lunes, 16 de mayo de 2016

JUAN GÓMEZ-JURADO: «El mayor combustible que hay es el amor, y también el mejor veneno».



Tenía curiosidad por entrevistar a Juan Gómez-Jurado (Madrid, 1977). Casi estuve a punto de conocerle el año pasado, en la Feria del libro de Valencia, pero la vergüenza de acercarme así, sin más, me hizo esperar unos mesecitos.

Hay una pregunta que se me quedó en el tintero, aunque no sé si me la sabría responder por lo directa. Hace referencia al título de su novela, ‘Cicatriz’ (Ediciones B, 2015). También se llama así una novela de Sara Mesa a quien entrevisté no hace mucho en este blog, publicada por Anagrama en 2015... ¿Dos novelas publicadas el mismo año con el mismo título? 
Curioso, muy curioso.

Lo primero que me pide es que lo tutee al formular la primera cuestión: ‘No sé dónde he leído que se considera a sí mismo con escaso éxito literario, una paradoja vendiendo millones de ejemplares’.  «Lo primero, no me trates de usted, luego lo transcribes. ¿Cuándo he dicho yo eso? Yo no sé qué es el éxito, si esto es el éxito yo tengo mogollón, porque me dedico mucho rato a lo que me gusta, tengo exceso de éxito en el contexto de lo que acabamos de decir. Yo vendo bien, la gente me trata bien, no sé, lo mismo dije eso en otro contexto». Fallo mío por mirar en la red de redes antes de venir. 

En internet leo también que es periodista, que ha pasado por las redacciones de algunos de los principales medios españoles, o que novelas como: ‘Espía de Dios’, ‘Contrato con Dios’, ‘El emblema del traidor’, ‘La leyenda del ladrón’ o ‘El paciente’ se publican en más de cuarenta países y muchas se han convertido en best sellers mundiales. ¿Cómo se lleva eso de ser número uno de precompra en Amazon dos semanas antes de publicarse la novela ‘Cicatriz’?

«Pues muy guay, se lleva muy bien, antes de sacar un libro estoy acojonado perdido, ponlo así, a-co-jo-na-do. Estoy muerto de miedo, puedes haber hecho un montón de pruebas con amigos, con los vecinos, con tu editor, con cuatro o cinco lectores… pero hasta que no se lo enseñas a la gente estás perdido, te dices: esta va a ser la vez que no va a vender nada de nada… Tengo todo el rato el miedo de que el suelo desaparezca bajo mis pies, nunca me termino de creer lo que me pasa. Una compañera tuya, de otro medio, me decía que tras entrevistar a Placido Domingo, fíjate de quién estamos hablando, que cada vez que sale a cantar está muerto de miedo. Y yo le he dicho: es normal; vivimos con el riesgo permanente de cargarla y para evitar eso solo hay un secreto, un truco, escribir el libro que a ti te gustaría leer, y después si no lo lee nadie más, pues coño, por lo menos tienes un lector feliz, tú mismo, si se suma alguien más pues bueno».

Al hilo de lo de Plácido Domingo, le hablo de la rueda de prensa de los premio Planeta de Novela, a la que asistí recientemente, que cuando le preguntaron a Alicia Giménez si este premio le va a cambiar en algo la vida ella dijo que no, pero que ha habido escritores, algunos con nombre, que sí, que un premio les ha hundido. Gómez-Jurado sonríe y responde, no sé si con ironía, que: «Por eso yo ya no me presento a premios literarios para no correr el riesgo de ganarlos. Creo que es mejor así, llega un punto en el que es mejor. Yo creo que el Planeta es un premio a toda una vida, no a una novela, a toda una vida escribiendo».  

Eso me gusta, le digo, y regreso a la novela que nos ha traído al hotel, ‘Cicatriz (Ediciones B, 2015).
 
Háblenos de Simon Sax e Irina; las nulas habilidades sociales de Simon son las que le empujan a conocerse a través de la red.

«La verdad es que no te quiero hablar de Simon –me quedo un poco sorprendido–, pero me parece que no va a haber más remedio. 

»A ver, Simon se parece mucho a mí. Él tiene que ver conmigo algo, es un tío muy irónico, muy divertido, se hace mucho daño a si mismo cuando habla, está todo el rato metiéndose consigo mismo, es un hombre peculiar, luego se encuentra con Irina.» 

E Irina ¿a quién se parece?  

«Irina se parece a sí misma, Irina no se parece a nadie, no se puede parecer a nadie porque es un personaje que para mí no es un personaje literario, para mi está viva; si ahora mismo entrase por la puerta no me sorprendería nada. Es el personaje más difícil que he hecho con diferencia, llegó un momento en el que caminaba sola y pensé que si me daba la vuelta me la iba a encontrar detrás de mí mientras escribía, estaba siempre detrás de mi hombro derecho».
 
Como ya se ha creado cierta complejidad bromeo diciéndole que ha tenido ayuda para escribir entonces esta novela. «Sí, con Irina, tenía miedo de que viniera de verdad y estuviera ahí, entre otras razones porque tendría que repartir los royalties del libro entre dos».

Me ha gustado eso de que esta novela le hace a uno mirar de otra manera a la persona con la que uno duerme.

«Está claro que eso es verdad, tú nunca conoces a la persona con la que te acuestas, nunca, imposible, ya es bastante difícil, en general, conocerte a ti mismo como para, imagínate, conocer las motivaciones y los auténticos secretos detrás de la persona que tienes al lado. En la vida real nos ha pasado a todos que tu pareja ha venido a casa a las tres de la mañana y tienes la tentación de preguntarle ‘¿de dónde vienes?’ y que te diga ‘de trabajar’, pero igual eso no es así. Irina empieza a notar que Simon empieza a mentirle mucho, también Simon nos está mintiendo mucho a nosotros, lo irá viendo el lector a lo largo de la novela, y entre medias de lo uno está el conflicto, la gracia, el kétchup está ahí».

La única que no se miente en la novela es Irina a sí misma.

Es el único personaje que es brutalmente honesta consigo misma, y no me había dado cuenta, es el único personaje del libro que se dice a sí misma la verdad. 

En realidad todos nos mentimos a nosotros mismos.

La supervivencia depende de la mentira, es esencial, hay un momento en el libro en el que lo digo, las mentiras son como una manta cálida hacia la que corremos para refugiarnos; la gente, además, mata y muere para que no se le saque de debajo de esa protección. La misma naturaleza humana es una negación de la mentira, si tú estuvieras todo el rato pensando en que te vas a morir tu cerebro reventaría y morirías; si construimos un dios y una vida después de la muerte es para ayudarnos a sobrellevar una verdad trascendental, por eso te digo que la supervivencia depende de la mentira.

¿El miedo es el mayor combustible que existe?

El mayor combustible que hay es el amor, y también el mejor veneno.

¿Y están el amor y el miedo en puntos distintos, contrarios?

En el caso de Simon no, Simon vive todo el rato con el miedo de que después haber encontrado el amor, o lo que él llama amor, perderlo, constantemente, y ese miedo le lleva a cometer tremendas estupideces con lo cual sí, yo creo que si están muy cercanos el miedo y el amor. 

A estas alturas la confianza es tal que me confiesa que con los elementos que hay en la mesa junto a la que le entrevisto pueden surgir varias instrumentos para matar a alguien. Como mi gesto debió darle la impresión de escepticismo, toma un posavasos de cartoncillo y empieza a doblarlo.
 
«Tú sigue preguntándome», dice y, por si acaso, continuo viéndole enrollarse en la mano el cono de cartón y haciendo pruebas contra el apoyabrazos del sofá.
 
Sus personajes son la excepción a la norma, son los que en lugar de huir como lo haría la mayoría se enfrentan a los problemas. «Mis personajes son siempre el uno por cien que no se da la vuelta y huye». A continuación me enseña lo que ha pertrechado con el posavasos, con unas indicaciones sobre cómo sujetarlo y que si ese cono de cartón me lo introdujera en mi ojo me llegaría al cerebro provocándome una muerte instantánea… Luego me lo da, pero vamos, que aunque le pregunté un par de cuestiones más lo que me impactó fue el arma casera. Por cierto, la he guardado para la siguiente entrevista, que nadie piense mal. 

«Aunque no te lo creas –me dice al despedirnos– nunca le he hecho daño a nadie».

Tendré que creerle.

Muchas gracias y mucha suerte, Juan.

Por Ginés J. Vera.

Juan Gómez-Jurado (Madrid, 1977) es periodista. Ha pasado por las redacciones de algunos de los principales medios españoles. Sus novelas (Espía de Dios, Contrato con Dios, El emblema del traidor, La Leyenda del Ladrón, El Paciente y, la más reciente, Cicatriz) se publican en más de cuarenta países, se han convertido en bestsellers mundiales y han conquistado a millones de lectores. En Hollywood hay planes para adaptar varias de ellas a la gran pantalla.

2 comentarios:

  1. Solo he leído uno de sus libros y me resultó muy entretenido. Y lo he visto ya en varias entrevistas y es de esas personas que te caen bien. Me ha gustado también la tuya. A ver si pronto me animo con alguna de sus novelas, que de todas hablan muy bien.
    Besotes!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Margari, es todo un personaje y coincido contigo en el ritomo trepidante que imprime en sus novelas. Un saludo y felices lecturas.

      Eliminar