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viernes, 28 de septiembre de 2018

Vengo de urgencias, de Fernando Fabiani


¿Hay algún médico en la sala? Pues resulta que sí. Fernando Fabiani, el autor de ‘Vengo de urgencias’, es médico de profesión. Lo es desde hace años, más que su faceta como escritor. Aunque Fabiani ya sabe lo que es el éxito tras el conseguido con su anterior libro ‘Vengo sin cita’. En  Vengo de urgencias’ vuelve no con urgencias literarias, sino a deleitarnos con sorprendentes historias llenas de humor, ironía y originalidad. Porque originales son sin duda sus personajes. Y lo hace a partir de divertidas anécdotas, algunas casi surrealistas, quienes ya han leído el libro dará fe de ello, sobre el mundo de la medicina, de las guardias hospitalarias y de la consulta diaria a pacientes.

Fabiani no emplea aquella alambicada letra de médico que tan locos traía a pacientes y boticarios. Él prefiere usar un tono sencillo, hilarante, salpicando de aquí para allá con algún que otro consejo. Y así, como si nada, nos acerca a la realidad de los sanitarios, pero también a la de los pacientes, quienes muchas veces acudimos a urgencias sin serlo. O sí.  

El narrador de estas historias no es Fabiani, se ve que está de guardia y manda a un alter ego. El personaje ficticio creado por Fabiani se llama Teodoro Jarcía –Teo para los amigos– y también es médico de familia. Descubriremos con Teo el punto amable a situaciones más o menos cotidianas como las peripecias con los acompañantes de las urgencias, los avisos domiciliarios, esos gripazos recurrentes, los problemillas con la tensión o el azúcar altas, o los cuerpos extraños (en lugares no tan extraños).

Porque Fabiani, quiero decir, Teo, nos irá desmitificando además algunos tópicos o saberes populares como por ejemplo: a diferenciar un catarro de un resfriado, lo sana que es la dieta mediterránea durante el embarazo, o que la marcha atrás no es un método anticonceptivo fiable a pesar de lo extendido (todavía) de su uso.

Especialmente divertida es la sección al final de los capítulos llamada: ‘Dijo el paciente’ en la que Fabiani recoge frases reales de pacientes a modo de antología del disparate o del surrealismo que nos harán reflexionar -más aún si cabe- sobre nuestros conocimientos sobre el cuerpo humano, la medicina o la verdadera necesidad de ir a Urgencias.

El libro tiene además varias curiosidades que lo convierten en una obra recomendable para quienes busquen un libro ameno, divertido y con su pizca de cultura sanitaria. Por una parte, un prólogo por la madre del propio autor, porque como dice el refrán: madre no hay más que una; y, por otra, un epílogo a cargo de Manu Sánchez igual de divertido que el prólogo y el libro…, como no podía ser de otra manera.

Las oportunas ilustraciones corren a cargo de Laura Santolaya del Burgo (más conocida por P8LADAS); sin dejar pasar por alto uno de los dos epílogos al final del libro. Concretamente, el titulado: ‘Cómo entender un informe médico’, pues Fabiani nos hace un agradecido guiño a quienes a menudo nos perdemos con tanta sigla sin explicación en los informes médicos.

Vengo de urgencias, de Fernando Fabiani. Ed. Penguin Random House. ISBN 978-84-03-51872-8

2 comentarios:

  1. Se ve divertido, pero no creo que me anime. Ahora, regalar, sí creo que lo voy a regalar.
    Besotes!!!

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    1. Te aseguro que divertido es un rato divertido, si lo regalas harás feliz a quien lo reciba. Gracias y un saludo finisemanal para ti, Margari.

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