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lunes, 4 de noviembre de 2019

La guerra. Ana María Shua


Tras leer este libro, “La Guerra” (Páginas de espuma) de la genial microrrelatista argentina Ana María Shua, pensé en alguna cita célebre para acompañar esta reseña. Una de las que más me gustó fue la del novelista y ensayista francés André Maurois: «En la conversación, como en la guerra -enunció-, basta resistir un cuarto de hora más que el adversario. La tenacidad vence sobre la razón, sobre la Ciencia: reduce al adversario al silencio por medio del aburrimiento.» 

Shua mantiene una conversación con el lector a través de los más de cien microrrelatos que componen “La guerra”. La tenacidad de la autora, el mayor referente de este género en nuestro idioma, radica en el uso de los elementos inconfundibles en su estilo literario. Sus armas son la elipsis, el matiz, lo poético y ese silencio aunados en una suerte de exploración literaria de las microficciones para llegar a lo sublime a través de la brevedad. 

Los microrrelatos de “La guerra” vienen en batallones, se disponen en ordenadas formaciones haciendo desfilar guerreros, armas, estrategias, campos de batalla, hitos históricos, héroes y heroínas. Hay nombres propios como Sun Tzu, Lisistrata o el gran Inca Huiracocha; hay escenarios bélicos que se remontan a los celtas o la Gran Guerra hasta las que aún están por llegar. Leemos acerca de personas o de animales: perros, elefantes, murciélagos o… bacterias. Sin olvidar que hay vencedores y vencidos, claro. 

Aunque tras el fragor de la batalla queda mucho más. El amor y la guerra como un campo de batalla peculiar, esa idealización del patriotismo o de esos a los que se les ha llamado los señores de la guerra. El concepto de enemigo se diluye entre la invitación tácita a reflexionar sobre la condición humana , a cuestionarnos acerca del heroismo y el oficio de la guerra como invento de la humanidad en contra de sí misma.

Distintas batallas, puntos de vista, mismos errores y grandes enseñanzas en textos breves a modo de disparos incruentos aunque certeros si uno se deja arrastrar por la maestría literaria de Shua.

Ana María Shua nació en Buenos Aires en 1951. Sus cuatro libros de minificciones, género en el que ha obtenido amplio reconocimiento en el mundo de habla hispana, son La sueñera, Casa de geishas, Botánica del caos y Temporada de fantasmas (Páginas de Espuma, 2004), incluidos todos ellos en Cazadores de letras (Páginas de Espuma, 2009), además de Fenómenos de circo (Páginas de Espuma, 2011). 

También ha escrito varios libros de cuentos, reunidos en el volumen Que tengas una vida interesante, y antologados en Contra tiempo (Páginas de Espuma, 2013). En 1980 ganó con su novela Soy paciente el premio de la editorial Losada. Sus otras novelas son Los amores de Laurita, El libro de los recuerdos (Beca Guggenheim), La muerte como efecto secundario (Premio Club de los Trece y Premio Municipal de Novela) y El peso de la tentación. También es autora de poesía, de literatura infantil, con la que ha obtenido premios nacionales e internacionales, entre ellos el del Banco del Libro en Venezuela y el White Raven, en Alemania. Sus libros han sido publicados en Brasil, España, Italia, Francia, Alemania, Corea y Estados Unidos.


2 comentarios:

  1. No conocía a la autora. Me atraen estos microrrelatos. Tomo buena nota.
    Besotes!!!

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