Un poemario introspectivo, reflexivo, no sé si atreverme a adjetivarlo de místico; casi a modo de ejercicio de autoconocimiento a través de los poemas que lo surcan. Como esa ruta que leemos en el título, estas piezas parecen seguir un camino, un sendero a través de conceptos como: el paso del tiempo, lo efímero de la existencia humana o, justo por ello, el poder de cambio, la transformación, la evolución a lo largo de la vida; quizás de ahí, de nuevo, la elección del bello y trémulo insecto en su título.
La presencia, la ausencia, la pérdida y cómo sentimos esta… también aletean en algunos de los poemas de la autora peruana afincada en Valencia, España. Leer La ruta de las mariposas no solo es un acto literario, poético, sino que de algún modo puede convertirse en una ventana a nosotros mismos. Me refiero a que puede leerse, entre líneas, como breves reflexiones casi filosóficas, en esa larga búsqueda de la verdad que solemos iniciar cuando (nos) descubrimos formando parte del universo. Reátegui acompaña y muestra, abre su bitácora de experiencias como el cuaderno de travesías que la han conducido hasta aquí, hasta esta playa.
En ese viaje literario encontramos así tres puertos, tres secciones en el libro: Marchas y despedidas, De regreso al ser y Cruce de caminos. A través de ellos, estos poemas indagan en el duelo, la búsqueda espiritual o la reconciliación, en un regreso al ser y a la comunión entre lo cultural y lo espiritual. Precisamente, esa vuelta a casa en Cruce de caminos que cierra el abrazo poético con referencias a la cultura peruana y las tradiciones religiosas, no deja de simbolizar, quizás, una suerte de júbilo, cierta celebración, como Odiseo en Ítaca, hallando a su vuelta su hogar espiritual. El pasado es un buen lugar para ir de visita, aunque no para vivir, apuntó alguien. Me uno a ello, en tanto en La ruta de las mariposas se mira a poniente, a la retrospección de lo vivido, pero con el deseo de que nos impulse hacia levante, hacia lo que está por venir.
Elga Reátegui nació en Lima (Perú). Reside actualmente en Valencia (España). Es periodista y escritora. Laboró en diversos medios de comunicación de la capital peruana. Además de su labor como productora y gestora cultural a través de diversos espacios en YouTube y redes sociales. mantiene un blog de entrevistas que lleva su nombre y dirige el blog de La ardilla literaria en el que publica reseñas y entrevistas de colaboradores. Asimismo, es creadora del club de lectura La ardilla literaria en la ciudad de Valencia. Ha publicado seis poemarios y cuatro novelas, entre los que destacan En mi piel, De ternura y sexo, A este lado y al otro, Y te diste la media vuelta y el libro de relatos La fugacidad del color. También es autora de Body maps, poemario en inglés, editado en los Estados Unidos de América.
𝑳𝒂 𝒓𝒖𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒎𝒂𝒓𝒊𝒑𝒐𝒔𝒂𝒔. Elga Reátegui. La rueca, 2024.
Pues llevo tiempo sin animarme con este género. Tomo buena nota, que me gusta lo que cuentas y a ver si lo retomo otra vez.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es que la poesía tiene sus momentos, de escritura y de lectura, lo confieso. Gracias, Margari.
EliminarHola, yo no soy mucho de poesía. Por más que lo he intentado solo he logrado conectar con Emily Dickinson y otros poemarios no me llenan ni los entiendo, ja, ja, ja. Aunque este parece interesante y los temas que recorre pueden considerarse necesarios o provechosos, no me llama del todo la atención.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu opinión,
Un beso <3
Conectar con la poesía es casi como desconectar de nuestros móviles, pero de puede (risas). Gracias Lexie.
EliminarFelicidades por una reseña tan acertada.
ResponderEliminarGracias Isabel, a ver si coincidimos un día de estos y nos contamos. Un saludo.
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