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martes, 10 de septiembre de 2013

LA CÚPULA, de Stephen King

Stephen King me gusta. Un día en la biblioteca, de esto ya hace unos cuantos años cayó en mis manos It, y los meses siguientes devoré todo lo que encontraba de él. Me gusta en el terror y en esas otras novelas en las que explora (a su manera) los límites de la mente humana. Si dijera otra cosa mentiría. No diré que haya leído todas sus novelas, pero casi. Algunos cuestionaran mis gustos pero lo que es, es.

Con él descubrí cómo circunstancias cotidianas pueden ir alterándose hasta el terror más absoluto. Locura, maldad, desesperación, extraterrestres, fenómenos paranormales, situaciones extremas… lo que quieras y a manos llenas regala Stephen King en sus obras.

Y está, La cúpula lo tiene casi todo. Lo malo es que tiene mucho, pero mucho de todo y que todo pasa a la vez o esa es la sensación que a mí me da. He leído las páginas casi con la lengua fuera y jadeando como si estuviera corriendo los cuatrocientos metros lisos y debiera hacerlo en un tiempo record. ¡Por favor! ¡Qué cantidad de personajes, sucesos, historias, maldades, sufrimientos! Uno detrás de otro, sin dar tregua a la mente para que asimile lo que están leyendo sus ojos o si sois como yo, dé tiempo a proyectar en ese cine mental las imágenes que crean las palabras (que manido, pero seguro que alguien también lo experimenta).

Bien, advertencia: os será útil el plano que tan amablemente Stephen (sí, es que de vez en cuando cenamos juntos, ejem) nos proporciona del pueblo y los alrededores, al igual que la relación de personajes que aparecen. De verdad que sí. Porque son la tira. Seguro que tendréis que volver a ella de vez en cuando durante la lectura.

‘La cúpula’ cuenta los sucesos que acaecen en Chester’s Mill, un pequeño pueblo de Maine cuando una barrera invisible aparece de pronto aislando al pueblo. Impresiona ver como Stephen nos hace “ver” como de fuerte es esa barrera que más parece en sus primeros momentos una gran guillotina:

“La primera fue la marmota. Estaba entera y de pronto quedó partida en dos. Las dos partes se sacudían y sangraban. Barbie se detuvo, boquiabierto, la mandíbula inferior colgaba inerte de su articulación. Era como si hubiera caído la hoja de una guillotina invisible. Y entonces fue cuando, justo encima de la marmota cercenada, la avioneta explotó.”

A partir de ese momento nos cuenta una serie de “accidentes”, a cual más sangriento que se producen por la repentina aparición de la tal barrera. Algunos de ellos ni siquiera tendrán un testigo, solo la voz del narrador dándonos cuenta de los detalles. Otros serán presenciados, como el de la marmota, y así de paso nos presenta a alguno de las decenas de personajes que parece tener esta obra. Entre ellos está “Barbie”, Dale Barbara, cocinero y antiguo capitán del ejercito de los Estados Unidos que tendrá asignado en la novela el papel de salvador.

La novela intenta mostrarnos como una sociedad puede transformarse al ser aislada sin posibilidad de ayuda del exterior. Enfrentada a problemas tales como la falta de suministro eléctrico, la escasez de alimentos e incluso de oxigeno, debe además cargar con las ansias dictatoriales del segundo concejal y propietario de un concesionario de coches de segunda mano (¿Qué tendrá este hombre contra los coches de segunda mano o sus vendedores?) y de un negocio sucio, muy sucio que no voy a contar porque ya lo leeréis en el libro: James “Big Jim” Rennie.

Este malo malísimo es un fanático religioso (a su manera, claro) y tiene un hijo qué, ¿Cómo lo diría? Tiene un problema grave de salud (un tumor) que le convierte en un psicópata por no llamarlo hijo de… su padre.

Para acabar de complicar las cosas, los jóvenes y niños de la localidad tendrán una especie de ataques en los que verán visiones, que nos irán preparando para el final que… bueno, eso tampoco lo cuento.

Solo decir que a mí personalmente me decepcionó. El final, digo. Me pareció como si hubiera llegado a un punto en el que se preguntó: ¿Y ahora como salgo de este berenjenal? Venga, así mismo. Por otra parte es un final muy Asimov.  No digo más.


¿Recomendable? Bueno, si os gusta Stephen King, quizá os apetezca leerlo si no os da pereza las mil ciento treinta y seis páginas que tienen que pasar para llegar a un final que, como ya os digo tiene poco de sorprendente y es más bien 'cutrillo'.  Los malos son muy malos y también previsibles. Tiene situaciones emocionantes y va bien surtido de sangre. Tiene la gracia de que nos ofrece diversos puntos de vista según se va centrando por capítulos en uno u otro personaje. Y algo que siempre, siempre me hace mucha gracia de sus novelas: cuando nos hace empatizar con un personaje contándonos que hace o que siente o alguna anécdota para de golpe ¡Zas! Cargárselo y que nos lo cuenta con pelos y señales, ¿Eh?  

Por May Lloret

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