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domingo, 20 de julio de 2014

JESÚS FERRERO: «No me gusta crear narradores moralistas».

Entrevisto a Jesús Ferrero reciente ganador del VII premio Logroño de Novela por su obra 'Doctor Zibelius' (Algaida, 2014). Ferrero nació en Zamora, aunque pasó su infancia y adolescencia en el País Vasco, para luego estudiar en la Universidad de París. Considerado como uno de los mejores exponentes de la literatura española contemporánea ha publicado novelas tan conocidas como 'Bélver Yin', 'La noche se llama Olalla' o la obra 'Las trece rosas', entre otras. Ha ganado diversos premios literarios como el Ciudad de Barcelona, el Azorín, el Premio Fernando Quiñones o el Anagrama de Ensayo por 'Eros y Misos'.

Esta es una novela de personajes, háblenos del doctor Zibelius y Markovi, lo real y lo especulativo.

Yo creo que toda novela tiene algo de especulación, hasta en la novela más realista todo es especulación. La imaginación funciona igual cuando tienes que describir este salón, cuando lo estás viendo, que cuando lo estas concibiendo en el lenguaje: lo tienes que reconstruir, tienes que hacer una copia más o menos naturalista, pero para hacer esa copia el motor va a ser la imaginación. Una novela como esta, en una novela conceptiva, la imaginación tiene que obrar de la misma manera.
Lo real que circula en el intertexto de esta novela es que se llevan haciendo operaciones de trasplante de cabeza, independientemente de que la gente lo sepa o no, desde los años 50, por lo tanto no estamos ante un hecho de ficción científica absoluta. Y cuando me dicen: ‘Ah, te has inspirado en Frankenstein…’ Y, no; tú te incluyes en esta tradición, tu novela encaja de esta tradición y lo aceptas, pero esto no es el doctor Frankenstein porque no me he tenido que inspirar en la literatura sino en la realidad, me he tenido que inspirar en la realidad de la  medicina pura y dura.  Es decir, que ya en la Unión Soviética se realizaron trasplantes de cabeza con relativo éxito, que en América en el año 72 el doctor White ya llevó a cabo un trasplante de cabezas en monos con relativo éxito incluso ha seguido y ha seguido. Tres escuelas, la Escuela de neurocirugía italiana, la de Méjico y la de Estados Unidos ya se están planteando  con absoluta normalidad.
Entonces eso es lo real, lo ya imaginado es concebir unos personajes, crearlos desde el principio con nombres y apellidos, con sus deseos con sus manías, que van a llevar a cabo el trasplante del cerebro. La idea ni siquiera está en la literatura, la idea es de la medicina. Y que además es una historia que dentro de la medicina ya tiene un largo recorrido, y es fantasía la parte pasional que vas creando con personajes inventados, pero haciendo ficción de algo que, como en todas mis novelas, tiene una base real.

Los temas médicos tienen algo de morboso, de atracción, si hablamos de la posibilidad de trasplante de cerebros todavía más, claro.

Lo puedes llamar morboso, el concepto de morboso es como una especie de placer un tanto inconfesable, un poco vergonzoso, pero que te atrae y las historias de médicos siempre van a tener eso. Yo cuando era niño uno de los juegos que solía proponer con niñas era jugar a médicos y enfermeras. Luego parecia que ya solo con ello con mencionar lo de jugar a médicos y a enfermeras se creaba un contexto erótico muy interesante.
 El médico ha sido un personaje muy importante en la historia de la literatura realizando siempre un papel muy diferente en cada género. Por ejemplo, en la novela romántica es un caballero, tiene dinero, puede ser incluso de Gijón o de Madrid, pero siempre es un caballero. En la novela negra ya tiene un papel más ambiguo. En la novela fantástica es un malvado terrible e iluminado que busca gobernar el mundo, incluso. Era importante salirse de todos estos tópicos, dibujar un doctor especialmente malvado, que puede ser ambicioso pero no lo oculta. ¿Por qué tiene que ser castigado?
 Nuestra moralidad que entra de lleno en la literatura siempre castiga al artista, al médico, a los científicos que quieren imitar a dios. Si para cualquier religión dios es el elemento creador primero, el gran arquitecto, imitarlo es lo peor que podemos hacer, es decir convertirnos en creadores. Y en un sentido yo no voy a castigar al creador independientemente de que se mueve en la medicina o en el terreno de la fe. 
 No me gusta crear narradores moralistas que le van indicando al lector una determinada ética. No, yo te cuento una historia, yo no te voy a explicar nada, yo te lo voy a mostrar. La novela no juzga, muestra. No lo castigo, es un hombre amable y divertido, tiene una peculiaridad: que es asexual; pero atención, en la novela explica por qué razón es asexual y sublima toda la energía de la sexualidad en su labor creativa médica, por eso su vida está como llena de sexualidad sin que practique el sexo directamente porque esta sexualidad latente se convierte en potencia creadora y en potencia seductora también. Pero luego aparecen otras personas que son plenamente sexuales, es una novela en la que aparecen todos los rasgos de la sexualidad, desde la más normalita a otros que la viven aparentemente ajenos a ese mundo. Todo esto ¿para qué?, para crear matices con los personajes y también para desmarcarme.

¿Hay todavía cierta información confidencial clasificada sobre los experimentos del doctor Zibelius en Madrid?

Es un juego literario que hago. Es una metáfora, quería que fuese como una metáfora de algo muy evidente. De lo que ocurre en Medicina, en Física, en Astrofísica… nos enteramos como mucho en un uno por ciento, todo es como información secreta; nos enteramos de las cosas de repente y hasta el sexo en nuestro código personal no deja de ser una información secreta, pero ahí lo veo evidente.

Muchas gracias y mucha suerte, Jesús.

Por Ginés J. Vera.

2 comentarios:

  1. Gracias de nuevo por la fantástica entrevista. Además, en esta ocasión con un autor con el que quiero estrenarme pronto, que tengo su Doctor Zibelius esperando en la estantería.
    Besotes!!!

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    1. Hola Margari, siempre tan puntual en tu visita a Maleta de libros, muchas gracias. Creo que te gustará este libro. La verdad es que siempre es una gozada entrevistar a un escritor (y si uno es también un humilde juntaletras, más), lo digo porque en entrevistas como la de Jesús Ferrero no solo está lo que se sube en forma escrita a los medios, a este blog, por ejemplo, luego está lo que queda antes y después de la conversación, las pequeñas confidencias y complicidades. Un saludo y de nuevo te animo a leer Doctor Zibelius.

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