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jueves, 30 de marzo de 2023

A doble ciego Víctor Sombra

Antes de comenzar a leer A doble ciego (Random House), de Víctor Sombra, me leí la sinopsis de contraportada. Como hacemos a menudo, hasta aquí nada nuevo. Sentí curiosidad por lo de “novela negra sin disparos”. También por el tema de fondo -o uno de ellos-: el negocio no siempre ético de las grandes compañías farmacéuticas. Cuando el río suena… Y comencé a leer. 

 Lo primero fue descubrir que está dividido en varias partes aludiendo a varios supuestos cuadernos. Sombra los va encajando en la realidad y en la ficción, como un recurso metaliterario, donde el propio acto de escribir está muy presente en la trama. Escribir para contar, para dejar constancia de unos hechos que vamos sabiendo no solo por la primera protagonista. También por otros personajes, otras voces, armando el puzle y desvelando poco a poco el misterio. En realidad, varios, bajo la pericia narrativa de Sombra

  Que se titule A doble ciego no es para nada casual, pues en investigación se denominan así a la experimentación en la que se desconoce quién pertenece al grupo de control y, además, quién al grupo experimental: las dos partes desconocen algo. En esa indefinición navegamos desde Noruega a varios países de Europa, incluido España. 

  Un grupo de jóvenes presenta en Oslo un proyecto innovador para recopilar datos y crear conexiones con el big data. Pese a no ganar el concurso, alguien se interesa mucho. Representa a unas personas que quieren conocer acerca de cierto medicamento, años atrás. Con dinero de por medio y, sobre todo, la oportunidad de retarse a sí mismos aceptan el encargo. Como buena historia negra, pronto surgen los interrogantes, las sospechas, la necesidad de seguir leyendo A doble ciego para averiguar quién está detrás de esta deliciosa maquinaria narrativa hasta encajar las piezas en el desenlace. 

  Celebro haberme dejado seducir por la prosa de Sombra, reflexionando tras cerrar el libro sobre el poder de los lobbys químico-farmacéuticos, pero también sobre el poder de los hackers y de los accesos no autorizados a información sensible. A nuestra información almacenada en el big data. Lo que ocurre en la ficción, en esta novela podría suceder en estos momentos… Puede que ya haya sucedido y no lo sepamos.


  A doble ciego. Víctor Sombra. Random House.


  Víctor Sombra (Salamanca, 1969) es un narrador que busca situarse en la intersección de distintos estilos y géneros para asomarse a las encrucijadas sociales, tecnológicas y políticas de nuestro tiempo. Es autor de La quimera del Hombre Tanque y Canje. Ambas novelas combinan la reflexión social y política con una descarnada intriga criminal. En una novela anterior, Aquiescencia, se cuestiona, en el marco de los debates y negociaciones internacionales, la naturaleza y definición de Internet. También ha publicado el libro de ensayos Cuarto de derrota. En este libro, Sombra aúna reflexiones sobre ciencia, literatura y política para transitar en algunos de los escenarios en que se dirime la crisis de la globalización: sanidad, vivienda, expansión de las plataformas tecnológicas, fundamentalismo religioso.

lunes, 27 de marzo de 2023

Doce abuelas. Pablo del Río.

Es más fácil leer Doce abuelas (Maeva), de Pablo del Río, que reseñarlo. Me ocurre cuando tengo que hablar de un thriller, de una novela de misterio. Porque no sería elegante ni apropiado revelar detalles que el propio autor espera descubran los lectores por sí mismos. 

  De ahí que en las sinopsis hallemos sobre todo cómo arrancan estas historias. Del Río nos emplaza a la bella costa asturiana, concretamente al municipio de Ribadesella, un día de Nochebuena. El autor nos presentará a lo que en narrativa se denomina personaje poco fiable para esbozar el conflicto. Mercedes llega algo achispada a casa, cree ver en su salón a su sobrino Ricardo. Muerto junto al piano, además. 

  La posterior llegada de un agente de la Guardia Civil adereza más el conflicto, pues Ricardo ha desaparecido y a Mercedes no le dan esa credibilidad necesaria. Solo que Ricardo lleva días sin aparecer, algo que llevará a su mujer, Genoveva, a comenzar a sospechar primero y a lanzarse en su búsqueda después.  

  Del Río teje la historia con dos recursos muy atractivos. Uno, dando voz a cada uno de los personajes, en cada capítulo. Nos mete en sus acciones y en sus pensamientos y, como un puzzle, vamos uniendo las teselas. En otro es la narración en presente continuo, sabemos al tiempo que ellos, todo y que en algún momento haya contrapuntos temporales. No podía faltar otro “contrapunto”, uno muy socorrido y efectivo en una novela con buen pulso narrativo como Doce abuelas. Me refiero a la presencia de dos personajes tras la búsqueda de la verdad, de las respuestas a los interrogantes que plantea el fatal desenlace de Ricardo. Genoveva por un lado y Adolfo, un buen amigo del músico fallecido, querrán hacer averiguaciones entre los reservados vecinos de Ribadesella. Lugar pintoresco y con sus leyendas marineras para redondear esta adictiva trama. 

Os puedo adelantar que la narración cobra vigor porque entramos en los pensamientos de los personajes, somos testigos de las conjeturas, de las preocupaciones y, lentamente, algunos hilos comienzan, muy poco a poco, a tensarse y desenredarse. La propia personalidad de Ricardo juega un indiscutible papel en esta historia. Como buen thriller el autor de Doce abuelas nos invitará a la reflexión, haciéndonos preguntarnos qué hubiésemos hecho en una tesitura parecida, quizá para obtener los mismos resultados que los protagonistas. Y una segunda reflexión de la mano de los pequeños detalles que centellean en una obra de este género, donde no solo hay acción y misterio, también esa parte veraz, social, si me permite, que la enriquece más allá de los estereotipos de la novela policial de entretenimiento. 

 Un último apunte, sobre todo si cometo la indiscreción de calificar a Doce abuelas de rural noire; leer esta novela me ha animado a viajar más allá de la ficción. Me llama cerrar las páginas y viajar desde mi Mediterráneo natal a las costas de Ribadesella para recorrer los escenarios en los que Del Río ha ubicado esta primera novela y, quién sabe, si otras en un futuro no lejano. Brindemos con una sidrina por ello. 

Doce abuelas. Pablo del Río. Maeva.

  Pablo del Río (Palencia, 1964) es licenciado en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid. Antes de dedicarse al cine, fundando su propia cabecera, Cameraman, dedicada a la producción cinematográfica. trabajó como profesor de Filosofía y Ética en centros de Secundaria. 

lunes, 20 de marzo de 2023

La flor del rayo Entrevista a Juan Manuel Gil

Días atrás reseñé en Maleta de libros el libro La flor del rayo (Seix Barral). He tenido la inmensa suerte, también gracias a las redes sociales, de que su autor, Juan Manuel Gil, me concediese una entrevista. 

 Para quienes no le conozcan, comentaros que Juan Manuel Gil es almeriense y del 79.  Formó parte de la primera promoción de residentes de la Fundación Antonio Gala. Con Guía inútil de un naufragio (2004), su primer libro, obtuvo el Premio Andalucía Joven de Poesía. Desde entonces se ha centrado en la novela con obras como: Inopia (2008), Las islas vertebradas (2017) y Un hombre bajo el agua (2019). Con Trigo limpio, en 2021 ganó el Premio Biblioteca Breve. Es autor, además, de dos volúmenes de difícil clasificación: Mi padre y yo. Un western (2012), que le valió el Premio Argaria, e Hipstamatic 100 (2014), una recopilación de textos en los que mezcló vida y actualidad. 


  P.: «La escritura suele emerger del extravío, de la escasez de certidumbre», le confiesa el protagonista a la  doctora Wilkes. Háblenos de dónde han emergido sus letras, sus novelas; por ejemplo, esta La flor del rayo  que es tan escasa ¿? de certidumbres.

 R.: Creo que todas ellas emergen de mis miedos más radicales. Tengo la impresión de que las escribo, en buena medida, para esconderlos en el centro de esas historias. Quizá, no lo sé, sea mi manera de acercarme a ellos, conocerlos, asumirlos y no quedarme paralizado cuando me tenga que enfrentarlos. 

  P.: Ya desde la imagen de portada, Travis, no el inquietante personaje de la película París, Texas, sino el de su novela, tiene un claro protagonismo. Es un hilo conductor que parece vertebrar la historia del narrador de La flor del rayo. Háblenos del de la vida real, si existe, inspirador de este literario.

 R.: Existe. Y se llama así, Travis. Lo acogimos después de encontrarlo abandonado cuando era un cachorro. Fue una llegada a casa inesperada y luminosa que me permitió —porque yo hasta ese momento nunca había tenido mascota— relacionarme con mi entorno de una manera renovada. La rutina de sus paseos le dieron un nuevo orden a mis caóticas elucubraciones diarias. No exagero si digo que, durante buena parte de la semana, Travis es mi enlace con el exterior. Por eso desde muy pronto pensé que tarde o temprano tenía que apropiarse de mi literatura. 

 

 P.: Hay un personaje que aparece con el nombre de doctora Wilkes; también otro, solo como T.; sin olvidarnos de Boludo/Travis. Dada la importancia de los nombres, de lo que se nombra en esta novela, me gustaría que nos comentase ese poder que tiene nombrar las cosas, por ejemplo, ante lo que tememos o nos asusta… ¿Recuerda a ese personaje de cierta saga juvenil, “el que no debe ser nombrado”?

 R.: Lo cierto es que nombrar a mis personajes se ha convertido en una manera de empezar a contar la historia. Los bautizo con apodos, letras, pseudónimos o números… Como si hubiera una buena razón por la que debamos ocultar sus verdaderos nombres. Además, pienso que un pseudónimo o una inicial y su punto dicen más de la novela que cualquier nombre de nuestra vida ordinaria. En mi anterior novela, había un personaje que se llamaba «El del fallo multiorgánico» y «El del sincope», porque esos nombres ya empezaban a contar una historia de manera irrevocable. En este caso, la doctora Wilkes, ese nombre, es un guiño a Stephen King y uno de sus personajes más emblemáticos. 

 P.: «La realidad no deja de ser un tipo de alucinación, así que no hay que alarmarse cuando pronunciamos esa palabra.» He escogido esta frase porque creo que uno de los temas de la novela es el de la débil frontera entre lo real, lo imaginario y lo literario. ¿He acertado?

 R.: Esa frontera es más difícil de precisar cuando hablamos de la vida, aunque sea una preocupación muy recurrente en literatura. Nuestros día a día se compone de eso: de lo que llamamos realidad, imaginación y lenguaje más o menos literario. Si extirpas una parte, la vida se resiente. 

 P.: Quisiera preguntarle por los recursos y figuras literarias que salpican su novela. Esas metáforas, esos símiles, esa poética y, siguiendo el hilo de extraer alguna frase, tomo esa donde menciona “la semilla del acierto y la flor de la equivocación”.

 R.: Mi primer libro, aunque no era buscado, fue un libro de poemas. Leo muchísima poesía. Y disfruto charlando con amigos sobre los poetas que más admiro. Soy muy consciente de que el lenguaje poético tiene una potencia radical. Pero, precisamente por eso, procuro llegar a un acuerdo con el poeta que llevo dentro para que no lo devore todo. Qué importante es esta tarea de control. 

 P.: Cierto pueblecito de Cantabria se asoma tímido en su novela. Tuve oportunidad de visitar la comarca de Liébana. Desde la sureña Almería -suya y del protagonista-, háblenos de esa geográfica elección.  

 R.: Mientras comenzaba a escribir La flor del rayo, visité Bárago, un pequeño pueblecito cántabro del que me enamoré. Tuve el disparatado pensamiento de que no me iba a mover de allí hasta que terminara la novela. Como eso, obviamente, era imposible, decidí meterlo en esta historia para que cumpliera un papel importante en el proceso de escritura del narrador. 

 P.: «Las preguntas son el camino corto para llegar a cualquier sitio. ¿Qué clase de libro se puede escribir tomando el camino corto?», leemos. No obstante, hay muchas preguntas en La flor del rayo, también algo de autoficción y una pizca de intriga. Pero mejor le lanzo el guante para que nos hable de qué van a encontrar los lectores de Trigo limpioMi padre y yo. Un western en esta novela.

 R.: Mucho amor por la ficción, una aproximación a algunos de los grandes temas de la vida y una buena dosis de humor. Una mañana, un escritor se da de bruces con una ambulancia en la puerta de una casa que él creía abandonada. De su interior se llevan a alguien que él no alcanza a ver. ¿Es suficiente ese hecho para escribir una novela? Este narrador está convencido de que sí. 


  La flor del rayo. Juan Manuel Gil. Seix Barral.

 Reseña de La flor del rayo


jueves, 16 de marzo de 2023

Matemáticas. Los cálculos ocultos de la vida cotidiana. Cris Waring

Soy de ese pequeño gran número de personas a las que no se le dieron excesivamente bien las Mates en el cole. Quizá por eso me he acercado con taimada curiosidad a Matemáticas. Los cálculos ocultos de la vida cotidiana (Oberon), de Cris Waring. Sin duda, las matemáticas están presentes en la práctica totalidad de actos a diario. Los realizamos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. 

  Con esa premisa, Waring organiza el día como si se tratase de una jornada diaria con las matemáticas vertebrando esa presencia en nuestras vidas. Destaco la introducción porque en ella el autor se permite incluir algunos conceptos de base para poder paladear mejor cada uno de los capítulos del libro. Habrá quien se lo saltará, encontrando en la primera de las seis partes, cómo las matemáticas están presentes en una buena taza de café, por ejemplo. 

  Incluso cuando cantamos en la ducha, para afrontar el día con energía. Y al salir de casa, en bicicleta o en coche, también hay un componente matemático más que interesante. Sobre todo me ha parecido simpática y sorpresiva la paradoja de Braess en el tráfico. Porque en Matemáticas. Los cálculos ocultos de la vida cotidiana hay conceptos teóricos, ejemplos y pequeñas acotaciones curiosas. 

 Sirva un nuevo ejemplo, en el capítulo 7, dedicado a las matemáticas en la empresa. El problema de la prometida o el problema de la dote del sultán (aunque tiene otros nombres) nos hará meditar sobre los procesos de selección de personal. Las matemáticas se aplican también con éxito, sobre todo si las convertimos en nuestras amigas, por ejemplo en las pujas de eBay o la mejor ruta para repartir una mercancía. Waring asegura que los seres humanos, a la hora de resolver los problemas, se nos da muy bien de manera heurística. Y puestos a elegir la mejor ruta, uno de los algoritmos heurísticos más usados se denomina algoritmo del vecino más cercano. 

  Si a estas alturas lo que nos apetece es un baño e irnos a dormir, Waring también nos recuerda que las matemáticas están presentes y nos pueden ayudar a vivir más y mejor. 

  Por cierto, la heurística es el conjunto de estrategias, métodos, criterios, que nos permiten resolver problemas a través de nuestra creatividad o el pensamiento divergente o lateral. ¿Acabará la inteligencia artificial aplicándola también con ayuda de las matemáticas…? 


  Matemáticas.Los cálculos ocultos de la vida cotidianaCris Waring. Ediciones Oberon.


  
  Chris Waring estudió Ingeniería Mecánica en el Imperial College de Londres antes de convertirse en profesor de Matemáticas. Desde entonces, ha enseñado a un amplio espectro de alumnos, desde niños en edad escolar a adultos que optan a entrar en Oxford o Cambridge. Es autor de 'An Equation for Every Occasion, Maths in Bite-sized Chunks' y 'From Zero to Infinity in 26 Centuries'.

lunes, 13 de marzo de 2023

Tus líneas rojas. Tomás Navarro

Hay libros que llegan en un momento muy particular en nuestras vidas. Me ha pasado con Tus líneas rojas (Zenith), de Tomás Navarro. Por circunstancias vitales, sé bien lo que es lidiar con personas tóxicas, abusivas, en situaciones en las que no es fácil poner líneas rojas. O que las respeten. De eso va este pequeño gran libro. En sus poco más de doscientas páginas Navarro nos expone una problemática actual que afecta a miles de personas. 

  Marcar límites es muy saludable, como también lo es saber dónde y cómo. Por eso, en Tus líneas rojas descubriremos desde qué es eso de perfiles tóxicos a cómo nos hacen sentir cuando abusan de nosotros; desde qué debemos hacer a cómo averiguar si, llegado el caso, somos nosotros mismos los que nos autosaboteamos. Navarro no se limita a hablar de conceptos, también incluye ejercicios para pasar a la acción. 

  Soy asiduo a sus libros y puedo decir que son muy amenos, que pone ejemplos locuaces, que hay su punto de humor y, lo más importante, que leyéndolos da la sensación de mantener una conversación con él. Hablar de líneas rojas, en el caso concreto de este Tus líneas rojas puede dar la impresión de que poner límites entre las personas es malo (y no lo es, es muy saludable), que nos va a aislar (cuando en realidad de trata de proteger nuestra salud) o de que vamos a generar confrontación (y os aseguro que Navarro no propone eso bajo ningún concepto; al contrario). 

  Leer Tus líneas rojas es empezar a creer en nosotros mismos, en la capacidad de poder solventar situación con algunas personas en la vida dispuestas a amargárnoslas a veces de manera consciente, otras, sin saberlo. La salud mental ya sabemos que es muy importante, lo hemos visto muy de cerca a causa de la pandemia. También porque las personas evolucionamos y nos sociabilizamos descubriendo que no todo vale para mantener a nuestro lado a nuestra pareja, amigos o compañeros de trabajo. 

  Este libro mira hacia la luz y nos dota de recursos para superar situaciones poniéndoles nombre, actuando y siendo conscientes de que valemos mucho más de lo que pensamos. Ah, os adelanto que entre los conceptos y herramientas no quiero dejar pasar hablaros del método PAL de Navarro. Tres sencillos pasos para marcar límites. Definir nuestras prioridades, avisar  de lo que nos gusta o no (de esos límites), y de limitar claramente hasta dónde estamos dispuestos a transigir para que no vulneren nuestros sentimientos. 

  Somos el resultado de las personas con las que interactuamos, como dice él, así que, espero que le guste que ponga un punto final con una frase de una película de Jean-Claude Van Damme: «No dejes que los demás te conviertas en lo que no eres».

  Tus líneas rojas. Tomás Navarro. Zenith.

  Tomás Navarro comenzó su carrera trabajando con niños en un hospital, siempre desde una perspectiva clínica, pero más adelante decidió abandonar ese entorno para dedicarse a los procesos de enseñanza y educación dedicados especialmente a los adultos. Fundó su propia consultoría orientada al mundo del coaching, buscando la manera de ayudar a sus pacientes a alcanzar la felicidad. A lo largo de su carrera, ha impartido numerosas conferencias y seminarios, trabajando también como asesor profesional y coaching personal. Además de haber publicado numerosos artículos y ensayos dedicados a su área de trabajo es autor de Fortaleza emocional, Kintsukoroi, Wabi Sabi, Piensa bonito y, junto a Fernando Trías de Bes, Yo soy así

lunes, 6 de marzo de 2023

La flor del rayo. Juan Manuel Gil


No soy de lecturas luengas, de novelones; por eso, entré con mi reticencia habitual a La flor del rayo (Seix Barral), de Juan Manuel Gil. Que el primer capítulo se titule Un final, me animó. La sinopsis de contraportada, también, obviamente. Así que pronto me encontré con el protagonista, con Juanma, una suerte de alter ego del propio autor de La flor del rayo

  Y a ese Juanma literario, con una vida más o menos ordenada en un cómodo piso con su pareja T. y su perro Travis (aunque le conoceremos más por Boludo). La frágil rutina se perturba por una "pequeña" crisis creativa, tras ganar un premio literario. En esa búsqueda de inspiración literaria, su vida y la literatura comenzarán a abrazarse como vasos comunicantes. Sobre todo, a partir de cierto día, mientras pasea a Boludo, al ver a una ambulancia llevarse a alguien frente a una casa no lejos de la suya.

  Surgirán interrogantes alrededor de esa casa, de ese hecho, de si puede ser materia para una nueva novela. La ficción como herramienta para seguir viviendo en su zona de confort, para mantener a flote el amor, la felicidad, sus relaciones familiares y el sentido de la vida. 

  Surgirán personajes que podrán a prueba sus creencias vitales, pero sobre todo su equilibrio emocional y la delicada frontera entre lo que es y lo queremos que sea. Porque esta La flor del rayo es una novela con toques de humor, con una pizca de drama, otro poco de metaliteratura, pero sin duda una gran dosis de realidad, una en la que seremos espectadores hasta que comencemos a empatizar con el protagonista. 

  El afán por descubrir qué se esconde tras un hecho aparentemente cotidiano o replantearse las prioridades en la vida es tan sano a veces que incluso yendo a un psicólogo la respuesta sería abrir los ojos y no esconderse. Y Juanma no lo hace, o quizás sí, pero de un modo que página tras página, capítulo tras capítulo cobrará mayor sentido bajo el prisma adecuado. 

  Leer La flor del rayo es bailar con una sonrisa en los labios sobre la línea de la realidad y la ficción con sabor a Mendoza y el lirismo de Millás sin perder de vista al Conejo Blanco de Carroll


  La flor del rayo. Juan Manuel Gil. Seix Barral. 

 Juan Manuel Gil  (Almería, 1979). Formó parte de la primera promoción de residentes de la Fundación Antonio Gala. Con su primer libro, Guía inútil de un naufragio (2004), obtuvo el Premio Andalucía Joven de Poesía. Desde entonces se ha centrado en la novela: Inopia (2008), Las islas vertebradas (2017) y Un hombre bajo el agua (2019). En 2021 ganó el Premio Biblioteca Breve con Trigo limpio. Es autor, además, de dos volúmenes de difícil clasificación: Mi padre y yo. Un western (2012), que le valió el Premio Argaria, e Hipstamatic 100 (2014).