martes, 29 de marzo de 2016

EMPAR FERNÁNDEZ: «Las redes sociales pueden servir para integrarte en la tribu como para estigmatizarte».



Entrevisto a la escritora barcelonesa Empar Fernández sentados en una coqueta y céntrica de Valencia. Ha venido de promoción en pleno mes de fiestas en la capital del Turia, donde se celebrará en mayo el encuentro Valencia Negra 2016 y que refiero ya que su novela ‘Maldita Verdad’ (Versátil, 2016) por la que le pregunto, ha resultado finalista del mismo por votación.

‘Maldita verdad’ es una novela autoconclusiva que cierra una trilogía,  y que tiene en común con sus dos anteriores el ser historias urbanas, oscuras, no hay investigación policial, sino una intriga más psicológica, así como una visión particular de la culpa.

Sí, el sentimiento de culpa es un sentimiento que me ha interesado mucho porque creo que tendemos a experimentar culpa a veces innecesariamente. Hay otras culturas que saben racionalizar más las cosas, en el sentido de yo soy responsable de una parcela de mi vida pero hay otras cosas de las que no me responsabilizo. Para nosotros la culpa es mucho más difuso, y es un sentimiento muy difícil de arrancar, de librarte de esa culpa; entonces, como pensaba que era un sentimiento verdaderamente interesante le dedique tres novelas: ‘La mujer que no bajó del avió’, ‘La última llamada’ y por ultimo ‘Maldita verdad’, todas ellas giran en torno a acontecimientos especiales, no tienen que ver la una con la otra, ni siquiera personajes en común, son autoconclusivas las tres, todas giran en torno a ese sentimiento de culpa.

La adolescencia tiene mucho que ver en esta novela.

Es una novela que gira alrededor de la vida y de los recuerdos de un adolescente, de un adolescente que vivió un momento muy muy trágico en un pasado lejano que casi consiguió medio borrar y que regresa. Los autores de la novela negra siempre acostumbramos a decir que el pasado nunca pasa, creo que fue Faulkner el que dijo: ‘el pasado nunca pasa ni tan siquiera muere, el pasado siempre está ahí’, y lo que le pasa al protagonista de mi novela es que hay un momento en el que el pasado vuelve.

Qué grande Faulkner, añadiría yo.
‘Cada adolescente era un mundo propio y complicado, en un equilibrio precario entre la euforia y la melancolía. (…) El adolescente adolece de casi todo’. Una edad difícil, ¿verdad?

Sí, mucho, es una de las verdades de la vida, la adolescencia es el momento en el que la personalidad se construye y ha de construirse mirándose en el reflejo de los demás, y es adquirir seguridad cuando dudas absolutamente de todo.

Háblenos del peligro de las redes sociales especialmente entre los adolescentes.

Las redes sociales contribuyen a que la relación se sienta bien, se sientan acogidos, el que tiene muchos ‘me gusta’ es un adolescente que probablemente se sienta bien; pero también es algo que se escapa del control de los adultos porque hay mensajes privados, hay grupos de whatsapp  a los que ni el padre ni el profesor pueden acceder. Igual que puede servir para integrarte en la tribu -porque es lo que decía un adolescente, tener un grupo en el que estar totalmente adaptado y reconocido-, sirve para apartarse de la tribu, sirve para estigmatizarte, para señalarte, te puede alegrar la vida, pero también te la puede amargar y eso es algo que se nos escapa. Si un chaval le da un empujón a otro en un pasillo del colegio el profesor puede reprenderlo, pero si un chaval insulta en un whatsapp o levanta un rumor, ni el profesor ni el padre pueden hacer nada, en ese sentido es una herramienta peligrosa.

A Daniel, el hijo de Olga Bernabé, le interesaba el cine, sobre todo la ciencia ficción, Blade Runner está muy presente; recordaba escenas, diálogos enteros, en eso era un chico poco corriente,  leemos en ‘Maldita verdad’, ¿por qué?

¿Por qué era poco corriente? Bueno, porque los chicos ahora, chicos y chicas, tienen la atención tan dispersa entre los videojuegos, entre el móvil, el Youtube…, tienen muchísimos estímulos, muchísimos, pero que uno se centre, investigue, se haga verdaderamente aficionado, a estos chicos acostumbramos a llamarlos frikis. Daniel da el perfil de friki, en un aula de treinta chicos hay dos o tres así, no es lo frecuente, que investiguen hasta hacerse verdaderos entendidos.

‘Raúl Forcano prefería las verdades a medias a las mentiras rotundas’. ‘Era un hombre de rutinas, de manías, de puras y duras obsesiones’ como la de nunca sentarse en el centro de un local.

Sí, sí, yo también me siento siempre junto a las paredes.

¿Qué más podemos decir de Raúl Forcano?

Podemos decir que es una persona que se prepara para ser investigador privado, le falta muy poco para acabar su formación y le ofrecen un primer caso, y le ofrecen este primer caso porque él, a diferencia de un investigador privado, cobrará menos. Tiene que investigar cuáles son los motivos que llevaron al adolescente a suicidarse. No tiene experiencia profesional solo tiene su formación y coge este primer caso con toda la ilusión del mundo. El problema es que alcanzará a saber la verdad, pero será tan triste su situación que se plantea un dilema: porque la verdad que he llegado a conocer es tan terrible, va a provocar tanta tristeza que es mejor que no haga la devolución a mi cliente. Es una situación bastante atípica pero especialmente conflictiva para una persona que decide hacer eso, que accede a la verdad y no la puede desvelar. 

Raúl Forcano tiene, además, una característica: es un hombre muy observador, pero también es un obsesivo compulsivo, en su interior él necesita controlar mucho la situación para conseguir el equilibrio. A veces nos cruzamos con personas que son así, pero no lo vemos; él sabe los rituales pero para un observador estos rituales no quieren decir nada. Raúl Forcano tiene esta personalidad, no ha conseguido una vida independiente, se está preparando para ello y su primer caso es así de triste.

¿Veremos a Raúl Forcano en alguna otra novela?

Sí, creo que sí, ahora estoy trabajando sobre la venganza y Raúl Forcano va a tener un papel en la próxima novela que se trata de la venganza.

Le dejaremos que termine la cerrera y eso

Sí, que termine la carrera, pero no le vamos a poner la vida fácil.

La vida no es fácil, ¿porque se la íbamos a dejar a él?

La vida no es fácil para el tampoco por lo que va a buscar la vida por otros derroteros, pero va a seguir investigando.

Muchas gracias y mucha suerte, Empar.

Por Ginés J. Vera.

Empar Fernández es profesora, columnista de prensa y autora de guiones para documentales. Ha publicado, entre otras obras de ficción, ‘Para que nunca amanezca’, ‘Hijos de la derrota’, ‘Mentiras capitales’ o ‘Sin causa aparente’. Entre los reconocimientos literarios están: Finalista del Premio de Novela Fernando Quiñones con la obra ‘El loco de las muñecas’ o ganadora del Premio de Novela Corta Rejadorada por ‘La cicatriz’. En 2014 inició su trilogía sobre la culpa con ‘La mujer que no bajó del avión’, ‘ La última llamada’ y ‘Maldita verdad’ en 2016 todas ellas bajo el sello de la Editorial Versátil.

lunes, 21 de marzo de 2016

GLORIA FORTÚN: «La dificultad es la de siempre cuando escribes: quieres que sea perfecto».




Entrevisto a Gloria Fortún esta semana, quien se define a sí misma como: Abrileña y madrileña. Feminista y lesbiana. Amiga, mujer, madre, hija. Rebelde. Bibliófila; tras leer ‘Ábreme con cuidado’. (Dos Bigotes, 2015).

¿Cómo le llega la invitación a participar en esta antología, en este reto literario, y qué pensó a la hora de enfrentarse a la tarea de prologarlo?

Hay editoriales independientes a las que sigo apasionadamente porque ofrecen libros distintos y enriquecen un panorama literario adormecido por los best-sellers que las grandes superficies despliegan en sus mesas, silenciando la diversidad. Dos Bigotes es una de estas pequeñas editoriales. Por eso, cuando una amiga me presentó a los dos valientes que están al frente, Alberto y Gonzalo, sentí de inmediato un gran interés por participar en el proyecto que tenían entre manos.

Con respecto al prólogo, sentí desde un primer momento el deseo de poner de manifiesto la labor de “memoria histórica” que tiene esta antología y la importancia que tiene sacar a la luz estos referentes de la literatura, por lo que me centré en desarrollar estas ideas.

¿Dónde situaría esta antología dentro del panorama actual de literatura femenina española?

Lo primero que diría es que es un libro de relatos de calidad, por lo que puede ser leído por cualquier persona que busque buena literatura y al mismo tiempo algo distinto, porque se trata de relatos de ficción que parten de la premisa de inspirarse en una escritora real. Además, el tomar como punto de partida la experiencia lesbiana es un valor añadido, porque nos faltan muchos referentes en esa temática.

Las autoras actuales han escogido libremente a las autoras históricas, en su caso, ¿a qué otra autora le hubiera gustado de poder escoger, de poder elegir a dos, además de a Aphra Behn, y por qué?

Es una pregunta muy difícil porque hay muchas autoras lesbianas a las que leo y admiro. Si fueran dos escritoras de la antología, supongo que escogería a Emily Dickinson y a Gloria Fuertes. La primera, por la calidad inmensa de su poesía y por lo silenciada que ha sido su historia de amor con Susan Gilbert. La segunda, porque también es una gran poeta que en su propio país, el nuestro, está tristemente infravalorada y porque la siento muy cercana, muy de Madrid como yo y muy de mi infancia.

Si fueran dos escritoras que no aparecen en la antología, imagino que optaría por la feminista radical Andrea Dworkin, porque su polémica vida da para inventar muchas historias, y por la poeta Audre Lorde, cuya autobiografía Zami dejó una huella indeleble en mí.

¿Qué dificultad cree que tiene enfrentarse a un reto como el de inspirarse en otra escritora ya que además del prólogo participa con la obra ‘Palimpsesto’?

El reto está en que por fin tienes la oportunidad de hacer un homenaje a una escritora que admiras, un homenaje que va a quedar ahí para siempre –verba volant scripta manent– y tal vez no vuelvas a tener una oportunidad así. Entonces, quieres que el resultado sea algo que si Aphra Behn pudiera leer, disfrutase. Al final, la dificultad es la de siempre cuando escribes: quieres que sea perfecto, que las palabras que escojas sean las únicas que podrían ir en esa frase.
 
Además de visibilizar a escritoras consagradas y redescubrir, más que descubrir, a las que conforman la antología con sus obras, ¿qué tres rasgos distintivos cree que destacan en todos o la mayoría de estos nueve relatos?

El rasgo que más llama la atención a mi entender es que todos han resultado ser relatos muy íntimos, en los que las autoras, a pesar de no escribir sobre ellas mismas, han puesto su corazón. Otra característica es la calidad literaria de los relatos, cosa que es de agradecer. Por último, diría que llama la atención lo distintos que son unos relatos de otros, no hay dos que se parezcan. Es un libro muy diverso y con muchas voces muy potentes.

En una misma página de su relato incluido en esta antología leo dos frases cortas que me gustaría que nos comentare pues creo que tienen ese doble valor tan presente en el arte y, por ende, en la literatura. ‘La gente se olvida muy rápido de los bombazos. Las noticias caducan’. (…) ‘Tragar comida era imposible, adelgacé y palidecí, pero nadie se dio cuenta. La gente va a lo suyo’. 

Con la primera frase por una parte quiero reflejar la banalidad de todo, porque lo que hoy es inmenso mañana se nos ha olvidado. Por eso no escuchar tu propio deseo por el qué dirán es un error muy grande, es “el precio de la sal”, que diría Patricia Highsmith, también homenajeada en Ábreme con cuidado. Así tituló esta autora su novela Carol en un primer momento, haciendo referencia a la mujer de Lot que se convierte en estatua de sal por sentir curiosidad. El precio que tienen que pagar las mujeres que atienden a sus deseos.

“La gente va a lo suyo” es una frase que, además, repito en el relato, porque refleja el dolor absoluto de la pérdida y la sorpresa de que el mundo siga tan normal cuando a ti se te ha roto el alma en pedazos. También muestra la soledad de la protagonista, quien al vivir una relación secreta, no puede compartir ni su amor ni su dolor con nadie. 

En la parte introductoria de su relato leo que con este le hace un pequeño homenaje a Aphra Behn, una mujer misteriosa y poco (re)conocida, me temo, no solo en su patria natal sino aquí. ¿Qué nos hemos perdido quienes no la hemos leído y qué obra nos aconseja, quizá Oroonoko?

Aphra Behn es al mismo tiempo enigmática, pues hay muchos episodios de su vida que no están del todo claros, y apasionante, porque fue espía, estuvo en la cárcel, presenció una revuelta de esclavos… Oroonoko trata precisamente de esta revuelta y sí, claro que la recomiendo. Pero desde luego cualquiera de sus obras es sorprendente porque estamos hablando de una mujer del siglo XVII que abordó sin censuras temas tan polémicos como la sexualidad y la política.

También leo que empezó varias veces la escritura de ‘Palimpsesto’, imagino que se planteó el reto desde elementos argumentales distintos, ese secreto, esa trama que finalmente vio la luz con el amor bien presente. ¿Qué consejo le daría a quienes lean este libro y se decidan a emularlas doblemente, a quienes sientan la llamada de las letras en un sector aún con ciertos tabúes y silencios editoriales?

Empecé varias veces el relato hasta que me di cuenta de que me apetecía escribir una gran historia de amor en lugar de otros temas más políticos o subversivos que en un principio tuve en mente. Me liberé y el texto fluyó cuando decidí dar rienda suelta a mi deseo.

A quien sienta la llamada de las letras solo puedo decirle que escriba, que escriba sin parar y que escriba lo que le apetezca. Que luego vea la luz o no dependerá de su calidad, de la suerte o de editores que buscan lo distinto, como Dos Bigotes. Pero es lo único que puede hacer, porque no se puede escribir bien sobre algo que no te hace sentir pasión.

Muchas gracias y mucha suerte, Gloria.

Por Ginés J. Vera.

Gloria Fortún (Madrid, 1977) es escritora y traductora. Estudió Filología Inglesa y comenzó como lectora y traductora en el mundo editorial. Activista feminista y lgtb, ha publicado varios libros, uno de ellos inspirado en la figura de la escritora Charlotte Brontë en 2011 y otro en los personajes de la serie de televisión ‘Física o Química titulado ‘Misterio en el Zurbarán’, en 2009, cuya trama era completamente inédita y no se había visto en ningún capítulo de la serie. Ha traducido entre otros a: Diane Ackerman, Helen Ford y Paul Johnson.

viernes, 18 de marzo de 2016

El sistema, de Ricardo Menéndez Salmón




En esta ocasión vengo a reseñar el libro ‘El sistema’ (Seix Barral, 2016) del autor gijonés Ricardo Menéndez Salmón. La obra ha merecido el Premio Biblioteca Breve 2016.

‘El Sistema’ es una novela planteada en cuatro partes en las que destaca en primer lugar la voz narrativa, una voz en primera persona, protagonista, durante tres de las cuatro partes para elevarse a una omnisciente en la cuarta. A modo de crónica esa voz nos va dando cuenta de una época futura, una distopía alegórica, una nueva sociedad en apariencia ideal, emplazada en un archipiélago con dos fuerzas enfrentadas: los Propios y los Ajenos. 

Destacar también los espacios, los escenarios en los que se mueve este gran relato novelado. Quien nos cuenta, el Narrador, vigila desde una isla llamada Realidad hasta que un día algo cambia y deja su papel de mero cronista para convertirse en pensador, en buscador a través de un viaje no solo metafísico de una identidad a veces, la de uno mismo y la del Otro, de la complejidad del mundo, del Sistema. 

‘Contemplada durante el tiempo suficiente, cualquier cosa acaba por convertirse en un acontecimiento’, revela el Narrador.

Un detalle interesante es una sustancia llamada T29 que aparece en la novela con la que desde el Dado se pretende controlar y vigilar a los hombres alterando la capacidad de soñar. 

‘La consigna, en lo que atañe a la sustancia T29, es negar su existencia, no dejar huella de su uso, (…)’.

Hay reflexión sobre la libertad y la individualidad, lectura con visos de apocalipsis alegórico sin descuidar la parte formal, estética por así decirlo, el juego de la adjetivación y la expresividad a través de la palabra desde la doble mirada del Narrador y el lector omnisciente de esa sociedad y la actual.

´La metáfora, como toda metáfora, es desafortunada y a la vez redentora’.

 
Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971)  es licenciado en Filosofía por la Universidad de Oviedo. Escribe en los diarios ABC y La Nueva España, y en las revistas El Mercurio y Tiempo. Ha publicado los libros de relatos Los caballos azules (2005) y Gritar (2007 y 2012), y las novelas La filosofía en invierno (1999 y 2007), Panóptico (2001), Los arrebatados (2003), La noche feroz (2006; 2011), la denominada Trilogía del mal —que incluye La ofensa (2007), Derrumbe (2008) y El corrector (2009)—, La luz es más antigua que el amor (2010), Medusa (2012) y Niños en el tiempo (2014).
Su obra ha sido traducida al alemán, al catalán, al francés, al holandés, al italiano, al portugués y al turco. Entre otros reconocimientos están:

·         Premio Qwerty de Barcelona Televisión por ‘La ofensa’.
·         Premio de la Crítica de Asturias  por ‘Derrumbe’.
·         Premio de la Crítica de la Feria del Libro de Bilbao por ‘El corrector’.
·         Premio Cálamo «Otra mirada» por ‘La luz es más antigua que el amor’.
·         Premio Llanes de Viajes por ‘Asturias para Vera’.
·         Premio a la Excelencia Artística del Gobierno de Baviera
·         Premio Las Américas por ‘Niños en el tiempo’.