Páginas

lunes, 7 de abril de 2014

ALFREDO ESCARDINO: «En una primera novela el elemento autobiográfico es muy fuerte como lo es la imaginación o el subconsciente.»

Bruselas es el escenario escogido por Alfredo Escardino (Valencia, 1961) para su primera novela, Una Erasmus en Bruselas (Ed. Funambulista, 2014). Licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia, ha vivido varios años entre Bruselas, Brujas y Londres. En España trabajó como jurista y como profesor asociado de Universidad, al tiempo que dirigía la sección de Derecho Comunitario e Internacional del Colegio de Abogados de Valencia y de regreso a Bruselas, de 2002 a 2009, como funcionario en la Comisión Europea. Actualmente vive en Valencia, donde me concedió esta entrevista con la complicidad, fuera de micros, de compartir curiosidades sobre la capital belga y el programa Erasmus.

Tiene en común con la protagonista que también es valenciano, los estudios de Derecho y la ciudad de Bruselas; la primera novela dicen que es la más autobiográfica.

Bueno, autobiográfica no creo que sea, sí que es verdad que estudié Derecho, que soy valenciano y que la novela transcurre en Bruselas, que es una ciudad que conozco muy bien; pero los personajes son todos ficticios, la trama es completamente inventada, no tiene que ver con cosas que yo haya vivido, aunque sí que es cierto que el marco de la novela es un marco que yo conozco bien, en un entorno que conozco, y en este sentido muchas de las cosas que le ocurren a los personajes o las he vivido o  me las han contado o me hubiera gustado vivirlas, o bien me las he imaginado porque yo he vivido mucho tiempo en Bruselas y las he reflejado noveladas para que sean más interesantes para el lector. La protagonista es una chica que no se parece demasiado a mí en su forma de ser o de enfrentarse a las situaciones y que le ocurren cosas que algunas me han ocurrido a mí, pero muchas otras no. Evidentemente creo que en una primera novela el elemento autobiográfico es muy fuerte como lo es la imaginación o el subconsciente.

Cristina Vilanova es aficionada a las lecturas de intriga y suspense, me pregunto si también comparte esta afición y por ello encontramos intriga, historia y la parte sentimental de la novela.

La afición a la lectura si es compartida, no necesariamente de intriga y suspense. Yo he leído mucho, empecé a leer muy pronto, empecé de niño desde las clásicas novelas de ‘Los siete secretos’ de Enid Blyton, aderezadas de infinidad de comics por aquella época: Asterix, Mortadelo y Filemón, Tintín, etc. Luego seguí leyendo, quizá mi acercamiento al mundo de la novela, como tal, tuvo lugar con aquellas novelas de tapa dura ilustradas de Bruguera que me permitió acercarme a grandes clásicos como: ‘Quo vadis’, ‘Miguel Strogoff’, ‘Un capitán de quince años’, ‘La isla del tesoro’, ‘Historia de dos ciudades’…, novelas que, el hecho de que tuvieran las ilustraciones, las hacían más atractivas a un chaval de 12 a 13 años. Luego me he aficionado a leer muchos tipos de novela, puedo citarte algunas que me han gustado; yo recuerdo la época de la adolescencia, una de Torcuato Luca de Tena que se llama ‘Edad prohibida’ que me gustó mucho. Luego, ya más adelante, hay algunos escritores que me gustan mucho como escriben y me identifico mucho, quizás con Eduardo Mendoza por el tono que imprime a sus novelas, que me gusta mucho; o Manuel Vicent por la plasticidad que imprime a su lenguaje, novelas como ‘Son de mar’ o ‘Tranvía a la Malvarrosa’ para mi han sido muy importantes. En cuanto nivelas de intriga y suspense también he leído, pero no soy un lector de intriga y suspense ni de novela romántica. Me gusta leer todo tipo de novelas y supongo que eso se verá reflejado en esta novela.

‘Bruselas es una ciudad de paso –le dice Reyes a Cristina en dos ocasiones–, aquí nadie se queda eternamente.’ ¿Ocurre un poco como con los libros?

La frase ésta de Reyes a Cristina, a la protagonista, de: “Bruselas es una ciudad de paso, aquí nadie se queda eternamente”, te puedo decir que al final lo dice con ironía, porque es una frase que le dice Reyes cuando se conocen, el primer día, nada más llegar Cristina a la universidad para disfrutar de su beca Erasmus, como una crítica a la ciudad, como queriendo decir aquí no se queda nadie. Y es una frase que veintitantos años después le repite, en un contexto en el cual Cristina vuelve a Bruselas después de un tiempo por aquella partida rocambolesca que tiene, cuando termina su beca Erasmus, cuando termina su estancia en Bruselas de una forma más imprevisible de lo habitual, veinte años después vuelve a Bruselas, se reencuentra con su amiga que veintitantos años después sigue y sigue bien; y entonces, me ha permitido este juego con estos estudiantes que acaban de llegar, con una frase parecida, Bruselas está bien para una temporada, pero aquí nadie se queda eternamente, eso es una forma irónica de decir que Bruselas, aunque la gente la pone como una ciudad de paso, es una ciudad en la que mucha gente se queda y se queda bien.

¿Con qué le gustaría que se quedasen los lectores de Una Erasmus en Bruselas?

En cuanto a lo que me gustaría que los lectores se quedaran de esta novela, yo creo que, fundamentalmente, que pensaran que ésta es una novela muy entretenida. No pretendo criticar nada con esta novela, pretendo únicamente entretener al lector y que pase un buen rato. Es una novela con elementos de intriga y de suspense, que nos remonta a una época historia en algún momento dado aunque es una novela que transcurre en la actualidad. Y es también una novela que va a permitir al lector conocer una ciudad, Bruselas, que es muy conocida, que es muy oída por los medios de comunicación, pero es la gran desconocida desde el punto de vista de cómo se vive allí, qué gente vive, qué es lo que hacen, y la novela pretende poder acercar a toda esa realidad.

Si nos animamos a visitar la ciudad de Bruselas, recomiéndenos algún lugar especial, un poco fuera de la típica guía de viajes, un lugar para turistas osados.


Yo recomiendo un local que aparece en la novela y que tiene mucha trascendencia, en un momento muy concreto de la evolución de la protagonista, que es un pub donde se sirve unas bebidas hechas a base de vino afrutado que se llama GOUPIL LE FOL. Está muy cerca de la Grande Place, no recuerdo como se llama la calle, pero que es un local muy peculiar, parece más un almacén de trastos viejos que un local de copas y que cuando entras la sensación es la misma que se produce en el escaparate, las vitrinas de la entrada, del local, el estar un tanto hacinados, de una forma aparentemente caótica, libros antiguos, antiguallas, fotografías desconcertantes de personajes de época, el techo esta anormalmente bajo, y totalmente forrado de discos de vinilo las paredes, las mesas están muy juntas, con velas, la única iluminación son velas en botellas, y de fondo hay un gramófono de estos que le metes una moneda y eliges las canciones y solo oyes música francesa. Es un local muy peculiar que en un principio puede plantearte alguna cierta repulsión pero que te cautiva al poco de estar allí, es el sitio que recomiendo.

Muchas gracias y mucha suerte, Alfredo.

Por Ginés J. Vera.
Foto: AU Agenda Urbana, 2014

2 comentarios:

  1. No conocía a este autor, así que gracias por esta entrevista. Lo tendré en cuenta para futuras lecturas su libro, que me ha llamado la atención.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Margari, la verdad es que se lee muy rápido y se aprenden datos curiosos sobre Historia. Estuve en Bruselas y es verdad, el niño meando es tan pequeño que uno se lo imagina enorme cuando le hablan de él hasta que lo ve. Buenas lecturas. Un saludo.

      Eliminar