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lunes, 14 de septiembre de 2015

GUILLERMO ROZ: «La escritura es una vida de repuesto mucho mejor que la vida general».



Fue un auténtico placer conversar con el escritor Guillermo Roz en un hotel de Valencia, de poder entrevistarle y departir de literatura, del amor y de la muerte como se aprecia en los siguientes párrafos. Guillermo Roz (Buenos Aires, 1973) ha publicado, entre otros: ‘Tendríamos que haber venidos solos’ (Premio Nuevo Talento Fnac) en 2012, y ‘Les ruego que me odien’ (I Premio de narrativa Francisco Ayala) en 2013. Recientemente le ha sido otorgado el XVI Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones por su novela ‘Malemort, El Impotente’ (Alianza Editorial, 2015) por la que le entrevisto a su paso por Valencia. 

Felicidades por el premio antes que nada. Comencemos, si le parece, por este galardón concedido a ‘Malemort, El Impotente’. ¿El jurado debe cuidar las obras que premia? ¿Lo que hace importante es el premio al autor o viceversa? Borges se enorgullecía más de los libros que había leído, decía, que de los que había escrito. Con los premios literarios ¿pasa algo parecido?

Es una bonita pregunta, yo quiero creer que cuando se crea un premio se crea con la voluntad de que los premiados engrandezcan el premio, en mi caso siento que es la oportunidad de formar parte de una lista de consagrados de la que no formo parte de algún modo, pero sí es la puerta abierta o entreabierta para pasar a una fiesta diferente. El premio Fernando Quiñones es uno de los más prestigiosos de este país y el puro nombre se Fernando Quiñones como figura emblemática de la libertad, del viaje, del riesgo literario a mí me llena de orgullo.

Esta es una historia de amor en tres escenas, destaco así esta frase: ‘El amor a veces imita a la vida y logra abrirse camino’.

Sí, el amor es quizá la piedra, como diría Alejandra Pizarnik, la locura de la vida, la locura en los sentidos más bonitos y más terribles; el amor a veces logra abrirse camino y es la gloria más extraordinaria que puede vivirse en la vida y en el caso personal de quien habla, el desamor, la tragedia sentimental es el punto más horrible. El desamor es como romper, hacer estallar, dinamitar a una persona; una persona no querida es una persona inexistente.

Si el amor imita a la vida el desamor ¿a qué imita?

El desamor imita a la muerte, sin ninguna duda, dejar de amar y dejar de ser amado es morirse. La vida es tan generosa que incluso dentro de sus días va la muerte o pequeñas muertes o muertes no definitivas, que son el desamor. La parte bonita de la anécdota, del circuito es que quien supera un fracaso sentimental, si es que eso es posible, tiene la posibilidad de que esa experiencia mortuoria lo haga más vivo, lo reviva, le dé más alas a esa luz intima que todos tenemos que es el amor propio.

Hay una cita que me viene ahora, dice algo así: ‘La muerte segura de su victoria nos da toda una vida de ventaja’.

Sí, claro; la muerte es ese animal seguro que nos comerá al final del camino, al final del libro no sé, al final del libro sí. La muerta es una de las inspiraciones más fuertes de la literatura: Eros y Tánatos, y este libro es básicamente una celebración de los dos. Son las dos caras de la misma moneda, es como el acto sexual que tiene tanto de gloria como de pequeña muerte, ¿no?, como dicen los franceses. Por eso ser impotente es uno de los lados y quedarse justamente aniquilado, muerto en vida. Malemort es también una mala muerte o como macho muerte, sugiero con el título a la ambigüedad voluntaria.

El padre de Malemort le regala antes del gran viaje dos libros, uno de ellos es ‘De la Tierra a la Luna’, de Julio Verne. 

Porque tiene que ver con mi historia personal, ‘De la Tierra a la Luna’ fue mi desvirgamiento hacia la conmoción de la imaginación escrita, me lo regalaron para el día que cumplí 12 años. La portada la recuerdo, el dibujo, ¿no? y me pareció imposible que hubiera gente que pudiera hacerme sentir apenas con dibujitos -y cuando hablo de dibujitos hablo de la letra dibujada con simbolitos-, que yo pudiera al pasar las páginas con cierta tensión viajar a la luna. 

Me parece que lo que el padre de Malemort significa aquí, representa aquí la posibilidad única que tiene el arte como inspirador para la vida, no como registrador de la vida sino como inspirador para la vida. Los artistas nos ayudan a vivir una vida más hermosa. 

‘El dolor nos obliga a volar, la traición nos obliga a volar… Hay viajes obligados’.

Hay viajes obligados, la vida es un viaje obligado, la obligación de ser, de existir, es un asunto en el que no nos detenemos, pero qué cosa tan terrible ¿no?, que nos sucede todos los días, que se nos imponga. Por eso, cuando somos felices en algún u otro momento de la vida sentimos esa sensación de irrealidad, porque cualquiera, el suelo que nos toca pisar es el del dolor, casi como en una semblanza budista de trabajar en un escenario en el que el dolor estaba.

La novela está basada en un hecho real, la Conquista o Campaña del desierto por el ejército argentino, ‘unos invasores que apenas sospechaban la verdadera naturaleza de sus enemigos’.

Si, la nación argentina ha perdido por eliminación casi total todo aquello que en el Norte o el Centro de América se ha ganado, que es una herencia; los argentinos no tenemos herencia porque la aniquilamos, nos hemos dado cuenta tarde, no hemos hecho una memoria histórica de ese momento histórico. Así como sí se puede decir que se han hecho bien las cosas en los últimos años en derechos humanos de la tragedia con la dictadura argentina de los años setenta, pero no del siglo XIX.

Muchas gracias y mucha suerte, Guillermo.
Por Ginés J. Vera.

2 comentarios:

  1. Ays, que esta entrevista me recuerda que tengo una deuda pendiente con Julio Verne. Y voy a tener que animarme a descubrir a este autor, que creo que me va a gustar mucho.
    Besotes!!!

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    1. Hola Margari. A Julio Verne lo leí de joven, creo que diez novelas como poco; una de ellas durante el bachillerato creo que hizo que me decidiera a escribir, al menos sirvió para que en una reunión de padres, una de las pocas a las que acudió mi madre, la profesora me ensalzara como un ávido y crítico lector. Una alegría para mi madre, lástima que cuando la profe le dijo que entre las 'opciones de futuro' para mí al acabar los estudios fuera la de escritor no le hizo gracia.
      Anécdota aparte espero que si te acercas a Guillermo Roz, a su novela, vengas de nuevo y dejes tus impresiones.
      Gracias y un saludo.

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