martes, 24 de octubre de 2017

Kafka y la muñeca viajera, de Jordi Sierra i Fabra

Ha llegado a mí, estos días, como de casualidad, un libro del que había oído hablar tiempo atrás. Quizá sea cierto eso de que los libros nos eligen y no al revés y ‘Kafka y la muñeca viajera’ me haya escogido a mí. Por mi parte, elegí leérmelo casi de tirón. Cierto que no es una historia larga, además de ser una novela juvenil (de 8 años en adelante, leo). Pero no es menos cierto que me enganchó desde el principio (como se dice ahora). Y el principio, en mi caso, fue el final: la contraportada.

El autor es Jordi Sierra i Fabra, a quien ya he leído anteriormente y del que guardo con especial cariño por haberle conocido en persona, en una Feria del Libro de Valencia. Decía que el libro me ganó por la contraportada donde se cuenta que la historia de Kafka y la muñeca viajera’, la que novela Sierra i Fabra, viene a su vez de un hecho histórico-literario fascinante. El escritor barcelonés, que este verano cumplió 70 años, recibió hace justamente 10 el premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por esta novela sobre unas cartas de Kafka a una niña. Unas cartas auténticas a una niña auténtica que ni los estudiosos del escritor checo han podido encontrar aún. Se perdieron. No es que el amigo de Kafka las quemara, como sí le pidió este a aquel, aunque no le hiciera caso. Las cartas que Kafka escribió a una niña que, al parecer, perdió una muñeca en un parque berlinés son reales. Lo fueron. Desconocemos qué escribió en ellas el autor de La metamorfoss, el proceso o El castillo, lo que sí puedo decir es que Sierra i Fabra hilvana como pocos una historia deliciosa. No es de extrañar el galardón.

También se cumplió este verano cien años desde el primer diagnóstico de la enfermedad que acabó con la vida del escritor en 1924. Justo un año antes, en 1923, se produjo ese hecho en aquel parque, aquellas cartas a la niña, aquella pérdida de aquella muñeca. Y Sierra i Fabra nos cuenta las cartas y la posible historia de esos días con tal delicadeza que mejor guardo silencio a lo Shakespeare y les invito a leer ‘Kafka y la muñeca viajera’. Grande Kafka, monstruosamente sublime Sierra i Fabra.