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lunes, 26 de octubre de 2015

SERGI N. CASTELLANOS: «Los viajes que narro han sido experiencias reales, tintadas del matiz de la historia irreal».



Esta semana el entrevistado es Sergi N. Castellanos. Graduado en la Hochschule für Musik und Theater de Múnich, Castellanos es bailarín profesional en el Ballet Nacional de Praga. Ha trabajado en el Ballet Nacional de Finlandia y en el Ballet Estatal de Baviera (Alemania). Pianista y compositor de música, apasionado lector, dedica el tiempo libre a escribir poemas y relatos. Amante del mar y los viajes, ‘El Barco de Marfil’ (Opera prima, 2015) es su primera novela, escrita en la primavera de 2014 y que he reseñado recientemente en este blog.

¿Cómo surgió la idea de escribir una novela y además enclavarla en el mar, en la Europa de principios del s. XVIII?
Empecé esta novela cuando estudiaba ballet en Múnich, tenía 18 años. Tuve una especie de revelación cuando visité el Deutsches Museum y vi un barco pequeño de marfil. Mi mente simplemente lo escaló a tamaño real. Al pensar en periodos históricos importantes me vino a la mente la guerra de sucesión y empecé a estudiar las posibilidades que tenía de inventar unos personajes en ese contexto.
  Además, debo añadir que el segundo, el tercer y el cuarto capítulo fueron escritos en Helsinki. Pero fue en Praga cuando al fin pude ponerme manos a la obra y acabar toda la historia. Un total de 5 años de viajes y experiencias. 

Las historias se van sucediendo capítulo tras capítulo por voz de un narrador que a su vez las oye de otros, como las leyendas, ¿fue difícil llegar a este narrador, en qué momento decidió que era la mejor forma de narrar esta novela así?
Cada inicio de capítulo tiene un componente único que sólo pueden entender los bailarines: Las Audiciones. Cada bailarín sabe muy bien lo que supone ir durante mucho tiempo buscando trabajos a muchos sitios del mundo. Los viajes que narro han sido experiencias reales, tintadas del matiz de la historia irreal. Era una forma fácil de hacer mías las aventuras descritas. Este recurso era muy común en los libros de caballería. Nótese que ‘El Quijote’ ha sido la obra-referencia en esta novela, con la diferencia de su tema. 

Una de las aventuras de los personajes tiene que ver con la Batalla de Rande, también llamada ‘Batalla de Vigo’, precisamente en octubre solo que en 1702. Al final del libro se dan detalles de las naves y capitanes que intervinieron, ¿por qué eligió este episodio histórico concreto?
Bueno, supongo que de alguna forma debo ser crítico con el país en el que nací pero tuve que irme cuando cumplí dieciocho años por cuestiones laborales. España parece olvidar (o simplemente desconocer) cuánto se hizo en el pasado y de qué forma han ido evolucionando las cosas. La batalla de Rande me pareció entretenida y versátil para ser contada. Aunque debo admitir que utilicé la imaginación, y no las fuentes históricas con las que me informé, para escribirla. Es una pequeña licencia estilística que me he tomado, a dolor de los historiadores. 

Hilvano la pregunta interior con uno de mis autores de aventuras favoritos, Julio Verne, pues sí que hay cierta relación entre esta batalla y una de sus obras, Veinte mil leguas de viaje submarino. ¿También era uno de sus autores de infancia, qué otros le han inspirado a la hora de escribir?
Esta es una pregunta que esperaba recibir. Sabía que el capitán Nemo había recogido algunos tesoros que se me escaparon entre las aguas. Y en realidad este hecho hace quizás más curiosa la batalla. Sin embargo, Jules Verne no ha sido una inspiración para esta novela. Encontré suficientes recursos en la obra de obras; ya me he referido al Quijote y no es para menos. El narrador Cide Hamete Benengeli es la raíz de Madame Charlotte Mince (Berenjenas y Carlotas). Una gran cantidad de alusiones ocultas tienen relación con la obra maestra de Cervantes. Otras referencias menores pero bien entendibles son el Kalevala (la epopeya nacional finlandesa), algunos detalles descriptivos de ‘Las Aventuras de Sir Arthur Gordon Pym’ de E. A. Poe y, aunque parezca mentira, algunos videojuegos de estrategia marítima, económica y militar a los que soy bastante afín. 

De entre todos los personajes, además de los hermanos Erik y Halliah, me quedo con el capitán del Barco de Marfil, Adrian van Clemens, quizá por esa particularidad que le hace singular a ojos del lector, ¿de dónde tomó la inspiración a la hora de crearlos? El que sean tan multiculturales a bordo de un barco, un espacio reducido, ¿encierra en sí una metáfora sobre la comunicación y el entendimiento entre las personas?
Erik y Halliah surgieron de mi primera impresión de Escandinavia, como parece que queda claro en el primer capítulo. En diferente situación tuve la idea de Adrian van Clemens. Es quizás el personaje que más cambia a lo largo de la historia, y el que más profundidad muestra. Al fin y al cabo no queda claro dónde acaba el hombre-sin-destino y empieza el héroe que el lector espera. Es una mezcla de las caras de la fortuna, inestable, inexplicable. Un holandés errante que va en busca de su vida.
  Como bailarín debo admitir que es muy común relacionarme con gente de muchos lugares, por lo que el detalle de los viajes y la internacionalidad lo veo común y habitual. El Barco de Marfil actúa como un micromundo en el que la tripulación debe convivir sin remedio a escapar. Esta situación parece evidenciar la imposibilidad de la paz entre los humanos. 

He seleccionado una de las frases de la novela, pronunciada por Pere Albert en la que afirma: ‘la moraleja es que el dinero siempre llega a las manos de aquellos que ya lo tienen anteriormente’. ¿Está de acuerdo con ella? Habrá quienes pensaban así entonces y quienes lo piensen tres siglos después.
He de admitir que sí, creo que así es. Parece ser una cruel realidad. Pero no hay que sacar las cosas de contexto, ya que el dinero no da la felicidad. He querido ser crítico con algunos aspectos socioeconómicos que aunque parezca mentira han ocurrido desde que existe el ser humano, pero que no se repara en ellos por pensar que lo de hoy en día es único. Nada más lejos de la realidad, basta con darse cuenta de la gran cantidad de crisis económicas y catástrofes naturales que han asolado la existencia humana desde siempre. Entonces, ¿qué sacamos de limpio en esto?, se puede uno preguntar; lo cierto es que Pere Albert parece querer hacer pensar a los marineros sobre lo que desean hacer en su vida, porque dinero no hallarán de aquella manera. Pero sí una vida llena de aventuras, algunas buenas y otras no tanto. 

No escapo a la curiosidad de preguntarle por la relación entre su profesión, bailarín profesional de ballet y la literatura, ¿le leeremos pronto con alguna novela en tierra firme, quizá con un personaje más afín a las artes escénicas?
Esta es quizás la pregunta que más me ha gustado. Eso sí, la menos fácil de contestar. El ballet es quizás el arte de artes. Me explico, se puede considerar que la danza es el arte más genuino del ser humano, por hacerse con lo que uno es, el propio cuerpo. Pero el ballet clásico incluye a la danza música, escenografía, vestuario, iluminación, etc. Es por eso por lo que realmente siento pasión y me considero un privilegiado.
  Por otro lado tengo muchas otras pasiones. La literatura y la música (soy pianista y compositor) son quizás los campos que he arado más. He escrito relatos y poemas desde mi adolescencia, pero no han sido nunca publicados. Espero con el tiempo hacer las suficientes recopilaciones de ellos. Siempre he sido un amante de la lectura, por lo que las ideas siempre han fluido por mi mente constantemente. 
  Con respecto a futuras obras basadas en las artes escénicas… debo decir que aún no. Que es muy pronto para ello. Sin embargo, ofrezco la primicia de una nueva novela que sigue los pasos a esta primera, aumentando con creces el nivel estilístico y profundidad en los personajes. Mientras El Barco de Marfil pudiera tener un tinte juvenil, ésta segunda será una odisea que no dejará indiferentes a los lectores.

Muchas gracias y mucha suerte, Sergi.
Por Ginés J. Vera.

jueves, 22 de octubre de 2015

EL BARCO DE MARFIL, de S. N. Castellanos

Hoy me permito una reseña un tanto atípica a mi estilo habitual. El libro 'El barco de marfil' llegó a mí como colaborador en un medio de comunicación. Lo miré con interés ese día aunque por acumulación de lecturas durmió el sueño de los justos un tiempo. Llegado su turno hice el recorrido habitual, leer la contraportada, los datos del autor y comenzar la lectura con un lápiz a mano. Lo del lápiz, para quien tenga curiosidad, es por si detecto algo 'interesante' para mí o para (comentar a) la editorial o el autor, según el caso. 
   La cuestión es que me sorprendió gratamente esta novela de este autor novel. La disfruté; es más, me hice el guiño de comentar dos cosas cuando subiera la reseña, de ahí lo atípico del comienzo de esta. 
   La primera es ese capítulo que el autor encabeza como 'La mesa de Salomón'. Este fue el tentativo título de una novela que escribí hace años y guardé al terminarla con la esperanza de publicarla (o no) algún día. Una novela de argumento similar (a la mía) ganó un certamen literario de la mano de Jorge Molist por lo que ha quedado relegada en el olvido hasta que estos días leí 'El barco de marfil'. La otra curiosidad es que he esperado a hoy 22 de octubre a subir esta reseña porque en el libro también aparece esta fecha. En concreto, al hilo de la batalla de Rande, acaecida en las costas de Vigo en 1702 justo por estos días. 
  Hecha esta salvedad toca hablar del libro como tal, eso que los lectores queremos saber para decidirnos a comprarlo y leerlo.


   Me gustó la portada  (un navío de época con las troneras abiertas y fuego de cañones), aunque nunca he navegado en barco (y menos en uno de época) siento una fascinación por los viajes, por el mar y por las aventuras. Leí cada capítulo con interés, fui descubriendo a un narrador confesor de las historias que a su vez le habían contado, de tal manera que la novela palpita entre aventuras salpicadas de leyendas, con ese ‘barco de marfil’ que viaja mucho más allá de las aguas oceánicas. 
 Tanto Erik como Halliah (dos hermanos con los que arranca la primera leyenda), hasta el mismo capitán del Barco de Marfil, Adrian van Clemens, (un personaje singular, sin lugar a dudas) se verán en medio de aventuras insólitas y peligros mortales. Hago mía esa parte de la contraportada de que la historia se sitúa en 'el contexto de la Europa de principios del siglo XVIII, en la convulsión de la Guerra de Sucesión'.
   En el apéndice hay una relación de los barcos y capitanes que intervinieron en la batalla de Rande. Lo comento como curiosidad aunque en el libro hay muchas más aventuras.
   Estupendo debut literario de Sergi N. Castellanos.


Sergi Nicolau Castellanos nació en Valencia en 1990 y se graduó en la Hochschule für Musik und Theater de Múnich. Es bailarín profesional en el Ballet Nacional de Praga. Ha trabajado en el Ballet Nacional de Finlandia y en el Ballet Estatal de Baviera (Alemania).
Amante del mar y los viajes, apasionado lector, pianista y compositor de música, dedica el tiempo libre a escribir poemas y relatos. El Barco de Marfil es su primera novela, escrita en la primavera de 2014.

EL BARCO DE MARFIL
Sergi Nicolau Castellanos
Opera prima.
ISBN: 978-84-9946-363-6
Páginas: 204.

Por Ginés J. Vera

miércoles, 14 de octubre de 2015

ROLLY HAACHT: «Siempre he dicho que mi novela serviría mejor para una serie que para una película».



Entrevisto a una joven escritora oriolana que firma bajo el seudónimo Rolly Haacht. A sus 26 años se ha embarcado en el mundo literario con su primera novela, ‘Amor y Virtud’ (Editorial ADD, 2015), la primera de una trilogía de temática juvenil. Si la parte romántica está presente en la novela y en el título, la de virtud hace referencia, según la autora, a las cuatro virtudes para la estabilidad del alma de Platón: Prudencia, Templanza, Fortaleza y Justicia. Con todo, le preguntamos a Rolly Haacht por su novela ‘Amor y Virtud’.



¿De dónde surge el germen de esta novela? Tengo entendido que le cogiste cariño a los personajes antes de que saltaran al formato novela.

Sí, la verdad es que son unos personajes que han ido conmigo a lo largo de varios años. Surgieron del juego de los SIMS 2, de una de tantas historias que creaba para la comunidad sim de Fotolog. Un día vi un concurso literario y me propuse hacer una novela completa de la vida de estos personajes. Así fue como nació AMOR Y VIRTUD, y como yo me enamoré de todos y cada uno de ellos.

Lo de amor y virtud, en principio, suena a novela del siglo XVIII, a estilo victoriano, pero no, como mucho hay algo de Platón que puede sorprender a los lectores.

Me sorprende que me hagas esta pregunta porque, precisamente, eso es lo que pensé poco después de ver la película de ‘Orgullo y Prejuicio’, de la famosa escritora Jane Austen. Siempre había escuchado hablar de ese libro/película pero hasta hace unos meses no lo había leído/visto. Entonces me resultó familiar y me di cuenta de que ‘Amor y Virtud’ parecía una especie de secuela de ‘Orgullo y Prejuicio’. Así que sí, supongo que puede parecer una similitud, como muchas otras que me han mencionado y que yo ni siquiera conocía hasta después de haber escrito esta novela. Además, la época en la que se sitúa la historia está muy lejos de la época de la Regencia, y también el lenguaje.
Con respecto a Platón, si bien parece que puede ser una novela filosófica, no lo es en absoluto. La idea que plantea de las virtudes cardinales del filósofo no es más que una trama secundaria que acompaña a los protagonistas hasta el final, pero que a su vez, le da un toque muy especial a la hora de conocerlos un poco más.

Esta no es solo una novela, es el inicio de una trilogía. ¿Por qué te lo planteaste así y qué ventajas o inconvenientes crees que puede suponerle al lector el saber de antemano que vendrán dos libros más? Si gusta, ¿estarías dispuesta a una cuarta parte?

No me lo planteé nunca como una trilogía pues como he dicho, quería una novela para enviar a un concurso, sin más. Pero al terminarla me di cuenta de que no podía quedar así y, como ya me pasó con otras historias jamás publicadas, creo que no soy capaz de escribir un solo libro respecto a unos personajes. Me interesa mucho saber qué pasará después de la historia que narro, qué ocurrirá con las vidas de los personajes, así que aludiendo a la tercera pregunta, por supuesto que estaría dispuesta a una cuarta parte. ¿Por qué crees que empecé en el año 86? Necesitaba mucho margen por si se me ocurría llegar más lejos, jeje. Pero primero la trilogía y luego ya se verá.
Respecto a las ventajas, creo que si al lector le gusta la historia estará deseando que continúe, tal y como me pasó a mí al terminarla; y en cuanto a los inconvenientes, estoy obligada y obligo al lector a no conocer el verdadero final hasta el tercer libro y, entonces, se puede dar el caso de que haya lectores no dispuestos a esperar porque tal vez la primera parte no haya sido suficiente para engancharles a la lectura.

Los lectores tienen un papel bastante importante en el hecho de que esta novela haya visto la luz, creo que hubo una fase de primer contacto con el público muy satisfactoria.

Después de tener la novela registrada en el registro de la propiedad intelectual y destinada al olvido, un día me planteé ir subiendo capítulo a capítulo a mi blog. Sabía lo difícil que era que las editoriales te escuchasen a corto plazo así que pensé en que tal vez a través de internet podía saber si mi historia gustaba o no. Para mi sorpresa, unas cuantas chicas (amigas, compañeras de trabajo, de clase…) empezaron a seguirla y eso me motivó a llevar a cabo la autoedición/publicación. Ni qué decir tiene que también me dieron ánimos de empezar cuanto antes la segunda parte. Y por supuesto, tengo que hacer mención a Bea y a Mateo, que materializaron la primera edición de prueba de amor y virtud a modo de regalo de cumpleaños.

Decía antes que no es una novela victoriana, tampoco está ambientada en España sino en USA, concretamente en Utah entre 1986 y 1987, ¿qué más nos puedes contar, si no del argumento, de los personajes principales, aunque los secundarios también son esenciales en esta novela?

La novela está ambientada en EEUU y los personajes son estadounidenses porque así me lo imaginé en mi cabeza. Tal vez, la historia que quería contar, no podía ser contada a través de un escenario español. ¡Estoy demasiado influenciada por el sueño americano! Los personajes principales son totalmente distintos y están repartidos en tres familias. Dos chicos y dos chicas, con personalidades tan dispares que cualquier lector podría identificarse con alguna de ellas. Y los personajes secundarios… También son cuatro, y creo que llegan incluso a ser tan especiales como los protagonistas. Lo mejor de todo es que para conocerlos bien a todos hay que avanzar a través de las páginas, pues tantos personajes no es posible conocerlos en tan solo el transcurso de las primeras hojas.

¿Qué esperas que encuentren los lectores en ‘Amor y Virtud’, hay una historia que entretiene, que emociona, que tiene un fondo más allá de lo lúdico de su lectura?

Al principio del libro hay un comentario del autor (servidora) en el que dice: bienvenidos a un mundo lleno de apariencias. Lo que espero de los lectores es que agudicen sus sentidos para no juzgar a ninguno de los personajes a la primera de cambio. Y también espero que se diviertan con los capítulos más disparatados, que se emocionen en los capítulos más dramáticos y que se entretengan lo suficiente como para querer saber un poquito más sobre estas familias. 

Pregunta comprometida, ¿te atreverías a ponerle una banda sonora a esta novela? Si se llevase a la gran pantalla, ¿qué actrices y actores crees que encarnarían mejor los papeles y la filosofía de ‘Amor y Virtud’?

En relación a la primera pregunta, no. No me atrevería a ponerle banda sonora porque soy nula con respecto a la música. Y sobre la segunda cuestión… Me encanta que me hagas esta pregunta porque sueño con una película, aunque siempre he dicho que mi novela serviría mejor para una serie que para una película, por el transcurso de los acontecimientos a lo largo de todo un año. Podría dar nombre y apellido de los actores que yo creo que serían ideales para los personajes, pero decir eso sería como gritar a voces un spoiler a los futuros lectores. A todos los gusta imaginarnos a los protagonistas en nuestras cabecitas mientras vamos conociéndolos. Así que, tal vez, esta pregunta pueda responderla dentro de un tiempo, pero creo que todavía no es el momento.

Aun así, si alguien tiene curiosidad en hacerse una idea abstracta de los personajes, pueden visitar este link (http://amoryvirtud.com/2015/08/06/desde-la-vision-de-happy-every-day/), donde una de las lectoras realizó un dibujo –ficticio- de cada uno de los personajes.

Muchas gracias y mucha suerte, Rolly.

Por Ginés J. Vera.

 La escritora Rolly Haacht presentará este viernes, 16 de octubre, a las 19h 'Amor y Virtud'  en el Espacio Lector Nobel,  c/ Obispo Rocamora, 16 bajo en Orihuela (Alicante)

martes, 13 de octubre de 2015

JUAN FRANCISCO FERRÁNDIZ: «Muchas mujeres de la edad media y moderna se reunían para compartir conocimientos, remedios, confidencias y secretos».



Tenía una deuda literaria con Juan Francisco Ferrándiz. Nacido en Cocentaina (Valencia) llegué ‘tarde’ a lo personaje de Lewis Carroll para entrevistarle tras la publicación de su novela ‘Las horas oscuras’. Abogado en ejercicio, además de escritor, ha publicado recientemente su tercera novela, en ‘La llama de la sabiduría’ (Grijalbo, 2015) por la que le pregunto en esta entrevista agradecido y emocionado al descubrir tanto y tan bueno de la ciudad en la que nací y vivo desde hace años.

Primera pregunta obligada, ¿cómo surgió la idea de escribir una novela histórica emplazada en la Edad Media valenciana con esa premisa sobre el alma las mujeres?

Fue la fusión de dos ideas independientes que podrían haber derivado en dos historias totalmente distintas. Por un lado el fascinante camino que ha recorrido la mujer occidental durante milenios: desde la época minoica en Creta, su descenso a los infiernos con los griegos micénicos, las interpretaciones en la mitología, filosofía y religión, hasta el debate intelectual de la querella de las mujeres. Se puede intuir la existencia de un rastro muy sutil que es para mí uno de los mayores enigmas del pensamiento occidental.
Por otro lado Valencia a finales del siglo XV era no sólo una ciudad. Era una Metrópolis en el sentido arquetípico, es decir, la confluencia en un punto del espacio y tiempo de todo lo luminoso y oscuro del ser humano. Un escenario con infinidad de aristas: edificios ostentosos, el mayor burdel de Europa, la pugna entre nobles, comerciantes y banqueros por el poder, las intrigar, los casos de corrupción, esclavitud, epidemias, riadas... Luego está el sistema sanitario, los usos y remedios de la época, sus protagonistas...
Sólo el escenario ya posee tanta potencia que fue muy fácil ubicar a los personajes de ficción en él. Para mí profundizar en la historia de esta ciudad ha sido un viaje emocionante. 

Háblanos del personaje de Irene Bellvent en el contexto argumental de esta historia, de sus valores como mujer en una sociedad machista y represiva como era la del s. XV en Europa.

La novela comienza con el dilema al que se enfrenta una joven soltera de finales del siglo XV... Irene Bellvent hereda el hospital regentado por sus padres, pero las leyes de la ciudad obligan a que los spitalers, encargados de su gerencia, sean un matrimonio... ¿Debe casarse entonces? ¿Qué esposo querrá asumir un hospital lleno de deudas y con mala fama por ser el epicentro de extrañas muertes? ¿Le conviene más vender la propiedad y aportar ese dinero a su propia dote? Y sobre todo... ¿Qué siniestra amenaza planea sobre de su familia?
He buscado con atención y la sorpresa ha sido encontrar numerosas biografías y hechos de mujeres que tomaron el camino difícil, el que dictaba su corazón o su conciencia frente a los prejuicios y, sobretodo, las leyes del momento. Todos imaginamos la situación de la mujer en aquellos tiempos, sin embargo las hubo que siguieron su propia senda. En ellas y su valor se inspiran Irene Bellvent, Caterina, Peregrina y también personajes varones, claves para la historia. 

Me ha llamado la atención algo que el lector encontrará más de una vez en ´La llama de la sabiduría’, me refiero a ‘el latido de la sibila’.

Aunque sea un recurso ficticio de esta novela, bebe de lo que algunos historiadores consideran pequeños conventículos femeninos de ayuda ante la ausencia de espacios públicos para ellas más allá del mercado o los deberes religiosos. Muchas mujeres de la edad media y moderna se reunían para compartir conocimientos, remedios, confidencias y secretos como verdaderas comunidades, a menudo secretas. Son muchos los antropólogos que interpretan los “coven” o aquelarres en este sentido.
En la novela vemos esa solidaridad y compañía entre ellas, siendo además una válvula de escape donde cabrían la danza y los flirteos (hay que tener en cuenta que muchas habían sido casadas por imposición y otras ya eran viudas). Unos ojos ignorantes y fanáticos verían sin duda en tales encuentros algo malsano y pecaminoso que debía ser denunciado a las autoridades...

La Valencia del siglo XV se me antoja una época difícil no solo para las mujeres, sino para muchos de sus moradores con la constante presencia del hambre, la miseria, la pestilencia y la muerte.

En cualquier ciudad de la época se vivían situaciones dramáticas. La muerte estaba presente y era contemplada como algo cercano, de ahí el desarrollo del Ars moriendi para preparar el tránsito al más allá.
He querido que Valencia sea, más que un escenario, un protagonista, que pone a prueba a los personajes para ver si son dignos de serlo. Les enfrenta a calamidades que podrían ocurrir en cualquier ciudad y a otras particulares de esta ciudad, en especial una que desde antiguo ha aterrorizado a sus habitantes (como consta en las crónicas): una riada del río Turia en los meses de otoño.
Que el propio escenario sea partícipe de la trama, la modifique o retuerza, le da más fuerza a la historia, a las vivencias personales de los protagonistas, además de enriquecer al lector que poco a poco va conociendo más cómo se vivía en esa ciudad.
Valencia es una ciudad muy literaria.

Precisamente en Valencia se fundó hace más de cinco siglos el que se considera el primer hospital para enfermos mentales, ¿qué papel jugaba la medicina y la religión en esa época con la ciencia enfrentada a la fe y la razón a las creencias? 

Leyendo documentos de la época salta a la vista que no había una clara frontera entre enfermedad y castigo divino. Los consilium, una especie de historial médico, describían los síntomas del enfermo, recomendaban el remedio (sangrías, lavativas...), especificaban los fármacos (ya empleaban incluso píldoras hechas con hierbas) y finalmente las oraciones y penitencias para su sanación.
El propio Lluís Alcanyis, en su obra Regiment de la pestilencia atribuye a causas divinas la enfermedad aunque ya da ciertos consejos sobre higiene pública, como limpiar acequias o prohibir la pesca en el tramo de río que pasa por la ciudad... Será siglos más tarde cuando en medicina, ciencia y religión separen sus caminos.
Entre los deliciosos detalles históricos -no en vano Colón pasó por Valencia en su recorrido por las cortes de Portugal y Castilla-, he rescatado uno, el del posible interés de Luis de Santángel por unos mapas guardados por Lorenzo de Medici trazados por el matemático Toscanelli….

Se trata de un artificio de ficción pero tiene elementos históricos que me llevaron a valorar esa posibilidad. Hay estudios que detallan qué mapas podría haber estudiado Colón para calcular  la posible ruta hacia las Indias. Destaca el realizado por Toscanelli. Tales documentos obraban en poder de poderosas familias de banqueros y mercaderes, la mayoría venecianos, pero también los Medicci.
El valenciano Luís de Santángel era Maestro de Ración, beneficiario de ciertas concesiones reales y financiero de la Corona. Solía viajar a la corte real y estaba al corriente de la propuesta de Colón. Como financiero es lógico que tuviera interés en valorar si aquella expedición tenía sentido y sus posibilidades económicas, algo que sólo podía comprobarse estudiando los mejores mapas del momento. Por otro lado, como bien dices, Colón pasó por Valencia y además se conserva la carta que le envió a Santángel tras el primer viaje.
Estos mimbres dispersos son los que al escritor le estimulan para que la imaginación se ponga en marcha...   

La novela pone en valor a las mujeres en una época, como ya hemos dicho, en la que imperaba el machismo impuesto desde todas las instituciones; leo una frase en la que viene reflejada esa lacra: “Caterina bajó el rostro, pues sabía que era verdad; toda mujer estaba bajo sospecha por la tendencia natural a la lascivia,…”

Puede que el lector piense que he querido exagerarlo para luego erigirme como el defensor de las féminas en esta historia. Nada más lejos de la realidad. Los filósofos griegos hablaban de ser imperfecto y en la Edad Media se afirmaba que su tendencia a la lujuria y al chismorreo les nublaba la razón. Lo que estaba en discusión no eran derechos y libertades, sino las capacidades básicas de discernir y enjuiciar.
En los años de la novela, corría por Valencia una obra que es el caso más sangrante que he leído: El Spill, del médico Jaume Roig.
Este poema de más de dieciséis mil versos (de cinco sílabas, eso sí), dedica  más de la mitad no sólo a despreciar a las mujeres y mostrar sus incontables vicios, sino a insultarlas directamente, además de lamentar que en nuestros fueros no esté recogida la pena de muerte por adulterio (por supuesto para ellas exclusivamente) como ocurría en Aragón y Castilla.
Los estudios modernos han deducido que la Vita Christi  de Sor Isabel de Villena fue una réplica a esta obra (Jaume Roig era el médico del convento de la Trinitat, donde sor Isabel era abadesa). Por ejemplo, si Jaume Roig ensalza al rey Salomón como paradigma del desprecio a la mujer, sor Isabel lo hace callar cuando varias mujeres inician sus discursos públicos.
Sin embargo, como ya dije antes, las hubo y muchas que rozaron la libertad o que pudieron llevar adelante sus proyectos a pesar de todo. De ellas habla esta historia.

Te invito a dejarnos una reflexión final de lo que ha evolucionado la sociedad desde aquel siglo XV hasta nuestros días sobre los prejuicios, subrayo un pasaje de la novela en el que se lee: “…en nada somos inferiores ni nada nos limita, salvo el miedo y los prejuicios que nos infectan incluso a nosotras mismas.”

La reflexión es muy sencilla: Aunque mucho se ha evolucionado en derechos civiles, el arquetipo patriarcal sigue inserto en nuestra psiqué más profunda y ese arquetipo es lo que provoca el machismo en muchos hombres, la sumisión en muchas mujeres y, por desgracia, la violencia de género.
Se va trasmitiendo de generación en generación por medio de la educación, el comportamiento familiar y la apatía de cambiar. Los transmisores son hombres y mujeres indistintamente pues el machismo no es exclusivo del varón.
Las leyes, penas, teléfonos de ayuda, juzgados especiales, etc., son necesarios pero insuficientes. En la educación está la clave. Tengo una hija que estudia 3º de ESO y me sorprende comprobar la escasa presencia de mujeres en los libros de texto. Todos sabemos que desde antiguo ha habido filósofas, religiosas, científicas, exploradoras, escritoras... Sin embargo parece que han estado ocultas durante siglos a excepción de alguna reina o figura puntual. Cuando se estudia sobre ellas y se edita algún libro, lo encontramos en las librerías situado en la sección especial de “temas femeninos”, como si fuera una rareza, cuando debería estar en su lugar correspondiente (ciencia, historia, política...)
La educación abre la mente, si invertimos el arquetipo patriarcal por otro basado en el respeto, a la vuelta de una o dos generaciones las cosas podrían cambiar de verdad. La humanidad jamás ha alterado un arquetipo en una sola generación pero hay que empezar.
Esta novela no pretende transmitir una moraleja, pero yo como escritor he aprendido lo que subyace bajo esta lacra social y cómo ha evolucionado. Espero que al lector, al tiempo que se entretiene con la historia, también lo descubra.

¡¡Muchas gracias!!
Muchas gracias a ti y mucha suerte, Juan Francisco.

Por Ginés J. Vera.