lunes, 30 de enero de 2017

PABLO C. REYNA: «No podemos darles “libros colleja” a los jóvenes».


(c) Cortesía Ediciones Montena.
Hacía tiempo que no entrevistaba a un autor de literatura juvenil y, con el nuevo año, me he decidido por mi paisano Pablo C. Reyna. Me concede una entrevista al hilo de la publicación de su tercer libro de la serie MultiCosmos, ‘La rebelión de los drones’ (Montena).

¿Qué van a encontrar los lectores de los dos primeros libros de MultiCosmos en esta tercera entrega?
En la tercera parte, La rebelión de los drones, el misterio se enreda más todavía: los villanos no lo son tanto, y los buenos, tampoco. Hay un giro de tuerca que mantiene al lector enganchado hasta el final y con ganas de más. Además, la división entre el mundo real y el virtual se ha difuminado, y ya no saben si están jugando al videojuego o corriendo por salvar su vida. Los dos mundos se han fusionado, para peligro de los protagonistas y emoción del lector.

La vida real no parece tan emocionante como la que viven en MultiCosmos, afirma el protagonista, quizá porque junto a sus amigos son chavales de 13 años a los que les pasan situaciones más o menos comunes a esa edad en el instituto y en casa. ¿Qué supone esta saga de libros para unos chicos más afines a los videojuegos y la diversión en tres dimensiones, por así decirlo?
Los fans de videojuegos como Minecraft se reconocen en los protas de MultiCosmos. La serie les gusta porque sus avatares no solo superan niveles difíciles: también luchan por salvar el mundo, y eso es algo que no todos los chavales de trece años hacen al salir de clase. Pero Alex y el prota también tienen que ayudar con las tareas de casa, estudiar y asistir a clase. Ser un héroe es más complicado a esa edad que cuando eres un adulto que no tiene que aprobar Matemáticas.

‘Tanta mentira solo me ha traído problemas’, llega a decir en un momento el Usuario Número Uno de MultiCosmos, precisamente porque se lo ha estado ocultando a su familia. ‘Mis mentirijillas piadosas no han hecho más que causarme problemas en casa’, afirma también. Lo destaco para preguntarle por los valores que los escritores de ficción juvenil introducen -o deberían introducir- en las lecturas según la edad a la que vayan dirigidos, ¿en qué medida está de acuerdo y cómo lo valora y considera en sus obras?
Si queremos que los jóvenes disfruten leyendo, no podemos darles “libros colleja”, esos que traen una moraleja al final de cada capítulo. Los mensajes evidentes o ñoños son aburridos y contraproducentes. MultiCosmos no pretende aleccionar, pero eso no significa que no tenga valores. Sin embargo, están metidos entre líneas y el lector los asimila mucho mejor, porque la historia no se entiende sin la justicia, la verdad, ni tampoco pueden avanzar sin los amigos o la familia.
Al principio de la serie, el prota cree que hay que emplear la violencia para solucionar las cosas. Libro a libro, la historia demuestra cómo se resuelven mejor con sentido común y sin dañar a nadie. Es un proceso más lento, pero permanece. Lo mismo ocurre con otros dilemas de la historia, donde las soluciones del principio no funcionan igual al final.

Me ha parecido muy interesante la parte activa del libro, que no solo sea una actividad pasiva, sino que los lectores interactúen a través de pruebas repartidas a lo largo de la historia desarrollando su creatividad e imaginación lápiz en mano. Háblenos de ello.
MultiCosmos es un libro que pretende trasladar la emoción de un videojuego… sin dejar de ser un libro. Invitando a los lectores a participar, se sienten parte activa de la historia y se sumergen mucho más rápido. Hay chavales que odian leer, pero que se han enganchado a MultiCosmos porque les recuerda a un videojuego.

En el capítulo ‘Más MultiLeaks’ leo una interesante reflexión cuando los tres amigos se desconectan de MultiCosmos agotados de tantas horas conectados. ‘Llevamos horas sumergidos en la red y eso agota a cualquiera’, dice; creo que es otro aspecto a poner en valor, en este caso a través de la lectura, la necesidad de que los jóvenes sepan ‘desconectar’, que además de internet hay una vida real y que pasar muchas horas ‘conectado’ cansa a cualquiera y no en bueno.
No tengo nada contra internet ni contra los videojuegos: son útiles o, cuanto menos divertidos. El problema no es que existan, sino que no exista nada más. Con MultiCosmos he querido poner en valor las emociones de la vida real, y cómo esa sana combinación entre los dos mundos los enriquece más.

En esta tercera entrega de MultiCosmos descubrimos un invento alucinante, aunque esté en fase prototipo, me refiero a las holopulseras. ¿Qué podemos adelantar a los lectores sin desvelar demasiado para que se animen a leer ‘La rebelión de los drones’?
En la tercera entrega de la serie, una empresa de tecnología desarrolla un invento que hará que los videojuegos sean experiencias absolutamente reales. La emoción ya no está solo en la pantalla, está en la vida real. La realidad aumentada es nuestro propio mundo… Parece emocionante, pero ¿y si nuestra realidad también se llenase de monstruos? Hay aventura para rato. ;-)

Pablo C. Reyna (Valencia, 1987) vive desde hace tiempo en Madrid. Es editor de literatura infantil y juvenil por el día, y aprovecha la noche para escribir y dibujar. Es autor de la serie MultiCosmos con los siguientes títulos: ‘Aventuras virtuales a pico y pala’, ‘Atrapados sin wifi’ y ‘La rebelión de los drones’.

2 comentarios:

  1. No conocía a este autor, así que gracias por presentármelo. Aunque esta vez por cuestión de edad, no creo que llegue a estrenarme con él. Y para mi hija, que tiene ya 13 años, no lo veo. Estoy consiguiendo que lea, pero entre ángeles y demonios, vampiros y licántropos o fantasmas va la cosa.
    Besotes!!!

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  2. Gracias Margari. Veo que tu hija será una gran lectora, te animo a que a animes a leer, aunque sean demonios, vampiros y alrededores. Todo llega. Un saludo.

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