miércoles, 29 de diciembre de 2021

Dios no baja a los infiernos. Entrevista a Luis Aleixandre Giménez

Es un verdadero lujo recibir casi a las puertas de 2022 la entrevista que me concedió Luis Aleixandre Giménez. Precisamente con su última novela publicada Dios no baja a los infiernos (Unaria) quedó 6º finalista del prestigioso Premio Planeta de Novela 2019. Desde aquí mi agradecimiento a Luis, a quien ya entrevisté tras la publicación de una novela anterior, y a Amelia Díaz, de Unaria ediciones. A ambos, además, mis mejores deseos para el año nuevo.


  P.: Creo que uno de los grandes temas que palpitan entre las páginas de Dios no baja a los infiernos es la propia naturaleza humana, esa parte oculta que a menudo suele permanecer silente hasta que un día sale y logra sorprender cuando no aterrar. Coméntenos algo acerca de los temas profundos de su novela.

  R.: El inspector Tárrega pierde a su esposa e hija en trágicas circunstancias y desde ese día su vida se derrumba. Pierde todo interés en seguir viviendo y solo la bebida y las drogas hacen su día a día algo llevadero. Deambula por las calles de Valencia arrastrando su tormento y metiéndose de lleno en trifulcas y reyertas. Está solo. Y esa soledad agrava, más si cabe, su sufrimiento. La novela pretende mostrar la sociedad egoísta en la que vivimos en la actualidad. Nadie hace nada por nadie, cada uno debe resolver sus problemas sin molestar a los demás, porque en cuanto lo haces aparece el desprecio, las humillaciones y la violencia gratuita. Debido a que los problemas de Tárrega se generaron en el seno de su familia, solo los amigos podrían echarle una mano, pero no tiene. Se aisló involuntariamente tras perder a su esposa e hija, y carece de amistades en las que apoyarse. Y esa es justamente la causa por la que el protagonista se ve incapaz de salir a flote. Es solo una pincelada literaria que muestra la importancia de tener amigos, aunque sean pocos, pero que sean buenos y fieles.

  Por otro lado, la novela nos muestra cómo dos personas distintas, que han sufrido lo indecible, se comportan de forma diferente ante los estímulos mezquinos y egoístas que reciben de nuestra sociedad. Hay quien exterioriza sus impulsos mediante la violencia, irracional en ocasiones, y otros que mantienen el tormento enjaulado en su propia cabeza. Hay mártires y hay asesinos. Hay ángeles solitarios que padecen en silencio y hay demonios camuflados que no dudan en devorar la carne de otros. Así transcurre la vida para los personajes de mis novelas…

  P.: Destaco el recurso narrativo del contrapunto utilizado en su novela para presentarnos no solo la historia bajo un narrador omnisciente. También las notas de la doctora Nora, planteando así a los lectores la información de los hechos de manera más activa e impactante. ¿Cómo fue la gestación de esta novela?

  R.: El narrador omnisciente estuvo claro desde el inicio. Lo que me fue corroyendo desde los pies hasta la cabeza fue la posibilidad de presentar un segundo narrador. ¿Cómo hacerlo sin que al lector le pareciese forzado? ¿Cómo hacerlo sin estropear la novela? Un día se encendió la bombilla que todo escritor llevamos en nuestro cerebro y di con la clave. Las grabaciones de las sesiones del inspector Tárrega con su terapeuta me sirvieron para que, en numerosos puntos de la novela, el inspector hable al lector. Y lo hace bajo la figura de un narrador interno y protagonista; una voz que se expresa en primera persona. Creo que el resultado es muy bueno (lo siento, pero ya no tengo abuelas), y que el jurado del premio Planeta de 2019 consideró esa artimaña literaria como un plus de originalidad que diferenció mi novela de otras presentadas al premio.

  

  P.: Y, ya puestos, a esos guiño intencionados, presumo, a Carlos Ruiz Zafón en el capítulo que prologa su novela, y a Chandler, Christie, Highsmith, Vazquez Montalbán o González Ledesma al describirnos al personaje del agente Raúl Peña.

  R.: En cuanto a las referencias a escritores y escritoras en mis novelas, es habitual. Solo pongo en valor la importancia que tiene la lectura para mis personajes, y con ello reflejar esa máxima que expresa que la literatura hace a las personas inteligentes e interesantes. En las dos próximas novelas, de las que ya he terminado las oportunas correcciones, estos guiños a autores y autoras se acentúa sobremanera. Me sirven también para reflejar mis gustos personales. 

  No puedo dejar pasar la oportunidad de recordarte que además de estas citas, a lo largo de la obra aparecen tres poemas geniales de Eloy Sánchez Guallart, poeta castellonense y de lo mejorcito de la lengua castellana actual, que le proporcionan a la novela un plus de calidad del que me gusta presumir.

  P.: Quería preguntarle por lo que ha significado para Ud. que su novela fuera una de las diez finalistas del Premio Planeta de Novela 2019 y qué supone a su vez para la propia obra.

  R.: En cuanto a la primera pregunta, es obvio: visibilidad. Tanto de la novela como mía en mi faceta de escritor. Semejante reconocimiento es difícil de alcanzar de forma tan repentina. Un día eres un autor desconocido y al día siguiente eres un escritor finalista de un renombrado premio literario al que se han presentado 546 novelas de todos los rincones del planeta. 

  En cuanto a lo que supone para la obra es bastante sencillo de entender para los que nos dedicamos a escribir y nos preocupamos por los detalles literarios más ínfimos de nuestras novelas: para llegar a ser finalista, tu creación ha sido desmenuzada, analizada y valorada por un comité de expertos. Ellos consideraron que mi novela atesora suficiente calidad y originalidad como para pasar a la fase final del premio. Es lo que más me enorgullece de Dios no baja a los infiernos. Ya me lo confirmó un amigo y buen escritor cuando le revelé mis inquietudes: «Si la han elegido es porque tiene calidad, no debes dudar de eso».

  P.: Para terminar, ¿hay algo que pueda revelar a nuestros lectores sobre su más próximo futuro literario?

  R.: Bueno, os voy a dar una exclusiva. Solo lo saben dos personas, pero se hará público en cuanto empiece el año 2022. Mi nueva novela Hombres malos, que quedó finalista en el premio “Sed de Mal” del Festival Octubre negro de Madrid 2021, saldrá publicada por la editorial Cosechanegra ediciones a mediados del mes de marzo. Será una novela dura, muy dura… pero de eso ya hablaremos en la próxima entrevista.

  Nota: La portada del libro es de David Díaz Mundina, de Akane estudio; en tanto la figura del hombre cayendo al fuego es una ilustración del propio Luis Aleixandre.

  Dios no baja a los infiernos. Luis Aleixandre Giménez. Unaria ediciones.

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2 comentarios:

  1. Pues tiene muy buena pinta esta novela. Ya sabes qeu el género me gusta así que gracias por dármelo a conocer. Muy buena entrevista.
    Besotes!!!

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