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miércoles, 17 de octubre de 2012

Entrevista, JAVIER PELLICER

Esta es tu primera novela y ya con una editorial como Pámies, ¿qué opinión tienes de los escritores que se quejan de lo difícil que es irrumpir en el mercado con un primer libro sin un padrino o un premio a la espalda?
-A mí nunca me ha gustado quejarme de lo difícil que es algo, porque cuanto más complicado, mayor es la satisfacción cuando lo logras. Respetando el modo de ver las cosas de los demás, yo pienso que lo mejor es trabajar y luchar por lo que uno quiere conseguir, con humildad y sin dejarse llevar por la impaciencia. Ese tema de los padrinos y los premios es un tópico que en pocas ocasiones tiene base real. La mayoría de escritores que conozco, más o menos de mi generación, han logrado publicar después de años de esfuerzo, aprendizaje y mejora. Y lo que nos queda.
La novela histórica goza de buena salud, incluso hay periodos que parecen no tocar fondo, ¿a qué crees que es debido? ¿Se cansarán los lectores de tanta Historia y volverán a emerger otros géneros siguiendo ciclos?
-La novela histórica siempre ha gustado mucho al público. De hecho, yo creo que nunca ha estado de moda realmente, siempre ha estado ahí. Podríamos hablar de grandes clásicos como Sinuhé el Egipcio, o Yo, Claudio, para darnos cuenta que el gusto por la literatura histórica no es algo novedoso. Yo pienso que está tan cimentada como la novela contemporánea, por ejemplo, y que siempre tendrá un público sólido.
El espíritu del Lince ahonda en una España (Iberia) convulsa, en confrontación, en un periodo que -pecando de ignorante del género-, creo que no se había novelado mucho. ¿Por qué elegiste este periodo en concreto?
-Se ha novelado muy poco. Ahora mismo recuerdo una novela de Arturo Gonzalo Aizpiri (El Heredero de Tartessos), ambientada en los celtíberos. Santiago Posteguillo también ha tratado más o menos la misma época (los años posteriores a mi novela), pero igualmente desde los ojos de romanos y cartagineses. Sin embargo, con los íberos como protagonistas no tengo constancia de que haya ninguna novela.
Elegí este momento histórico porque me ofrecía todos los elementos para una novela épica: una época convulsa (la invasión cartaginesa), episodios grandiosos (los asedios de Hélike y Sagunto, por ejemplo), y una sociedad poco conocida y que sin embargo es fabulosa. No olvidemos que los prolegómenos de la Segunda Guerra Púnica cambiaron el orden del mundo conocido de aquellos tiempos. Nuestro territorio, la península ibérica, pasó de ser un rinconcito en el que nadie pensaba en objeto de deseo de dos superpotencias como Cartago y Roma.
Háblanos sobre el trabajo de documentación que lleva detrás, pues aunque me consta que has publicado asiduamente en género fantástico, la novela histórica se me antoja en las antípodas de aquel.
-No tienen tanta diferencia. El realismo también es necesario en el género fantástico, y se pueden utilizar diversas técnicas y estilos propios de este para hacer novela histórica. Yo, por ejemplo, aproveché mi experiencia con la épica fantástica para dotar de esa grandiosidad a “El espíritu del lince”.
En cuanto al proceso de documentación, fue arduo y bastante largo. Hay que leer muchos artículos especializados, que no son precisamente lecturas muy amenas, escribir muchas notas, tener en cuenta un montón de variables para poder adaptar los datos con el argumento y la ficción propia de una novela. Sin embargo lo disfruté. Aprendí muchísimo, tanto que creo que no será mi última incursión en el mundo de los íberos.
¿Qué papel crees que tienen en nuestros días la promoción del escritor a través de internet, esto es, blogs, redes sociales, etc.?
-Internet es una herramienta poderosísima, y bien aprovechada puede marcar las diferencias, o al menos ser una ayuda muy potente. Nos conecta a todos con más facilidad, podemos llegar a lectores que de otro modo no sabrían de la obra. Y al revés, el lector puede descubrir una obra que le haga disfrutar y que de otro modo tal vez habría pasado desapercibida en las librerías. Por último, y no menos importante, nos permite a los autores conocer a los lectores, charlar con ellos y, en ocasiones, hacer verdaderas amistades.
También quiero saber tu opinión del libro digital frente a las ediciones en papel y, ya puestos, por qué algunas editoriales asignan precios casi parecidos siendo que los primeros no tienen el mismo coste que las ediciones tradicionales.
-Yo soy un defensor a ultranza de la convivencia del libro en papel y el ebook. Creo que son formatos complementarios, que cada uno tiene su público y que ambos tienen muchas ventajas para autor y lector. También desventajas, pero ya se sabe que nada es perfecto. Cada lector debe ser libre de elegir el formato que prefiera, y ninguna de las partes debería criticar a la otra.
El tema de los precios es espinoso, estoy al tanto. En primer lugar, no hay que culpar al autor de esos precios altos, pues no es su potestad. Y, en segundo lugar, las editoriales son empresas que invierten un dinero. Se puede estar en desacuerdo con lo que hacen, pero atacarlas con insultos por poner un precio caro no me parece muy correcto. Creo sinceramente (y espero) que poco a poco se irá resolviendo. Cuando todo esto se normalice, los precios serán más bajos. Ocurría lo mismo con los primeros DVD's, que eran muy caros. Ahora en cambio se pueden conseguir por mucho menos. Al final, es el comprador quien tiene el poder, quien debe regularizar el mercado: si la gente no compra a esos precios, los productores tendrán que bajarlo. Pero es algo que debe cambiar de modo natural y calmado, con la fuerza que tiene el consumidor, no con boicots y otras formas que no me parecen las más adecuadas. Todo llegará.
Oí decir a la escritora Alicia Giménez que los lectores de novela policíaca son bastante fieles al género y en especial al autor/a que les gusta, ¿es aplicable a los lectores de novela histórica? ¿Qué busca el lector de este género: rigor histórico, credibilidad o entretenimiento?
-Sí, los lectores de histórica son muy fieles. Y en cuanto a qué buscan, y hablando como lector de histórica que también soy, creo que buscamos un equilibrio entre todos esos aspectos. El rigor es muy importante, pero no puede, o no debe en mi opinión, sobrepasar al entretenimiento. Porque en primer lugar una novela es ficción, y lo que la ficción busca es hacer pasar un buen rato al consumidor. Es una premisa que no debe olvidarse jamás.
Una de mis preguntas clásicas tiene que ver con las lecturas del autor, y en este caso me gustaría que me hablases de tus autores de la infancia y los que te influyeron para abordar este género.
-Admiro a tantos autores que enumerarlos se haría interminable, así que destacaré solo a dos, uno nacional y otro internacional. Entre los españoles, me fascina la polivalencia de Javier Negrete, capaz de pasar de la novela de fantasía a la histórica, recorriendo por el medio con el thriller e incluso en ensayo.
Pero si un autor me ha marcado ha sido sin duda Tolkien, y su maravillosa obra de El Señor de los Anillos. Fue él quien me hizo desear ser escritor.
Si pudiéramos hacer un paralelismo entre la sociedad de El espíritu del Lince y la nuestra actual, cuál sería más allá de la amenaza del fin del mundo, y esto lo digo con cierta picardía, si me lo permites.
-Si me lo permites, más que un paralelismo, destacaría el papel de la mujer en la sociedad íbera, a las que se respetaba e incluso en algunos aspectos se la idolatraba, por ser mujer y la creadora de nueva vida. Quizás es algo que podríamos aprender de ellos, a mostrar más respeto por las mujeres.
Una frase o dos de tu novela que destacarías para aquellos lectores que estén casi a punto de ir corriendo a la librería a comprar El espíritu del Lince.
-¡Buf, qué complicado! (risas). Quizás la que remata el prólogo: “Alzo el brazo y me preparo para descargar el golpe que cambiará el curso de la Historia”. Resume un poco la épica que he pretendido imprimir a la obra, aunque también hay momentos muy intimistas.
La pregunta incómoda al final y no vale pedir comodín ni llamar a las tropas de Cartago… Un libro que no te hayas podido terminar o que te costó horrores, histórico o no.
-Es curioso, porque es la segunda vez que me hacen esta pregunta en todas las entrevistas que me han hecho. Rara vez he dejado por acabar un libro, porque soy muy selectivo. Pero hace un tiempo traté de leer “Crepúsculo” para ver a qué se debía su éxito, y con todos mis respetos (cada lector tiene sus gustos), no me atrapó nada y tuve que dejarlo. Quizás fue porque la historia no estaba hecha para mí.
Muchas gracias y mucha suerte, Javier.

Por Ginés Vera.

8 comentarios:

  1. Una entrevista fantástica. Aún no lo he comprado, en realidad porque no lo he visto o si voy me despisto con los títulos, pero me apetece algo de histórica en nuestra tierra.
    Nos leemos
    Besos

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    1. Muchas gracias por tu visita y comentario. A mi me lo regalaron, pero tengo la fortuna de que Javier me lo dedicase, de autor recién publicado a aspirante. Un lujo.
      Historia y aventura, por cierto...no cuento más.
      Un saludo.

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  2. Interesante y casi diría que esperanzadora entrevista. Me gusta mucho el género histórico y tuve una época que todo lo que leía pertenecía a él.
    Es bueno que se resalten y se elijan partes de nuestra historia.
    Un beso

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    1. Hola May, pues sí, la novela histórica goza de buena salud y como dices es bueno conocer nuestra historia a la par que uno lee una novela. Esta además toca bien cerca de nuestro mar Mediterráneo. Un saludo.

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  3. Fantástica entrevista, Ginés. Me gustan las historias épicas y se ve que ésta promete. Donde la puedo comprar?
    Enhorabuena a ambos!!!

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    1. Gracias Virginia, pues puedes ir a cualquier librería incluyendo Centros Comerciales de la ciudad que seguro la encuentras. Un saludo y encantado de tu visita.

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  4. Magnífica entrevista. Felicidades a ambos.

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