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lunes, 14 de octubre de 2013

Entrevista a LARA MORENO: « Es la historia de una huida.»

Entrevisto a Lara Moreno, escritora sevillana, poeta y autora de los libros de relatos Casi todas las tijeras y Cuatro veces fuego. Elegida Nuevo Talento de Literatura FNAC 2013, presenta su primera novela Por si se va la luz, una obra narrada como un viaje intimista, lleno de pensamientos, donde una pareja decide romper con su manera de vida llena de necesidades materiales.

La historia está contada a varias voces, como en pequeñas dosis, a modo de esas cajas de tesoros que guardaba Nadia.

A mí no me parecieron tan pequeñas, pero a posteriori tal vez si, veo que son capítulos cortos, la historia avanza lineal a través de historias. Me plantee hacer la novela coral y posiblemente por eso, por ese camino mío de relatos, que es de donde venia, me planteé hacer un poco que, estéticamente por lo menos, funcionasen de forma independiente aunque la historia es lineal. Me resultaba más fácil empezar y terminar una y otra vez.

Tras varios libros de relatos, microrrelatos y poemarios, esta es su primera novela ¿cuál ha sido su evolución creativa y de dónde surge la necesidad de esta novela?

Supongo que era algo que llevaba ahí, yo siempre he leído novela, el ochenta por cien de lo que leo es prosa y entre la prosa, novela más que relato. Cuando hace muchísimos años empecé a convertir mis textos verboirréicos que no eran nada, que no estaban en ningún genero, los convertir en relatos; me enfrente a la construcción de un personaje, a escribir relatos. Me han dado muchas satisfacciones creativamente hablando y creo que me lo seguirá dando. La disciplina que requiere la novela no tiene nada que ver con nada. Llego un momento en que me dije: vamos a hacer otra cosa, y aquí está.

Me pregunto hasta dónde renunciar es renunciar en esta novela  «Renunciar es renunciar», dice uno de los personajes– y no una huida.

Renunciar no siempre tiene la connotación de huida, muchas veces tiene la connotación de todo lo contrario, de ‘aquí me quedo’, pero en este caso esto una huida en toda regla; es una huida un poco contra la historia, porque huyen a un sitio de donde casi no pueden salir, no es una huida hacia delante, es una huida con un muro ahí con el que se chocan. Respecto a su situación personal también es una huida, ya que en este caso huyen una pareja y se llevan todas sus mochilas de dudas paranoias, desazones e interioridades, y además están solos frente a nada. Es la historia de una huida.

 «Necesito que me comprendan y sobre todo afirma Nadia–, necesito que me hablen».

Es que Nadia es un personaje un poco conflictivo, a lo mejor, por lo que estoy notando sobre todo; no lo pensaba cuando lo escribía, pero es lo que voy notando por el feedback. Tiene una especie de crisis perpetua de identidad, no sabe nunca realmente dónde está bien, y es la que se enfrenta a un conflicto más grande con respecto a la sociedad no como logística sino como sociedad humana y con respecto a los lazos y motivos. A parte de esta necesidad que tiene, ha sido una artista plástica, ha dejado un poco de ser, porque en la ciudad donde vive eso no le sirve para nada y de pronto ha perdido este reconocimiento. Y además es una persona atada, aunque está constantemente buscando su liberación interna, pero está atada siempre a lo emocional, a su pareja, a su familia…, tiene mucha responsabilidad, y mucha culpabilidad.

¿No hay alter ego con su personaje, con Nadia, entonces?

No. Hice un poco a este personaje dando la vuelta a ciertas cosas respecto a mí, no quería meterme en Nadia no más que en los demás personajes.

Rescato esta frase en el texto: «Romper con las reglas de tiempo  y la propiedad es la antítesis del tiempo moderno».

Creo que sí, estamos en ‘esta’ civilización en concreto; moderna, entre muchas comillas; estamos en un aluvión de necesidades, de cosas que nos pertenecen, de muchos deberes que también nos pertenecen, muchas domiciliaciones bancarias de muchísimas cosas que nos dejan poco tiempo. El tiempo está completamente fragmentado y cada vez más, y ya con el Smartphone, soy la primera en usa constantemente, es el sumun; no hay segundo vacio.

No sé si hablar de la estética de texto, aludiendo a Nadia, o de la poética,  este mismo año ha publicado también un poemario.

Yo tampoco, está muy mezclado, depende. El concepto de estética tiene como muchos matices distintos según donde lo pongas, pero la estética tiene que ver con la forma, y yo la verdad es que estéticamente he trabajado bastante el texto y no solo el texto sino el contexto, Limar todo, el clima rural, el pueblo, enfrentarlos a la luz, al sol, a la ausencia de lluvia, a las rocas, a la tierra, es muy estético.

Nadia, como artista, afirma: «Sin la delicadeza destructiva del arte apenas puedo respirar.»

Viene de esta raíz que tiene Nadia y donde ella ha proyectado, sus movimientos personales más fuertes; se ha agarrado durante mucho tiempo a algo tan frágil como al arte, y no solamente frágil por su maquinaria, y por cómo funciona el arte, por lo difícil que resulta vivir del arte, tanto de la literatura, la música, etc, sino también por lo frágil que se encuentra uno respecto al arte. Ella ha simplificado su vida muchísimo en ese aspecto y asomarse de nuevo al arte no solo como el arte, porque ahora no hay límite, ella está al margen, es un poco volver a ella misma, a lo que ella es.

De la literatura a la música, me preguntaba ¿cuál sería la banda sonora de Por si se va la luz?


Estoy pensando en la música que escuche mientras la escribía, que fue mucha; por supuesto Radiohead que aparece en el libro, también Lhasa de Sela y Toni Bravo.

Muchas gracias y mucha suerte, Lara.

Por Ginés J. Vera.

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