Esta semana el entrevistado es Sergi N. Castellanos. Graduado en
la Hochschule für Musik und Theater de Múnich, Castellanos es bailarín
profesional en el Ballet Nacional de Praga. Ha trabajado en el Ballet Nacional
de Finlandia y en el Ballet Estatal de Baviera (Alemania). Pianista y
compositor de música, apasionado lector, dedica el tiempo libre a escribir
poemas y relatos. Amante del mar y los viajes, ‘El Barco de Marfil’ (Opera
prima, 2015) es su primera novela, escrita en la primavera de 2014 y que he
reseñado recientemente en este blog.
¿Cómo
surgió la idea de escribir una novela y además enclavarla en el mar, en la
Europa de principios del s. XVIII?
Empecé esta novela cuando
estudiaba ballet en Múnich, tenía 18 años. Tuve una especie de revelación
cuando visité el Deutsches Museum y
vi un barco pequeño de marfil. Mi mente simplemente lo escaló a tamaño real. Al
pensar en periodos históricos importantes me vino a la mente la guerra de
sucesión y empecé a estudiar las posibilidades que tenía de inventar unos
personajes en ese contexto.
Además, debo añadir que el segundo, el tercer y el cuarto capítulo
fueron escritos en Helsinki. Pero fue en Praga cuando al fin pude ponerme manos
a la obra y acabar toda la historia. Un total de 5 años de viajes y
experiencias.
Las
historias se van sucediendo capítulo tras capítulo por voz de un narrador que a
su vez las oye de otros, como las leyendas, ¿fue difícil llegar a este
narrador, en qué momento decidió que era la mejor forma de narrar esta novela
así?
Cada inicio de capítulo tiene un
componente único que sólo pueden entender los bailarines: Las Audiciones. Cada
bailarín sabe muy bien lo que supone ir durante mucho tiempo buscando trabajos
a muchos sitios del mundo. Los viajes que narro han sido experiencias reales,
tintadas del matiz de la historia irreal. Era una forma fácil de hacer mías las
aventuras descritas. Este recurso era muy común en los libros de caballería.
Nótese que ‘El Quijote’ ha sido la obra-referencia en esta novela, con la
diferencia de su tema.
Una
de las aventuras de los personajes tiene que ver con la Batalla de Rande,
también llamada ‘Batalla de Vigo’, precisamente en octubre solo que en 1702. Al
final del libro se dan detalles de las naves y capitanes que intervinieron,
¿por qué eligió este episodio histórico concreto?
Bueno, supongo que de alguna forma
debo ser crítico con el país en el que nací pero tuve que irme cuando cumplí
dieciocho años por cuestiones laborales. España parece olvidar (o simplemente
desconocer) cuánto se hizo en el pasado y de qué forma han ido evolucionando
las cosas. La batalla de Rande me pareció entretenida y versátil para ser
contada. Aunque debo admitir que utilicé la imaginación, y no las fuentes
históricas con las que me informé, para escribirla. Es una pequeña licencia estilística
que me he tomado, a dolor de los historiadores.
Hilvano
la pregunta interior con uno de mis autores de aventuras favoritos, Julio
Verne, pues sí que hay cierta relación entre esta batalla y una de sus obras,
Veinte mil leguas de viaje submarino. ¿También era uno de sus autores de
infancia, qué otros le han inspirado a la hora de escribir?
Esta es una pregunta que esperaba
recibir. Sabía que el capitán Nemo había recogido algunos tesoros que se me
escaparon entre las aguas. Y en realidad este hecho hace quizás más curiosa la
batalla. Sin embargo, Jules Verne no ha sido una inspiración para esta novela.
Encontré suficientes recursos en la obra de obras; ya me he referido al Quijote
y no es para menos. El narrador Cide Hamete Benengeli es la raíz de Madame
Charlotte Mince (Berenjenas y Carlotas). Una gran cantidad de alusiones ocultas
tienen relación con la obra maestra de Cervantes. Otras referencias menores pero
bien entendibles son el Kalevala (la epopeya nacional finlandesa), algunos detalles
descriptivos de ‘Las Aventuras de Sir Arthur Gordon Pym’ de E. A. Poe y, aunque
parezca mentira, algunos videojuegos de estrategia marítima, económica y militar
a los que soy bastante afín.
De
entre todos los personajes, además de los hermanos Erik y Halliah, me quedo con
el capitán del Barco de Marfil, Adrian van Clemens, quizá por esa
particularidad que le hace singular a ojos del lector, ¿de dónde tomó la
inspiración a la hora de crearlos? El que sean tan multiculturales a bordo de
un barco, un espacio reducido, ¿encierra en sí una metáfora sobre la
comunicación y el entendimiento entre las personas?
Erik y Halliah surgieron de mi
primera impresión de Escandinavia, como parece que queda claro en el primer
capítulo. En diferente situación tuve la idea de Adrian van Clemens. Es quizás
el personaje que más cambia a lo largo de la historia, y el que más profundidad
muestra. Al fin y al cabo no queda claro dónde acaba el hombre-sin-destino y
empieza el héroe que el lector espera. Es una mezcla de las caras de la
fortuna, inestable, inexplicable. Un holandés errante que va en busca de su
vida.
Como bailarín debo admitir que es muy común relacionarme con gente de
muchos lugares, por lo que el detalle de los viajes y la internacionalidad lo
veo común y habitual. El Barco de Marfil actúa como un micromundo en el que la
tripulación debe convivir sin remedio a escapar. Esta situación parece
evidenciar la imposibilidad de la paz entre los humanos.
He
seleccionado una de las frases de la novela, pronunciada por Pere Albert en la
que afirma: ‘la moraleja es que el dinero siempre llega a las manos de aquellos
que ya lo tienen anteriormente’. ¿Está de acuerdo con ella? Habrá quienes
pensaban así entonces y quienes lo piensen tres siglos después.
He de admitir que sí, creo que así
es. Parece ser una cruel realidad. Pero no hay que sacar las cosas de contexto,
ya que el dinero no da la felicidad. He querido ser crítico con algunos
aspectos socioeconómicos que aunque parezca mentira han ocurrido desde que
existe el ser humano, pero que no se repara en ellos por pensar que lo de hoy
en día es único. Nada más lejos de la realidad, basta con darse cuenta de la
gran cantidad de crisis económicas y catástrofes naturales que han asolado la
existencia humana desde siempre. Entonces, ¿qué sacamos de limpio en esto?, se
puede uno preguntar; lo cierto es que Pere Albert parece querer hacer pensar a
los marineros sobre lo que desean hacer en su vida, porque dinero no hallarán
de aquella manera. Pero sí una vida llena de aventuras, algunas buenas y otras
no tanto.
No
escapo a la curiosidad de preguntarle por la relación entre su profesión,
bailarín profesional de ballet y la literatura, ¿le leeremos pronto con alguna
novela en tierra firme, quizá con un personaje más afín a las artes escénicas?
Esta es quizás la pregunta que más
me ha gustado. Eso sí, la menos fácil de contestar. El ballet es quizás el arte
de artes. Me explico, se puede considerar que la danza es el arte más genuino
del ser humano, por hacerse con lo que uno es, el propio cuerpo. Pero el ballet
clásico incluye a la danza música, escenografía, vestuario, iluminación, etc.
Es por eso por lo que realmente siento pasión y me considero un privilegiado.
Por otro lado tengo muchas otras pasiones. La literatura y la música
(soy pianista y compositor) son quizás los campos que he arado más. He escrito
relatos y poemas desde mi adolescencia, pero no han sido nunca publicados.
Espero con el tiempo hacer las suficientes recopilaciones de ellos. Siempre he
sido un amante de la lectura, por lo que las ideas siempre han fluido por mi
mente constantemente.
Con respecto a futuras obras basadas en las artes escénicas… debo decir
que aún no. Que es muy pronto para ello. Sin embargo, ofrezco la primicia de
una nueva novela que sigue los pasos a esta primera, aumentando con creces el
nivel estilístico y profundidad en los personajes. Mientras El Barco de Marfil
pudiera tener un tinte juvenil, ésta segunda será una odisea que no dejará
indiferentes a los lectores.
Muchas
gracias y mucha suerte, Sergi.
Por Ginés J.
Vera.