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lunes, 9 de octubre de 2023

El hechizo de Caissa. Entrevista a Fernando Ortega

Esta semana, rescato una curiosa entrevista, la que me concedió el escritor Fernando Ortega al hilo de su novela El hechizo de Caissa. Una entrevista con solera, pues nos conocimos en la extinta librería Bibliocafé, en la primavera de 2011.

  No solo ha llovido mucho desde entonces. También la entrevista apareció en la web de una asociación de ajedrez hasta que, por alguna (misteriosa) razón, ha dejado de estar accesible. Una estupenda oportunidad para rescatarla del olvido. Junto a una anécdota. Tanto Ortega como yo, somos valencianos, y, además, por fechas parecidas, publicamos un libro “hechizante”, al menos en su título. El de este humilde que os escribe, un libro de relatos titulado El hechizo de la mujer dragón

 Sin más preámbulos, os dejo la entrevista y el enlace a un libro sobre ajedrez, por si os han entrado ganas de aventuraros en el fascinante mundo de ese juego considerado deporte mental.

 P.: Hola Fernando, gracias por concedernos esta entrevista. Una primera pregunta, casi obligada: ¿cuándo comenzaste a jugar al ajedrez? 

  R.: Allá por el año 1996 comencé a jugar torneos y competiciones federadas, aunque ya de niño hice mis pinitos en entornos familiares.

  P.: ¿Quién es, o ha sido para ti, el mejor jugador de ajedrez no sólo por su juego sino por los valores que transmite o ha transmitido más allá del tablero?

  R.: Mi ídolo siempre ha sido Mijail Tal por varias razones. Primero y, cronológicamente, porque de él fue el primer libro de ajedrez que leí y el que realmente me empujó hasta el mundo de la 64 casillas. Segundo, porque es el estilo de juego que admiro. Y, tercero, por lo que representa como idea ajedrecística: el juego imaginativo como estilo representativo, el riesgo y las combinaciones tácticas como forma de entender el ajedrez.  

  P.:  Tu primera novela El hechizo de Caissa gira en torno al ajedrez, ¿qué te llevó a elegir este juego tan apasionante y didáctico para desarrollar la historia? ¿Tiene algo que ver con tu labor docente?

  R.: Quería contar una historia de búsqueda y aprendizaje y nada mejor que tratar un tema, una disciplina, que me era familiar y que tiene un enorme potencial literario: pasión por el juego, sana adicción, proceso de aprendizaje... Efectivamente, soy profesor, y eso se nota en la novela, donde el tema educativo es tan importante como el mismo ajedrez.

  P.:  Veo que no hace falta saber jugar al ajedrez para entender la novela, los que somos aficionados al ajedrez ¿qué vamos a encontrar de juego, de movimiento y reflexión?

  R.: Es cierto que no es necesario conocer el ajedrez desde el punto de vista técnico. Me gusta decir que es una novela para aprender a comprender amar el ajedrez pero no para aprender a jugarlo. Sin embargo, sí es cierto que los ajedrecistas identificarán situaciones, sentimientos y vivencias en las peripecias de Marcos (el protagonista) y muchas veces se sorprenderán diciéndose a sí mismos, “vaya, esto yo también lo hice” o “sí esto yo lo sentí también”. 

  En la novela se narran dos momentos cronológicos diferentes. Por una parte, la historia se narra en pasado (flash-back), y, por otra, una partida de torneo narrada en presente. En ésta pondré voz a los pensamientos internos del ajedrecista.

  P.: Por último, me gustaría saber qué partida o anécdota como jugador de ajedrez recuerdas con más cariño.

  R.: Sin duda, una maravillosa partida con sacrificio de dama que jugué en el club ONCE; no sólo por la partida, sino también por un suceso gracioso que ocurrió. Volvía de los servicios tan ensimismado en los análisis de la partida (acababa de sacrificar la dama) que no vi la puerta de acceso de cristal y me estampé contra ella. Un compañero del club dijo: “vamos Fer, no hace falta que montes el numerito, que no por eso te va a fichar la ONCE...” Risas de todos los jugadores.


  Fernando Ortega Andrés (Valencia, 1968), es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, trabaja como profesor en diversos institutos y colegios de enseñanza secundaria. Casado y padre de dos hijos, vive en El Puig (Valencia). Amante del deporte, el ajedrez, la educación, la historia y la literatura. Cree ciegamente en el poder de las palabras, y cree poder jugar con ellas al Tetris. Es no solo autor de la novela El Hechizo de Caissa (2011), sino de El diablo Tatuado y Helena se escribe con hache (ambas pendientes de publicación) y los libros de relatos Cuando llega el otoño y Secretos contados (pendientes de publicación). Ganador del II Premio Águilas de Relato Breve (2018) por el relato El claro de luna, y ganador del Concurso de relatos de la UPV con el relato Quinientas noches. Con su relato Caco y los gansos de Juno, obtuvo el segundo puesto en el Concurso de relato corto histórico del Museo L’Iber, en 2011, una Mención Honorífica con La columna del recuerdo, en 2013, y fue tercer clasificado con El enlace, en 2019. Recientemente ha publicado la novela Los pantanos de Polesia (2021), que narra la epopeya de una mujer en un mundo sangriento donde el auténtico protagonista es un quimérico paraíso mancillado por la crueldad de la guerra y la maldad del género humano.

  El libro recomendado es Jaque mate.


1 comentario:

  1. Gracias por presentarme al autor. Buena entrevista. No soy amante del ajedrez pero me suelen gustar, no sé por qué, las novelas que tienen de fondo este juego. Tomo muy buena nota.
    Besotes!!!

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