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viernes, 18 de septiembre de 2020

La centrocampista murió al amanecer. Antonio Castro-Guerrero

Comencé a leer «La centrocampista murió al amanecer» (Libros Cúpula), de Antonio Castro-Guerrero, como sí también acabase de saltar al césped. El encuentro prometía, tenía los alicientes de los grandes enfrentamientos. 

   Por una parte, el genero. Una novela negra con una víctima fallecida a las primeras de cambio. Por otra, que «La centrocampista murió al amanecer» ha recibido el espaldarazo de un premio literario. El II Premio Carlos Matallanas de Novela Breve. Tampoco se quedó a la zaga el hecho de que el libro sea breve, 152 páginas, porque como en el fútbol, la altura y la calidad no siempre van de la mano. 

   En los primeros compases del encuentro el balón lo juegan el youtuber que encuentra el cuerpo de la víctima -en el Vicente Calderón, para más señas- para cedérselo a las dos policías. Sol Trocás, la inspectora de homicidios la encargada de resolver el caso, y la subinspectora Gemma Silom. 

  Luego se amplia el juego a las bandas, con más jugadoras metafóricas y literarias, las compañeras del modesto equipo de la primera división de fútbol femenino donde jugaba la víctima. El primer gol llega en la primera parte, con las dos investigadoras intentando resolver el asesinato de la estrella del equipo de veintidós años. El segundo, con la lucha de Sol Trocás y Gemma Silom contra el machismo no solo a lo largo de la investigación. Ese machismo está muy presente en nuestra sociedad aunque haya quien quiera ver otro partido

   A lo largo del encuentro vendrán más jugadas, más goles -unos en ataque y otros a balón parado. Quizá uno en propia puerta, algunas faltas ortográficas en la edición del libro. Pero lo importante es el tanteo final, cuando el árbitro pite el final del partido. 

  Además, este es un libro-partido solidario. Los beneficios de la venta de «El delantero centro fue asesinado al atardecer» irán destinados íntegramente a FUNDELA (Fundación Española Investigación Esclerosis Lateral). Por cierto, seguro que si antes del encuentro alguien busca un precedente al ver la alineación, que no se sorprenda si halla a Manuel Vázquez Montalbán y su «El delantero centro fue asesinado al atardecer». Suerte y buena lectura. 


Antonio Castro-Guerrero (Málaga, 1971) estudió pintura con José Díaz-Oliva y música en el conservatorio. Terminó la carrera de Magisterio. Ha publicado los relatos Lágrimas en la ducha, pétalos en la corriente (2012), y La perpetuidad de un edén remoto (2013). Su novela El último viaje de Sorolla (2013) resulta galardonada con el Premio Cáceres. Actualmente trabaja en varios proyectos novelísticos.

La centrocampista murió al amanecer. Antonio Castro-Guerrero. Libros Cúpula

2 comentarios:

  1. Pena lo de las faltas ortográficas, algo que me despista mucho durante la lectura. Pero no pinta mal. Y tiene muy buen fin. TOmo nota.
    Besotes!!!

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