viernes, 26 de abril de 2024

El mar y otros inconvenientes. Fidel Tomás

Estos días he tenido la oportunidad de leer un libro recién salido de imprenta, El mar y otros inconvenientes (Arena libros), de Fidel Tomás. Se trata de un libro de relatos compuesto por 22 historias agrupadas en cuatro archipiélagos narrativos. 

De casta le viene al galgo y pronto se perciben rasgos del autor. Me refiero a que Tomás es docente, de Filosofía, una disciplina que recorre buena parte de las páginas de estos relatos. Con todo, sorprende el lenguaje, la metáfora, esos paralelismos argumentales y, cómo no, lo no dicho, lo sugerido. Me ha evocado, en ese sentido a la teoría del iceberg de Hemingway

Hay relatos actuales, irónicos, con voces protagonistas y otros más reflexivos, apelando al inconsciente colectivo para lograr cerrar el sentido íntimo del tema o el fondo. Ya había leído en su día Más negro, más, que la noche. Me gustó entonces y me gustó de nuevo junto a otros como A partir de nunca o La ruleta de la fortuna

Nunca es fácil colocarse en la piel de un personaje quizás alejado de uno, así que es de alabar la habilidad Tomás al dar vida a las protagonistas de Baja productividad, Topos o Sobre las que caen. El mar y otros inconvenientes tiene pues la virtud de abrazar historias en apariencia disímiles, pero en las que palpitan un hilo de Ariadna que nos sumerge y nos trae de vuelta a casa emocionados y con ganas de seguir leyendo. 

Coincido con Ricardo Guadalupe, prologuista de esta antología, en el recurso utilizado por el autor aquí, que “provoca la participación del lector en un juego de complicidades.” Solo me resta invitar a los lectores a jugar desde la orilla, sin inconvenientes, o a enrolarse con viento a favor en la travesía que nos propone Tomás en estas historias “captando los pequeños detalles, esos que diferencian a nuestros semejantes”, Guadalupe dixit.


Fidel Tomás es Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Su trayectoria docente se distribuye desde la educación secundaria hasta la universitaria. Sus intereses se han centrado en el estudio de los vasos comunicantes que permean Filosofía y Literatura. Ha publicado diversos artículos en revistas especializadas. En lo literario, publicó los relatos “Contemplación” y una primera versión de “El abrazo del castaño” en la antología “Incorregibles” (Urania) y el relato “La última carta”, dentro de la antología “101 relatos de la enseñanza” (Vinatea), una historia sobre la relación entre Galileo Galilei y el que fue su maestro de matemáticas en Florencia, Ostilio Ricci. El mar y otros inconvenientes es su primera obra en solitario. 


El mar y otros inconvenientes. Fidel Tomás. Arena libros.


martes, 23 de abril de 2024

El viejo. Entrevista a Guillermo Anguera

Mi entrevistado esta semana es Guillermo Anguera Ortiz (Barcelona, 1991). Se graduó en Filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona y cursó sus estudios de máster en la UNED. Escritor y boxeador aficionado, ha trabajado vendiendo perritos calientes y otra comida basura, ejerciendo también de librero y editor de mesa en distintas editoriales. A finales de 2022 publica El miserable.  A continuación, comparto la entrevista que me concedió por El viejo (BunkerBooks), su primera novela. También os dejo el enlace a la reseña que subí a Maleta de libros.


P.: Leemos en su biografía que es boxeador aficionado, también que esta es su primera novela. ¿Cómo ha sido la experiencia de subirse al metafórico ring de este género tan exigente?

R. Ha sido un proceso largo, bonito y tedioso a partes iguales y extenuante en muchos sentidos. Terminé la primera versión del manuscrito hará unos seis o siete años. Tardé otros tres en dar con Borja, editor de Bunker, y para entonces el manuscrito ya había acumulado bastante polvo. Borja planteó una serie de cambios que tenían todo el sentido y yo me puse a trabajar con la idea de que aquel libro tenía que convertirse en algo totalmente distinto. No fue escribir una novela de cero, pero tampoco fue una corrección al uso. Al final quedó un híbrido curioso que contiene partes de aquel escritor que se propuso escribir una primera novela un tanto precoz y aquel otro, más maduro, que ha sido capaz de detectar todos los errores del primero. Ahora podría escribir otra vez la novela y seguro que quedaría un tercer libro muy diferente, pero en algún momento hay que ponerse a trabajar en otras cosas.

P.: Tres son los coprotagonistas y, además, tres son las partes en las que ha dividido esta novela. Pero no para darle a cada uno su visión del drama, del poliedro del nudo gordiano que les pone a prueba. Háblenos de las bambalinas de la creación de El viejo. De lo invisible que es mucho y muy metafórico, sospecho, en esta trama de descubrimiento e introspección para el lector.

R. O todas las novelas son autobiográficas o ninguna lo es. Compartí un piso muy parecido al de los protagonistas de esta historia. En los cinco años que estuve en él, conviví con más de treinta personas. Es difícil generar una convivencia estable cuando hay tanta fluctuación, y con cada persona o grupo de personas se crean dinámicas distintas. Me pareció divertido ir cambiando la incógnita de la ecuación, hacer un casting de personajes literario y ver en qué medida se construía una nueva historia.

P.: En un pasaje de El viejo hay un curioso guiño, creo, a aquella mítica frase de El Gatopardo. La de de la paradoja de que si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie. ¿Quizá es una buena académica palanca para situar al viejo, como ente en el vórtice de la trama?

R. El viejo es otro de los coprotagonistas de la trama. No hace nada en toda la historia, pero funciona como catalizador de todos los miedos e inquietudes de los compañeros de piso. Me gusta hacerme la pregunta de cómo se hubieran desarrollado todos estos personajes si él no hubiera entrado en sus vidas, y tiendo a creer que, de algún modo, sus miserias se hubieran manifestado en algún punto de sus biografías. El viejo solo lo precipita todo, es un acelerador. No tenía en mente El Gatopardo cuando escribí la novela, pero me parece una relación bien encontrada. 

P.: ¿Podría decirse que en El viejo hay elementos de esoterismo, de ciencia ficción e incluso de vanguardismo con toques de ese surrealismo fronterizo del teatro de Beckett?

R. No sé si es una novela que pueda leerse en clave de género. Sí contiene algunos elementos propios, pero creo que si algún lector de, por ejemplo, ciencia ficción, se topa con el libro, puede sentirse algo decepcionado. El viejo funciona como Macguffin, pero más allá de esta aparición mágica, la novela se desarrolla en un plano realista. Aunque por supuesto tampoco hay que minimizar el hecho de que el viejo ha aparecido como una invocación, en ese sentido sí hay elementos esotéricos o de ciencia ficción.

P.: Háblenos de la crítica social, no sé si velada, en El viejo. Lo comento porque en un pasaje se habla de ese binomio del amor y la energía como poder para influir en las personas, como “consigna de una época. Todo sensación y emoción. Sin profundidad”. Susana reflexiona acerca de que es algo así como un mismo cáncer aunque se le ponga una corbata a Jesucristo.

R. Leyendo el periódico parecería que la gente ya no cree, que somos una sociedad secularizada, racional y cientifista. Lo único que ha cambiado es que ya nadie nos dice en qué creer, y disponemos de una oferta ilimitada de opciones. Ojo, no tengo nada en contra de la espiritualidad, creo que es una parte natural de lo que significa ser humano, pero estamos en un punto en el que muchas personas aceptan cualquier cosa. Es una espiritualidad vacía de contenido, que sirve para justificar cualquier cosa. Teodoro representa esta tendencia en la novela, pero no es difícil encontrarse con otros Teodoros en la vida real. 

P.: Por último, quería preguntarle por el concepto de esfericidad que ya apuntase el gran Edgar Allan Poe, para el relato -y tanto gustaba a Cortázar, añado-; aunque, en el caso de El viejo, como novela, creo que funciona a la perfección, como un mecanismo de relojería para no defraudar las expectativas generadas en los lectores.

R. Este es un concepto que me gusta y que quería explorar en el libro. La idea nietzscheana del eterno retorno de lo mismo. Creo que cualquier historia debe dejar un espacio abierto a la imaginación, cuanto más grande mejor. A algunos lectores no les ha gustado y han llegado a preguntar si tenía pensada una segunda parte, creo que Netflix puede tener mucho que ver con su concepción de la ficción. En mi caso, me interesa dejar la pregunta abierta, en ningún momento tuve la intención de cerrar cuestiones como el origen del viejo. Nadie se pregunta qué llevó a Gregorio Samsa a convertirse en cucaracha, lo importante es lo que le sucede después. La idea que subyace El viejo es esta misma, y pretende invitar al lector a preguntarse ¿qué harías tú si se te apareciera a ti?


El viejo. Guillermo Anguera. BunkerBooks.

Puedes leer la reseña de este libro aquí.

viernes, 19 de abril de 2024

Sam y Yo. Entrevista a J.E. Alamo

A pocos días del 23 de abril, una fecha entrañable para los amantes de los libros, quiero compartir la entrevista que me concedió J.E. Álamo por su novela Sam y Yo (Vencejo). Nació en Leamington Spa, Reino Unido y comenzó a escribir a lo cuarenta y seis años. Especializado en fantasía, género negro y terror, le gusta mezclar géneros en sus obras y se inclina por subgéneros como la fantasía urbana. Es autor de varias novelas, numerosos relatos y coordinador de antologías en las que colaboraron distintos autores. Ha obtenido varios galardones por su obra. Entre otros con El Tormo Negro (2012) y dos premios Pandemia (2012 y 2013) por su saga de novelas de Tom Z Stone, obras pertenecientes al género negro. 


P.: La novela Sam y Yo tiene una portada muy interesante, creo que arroja una pista acerca del personaje principal de esta historia. ¿Qué podemos adelantar sobre ese Yo sin desvelar en exceso?

R.: Es complicado hablar de esta novela sin desvelar parte de la trama, pero creo que tampoco pasa nada por comentar que Sam es Yo y Yo es Sam, dos en una o en tres. Ahí lo dejo. Sí quiero añadir que la portada es de Sarah Álamo, una artista estupenda.

P.: Entre los rasgos más curiosos de la protagonista, me he quedado con uno, por si nos lo quiere comentar. Me refiero a que asocia a las personas con ciertos colores. He estado leyendo y, en efecto, hay teorías que relacionan nuestra personalidad con el círculo cromático. 

R.: Aquí parto de mi propia experiencia, suelo asociar con colores y también olores a la gente que conozco. De hecho, me dejo llevar por el instinto a la hora de hacerlo y esa primera impresión que tengo de alguien a quien acabo de conocer viene acompañada de un color, y no es frecuente que tenga que cambiar esa primera apreciación. Me pareció interesante que Sam y Sophie empleasen este sistema a la hora de identificar a las personas que van conociendo, en su caso es algo portentoso y casi un superpoder. 


P.: Otra de las curiosidades que me ha hecho esbozar alguna sonrisa, advirtiendo que Sam y Yo no es una novela cómica, es esa devoción de Sam por Jackie Chang y Vin Diesel. No sé si preguntarle por esos pasajes más irónicos, por ese ingrediente menos dramático a la hora de ir descubriendo esta historia, capítulo a capítulo. 

R.: Es el alivio cómico necesario para una historia tan dura. Me pareció que podía funcionar muy bien esa devoción de Sam por los personajes que has mencionado, arrancarle así una sonrisa a los lectores. Por otra parte, sin ser un fan del cine de Jackie Chan, sí que siento admiración por el actor en sí, me resulta simpático, atrevido y poseedor de una forma física y valor excepcionales; en resumen, que el amigo Jackie tiene un color estupendo. En cuanto a Vin Diesel, me vino bien para transmitir al lector una de las pasiones de Sam

P.: Además de la historia como tal, sospecho que hay temas profundos en esta novela. Uno de ellos, quizá, es el del maltrato. En un pasaje de la novela, la protagonista, al describir a otro personaje, habla de que en ocasiones el impulso es superior a la voluntad. Le lanzo el guante justo para que nos hable de esos temas profundos de Sam y Yo.

R.: Al abordar ciertos temas no pretendo dar lecciones o impartir moralejas, solo expreso mi preocupación por los dramas que nos afectan a diario. El maltrato a todos los niveles y edades está presente en nuestras vidas y nos atañe a todos, ya sea directa o indirectamente. No puedo escribir una historia “realista” sin mencionarlos. Otro de los temas que trato de manera recurrente es la codicia, el afán de ganar dinero y poder a costa de lo que sea, sin importar los medios empleados para alcanzarlo, En Sam y Yo esa codicia está presente a lo largo de toda la trama, con las consecuencias marcando el devenir de la mayor parte de los personajes, por no decir de la totalidad de ellos.


Sam y yo. J.E. Álamo. Vencejo ediciones.

lunes, 15 de abril de 2024

El arte de un buen arroz. Héctor Medina

Hacía tiempo que no traía a Maleta de libros una obra de divulgación gastronómica. He elegido El arte de un buen arroz (Zenith), de Héctor Medina por varias razones. 

La primera, porque como bien apunta su autor, valenciano, como el que suscribe estas líneas, mucha gente cree que “los arroces son muy difíciles”. Medina llega con este libro para ofrecernos las claves de un buen arroz y desmitificar esa creencia. 

La segunda, porque para ese propósito, el autor nos introduce unos conceptos previos acerca de los ingredientes, la preparación y, a continuación, obviamente, incluye las recetas. Setenta arroces divididos en secciones entre las que encontramos desde la clásica paella valenciana al arroz al horno, pasando por el arroz del senyoret o el arroz con bogavante; todos muy valencianos. Como también algunos arroces más “atrevidos”, lo entrecomillo, como pueden ser un arroz meloso con rabo de ternera al chocolate, un arroz meloso con verduras al wok o un arroz meloso con pulpitos al vermú con sobrasada. 

Si me apuro, creo que habría una tercera razón: la humildad. Aprecio mucho ese rasgo en general y aún más en la cocina. En la introducción de El arte de un buen arroz, Medina nos cuenta cómo pasó de subir unas modestas fotos en una red social a tener miles de seguidores y con el tiempo a verse escribiendo un libro. No hay presunción en sus palabras, es su deseo para quienes se acerquen a estas recetas que disfruten y se sorprendan de lo que con práctica y buenos consejos pueden llegar a elaborar. Por todo ello, también animo como mi paisano a que estos días nos pongamos el delantal y, paso a paso, le perdamos el miedo a la dificultad de preparar un buen arroz. Buen provecho y enhorabuena, Héctor


El arte de un buen arroz. Héctor Medina. Zenith. @elchefkent

martes, 9 de abril de 2024

Yakutat Entrevista a José Luis Muñoz

Una vez más, he perdido ya la cuenta, comparto agradecido una nueva entrevista que me concedió el escritor José Luis Muñoz. Recientemente ha visto la luz su novela Yakutat (Bohodon). Mientras en estos lares nos preparamos para disfrutar del sol primaveral a las puertas del Día internacional del Libro y las ferias del libro, en esta novela Muñoz nos emplaza a la fría Alaska en pleno confinamiento pandémico. 

Disfrutad de la entrevista y, por supuesto, del libro. Y no os perdáis el consejo que nos da a quienes escribimos tomado prestado de la grandísima y admirada Virginia Wolf.


P.: Tras leer su novela Brother (Libertad) —y concederme, además, una entrevista—, me quedé con ganas de leer la segunda de las tres partes de la trilogía. Nos hubiera llevado con sus protagonistas a Alaska, casualmente. Cumplido en parte ese anhelo lector —aunque con otro argumento y novela—, con su reciente Yakutat, le lanzo un par de citas célebres por si nos las quiere comentar al hilo de esta. “Viajar es descubrir que todos están equivocados acerca de otros países.” (Aldous Huxley), “La gente no hace viajes, son los viajes los que hacen a la gente.” (John Steinbeck).

R.: De acuerdo con las dos citas. Muchas veces es un forastero el que mejor pueda diseccionar un país, ver el conjunto desde fuera. Y hablo de Estados Unidos como puedo hablar del Valle de Arán en donde vivo. Como escritor, analizo todo lo que sucede a mi alrededor, soy esponja de la actualidad, esta me permea, y lo que está sucediendo en Ucrania y Gaza es sencillamente espantoso. Los viajes abren la mente, pero no todo el que viaja es capaz de hacer una abstracción de lo que ve, sobre todo, en esos viajes de masas en donde lo que se busca es el selfie para testimoniar que se ha estado allí y se les escapa la esencia de los países que visitan. 

Mi literatura está muy relacionada con el concepto de viaje, y quizá el libro más definitivo sobre esa relación sea El viaje infinito. Siempre digo que una novela es un viaje a un espacio y a un tiempo, y que yo viajé en mi infancia gracias a la literatura y viajo al pasado a través de mis novelas históricas La pérdida del paraíso o El centro del mundo. Muchas veces echo en falta esa inocencia lectora que me hacía disfrutar de los libros de Jack London, Robert Louis Stevenson, Emilo Salgari o Julio Verne y veo a ese niño absorto en sus lecturas y soñando en una biblioteca pública del barrio de Gracia de Barcelona que ya no existe. 

P.: Entre lo que podríamos llamar su colección de novelas del frío, destacan las anteriores La manzana helada, Cazadores en la nieve o La bahía humeante, por ejemplo. Novelas de viajes, de paisajes, como muchas otras. Lo que sí me ha sorprendido es que al protagonista de esta no le guste leer, ni el cine. Es verdad que escribe un diario. Creo que en eso sí es un personaje peculiar frente a otros protagonistas de sus novelas. ¿Nos lo comenta?

R.: Exacto. Y fíjese que viene casi a continuación de un personaje tan erudito como Hans Teodore Mankel, que protagoniza otra historia helada en el Munich invernal. Quería crear un personaje en mis antípodas precisamente para autorreivindicarme en él. Todo lo que no le gusta a Ben Ferguson, me gusta a mí. A pesar de intentar mantener distancia con el protagonista de la historia, en realidad estoy escribiendo sobre mí mismo en ese exacto momento terrorífico de la pandemia. Quienes me conozcan más a fondo van a encontrar similitudes acusadas entre Ben Ferguson y yo. 

La casa de Ben es la mía, como la casa del protagonista de Cazadores en la nieve lo era también.  Algunas de las cosas que le suceden a Ben Ferguson, como esas moscas que van a morir a su buhardilla, me pasan a mí, y las pongo en la novela para dejar de obsesionarme por fenómenos incomprensibles. El paisaje se convierte en un elemento imprescindible y determinante de la novela, como lo era el de Islandia en La bahía humeante, el Nueva York a dieciocho grados bajo cero de La manzana helada o el Valle de Arán de Cazadores en la nieve. 

P.: Mencionó antes a Jack London, quien aparece en la dedicatoria. A continuación, también incluye  a Shiva, a quien le da un coprotagonismo en Yakutat. Quiero preguntarle por este personaje dentro y fuera de las páginas de esta novela. 

R.: No habíamos hablado de esa perra que es el personaje más tierno y positivo de la narración y está muy presente en toda ella. Shiva existe, es una mezcla de Border Collie y Husky, y a ella va dedicada la novela; en Yakutat viene del cruce de Malamute y Husky. Es una perra que no es mía, pero con la que tengo un vínculo muy especial, mágico, a pesar de que nos vemos muy poco, pero cuando nos encontramos nace esa chispa que relaciona al ser humano con el mundo animal, una relación de cariño inmenso por parte de ambos. Shiva es también la tabla de salvación de Ben Ferguson en su vida solitaria. Shiva es un homenaje a Colmillo Blanco de Jack London, una de las novelas más maravillosas que leí en mi niñez. La perra le hace más soportable la vida a Ben Ferguson. 

P.: Desde el punto de vista narrativo, creo que destacan dos recursos interesantes a la hora de leer la historia. Uno es la voz omnisciente, en segunda persona, dirigiéndose al protagonista. Otro es esa narración intensa, con pocas pausas, como en bloque, como esa niebla atrapando a sus habitantes. Quizá para dotar de ese ambiente opresivo e inmersivo a los lectores, ¿es así?

R.: Exacto. Los recursos literarios utilizados en la historia la determinan en cierta forma. El uso de la segunda persona ya lo había experimentado en una novela corta, publicada hace tres años, La muerte del impostor. Aquí, esa segunda persona actúa un poco como la voz de la conciencia de Ben Ferguson, porque mis personajes, hasta los más malos y perversos, tienen una cierta conciencia que les hace distinguir el bien del mal, y para suscitar un proceso inmersivo del lector en lo que se está narrando. 

Una de mis obsesiones literarias, y espero conseguirlo, es que el lector no sea alguien ajeno, sino alguien que esté dentro de la acción, que sienta frío, dolor, placer, furia, ansiedad a través de la lectura de las páginas de Yakutat. Hago mía una frase de Virginia Wolf: "Una buena novela es cualquier novela que le hace a uno pensar o sentir. Tiene que meter el cuchillo entre junturas del cuero con el que la mayoría de nosotros estamos recubiertos”. 


Yakutat. José Luis Muñoz. Bohodon ediciones.


jueves, 4 de abril de 2024

Los hijos. Franz Kafka

Este año se cumple el centenario de la muerte del escritor Franz Kafka (1883-1924), una excelente oportunidad para acercarse a sus obras, por ejemplo a Los hijos (Nocturna), traducción de Juan José del Solar. 

Si bien a Kafka se le conoce sobre todo por su novela corta La transformación (también traducida como La metamorfosis), lo cierto es que escribió novelas y relatos que le han llevado a ser uno de los autores más influyentes en Europa en el siglo XX. En cuanto a los textos que encontraremos en Los hijos, se trata de tres obras: La condena, El fogonero y La transformación en un único volumen. 

Cabe decir que Kafka le pidió a su editor que publicasen estas tres narraciones juntas en el invierno de 1912 a 1913. Este no aceptó, a pesar de que la cohesión temática aportaba otra perspectiva de lectura. En esencia, las tres exploran los intentos fallidos del hijo por autoafirmarse dentro de la opresiva esfera de influencia del padre. Como es sabido, no fue la única “traición” literaria que sufriría Kafka. Poco antes de su muerte, en un sanatorio de Kierling (Austria), en junio de 1924, le pidió a su amigo y editor Max Brod que destruyera toda su obra inédita. Este se encargó de publicar póstumamente algunos de los manuscritos de Kafka, entre ellos, El proceso y El castillo

Volviendo a las tres narraciones de Los hijos que ven la luz este 2024, de la mano de Nocturna ediciones, ahondan en el rechazo que sentía el escritor checo hacia las figuras autoritarias y dominantes, en especial, en la conflictiva relación que mantuvo con su padre. Se vislumbra entre las páginas de La condena, El fogonero y La transformación la angustia ante un futuro incierto y el papel sufriente del hijo con tormentosas consecuencias, tales como la expulsión del hogar. En toda su obra están presentes cuestiones o temas como los conflictos paternofiliales, la culpa, la burocracia o la violencia. No deja de ser curioso el hecho de que años después del fallecimiento de Kafka, sus tres hermanas serían asesinadas en campos de concentración. 

Cierro estas líneas comentado que La condena, El fogonero y La transformación se gestaron a finales de 1912, uno de los períodos más productivos de la vida de Kafka. También que El fogonero —primer capítulo de la novela El desaparecido, publicada póstumamente— trata las peripecias de Karl Roßmann a bordo del transatlántico que lo conduce a Nueva York, adonde lo han enviado sus padres, tras un escándalo, en busca de fortuna. En tanto La condena, era uno de los relatos favoritos de Kafka; lo escribió del tirón en una sola noche. Su protagonista es un joven comerciante, Georg Bendemann. Este comunicará a su anciano padre que acaba de prometerse, pero el encuentro se transforma en una pesadilla repleta de reproches. Sobre La transformaciónpublicada por primera vez en 1915, en el número de octubre de la revista Die Weißen Blätter, poco que añadir a lo mucho que podría decirse acerca del ya archiconocido personaje de Gregor Samsa, convertido de la noche a la mañana en un “monstruoso insecto”. 


Los hijos. Franz Kafka. Nocturna ediciones.

lunes, 1 de abril de 2024

La Yoli y el Chaki (Tormo Investigador Privado) Entrevista a José Luis Muñoz

Solo tengo palabras de agradecimiento para José Luis Muñoz (Salamanca, 1951). Autor de más de 50 libros publicados entre novelas y relatos, me ha concedido una nueva entrevista para Maleta de libros. En este caso, le pregunté por su relato incluido en la serie Tormo Investigador Privado (Vencejo ediciones). Os dejo un par de enlaces al pie por si queréis seguirle la pista a este libro.


P.: ¿Cómo fue la invitación y participación literaria en la serie de relatos Tormo Investigador Privado?

R.: El culpable es Luis Aleixandre Giménez. No tuvo que insistir mucho para convencerme. Lo que sí era un desafío para mí era escribir con dos personajes prestados, Tormo y Pruden, que jamás se me habría pasado por la cabeza crear, pero fue divertido. 

P.: “Un detective sin pistola era como un detective muerto”, leemos en su relato. Lo tomo para que nos dé alguna pincelada del protagonista, todo y que en parte, el pie forzado para los autores que conforman la serie TIP era ya la pareja de coprotagonistas.

R.: Sí. Tormo no es Marlowe, porque bebe whisky directamente de la botella, es un dechado de desorden y suciedad, un cutre calzonazos como digo en todas las presentaciones del libro. Y aquí, en España, los detectives no tienen pistola ni los asuntos que investigan son tan apasionantes como los de Estados Unidos. El personaje tiene algo de Torrente y de Mortadelo y Filemón. Yo lo veo como personaje de cómic. Pero ocurre que, a pesar de los dos personajes estrambóticos, me hago con la historia, la hago mía, y pienso que es la más sangrienta de la serie.

P.: Como señas de identidad de su narrativa, en La Yoli y el Chaki encontramos algún guiño a Marlowe (al que acaba de mencionar), George Orwell o John Ford. Coméntenos qué fue lo más fácil o lo más complejo a la hora de abordar el reto de escribir este relato tras la propuesta editorial.

R.: Lo más peliagudo era montar una historia creíble con esos dos elementos, pero una tarde me animé, me senté ante el ordenador y se me ocurrió al vuelo la historia que resultó una versión cañí de Romeo y Julieta con un ecuatoriano, el Chaki, y una gitana, la Yoli, cuya desaparición debe investigar Tormo, un asunto que le viene grande y en donde él se convierte en una pieza utilizada por el padre de la chica. Hay humor, cuando Tormo pide una prostituta ucraniana y le envían una brasileña, pero el relato es profundamente negro y dramático y atañe a la violencia de género. 

P.: Sin lugar a dudas, la novela negra es un buen vehículo cultural para la crítica social. Más allá de lo pintoresco de esas canciones de Camela que se escuchan en un pasaje de la novela, le invito a que nos hable de lo que le decía, de la crítica social, enfocado si quiere a su relato o al género negro. 

R.: La Yoli y el Chaki habla de la marginalidad que se da en ciertos clanes de la droga, la de los gitanos y los payoponies, que es como los primeros llaman a los ecuatorianos, del patriarcado a la máxima potencia en la figura de ese padre abusador que cree ser el propietario de su hija, de las leyes del silencio mediante la violencia intimidatoria en una reyerta de bar. La música general de la serie Tormo era festiva; a mí, por mi naturaleza, se me torció ese tono para terminar en drama pero con un rayo de esperanza. 





Entrevista a Salva Alemany, por su relato en Tormo Investigador Privado.

jueves, 21 de marzo de 2024

Sam y yo. J.E. Alamo

Se me presenta un difícil reto a la hora de hablaros de Sam y yo (Vencejo ediciones), de J.E. Álamo. Es fácil caer en el spoiler si uno se deja seducir incluso por la portada. En ella vemos a un personaje, en realidad, vemos a la protagonista de esta novela. Como dos, siendo una. 

Sam y yo es un thriller, inquietante y tramado en contrapunto, en el tiempo, de manera magistral por Álamo. Tuve el honor de coincidir con él en una ocasión, así que no me lo pensé mucho a la hora de que la editorial me propusiera leer esta novela. Vuelvo a ella, a la joven protagonista de Sam y yo, pelirroja, de aspecto aniñado, aunque no os fieis de las apariencias. Como en los buenos libros, y este es un buen ejemplo, lo mejor está en el interior. 

La protagonista tiene 17 años y una historia que le va a marcar. Dos momentos clave en su vida son a su vez dos giros argumentales de alto voltaje en esta novela. Uno al poco de empezar a leerla, a conocer dónde vive, su entorno, su vida hasta ese punto de inflexión. El segundo ocurrió por casualidad, como (casi) todas las cosas buenas que pasan en la vida. Solo que esa casualidad quizás no lo será tanto para Eva. ¿Quién es Eva? ¿Quién es Sam? Y, sobre todo, ¿quién es ese yo de Sam y yo? 

Demasiadas preguntas, pero es que Álamo ha tejido con maestría esta historia, nos atrapará de tal manera que cuando tengamos que contársela a alguien, para animarle a que la lea, como yo ahora, hemos de ser cuidadosos. Las narraciones en Sam y yo, sí os contaré, se van entretejiendo para ir desvelando la naturaleza de la protagonista. Y ojito con enfadarle, por cierto. No diré más. Solo darle las gracias a Álamo por esta obra maquiavélica e intrigante, con sello personal, que nunca defrauda.


José Elias Álamo (Leamington Spa, Reino Unido. 1960) vive actualmente en Valencia. Comenzó a escribir a los cuarenta y seis años. Autor especializado en fantasía, género negro y terror, le gusta mezclar géneros en sus obras y se inclina por subgéneros como la fantasía urbana. Es autor de varias novelas, numerosos relatos y coordinador de antologías en las que colaboraron distintos autores. Ha obtenido varios galardones por su obra. Entre otros con El Tormo Negro (2012) y dos premios Pandemia (2012 y 2013) por su saga de novelas de Tom Z Stone, obras pertenecientes al género negro con un toque zombi. También ha recibido los premios Emilio Carrére, el Spinetinglers. El Bruma Negra en dos ocasiones (2018 y 2021) y el Minatura por sus relatos.  


Sam y yo. J.E. Alamo. Vencejo ediciones.


martes, 12 de marzo de 2024

El sótano (Tormo Investigador Privado). Entrevista a Salva Alemany

Esta semana me alegra sobremanera poder compartir con vosotros la entrevista que me concedió Salva Alemany (Valencia, 1968). 

A Salva le conocí hace unos años, gracias a su novela Alacrán. Tenía desde entonces una pequeña deuda narrativa por su generosidad. En este caso, vuelvo a disfrutar de su talento literario en forma de relato. Uno muy especial, titula El sótano, incluido en el libro Tormo Investigador Privado (Vencejo ediciones). Os sonará porque hace unas semanas reseñé aquí el libro. Con mi doble agradecimiento a Salva y a la editora, Albahaca Martín, os dejo aquí esta entrevista.


P.: ¿Cómo fue el contacto para aceptar el proyecto de participar en la Serie TIP de Luis Aleixandre Giménez?

R.: No conocía personalmente a Luis Aleixandre, nuestro primer contacto fue a través de las redes sociales. Nos intercambiamos alguna de nuestras novelas y luego me hizo la propuesta de participar en un proyecto que tenía entre manos para reunir a varios autores en un libro de relatos de género negro. Compartir proyecto con gente como Jordi Ledesma, Carlos Augusto Casas o Paco Gómez Escribano, a los que realmente admiro como escritores, ha sido un placer. La verdad es que cuando acepté no conocía al resto de participantes, y tengo que decir que el nivel de todos los escritores y escritoras que ha conseguido reunir Luis para este proyecto es fabuloso.

P.: Aunque es un autor consolidado en el género negro, me gustaría preguntarle por el reto literario que quizás haya sido construir el relato incluido en la Serie TIP partiendo de un par de personajes fijos, de unos condicionantes previos.

R.: La verdad es que no es nada habitual que te soliciten un relato y te impongan a los personajes, sus características y algunas reglas fijas que debes cumplir. Pero ahí estaba el reto, ser capaz de escribir algo dentro de un universo que había creado Luis. Cuando lees todos los relatos te das cuenta de que cada autor y autora ha sido capaz de llevar a los personajes a su terreno, dotándolos de su particular estilo, y eso es muy atractivo desde el punto de vista del lector. También debo admitir que el relato que nos envió Luis como guía para los nuestros tenía mucho sentido del humor, esa ironía que destila la pareja protagonista formada por doña Pruden y Evaristo ha hecho muy sencilla la tarea.

P.: Su relato El sótano se desarrolla en un sótano, eso es casi una obviedad. Pero a lo largo de su desarrollo, iremos descubriendo detalles de la trama, adictiva y subyugante. ¿Qué es lo más difícil de escribir una historia breve, para no defraudar las expectativas de los amantes de la novela, de los largos recorridos narrativos?

R.: A mí el relato me parece una disciplina tremendamente complicada. En contra de lo que piensan muchos, es un género en sí mismo, no es un estadio previo a la escritura de una novela, son disciplinas completamente distintas con códigos y reglas diferentes. Hay grandísimos escritores de relatos que no son buenos novelistas y a la inversa, no todo novelista es capaz de escribir buenos relatos. El relato no admite pausas ni equivocaciones, una novela permite pasajes descriptivos, subtramas, descansos, el relato no. Un relato debe ir al grano, ser muy certero, enganchar desde el primer momento, sin pasajes explicativos, se trata más de crear una sensación en el lector, provocar una emoción, la que sea, de manera casi instantánea. Y el final tiene que estar muy medido para no despeñarte en el último momento. Si una novela es un maratón, el relato son los cien metros lisos.

P.: En uno de los pasajes de El sótano, leemos que doña Pruden no es precisamente Monica Bellucci. Le preguntaría por ese maridaje entre la literatura y el cine de género. Por cómo se va extendiendo la práctica de escribir con elementos cinematográficos, con recursos narrativos que priman lo insinuado, la imagen, los diálogos rápidos… ¿Es así?

R.: Claro, todos estamos influidos por la narrativa audiovisual. Cada vez consumimos más series y películas y eso inevitablemente se traslada a la manera en la que escribimos. Porque no es un lenguaje tan diferente. El escritor trata de crear una imagen en el lector, de hecho, no existe ninguna palabra que no implique una imagen en nuestro cerebro, escribimos con palabras, pero leemos con imágenes. Dicho esto, debemos tener cuidado con convertir las novelas en meros guiones adaptados, detecto en muchas obras actuales una ausencia de pasajes narrativos, como si estuvieran escritas pensando en una adaptación cinematográfica, descuidando la narrativa más pura, son novelas en las que no es posible destacar el estilo literario, la voz propia, porque no existe, son todas iguales. Se detecta especialmente en los thrillers superventas, en los que los juegos artificiales, la violencia gratuita y la estupidez campan a sus anchas. ¿Por qué triunfan esas novelas a nivel de ventas? Pues porque la gran mayoría de sus lectores no son lectores, son consumidores de series. Hoy en día el éxito de un novelista no es haber escrito una gran novela, es que Netflix o Amazon compren los derechos de cualquier obra mediocre y la conviertan en una serie de televisión.

P.: El género negro, incluso el policial, no ha escapado a su ración de realidad, de denuncia social, a menudo. Los lectores de El sótano quizá se vean sorprendidos, o no, por algo que no revelaremos aquí y ahora, clave en su relato. Pero que es más corriente de lo que imaginamos. Háblenos de esa parte real que hay en las obras de ficción de la novela o el relato negro.

R.: El motor de cualquier novela negra siempre debe ser la realidad, si algo llega a impresionarnos en una novela es porque sabemos que puede ocurrir de verdad, porque hay una parte real en aquello que estamos leyendo. La frase que dice que la realidad supera siempre a la ficción no es un mero cliché, basta darse una vuelta por la deep web, en la que puedes comprar armas, drogas de todo tipo o contratar a un sicario desde el sillón de tu casa con un simple clic del ratón pagando con bitcoins que no permiten el rastreo del comprador. Y no es ficción, es una realidad que tal vez mucha gente no vea, o tal vez ni siquiera conozca, pero está ahí. Desgraciadamente, el género humano es tan perverso, tan vil y tan cruel que cualquier cosa atroz que seas capaz de imaginar ha ocurrido antes, y de manera probablemente peor. Y luego está la parte social, el reflejo de las desigualdades, la delincuencia, las injusticias, los cambios vertiginosos que vamos a tener que afrontar todos en pocos años como consecuencia de la irrupción imparable de la tecnología, todos esos temas son los que deben reflejar las buenas novelas negras.


Salva Alemany (Valencia, 1968) Músico frustrado, alpinista de bajura, boxeador cobarde y deportista mediocre. Debutó como novelista con “La suerte no existe” finalista del II Premio de Creación Literaria Bubok. Su segunda novela, "Éire", resultó finalista del Premio La Trama y publicada por Ediciones B (Ediciones B, reeditada por Ed. Amarante) que también resultó finalista del Premio La Trama.. Después vendría la novela negra "Alacrán" (Ed. Amarante). “Una mirada perdida” (Ed. Amarante), su siguiente novela, es una comedia. Su relato “Bienvenido” fue finalista del XXIII Premio Internacional Julio Cortázar de Relato Breve. “Lapsus” (Ed. Amarante) es su quinta novela.


Podéis conocer más acerca de Tormo Investigador Privado aquí.


martes, 5 de marzo de 2024

Muerte en tres texturas. Cristian Schleu

La novela que traigo esta semana a Maleta de libros inaugura el catálogo de un nuevo sello del Grupo Planeta

Se trata de Muerte en tres texturas (NdeNovela) de Cristian Schleu. Su título, ya apunta maneras, así que no ha de sorprendernos este gastrotrhiller que combina lo mejor del mundo culinario con las emociones narrativas de un thriller a lo largo de sus 64 capítulos y sus más de 470 páginas. 

Los ingredientes de esta novela, valga el símil culinario, nos remiten por una parte a los elementos de la alta cocina de la mano de la experiencia de Schleu entre fogones. Y, por otra, a dos muy adictivos para los amantes del género actual: un asesino en serie sofisticado y las redes sociales. A modo de partida de ajedrez entre el misterioso @BloodyMary por un lado y con Philippe Bouvier por otro, sin olvidarnos a su inseparable ayudante japonés Tsu, 

Muerte en tres texturas va entretejiendo un argumento detectivesco con numerosos giros poniendo a prueba nuestras expectativas como lectores. Quiero destacar que el lugar elegido por Schleu para ambientar esta trama es Londres, pero no me hubiera sorprendido que hubiese sido Barcelona. Respecto a la City, se abre la trama con el capitán de Scotland Yard, Hadrien Gibbs, acompañado de la sargento Harrington. Gibbs es cuñado de Philippe, chef del prestigioso restaurante londinense White Spoon, con la segunda estrella Michelin en juego. A esa presión profesional se le añadirá la petición de Gibbs: ayudarle con unas misteriosas muertes con una no menos escena del crimen. 

Al elemento sádico del asesino se le une su inteligencia, al seguir un patrón en sus víctimas que ha desconcertado en la policía y motivo de acudir al chef Bouvier. Como dije líneas atrás, las redes sociales, y más concretamente Instagram, tendrán su pequeño protagonismo en Muerte en tres texturas. No solo por el perfil de Instagram @BloodyMary, sino por ElliotPlate, un reconocido influencer, de cuyo perfil surgirá una de las pistas más importantes para tirar del hilo. Una novela que inaugura un sello y una primera novela de este autor barcelonés, hijo de enfermera alemana y músico catalán.


Cristian Schleu (Barcelona, 1976) aunque se matriculó en Geología en la Universidad de Barcelona, al tercer año dejó la carrera para trabajar como redactor creativo en Publicis Casadevall Pedreño. Trabajó en dos agencias más, y en 2010 dejó el mundo dela publicidad para estudiar cocina en la Escuela de Hostelería Hofmann. Durante siete años abre dos restaurantes como cocinero (Helsinki y Le Coq & The Burg) y trabaja varios meses en la cocina de La Pubilla. En 2017 deja los fogones y vuelve ala publicidad como director creativo en McCann Barcelona. Actualmente es creador de contenidos y redactor publicitario freelance.


Muerte en tres texturas. Cristian Schleu. NdeNovela.


lunes, 26 de febrero de 2024

Tormo Investigador Privado. VV. AA.

Si os apasiona la novela negra y policíaca estáis de enhorabuena. No os podéis perder este libro, esta antología de relatos a varias voces y manos. Tormo Investigador Privado (Vencejo ediciones) surgió como un reto. Ya solo por eso merece mi respeto. 

A nueve autores top de literatura de género negro española, se les entregó un relato creado por el escritor Luis Aleixandre Giménez. A Luis tuve la oportunidad de leerle en dos ocasiones y, por cierto, amabilísimo, me concedió sendas entrevistas por sus dos novelas. Os dejaré unos enlaces a pie de reseña. 

El relato que se les pasó incluía los mimbres con los que esos nueve autores han concebido una trama detectivesca con los dos mismos protagonistas, Evaristo Tormo y Doña Pruden, aplicando cada cual su estilo personal e intransferible de su exquisita literatura. 

El resultado son diez fabulosos relatos (con sorpresa final) rubricados por el ya mencionado Luis Aleixandre Giménez junto a los de Antonio Parra Sanz, Carlos Augusto Casas, Jordi Ledesma, José Luis Muñoz, Mari Carmen Sinti, Mónica Rouanet, Paco Gómez Escribano, Salva Alemany y Susana Hernández

A estas alturas seguro que queréis saber más acerca de Evaristo Tormo y de Doña Prudencia. Pues os diré que en Tormo Investigador Privado descubrimos a un detective privado de unos cincuenta años, metro noventa y amante del buen bourbon. Vive en el extrarradio de una gran ciudad, gracias en parte a la setentona de su casera: Doña Prudencia. Ella es fan del maquillaje, los peinados de colores extravagantes e ir a misa los domingos. Cotilla, dominante y practicante del sexo con asiduidad… y con Tormo, todo sea dicho. Una pareja poliédrica que se necesitan mutuamente como iremos descubriendo en los relatos al más puro estilo de la novela negra con la particularidad ya mencionada: que diez autores nos regalan con su exquisito estilo narrativo. No os los perdáis. 


Tormo Investigador Privado. VV. AA. Vencejo ediciones.


Dios no baja a los infiernos. Entrevista a Luis Aleixandre Giménez

Mil ramos de flores no son suficientes. Entrevista a Luis Aleixandre Giménez

jueves, 22 de febrero de 2024

El panadero que horneaba historias. Carsten Henn.

Me dejé seducir rápidamente por El panadero que horneaba historias (Maeva), de Carsten Henn. Quizá porque ya conocía al autor de su anterior novela publicada bajo el mismo sello hace dos años. Me refiero al éxito internacional El hombre que paseaba con libros. Creo que comparto la fascinación que siente Henn no solo por los libros, sino también por la gastronomía. 

En esta novela, hay dos claros protagonistas alrededor del obrador de la panadería del pequeño pueblo donde viven. Sofía era una bailarina del ballet, pero habrá de dar un giro a su vida laboral, una vez supere el vértigo del final de un ciclo, algo no siempre fácil. Así, casi de casualidad, conocerá al panadero  Guiacomo Botura. Un calabrés de 53 años con más de la mitad viviendo en Alemania. Él parece conocer muy bien el oficio, al punto de transmitirle a Sofía ese gran secreto: si sabes hacer buen pan has entendido qué ingredientes necesitas para vivir una vida feliz. Henn nos sumerge en esta novela con el corazón y los sentidos: el olor a pan recién hecho, el color de la corteza, el sabor de su masa   aún caliente... La felicidad es como hacer pan o viceversa, eso es lo que irá aprendiendo Sofía, aunque no será fácil, porque en ocasiones, para aprender hay que desaprender. ¿Hay algo menos parecido entre bailar ballet y trabajar como panadera? Quizás no solo Sofía sino los lectores de El panadero que horneaba historias se sorprenderán de la respuesta. Como también que cada pan tiene su personalidad y como los libros hay un pan para cada momento... 

Paso a paso, Henn va amasando los capítulos de esta historia que nos llega tierna y dulce, lista para paladearla esbozando una sonrisa al asentir con la emotiva filosofía de Giacomo o sus guiños a las canciones de su admirado Domenico Modugno


Carsten Henn (Colonia, 1973) trabaja como escritor y periodista especializado en enología y como crítico gastronómico. Es autor de varios libros de no ficción y de tres exitosas series de novela negra. El hombre que paseaba con libros (Maeva, 2022) supuso el inicio de una prometedora carrera internacional. 


El panadero que horneaba historias. Carsten Henn. Maeva ediciones.

miércoles, 14 de febrero de 2024

Electrocante. Boris Quercia

Si os gustan las novelas de ciencia ficción, os recomiendo Electrocante (Alrevés), de Boris Quercia. Es una novela de menos de doscientas páginas, con elementos del género que me han evocado durante su lectura a otras grandes obras, esas que luego hemos visto en la gran pantalla. 

Los dos protagonistas son Natalio, un policía de Clase 5, y su electrocante, su androide acompañante. El título no es casual, pronto descubriremos un contrapunto narrativo de voces que abrirá muchas reflexiones, en nosotros, como también van surgiendo a lo largo de la historia para sus protagonistas. Natalio y su “tronco” tendrán que investigar un caso de suplantación de identidad en un futuro distópico, en una ciudad dividida en clases sociales y con una revolución más que inminente. 

Los capítulos de Electrocante son cortos, las escenas se van sucediendo a buen ritmo y, como decía, Quercia ha sabido introducir elementos de reflexión para quienes leamos esta novela. Porque incluso en el futuro seguirá habiendo el bien y el mal, personas y máquinas, quienes ostenten el poder y quienes llegado el momento quieran revertir situaciones de abuso. Durante el recorrido en el que acompañaremos a Natalio y a su tronco, bien juntos o por separado, la realidad se impondrá en el trato humano, pero también en esa relación tan especial que puede surgir con una entidad artificial. La vida es el bien más preciado, aún desconocemos tantos misterios a su alrededor que merece la pena sondearlos incluso a través de las páginas de una novela tan evocadora y reflexiva como Electrocante



Boris Quercia (Santiago de Chile, 1966) es actor, director, guionista y escritor. Interpretó a Roberto Parra (hermano de Violeta Parra) en uno de los mayores éxitos del teatro chileno: La negra Ester. Es director de Sexo con amor, una de las películas más vistas del cine chileno, y de Los 80, la serie más premiada de la televisión chilena. Hoy no quiero matar a nadie es su primera incursión literaria y marca el nacimiento de su personaje Santiago Quiñones. Con Perro muerto, su segunda novela, obtuvo el prestigioso Grand Prix de Littérature Policière el año 2016 en París, Francia. La serie la completa La sangre no es agua. Recientemente ha publicado dos libros de ciencia ficción, Electrocante y Neurón (editados en Francia como Les rêves qui nous restent y Les derniers maillons, respectivamente).

Electrocante. Boris Quercia. Alrevés editorial.

martes, 6 de febrero de 2024

El viejo. Guillermo Anguera

Me ha dado pena terminar de leer El viejo (Bunker Books), de Guillermo Anguera. He llegado a empatizar con sus tres coprotagonistas, Alexis, Susana y Teodoro. Al principio, me inquietó, como a ellos, la irrupción en sus vidas, en su piso y en la lectura, como lector, esa presencia extraña. Un anciano de más de 200 Kg., incapaz de reaccionar, no digamos ya de hablar, de expresar nada. 

La extrañeza forma parte de la intención de Anguera, de su propuesta argumental. Los tres personajes se enfrentarán a esa visita del viejo de una manera bien distinta. Desde la negación a su análisis y estudio obsesivo. El viejo puede parecer una historia fantástica, y lo es, con un toque de ciencia ficción, aderezada con algo de crítica social, bajo mi punto de vista. 

El viejo, como entidad, más que como personaje, es un símbolo, una metáfora, quizá un espejo en el que reflejar la conducta humana en estados en desequilibrio. Hay drama, ironía, acaso humor, reflexión y una firme apuesta literaria que me temo no encontrará la acogida justa entre los lectores. El viejo es una novela no diré experimental, ni periférica a las modas, pero sí se sale del forraje habitual en librerías y centros comerciales. 

Una lástima. Frente a novelas ramplonas, de romances clónicos y edulcorados empoderamientos a favor de la moda, solo los más audaces disfrutarán de esta historia sobre la realidad que nos rodea, de los límites de lo virtual en nuestra sociedad, de nuestra capacidad de resiliencia y determinación ante los desafíos que nos ponen a prueba. Agradecido a Anguera por su primera novela publicada, solo espero que sean muchos quienes lean El viejo para despertar conciencias y espíritus críticos ante la literatura que no se pliega a los intereses comerciales. 


Guillermo Anguera (Barcelona, 1991) se graduó en Filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona y cursó sus estudios de máster en la UNED. Escritor y boxeador aficionado, ha trabajado vendiendo perritos calientes y otra comida basura, ejerciendo también de librero y editor de mesa en distintas editoriales. Publicó El miserable, en 2022. Actualmente reparte su tiempo entre la carpintería y los cursos y talleres de escritura que imparte. 


El viejo. Guillermo Anguera. Bunker Books.

viernes, 2 de febrero de 2024

La última partida. Jorge I. Aguadero Casado

Comencé a leer La última partida (Ediciones B), de Jorge I. Aguadero Casado, sin hacer mucho caso a la sinopsis de contraportada. Suelo hacerlo para no sugestionarme ni crearme expectativas sobre la trama o el argumento. Prefiero que me seduzca y me sorprenda. 

Creo que en ese sentido, una partida de ajedrez también tiene algo de seducción, de comenzar con unas expectativas, observando al rival, pero luego depende de nosotros, de lo que aportemos. 

En La última partida, quien abre con blancas es Aguadero Casado, entrenador de base de ajedrez de renombre, con experiencia también en el arte de la narración. Pronto empatizaremos con Fiodor Vasíliev, en la primera parte de la novela. Quizá porque como apuntó Lev Tolstói, en Ana Karenina: «Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera.» 

Lo iremos viendo con cada movimiento en el tablero de La última partida; esa infancia, esa juventud y, luego, ese contrapunto que Aguadero Casado propone en la segunda parte de la novela. No siempre toca jugar con blancas ni con negras. Así, le tocará el turno a dos personajes capitales en  La última partida, como son  Elene Isakadze y Borislav Miroshnychenko. La infancia y juventud de ambos, también marcada por el ajedrez, son movimientos hacia el centro del tablero, de la trama de este thriller, no lo olvidemos. Los tres coprotagonistas convergerán así en el tiempo y el espacio para disputar, como bien ilumina el título, una última y trascendental partida. 

La habilidad de Aguadero Casado es doble, al tender puentes entre el pulso narrativo de este thriller y el sabio aderezo de lo ajedrecístico para disfrute, cómo no, de los amantes del juego-ciencia-deporte del ajedrez. Quien inicie la lectura de las primeras páginas de La última partida estará entrando a su vez en una fascinante partida de ajedrez en la que solo podrá salir airoso quien llegue a la línea final. ¿Os lo vais a perder? 


Jorge I. Aguadero Casado (Barcelona, 1974) Cursó filosofía en la Universidad de Barcelona. Su obra abarca novela existencial, histórica, teatro ático, ópera, cuentos, letras de canciones, artículos, entrevistas, guiones cinematográficos y libros de ajedrez.  Es el primer occidental que escribe con regularidad artículos de opinión sobre política internacional y sobre cultura en el prestigioso Global Times (China). Miembro fundador y director técnico del Club d'Escacs Vila Olímpica, y redactor jefe de la revista Peón de Rey. Es un reputado entrenador en esta área. Ganó el premio de Belleza a la Mejor Partida del Open Internacional del Foment 2015. Ha publicado entre otros: El vendedor de sueños (2017) o Cuentos del gorrión que leía filosofía (2020). Actualmente escribe en el diario La Vanguardia.


La última partida. Jorge I. Aguadero Casado. Ediciones B

Y si queréis seguir profundizando en el mundo del ajedrez, no os perdáis este libro. 

martes, 30 de enero de 2024

Itako. Entrevista a Lluís Bussé

Me ha concedido estos días una entrevista Lluís Bussé, autor de la novela Itako (Distrito 93). Bussé nació en Barcelona, en 1961; es licenciado en Bellas Artes y doctor en Filosofía. Ha publicado, entre otros, La mirada femenina en la pintura europea (1874-1900), en 1996, o un libro en inglés titulado Barcelona’s Multiverse, en 2012. También realizó una exposición fotográfica individual -con el mismo título- en el Palau Robert de Barcelona. En 2013, salió a la luz un poemario inédito titulado Glasgow 15.


P.: Para entender el título de esta novela, hemos de llegar al mismo capítulo en el que aparece por escrito qué es el objeto de la imagen de la portada. Curiosamente, como lectores, en lugar de cruzar bajo el torii, lo bordeamos al abrir las páginas. Le invito a que esta sea la puerta de la entrevista: hablarnos del título y ese torii entre brumas.

R.: El título (Itako) hace referencia a la actividad y profesión de la principal protagonista femenina de la novela. El torii de la portada ha sido elegido por Distrito 93. Un magnífica fotografía que puede representar la parte espiritual que significa atravesar dicha puerta sagrada en la tradición sintoista. Más allá de honrar a los espíritus de la naturaleza, deseo que con la lectura de las páginas quienes se aventuren en ellas consigan atravesar ‘el lugar donde se posan los pájaros’ (torii) y el viaje iniciático consiga calar en las vivencias de sus futuros exploradores.

P.: Gracias al narrador y a las notas que nos va dejando, aprenderemos términos, conceptos e incluso curiosas costumbres del país del sol naciente. Imagino que como autor ha llegado a ellas unas veces investigando y otras como forastero afincado en ese enigmático país. Coméntenos la parte real, la vivida por Ud., reflejada en Itako.

R.: La escritura de Itako ha supuesto una experiencia profunda y en extremo agradable, divertida y apasionante. Existen numerosos elementos de ficción y realidad en la novela. Mi experiencia personal, como autor, carece de interés para el público. 

P.: Me gustaría saber algo más acerca de sus motivaciones a la hora de plantearse escribir esta novela, de los personajes y, si me lo permite, de algo no menos curioso: que esté narrada en presente, frente al habitual tiempo pasado. Quizá porque obedece, a su vez, a una intención más profunda, como la propia esencia de Japón.

R.: Japón es fascinante por su cultura ancestral y capacidad de innovación. En Tokio, por ejemplo, con sus 38 millones de habitantes, nunca veremos un papel en el suelo. No existen papeleras. Cada ciudadano se responsabiliza de sus deshechos. Tampoco hay ruido, salvo el de los vehículos circulando. La gente es silenciosa y extremadamente amable. En lo referente a la novela, el tiempo presente del relato provoca en el lector/a una vivencia interior más palpable. La historia parece desarrollarse en “tiempo real”. Los protagonistas de Itako viven con intensidad sus vidas, aunque atraviesen episodios mágicos y sorprendentes, o se plateen problemas más terrenales como el incesto, la eutanasia, la paternidad, por ejemplo. 

P.: Si bien, el personaje de O-Kono es vertebral en la trama de la novela, me voy a permitir la licencia de preguntarle por Kuma Nakajima. Está construido desde la interiorización de la dualidad del ser humano, de fortaleza y la debilidad, de luz y de sombras. Bebe de lo tradicional y tiene una debilidad por un vehículo fabricado en una ciudad japonesa conocida por algo tan dramático como el mismo tono narrativo que creo acompaña a la novela. Háblenos del Superintendente Nakajima en el centro de esta épica trama policial.

R.: La fabricación del MX-5 (Mazda) en Hiroshima es puramente una anécdota nunca mencionada en la novela. Respecto al tono narrativo de la obra podemos enmarcarla en un contexto épico-mágico y en absoluto dramático en el sentido ‘trágico’ occidental. Suceden eventos que fluyen y confluyen en la trama. La dualidad existente entre los dos protagonistas principales se va descubriendo tanto en la trama policial como en sus relaciones personales.


Itako. Lluís Bussé. Distrito 93. 

viernes, 26 de enero de 2024

Guía del Románico en España. Jaime Cobreros

Viajar, apuntó Gustave Flaubert, te hace modesto. Te hace ver el pequeño lugar que ocupas en el mundo. 

La cita me ha venido estos días a colación de un libro. De la Guía del Románico en España (Anaya Touring), de Jaime Cobreros. Porque he de reconocer que en mi época estudiantil, eso de estudiar historia del arte se me “hacía bola”, como suele decirse. Solo con el tiempo, con el bagaje de los años y la experiencia uno aprecia las cosas, la importancia de la cultura. Y para tesoro cultural nuestro arte románico. 

A lo largo de nuestro territorio, hay monumentos que no nos podemos perder de este estilo artístico predominante en Europa Occidental durante los siglos XI, XII y parte del XIII. El primero claramente europeo que surgió en cada territorio con unas características propias. 

Respecto a esta Guía del Románico en España de la A a la Z, Cobreros la ha planteado en dos partes. Una primera parte, más introductoria, en la que nos acerca a temas generales que facilitan la comprensión de la profundidad del arte románico y sus circunstancias. De este modo, la segunda parte es más visual, pues aborda los monumentos más significativos, cualificados o singulares, como también, la especial concentración de lo románico en algunos pueblos y áreas geográficas singulares. 

Si imbuidos por nuestro espíritu viajero queremos profundizar, no solo sobre el papel, sino sobre el terreno, nada como acercarse entonces a la catedral de Santiago de Compostela, al monasterio de San Martín de Frómista, en Palencia, al Castillo de Loarre, en Huesca o al monasterio de Santa María de Poblet, en Tarragona, por poner algunos ejemplos de nuestro rico patrimonio románico. 

Como apuntó Cobreros en el libro: “El arte románico sitúa al hombre moderno frente a un orden de cosas distinto, intuido pero desconocido.” Emociones, sentimientos, arte y cultura nos esperan desde hace siglos en silenciosa quietud. Descubrámolos.  


Jaime Cobreros, farmacéutico, escritor y publicista guipuzcoano, nacido en 1942 en Errenteria (Gipuzkoa), publicó entre otros: El camino iniciático de Santiago (1976), El románico en España (1993) o la Guía del prerrománico en España: visigodo, asturiano, mozárabe (2005).

Guía del Románico en España. Jaime Cobreros. Anaya Touring