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jueves, 23 de julio de 2020

La claridad. Entrevista a Marcelo Luján


Me concedió estos días una entrevista Marcelo Luján. Es el autor del libro de relatos La  claridad (Páginas de espuma). Reseñé el libro esta semana, por cierto. Os dejo un enlace al pie con el resto de la entrevista. 

He querido compartirla hoy aquí por celebrar este año, este 23 de julio, un atípico día del libro. Darle las gracias a Marcelo, también al editor, Juan Casamayor. La cultura nos hace más libres, disfrutad de este verano.

P.: Cinco de estos seis relatos han merecido el VI Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero. ¿Qué supone para un libro este reconocimiento tras estos meses tan hostiles? ¿Es una suerte de claridad entre el sopor del largo y oscuro periodo de confinamiento vivido?

R.: Por supuesto que sí. Desde lo personal y por la pandemia que nos azota, tuve que esperar cuatro meses hasta que se hizo público el fallo. Cuatro meses de absoluto silencio, por el compromiso con los organizadores y por respeto a las compañeras y los compañeros finalistas. Fue muy complicado porque había ganado pero eso no salía en ningún sitio y nadie lo sabía. No pensar en ello, en la magnitud del premio (y, en consecuencia, del logro literario) me generó cierta ansiedad. Por suerte, incluso en el más estricto confinamiento, la lectura no estaba prohibida. La lectura siempre resiste y siempre nos salva de la locura.

P.: El sexto relato, el titulado ‘Más oscuro que tu luz’, no entró a concurso aunque sí en esta antología. Háblenos de esa decisión de que formase parte del libro como un todo completando este “La claridad”.

R.: Ese cuento tuve que sacarlo del manuscrito original que presenté al premio porque ganó un concurso en el transcurso de tiempo de escritura del libro. Las bases del Premio Ribera del Duero solo aceptan cuentos inéditos y no premiados. De modo que lo tuve quitar. Pero es un cuento importante para el conjunto y para la propia armonía interna del libro. Por suerte, en el proceso de edición, Juan Casamayor decidió incluirlo, a modo de bonus track, y con una nota aclaratoria. La decisión fue del todo acertada.

P.: El primero de los relatos de este libro, ‘Treinta moneda de carne’, además de lo metafórico del título, incluye una frase que me gustaría que nos comentara. “Quién pudiera explicar esos extraños momentos en donde el tiempo de los relojes desaparece y solo vive y existe en la intensidad de las acciones”.

R.: Se trata, en primera instancia, de una construcción que articula y cohesiona (a estos pasajes me refería antes con aquello del narrador como herramienta). También es una afirmación compleja desde lo existencial y un momento del relato en donde se recurre a la composición subjetiva. La idea era decir que el tiempo, a veces, se detiene (o, mejor dicho, parece detenerse). Son pequeñísimos fragmentos de nuestras vidas en donde la propia situación nos absorbe porque nos excede. Se me ocurre que en esos instantes, no tenemos casi consciencia, el mundo desaparece y la mente funciona de un modo extraño. 

P.: Al hilo del título del primer relato incluido en “La claridad”, no me resisto a preguntarle por una curiosidad: esas citas bíblicas introductorias. Me han evocado en lo metafórico a esa luz que derribase al apóstol San Pablo de su caballo. 

R.: Vaya, qué buena alusión. No se me había ocurrido y me alegra escucharla. Los epígrafes de este libro son otro de los elementos que colaboran en la conformación de ese gran objetivo que me propuse al escribir “La claridad”: que sea un libro, que el lector, al terminar de leerlo, sintiera eso, que leyó un libro. Es la razón por la que todos los cuentos tienen una misma propuesta inicial, me refiero al aspecto paratextual. Además, la mixtura de citas bíblicas con fragmentos de canciones (digamos, rock), me gustó mucho. Siempre escucho tres o cuatro canciones, una y otra vez, durante el proceso de escritura de un texto de ficción porque me ayudan a imaginar una atmósfera (más allá de que esas canciones tengan o no que ver con la historia que pretendo contar). Por otra parte, la Biblia contiene innumerables escenas negras, de muerte y traición y en donde los muertos vuelven a la vida y los entes superestructurales, deidades, dialogan con los seres humanos. La Biblia como narración (quiero decir: omitiendo el componente religioso) es impresionante porque advierte constantemente del mal que existe en el mundo de los vivos.

P.: Háblenos del tratamiento del lenguaje formal en estos cuentos. También de la elección de la voz narradora lanzándonos las historias casi desde la oscuridad de la creación a la luz de su lectura. 

R.: Al planificar cada una de estas seis historias comprendí, entre otras cosas, que necesitarían extensión. Quiero decir una extensión más larga de lo habitual para el género. Y en el cuento, cuando pasas la página ocho o nueve o diez, la tensión comienza a correr serios riesgos. Y la tensión es el máximo elemento interno de un cuento y lo único que lo sostiene ante el lector. Un cuento que pierde tensión es un cuento que no va a ningún sitio. Por lo tanto, necesitaba herramientas técnicas que me ayudaran, llegado el caso, a estabilizar y mantener la tensión. Este narrador anticipatorio, por ejemplo, fue clave en esos pasajes en donde sentí que la tensión podría decaer. El futuro narrativo es un recurso maravilloso y poco utilizado en literatura (inexplicablemente), y que también sirve para realizar virajes bruscos, para mostrar la luz y, enseguida, la oscuridad y, enseguida, otra vez la luz o un pozo mayor de oscuridad. 

P.: Hallamos en estos relatos distintos grados de violencia y miedos. ¿Cree que hay una definición precisa del mal o que esta varía en función de la edad o la conciencia, ya individual ya colectiva del ser humano?

R.: El mal está en todas partes, a veces es visible, palpable, pero casi siempre se oculta y nos sorprende porque aparece en el momento menos pensado. Y esto último es lo que me interesa como narrador: ubicar la situación desgraciada, el hecho extraordinario, en un contexto de cotidianidad, incluso de placidez, donde los personajes están a gusto porque creen estar a salvo. No sé si el mal puede encasillarse en rangos de edad, tampoco sé si puede cuantificarse. La premeditación suele ser un elemento exponencial y por eso se considera que la planificación del mal es la cota más alta de la oscuridad. Auschwitz es un ejemplo de esto último. Pero también existe el daño no planificado, el que nace de la oportunidad y desde luego del azar, y esto sucede en ‘Treinta monedas de carne’, el cuento con el que abre “La claridad”.

Marcelo Luján (Buenos Aires, 1973) se radicó a principios de 2001 en Madrid, donde en la actualidad trabaja como coordinador de actividades culturales y talleres de creación literaria. Ha publicado los libros de cuentos Flores para Irene (Premio Santa Cruz de Tenerife 2003), En algún cielo (Premio Ciudad de Alcalá de Narrativa 2006) y El desvío (Premio Kutxa Ciudad de San Sebastián 2007). Ha publicado también libros de prosa poética Arder en el invierno y Pequeños pies ingleses, y las novelas La mala espera (Premio Ciudad de Getafe de Novela Negra 2009 y segunda Mención del Premio Clarín 2005), Moravia y Subsuelo (Premio Dashiell Hammett 2016, entre otros). Parte de su obra fue seleccionada en campañas de fomento a la lectura y traducida al francés, italiano, checo y búlgaro.



lunes, 20 de julio de 2020

La claridad. Marcelo Luján

La  claridad (Páginas de espuma), de Marcelo Luján me llegó a casa por sorpresa. Agradecí el detalle. No solo porque soy un gran fan de la narrativa breve. Hace años que sigo el fallo de este premio literario. He tenido la oportunidad de leer las obras ganadoras de ediciones anteriores. 

Se lo comenté también al editor. Mantener un nivel narrativo tan alto con las obras ganadoras no es fácil. Creo que estos seis relatos, cinco en realidad, incluidos en La claridad, lo han conseguido. Empecemos por eso de cinco en realidad. Al VI Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero su autor presentó los cinco primeros cuentos. El sexto, el titulado Más oscuro que la luz, es anterior. Y también premiado, si se me permite decirlo. 

Empecé a leer La claridad justo por este último. Manías, nada que impida a cualquier lector o lectora apreciar en los seis de esta antología el nexo común. Sobre todo si se leen desde el inicio. Hay varios elementos vertebrales, además del lenguaje y el efectismo de la voz narrativa elegida. Elementos sorpresivos como el chispazo de la violencia, aunque para nada gratuita, más bien artística, lúcida. Otro de los elementos es la figura femenina sobrevolando o recorriendo en sordina las tramas. Lo femenino como antecedente, como ingrediente de intensidad que ilumina. Justamente la luz, la claridad ya anunciada desde el título, es el gran elemento o eje común en estos seis cuentos. Una especie de luz epifánica, de brillo o fulgor contemplado en lo más profundo de la oscuridad. Ese juego de luces, de contrapunto entre lo que se ilumina y lo que se esconde o se oculta no solo en el paisaje sino en la condición humana. 

Acaso por ello, Luján nos muestra esa violencia para exponernos las motivaciones de los protagonistas un poco al hilo de aquella cita de Faulkner. Cinco relatos más un sexto que han merecido el voto unánime del jurado de este año del Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero. Dos buenas razones para recomendarlo. 

Por cierto, la cita de William Faulkner si no me falla la memoria es: “Una cerilla no ilumina apenas nada, pero nos permite ver cuánta oscuridad hay a su alrededor”.

Marcelo Luján (Buenos Aires, 1973) se radicó a principios de 2001 en Madrid, donde en la actualidad trabaja como coordinador de actividades culturales y talleres de creación literaria. Ha publicado los libros de cuentos Flores para Irene (Premio Santa Cruz de Tenerife 2003), En algún cielo (Premio Ciudad de Alcalá de Narrativa 2006) y El desvío (Premio Kutxa Ciudad de San Sebastián 2007). Ha publicado también libros de prosa poética Arder en el invierno y Pequeños pies ingleses, y las novelas La mala espera (Premio Ciudad de Getafe de Novela Negra 2009 y segunda Mención del Premio Clarín 2005), Moravia y Subsuelo (Premio Dashiell Hammett 2016, entre otros). Parte de su obra fue seleccionada en campañas de fomento a la lectura y traducida al francés, italiano, checo y búlgaro.


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lunes, 13 de julio de 2020

Come seguro comiendo de todo. Beatriz Robles

Come seguro comiendo de todo (Planeta), de Beatriz Robles, es un libro que recomiendo especialmente estos días. Porque estamos en verano, una época del año con propensión a comidas fuera de casa, en locales al aire libre o, sencillamente, a intoxicaciones alimentarias

Tal y como apunta el título, su autora nos propone comer de manera segura. Lo de comer de todo, bueno, quienes se acerquen al libro verán que es más bien “casi de todo”. Porque hay alimentos que será mejor dejar para otro momento, bien por causas fisiológicas o patológicas. El embarazo o la lactancia en el primer caso y si uno es alérgico o intolerante a ciertos alimentos o sustancias presentes en estos en el segundo. 

Come seguro comiendo de todo destaca por dos grandes recursos: su sencillez a la hora de explicar el porqué de lo que sí o no podemos comer y la rigurosidad de lo expuesto. Porque hay mucho bulo, mucha desinformación, o sobresaturación de esta en las redes y medios de comunicación. No en vano hay un capítulo dedicado precisamente a mitos y bulos sobre la alimentación. El libro se lee entretenido, incluso divertido (ya que la autora apela al sentido del humor aquí y allá) y puede sernos de utilidad a modo de consulta ya que se prodiga en tablas y referencias bibliográficas (estas al final del libro, para facilitar su lectura) 

Otra curiosidad relevante en Come seguro comiendo de todo es su enfoque. Robles analiza la seguridad alimentaria desde el momento de la compra al de su gestión al llegar a casa; desde el cocinado y conservado tras este a la seguridad alimentaria en sí en nuestro ciclo vital. Incluso en la solapa de contraportada la autora nos regala 10 consejos o reglas de oro para alimentarnos de forma segura. 

En resumen, Come seguro comiendo de todo es una guía ideal para comer seguro con conocimiento, evitando desperdiciar comida, tiempo y lamentos por descuidos que acaben en enfermedad. Comamos seguro sabiendo cómo alejando los peligros de nuestra cocina y nuestros cuerpos este verano. El prólogo corre a cargo de Juan Revenga.

Beatriz Robles (León, 1981) es licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y graduada en Nutrición Humana y Dietética con una amplia formación en seguridad alimentaria y patologías nutricionales. Tras años como consultora de empresas, hoy reparte su tiempo entre la docencia en la Universidad Isabel I y numerosas colaboraciones e intervenciones en medios de comunicación.

miércoles, 8 de julio de 2020

Hombres de verdad. Alberto Marcos.

He leído estos días Hombres de verdad (Páginas de espuma), de Alberto Marcos. Un libro de nueve relatos en los que el escritor madrileño nos invita a reflexionar sobre las masculinidades de este siglo impar. Masculinidades en plural, sobre el rol del varón, dicho de manera genérica, en especial bajo la óptica de sus contradicciones pasadas, presentes y… ¿futuras? 

El nuevo escenario de la igualdad de género parece hacer tambalear los principios inamovibles de aquellos ‘hombres de verdad’ de hasta hace poco. El varón como cúspide en la pirámide evolutiva, el macho batallador, cortés, insensible y dominante. Pero también el hombre sensible, tierno, afectuoso y frágil discurren en forma de personajes en Hombres de verdad. Con un lenguaje sencillo, con un trazado fluido y elegante en cuanto a la prosa, estos relatos se oyen casi como una confesión de bar, de café. Una charla con algunos de esos hombres heteros o no. 

Hay compasión e idealización de esa figura masculina, también catarsis y búsqueda de respuestas. Mac y Sergi protagonizan el relato "Lo que surja" descubriéndonos el miedo, la inseguridad y la fuerza de las convicciones sociales. En “Disfunción eréctil”, un treintañero se enfrenta a sus propios miedos sobre todo psicológicos a causa de esa eterna masculinidad idealizada con el vigor sexual. El protagonista de "Lo que necesitaba" reflexiona a una edad madura sobre su vida, los valores, el placer, las decepciones y condescendencias de ser hombre bajo la perspectiva precisamente de haber vivido una vida para contarlo. 

Destaco el relato “El Chico de la Piscina” por su elegante narración a modo de diario, por esa deliciosa tensión narrativa con la que iremos sumergiéndonos en las inquietudes de su protagonista casi como si lo hiciéramos en el agua de esa piscina. No puedo olvidarme de “El secreto de Barbie y Mariposa”. Un relato que encierra ternura y afecto tanto por ese descubrimiento de los “otros” protagonistas de este como por la brevedad del relato mismo condensándonos en unas pocas páginas la esencia de lo que es este Hombres de verdad.

Un libro de encuentros, desencuentros y reflexiones en torno al ser masculino perdido en su propia búsqueda (o huída) peterpanesca. 

Alberto Marcos (1977) nació en Madrid. Es licenciado en Historia. Fue redactor y guionista de televisión, una labor que compaginó con diversos trabajos como autor y corrector para diferentes editoriales. Actualmente, trabaja como editor en Penguin Random House, en el sello de Plaza & Janés, y da clases de edición en el máster de la Universidad Autónoma de Madrid y en el de Gestión Cultural de la Universidad Complutense de Madrid. En 2013 publicó La vida en obras. Hombres de verdad es su segundo libro de cuentos.

miércoles, 1 de julio de 2020

El mensaje de Pandora. Javier Sierra

He leído estos días El mensaje de Pandora (Planeta), de Javier Sierra. Al escritor turolense tuve la oportunidad de conocerle hace años, en un hotel, cuando vino a promocionar su novela  El Angel Perdido.

En esta ocasión, además de leerme este El mensaje de Pandora, he aprovechado para lanzarle unas cuantas preguntas a modo de entrevista. Aparecerá en septiembre, aunque hoy he querido comentar a lxs lectorxs de Maleta de libros qué encontrarán en este libro.

El mensaje de Pandora es una novela breve planteada en forma de carta. Se la escribe a Arys, en Creta, su tía en Atenas. Aquella va a cumplir la mayoría de edad y en esta misiva la narradora va a contarle un pequeño gran secreto. Dos, en realidad. Podría decirse que es una carta escrita al futuro con una gran presencia de mitología clásica. No es casual pues que la tía de Arys le escriba desde Atenas. Ambas realizaron viajes juntos por Europa empapándose de cultura y tradición, algo que aquella le recuerda. Pero más interesante son esos apuntes a modo de diálogo platónico, didáctico, para que Arys reflexione al recibir la carta. Y con esta, lo hagamos lxs lectorxs. 

Aquí es donde veremos la explicación, por ejemplo, del origen de las pandemias víricas con la invención de la ganadería y la agricultura. También hallaremos la teoría de la panspermia dirigida, una hipótesis sobre el origen de la vida en la Tierra que podría ser también la génesis de los virus. Es decir, que procedan del espacio exterior. 

La novela propone en resumen una discusión sobre la verdad y los dogmas imperantes en cada época, ya que conforme avanzamos en la lectura de El mensaje de Pandora iremos descubriendo la verdadera naturaleza de la narradora, de la tía de Arys. El trasfondo de este libro es la necesidad de detenernos a pensar para comprender. Es una carta-novela con una interesante reflexión sobre el estilo de vida de nuestra especie, de cómo las pandemias lo han ido transformando catástrofe a catástrofe. 

Sin duda, quien haya visto cierto guiño a la actual situación con la covid-19 no anda desencaminado. Un libro para descubrir, recordar y reflexionar sobre la luz y la oscuridad desde los orígenes mismos de la Humanidad.

Javier Sierra (Teruel, España, 1971) decidió hace veinticinco años buscar respuestas a grandes preguntas a través de la escritura. Desde entonces ha dado a imprenta once obras. Esta, la duodécima, asegura que es la más especial de todas. Obtuvo el Premio Planeta en 2017 con El fuego invisible y se convirtió en el único autor español cuyas novelas han llegado al top ten de los más vendidos en Estados Unidos. Javier Sierra como autor de La cena secreta, El maestro del Prado, La dama azul o El ángel perdido, ha conseguido que su literatura se lea hoy en 44 países.