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domingo, 5 de julio de 2015

AL OTRO LADO DEL CRISTAL, de Juan Manuel Peñate Rodriguez



Al otro lado del cristal es un libro de relatos que, de entrada, debo matizar cayó en mis manos hace tiempo. Parece paradójico que habiendo hace poco entrevistado a su autor, Juan Manuel Peñate Rodriguez, venga hoy a hablar del libro. Más curioso puede parecer que haya afirmado que se trata de un libro de relatos cuando en él los lectores van a encontrar historias cortas de la mano de otras que bien podrían entrar en la categoría de novela corta.

El primer relato es 'La pala’, y aunque a mi falible opinión es el que más he disfrutado no quiero con esto restar interés narrativo al resto de las historias. Confesé al autor que me evocaba con la debida distancia, al relato La lotería de Shirley Jackson, las razones se las dejo al lector, obviamente.

‘Dios Roco’ es a mi juicio otro relato muy a tener en cuenta, sobre todo conforme vamos descubriendo la naturaleza de los personajes, quizá el destacarlo sea por el poso que deja al terminarlo, casi a modo de reflexión sobre la perspectiva de la realidad vivida.

Me permito un salto en el orden secuencial a como están dispuestos los relatos en el libro para hablar de ‘Touchdown’, vuelve a sorprenderme el juego de incógnitas frente a las distintas peripecias de los cuatro protagonistas y, aunque el final me recuerde a un jefe de pista circense para llamar al respetable a seguir atentos a la función, he de admitir que tiene un estilo atractivo y vitalista (no descarto que algún avezado lector me tilde de caer en una sutil paradoja).

Junto con el relato inicial, me he sentido especialmente cómodo leyendo el relato largo (92 páginas) que da nombre al libro, me refiero a ‘Al otro lado del cristal’. Las dos protagonistas tejen una historia bien traída en el escenario que Peñate crea a modo de caja china donde la fuerza narrativa cae sin duda en las decisiones y motivaciones de ambas hermanas: Laura y Jana.

Dejo a opinión de los lectores que se demoren en la lectura de los tres relatos restantes: ‘El jugador pesimista’, ‘Tercera planta, por favor’ y ‘En la celda de colores’.

En todos los relatos el autor ha querido experimentar y dejar que el lector siga la pista, no solo se entretenga, también hacerle partícipe del juego de la seducción argumental a través de la sorpresa y el lenguaje nada rebuscado, lo cual es siempre de agradecer.

Para quienes quieran saber algo más del autor, aquí dejo el enlace a la entrevista que me concedió.

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