vertebrador más allá de la fantasía en ‘La
marea del despertar’ es todo el componente onírico rayando en lo surrealista,
coméntanos en qué o en quién te inspiraste y si hay algo de material propio en
esta historia.
La idea central de la novela es
una inmersión total en el mundo de los sueños. Los sueños es un tema muy
recurrente en mi obra. Ya en mi primera novela, “Maldita novela”, un personaje
llevaba un diario de sueños. Mi último libro de relatos, “Los soñadores”, se
compone de quince relatos autónomos, independientes, pero todos con el nexo
común de los sueños. En fin, que lo onírico me va, me va. Y en “La marea del
despertar” intento que el lector se vea envuelto en sueños, rodeado de ellos
por completo. Resulta una experiencia fantástica, muy surrealista, en todos los
sentidos. Y son sueños inventados para la historia, pero salpicados de imágenes
soñadas de verdad. Como en toda novela, supongo que hay mucho de fantasía y
algo de realidad (aunque en este caso sea soñada).
Si antes he hablado de guiños y gestos, podría preguntarte por algunos
elementos que me han llamado la atención, aunque me detendré, por si quieres
comentarlos, en los colores dominantes, a mi juicio, en esta historia: el negro
y el rojo.
Vaya, pues entonces es una novela
muy Stendhal, y yo sin saberlo. Lo cierto es que la novela yo la veo en color,
igual que sueño en color (hay gente que dice que soñamos en blanco y negro), y
el aspecto gráfico o visual es muy potente. Mucha gente me decía que “La marea
del despertar” daría para una buena película o para un buen cómic, y lo del
cómic será una realidad dentro de un tiempo (cuando el dibujante lo acabe de
dibujar, vamos).
De izda a dcha: Roberto Malo, Ginés J. Vera, Veronica Leonetti y Joe Álamo |
A punto de despertar de este cuestionario, en tanto abro los ojos poco
a poco al blanco del folio, viene a mí un nombre propio muy concreto que
mencionas en la novela: Norman Bates. La foto (tuya) de la solapa creo que
tiene algo que ver con este personaje, no sé si también con cierta afinidad por
el género del terror. Ahí lo dejo entre el albor del punto final.
Sí, en un momento dado de la
novela se menciona a Norman Bates, y como bien dices en la foto de la solapa
salgo retratado imitándole cuando mira a cámara de esa manera tan peculiar en
la última escena de la película “Psicosis”. Es otro guiño. Y sí, me encanta el
terror. Como diría Clive Barker, “no hay placer como el terror”. Es un género
maravilloso. He escrito muchos relatos de terror, y alguno de ellos me ha dado
grandes alegrías. “La marea del despertar” es una novela pesadillesca, de
alguna manera, pero con mucha fantasía y humor. Lo cierto es que me interesan
todos los géneros populares (terror, fantasía, ciencia ficción, policiaco, etc.)
y mezclarlos según convenga. ¡Hasta la próxima mezcla!
Roberto Malo (Zaragoza, 1970) es escritor, cuentacuentos y animador
sociocultural. Ha publicado los libros de relatos "Malos sueños"
(Certeza, 2006),"La luz del diablo" (Mira, 2008), "La sonrisa del león"
(Dissident Tales, 2015, con ilustraciones de Javi Hernández) y "Los
soñadores" (Pregunta, 2016); las novelas "Maldita novela" (Mira, 2007),
"La marea del despertar" (Hegemón, 2007), "Los guionistas" (Eclipsados,
2009),"Asesinato en el club nudista" (Nalvay, 2011, ilustrada por
Abraham Pérez), "El último concierto de David Salas" (Pregunta, 2013) y
"El rayo rojo" (Dissident Tales, 2014, ilustrada por CalaveraDiablo); el
disco "A escondidas" (Pregunta, 2014), doce canciones de David Salas
con música de Juan Verón y letras de Roberto Malo; como guionista, los
cómics "Veo por ti" (Cornoque, 2015), dibujado por Chema Cebolla, y "Los
guionistas" (Cornoque, 2016), dibujado por Moratha; los albumes "Leo
Circus" (Kelonia, 2014), escrito en colaboración con J. E. Álamo e
ilustrado por Verónica Leonetti, "Los tres reyes" (Dissident Tales,
2015), escrito en colaboración con Jesús Mesa y Daniel Tejero e
ilustrado por Teresa del Río, y "Las Fiestas del Pilar" (La Galera,
2016), ilustrado por Blanca Bk; y los libros infantiles (escritos en
colaboración con Francisco Javier Mateos) "Tanga y el gran leopardo"
(Comanegra, 2009, ilustrado por David Laguens), "La madre del héroe"
(OQO, 2011, ilustrado por Marjorie Pourchet), "El príncipe que cruzó
allende los mares" (Nalvay, 2012, ilustrado por David Guirao),
"Abaskhia, el muchacho que quería enseñar a hablar a las vacas" (Delsan,
2012, ilustrado por David Laguens), "El pastel de la buena suerte"
(Delsan, 2013, ilustrado por Ignacio Ochoa) y "El rey que no podía dejar
de estornudar" (Edebé, 2014, ilustrado por Blanca Bk).