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lunes, 6 de octubre de 2014

LUIS DELGADO BAÑÓN: «El vocabulario a emplear ha sido una de los aspectos más importantes a tener en cuenta».

Estos días estoy tentado por la idea de embarcarme en la escritura de una novela, una novela histórica, además. Lejos estoy del nivel y experiencia del autor que entrevisto esta semana. 

  Luis Delgado Bañón (Murcia, 1946) es delegado del Instituto de Historia y Cultura Naval en el Mediterráneo y director del Museo Naval de Cartagena además de almirante naval retirado especializado en novela histórica. A los dieciséis años ingresó en el Cuerpo General de la Armada y ha sido capitán de navío durante más de cuarenta años. Delgado se ha propuesto el ambicioso proyecto, aún en curso, de escribir una serie de 56 novelas que ilustren sobre la historia naval de España entre el momento de su mayor esplendor, durante la segunda mitad del siglo XVIII, hasta la Guerra Civil Española, en una colección de novelas denominada Una saga marinera española. Me ha concedido esta entrevista con motivo de la publicación de su última novela El vapor de guerra Blasco de Garay.

La saga familiar de los Lezañana que vertebra esta Saga Marinera Española ya va por su cuarta generación y estimo que le quedan aún muchas aventuras hasta llegar al siglo XX donde creo tiene pensado echar el ancla.

Creo que quiero a la familia Leñanza como si se tratara de la mía propia. En efecto, han aparecido cuatro generaciones y ya la quinta asoma cabeza. Seguirán apareciendo, no lo dude. Debe tener en cuanta que en el volumen 26º, que escribo en estos días, me muevo por el año 1860 y necesitare más generaciones para alcanzar la Guerra Civil Española de 1936-39, que conformará el final de la Saga Marinera
La labor de documentación es innegable, precisa, me preguntaba por las fuentes de consulta a la hora no tanto de recabar detalles técnicos sino de la vida cotidiana, de la forma de hablar de la gente, el vocabulario y costumbres de la época.
La documentación particular para cada buque de la Armada la he buscado en nuestros magníficos Archivos Históricos, especialmente en los de El Viso del Marqués y del Museo Naval. En cuanto a detalles de la vida cotidiana y costumbres, hay muchas obras que lo exponen con mayor o menor claridad, normalmente trabajos de historiadores navales. Además, he leído mucha correspondencia particular entre miembros de la Armada de aquella época y mi experiencia personal tras muchos años de investigación da sus frutos.

El lenguaje en una novela como esta, tan marinera, ¿debe cuidarse tanto para quienes estar familiarizados resultando veraz, como para los que no si queremos disfrutar sin acudir constantemente al diccionario?

Desde el primer volumen de la Saga Marinera, el vocabulario a emplear ha sido una de los aspectos más importantes a tener en cuenta. Aunque deseo que se conozca lo que se suele llamar como “parla marinera”, si hubiese empleado la que de verdad se utilizaba a bordo de los buques de la Armada, habría compuesto pasajes ininteligibles para la mayor parte de los lectores. Por fin, me decidí por un compromiso, de forma que la obra se entienda en su mayor parte y, además, dar a conocer algunos términos muy marineros, con la ayuda de algunas notas a pie de página. Espero que haya sido aceptable el resultado y que la obra “suene a mar” a los lectores.

De entre las muchas curiosidades de esta novela destaco ésta por si quiere comentarla. Me refiero a cuando Leñanza se queja de los problemas de emplear carbón de mala calidad en los buques, no solo en el rendimiento de las calderas, sino para la salud de los hombres por culpa de los vapores que emanaban. Ya había este tipo de preocupaciones en la época.

El problema de la calidad del carbón ha sido un caballo de batalla durante muchos años. Y no sólo para que el buque pudiera emplear sus máquinas al máximo rendimiento, sino por los peligrosos vapores sulfurosos que llegaba a emanar. Todavía en la Guerra Hispano-Americana del 98, los buques del almirante Cervera sufrieron ese problema con gravedad, que mucho afectó al combate en Santiago de Cuba.

Conocer la historia de nuestra Historia, en mayúsculas, ¿nos ayuda a comprendernos como pueblo, como sociedad, a erradicar fanatismos sobre quienes hicieron posible la convivencia entre las distintas regiones e identidades de nuestro país? Me refiero a Cataluña vista con la oportuna perspectiva histórica.

Creo que acierta de lleno. Solamente hay que ojear los nombres de los miembros de las dotaciones de los buques a lo largo de los siglos, para comprender que la empresa marítima española, fabulosa desde cualquier punto de vista, fue una obra de todos los pueblos de España. Algunos lectores me han preguntado por qué empleo tantos nombres vascos y catalanes. No lo hago con un fin particular, porque siempre empleo el máximo rigor en las informaciones. Lo que sucede es que un elevado número de vascos y catalanes se emplearon en la Real Armada en defensa de su patria española.

Muchas gracias y mucha suerte Luis Delgado Bañón.


Por Ginés J. Vera.

4 comentarios:

  1. Una muy buena entrevista. Me llama la atención el tema del archivo histórico, tiene que ser emocionante. Esa información sobre el carbón también ha sido genial.

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    1. Gracias Mimi Alonso, te confesaré que la idea de novela que ando urdiendo estos días tiene que ver con barcos, con una fábrica de cañones de hace siglos en España... Bueno, por ahora es una idea, la entrevista ha sido un lujo gracias a Luis Delgado, le estoy muy agradecido. Saludos literarios.

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  2. Y no conocía yo a este autor? No tengo perdón. Y tendré que buscar pronto el primer libro de esta serie que está escribiendo. Me ha dejado con ganas esta entrevista.
    Besotes!!!!

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    1. Hola Margari, muchas gracias por tu visita. La verdad es que la entrevista ha sido un lujo (ya lo comenté en algún momento) porque es un hombre ocupado, pero dices bien, son libros con historia de la buena, historia de la historia. Te lo recomiendo. Un saludo.

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