lunes, 1 de septiembre de 2025

Gris, más bien, plomo. Entrevista a Elga Reátegui

De regreso tras las merecidas vacaciones, es un verdadero honor hacerlo con esta entrevista. Elga Reátegui y yo nos conocimos hace años, por un libro suyo, además. El tiempo lo podemos contar por libros publicados, por anécdotas y por recuerdos en común. Agradecido, solo queda dejaros aquí esta entrevista y mi recomendación para que os acerquéis a “Gris, más bien, plomo" (La Rueca).


P.: Si hubiera dos clases de novela, de trama y de personaje, creo que coincidiríamos en que "Gris, más bien, plomo", es de personaje: el de Chela Vargas en el centro de la historia. Y si te preguntase cinco rasgos que definen a la protagonista de tu novela, ¿cuáles elegirías y por qué?

R.: El lector posee plena facultad en cuanto a cómo quiere ver o enfocar el contenido de la historia, en eso no tengo el control, obviamente. Sin embargo, lo que sí está en mis manos es, quizá, usar a mi personaje para abordar temas que para mí son de vital importancia o que merecen un mayor foco de atención. En cuanto a Chela Vargas, debo admitir que es un personaje complejo y polémico. Al que puedes detestar de comienzo a fin o prodigarle algo compresión paulatinamente, pero sin llegar a empatizar con ella jamás. 

Sobre sus rasgos de personalidad, Chela Vargas se acepta tal cual es, está comprometida consigo, ama su libertad, sabe lo que quiere y acepta sus limitaciones. Me quedo con su capacidad de quererse, pese a ser consciente de sus egoísmos. No se juzga ni claudica. Es así y ya está. 

P.: Junto a Chela orbitan otros personajes y eso que Chela es brava y muy independiente. No quiero dejar pasar la oportunidad de que nos cuentes ese delicado triángulo de Chela con su primo Samir y con su amor, Nuria.

R.: No creo que exista ese triángulo amoroso tal como lo enfocas. Descarto que sea así. Sin embargo, acepto que existe un fuerte vínculo afectivo de modo individual, es decir, Chela respecto a Samir y viceversa,  y, algo similar, también ocurre con Nuria. Además del cariño, que es patente, hay mucha necesidad por parte de ellos. Tal vez, ni sea afecto, sino apego lo que sostiene sus relaciones. Samir y Nuria se hallan en plena búsqueda de alguien o algo que los saque su vacío, que les indique que son indispensables en la vida del otro, en este caso, de Chela. Es ella la que les prodiga ese nutiente, por tanto, alimenta su alicaída autoestima y da sentido a sus existencias. 

P.: En cierta ocasión comentamos que no has caído, como algunos autores, en darle excesivo protagonismo a las descripciones paisajísticas, a los decorados profundos exteriores. Y, sin embargo, Lima está muy presente con sus calles, sus rincones, hospitales incluidos, o  el cementerio de perros de  Huachipa. Háblanos de esa Lima y de ese no coprotagonismo secundario de una ciudad que conoces bien.

R.: Nunca me he prodigado en descripciones, por tanto, tampoco he incurrido en el error de caer en excesos en pos de hacer los escenarios más reales. Hubiese sido un despropósito que el paisaje devorara la historia. No caigo en ese tipo de tentaciones. Doy lo justo y lo necesario para que se den una idea del entorno. 

Mi Lima, pese a sus cambios urbanísticos y la inmigración de los últimos tiempos, en esencia sigue siendo y, probablemente, continuará siendo la misma. Es una dama sensible, ingeniosa, huachafa, coqueta y muy nostálgica. Quien conozca Lima por haber nacido allí o haberla visitado alguna vez resaltará su casi perenne cielo de tono “panza de burro", ese gris de todos los matices que nos acompaña durante gran parte del año. Dicen los entendidos que esa condición climática marca o influye en el alma del limeño tornándolo nostálgico hasta algo tristón. No lo desmiento, tal vez, sea cierto. 

P.: Por alguna razón, propia o ajena, me ha venido a la mente el personaje griego de Penélope. Diferencias aparte, veo que ambas tejen y destejen hilos, con recuerdos, con personajes, con deseos y, ambas, en el fondo, esperan con paciente impaciencia. Lo hilvano con una pregunta delicada, si crees que van a empatizar más con esta historia los lectores, pero sobre todo las lectoras, que hayan pasado por el mal trago de Chela.

R.: El cáncer. La historia se desarrolla a partir de la aparición de dicha enfermedad que sorprende a Chela Vargas lanzándola a unas sesiones de quimio que enfrenta como puede. Y todo ocurre mientras ella atraviesa ese duro proceso, llena de miedo, incertidumbre y un transcurrir de tiempo en en el no que sabe qué esperar. 

La novela está basada en un hecho real. Un buen porcentaje de lo que cuenta la historia ocurrió en verdad. Es la experiencia de mi madre y de lo que yo viví con ella durante ese período. 

P.: Personalmente creo que no es casual que Chela Vargas sea periodista, que trabaje en un medio de comunicación. Algo de Chela hay en ti o al revés. Quizá te ha servido para contar, entre la ficción, experiencias o recuerdos personales. Nada nuevo, me temo, para quienes somos asiduos a tu narrativa novelada. ¿He acertado?

R.: Sí, a veces las historias parten de algún suceso vivido durante el desempeño de mi carrera periodística. Aproveché un par recuerdos de mi paso por algunos medios de comunicación para retratar el paisaje humano, los quehaceres propios y el ambiente habitual en dichos hábitats. 

La incertidumbre de la venta del canal y los despidos arbitrarios con listas que salían a diario fueron sucesos que vivieron mis compañeros, en una televisora, a finales de la década de los `80, tal como le ocurre a Chela Vargas. Yo me marché antes, no estaba dispuesta a padecer esa tortura.  

P.: Si antes comentaba que no has dado un gran rol coprotagonista a la ciudad de Lima, me atrevo a decir que sí se lo has otorgado al amor en "Gris, más bien, plomo". El amor casi con mayúsculas, desde el amor a uno mismo, en forma de autoconocimiento y autoconcepto, pasando por el amor a los demás, ya romántico ya de parentesco. De hecho, creo que lo que salva a muchos de tus personajes de sufrir un fin injusto es precisamente el amor, en una direción o bidireccional. Por si quieres hablarnos de ello, no nos olvidemos de Natusha, ¿sí?

R.: No es novedad afirmar que siempre buscas a alguien a quien amar. En cuanto a Chela, ella elige amarse a sí misma, anteponiéndose a los suyos, y es válido, por supuesto. Aunque también, vemos que depositó gran parte de su cariño en Natusha, su perrita, a la que, según ella, quiso de veras y sin expectativas. 

El amor es capaz de realizar milagros internos y externos, pero no se halla fuera, debes encontrarlo dentro de ti, reconocerlo y vivir de acuerdo a sus dictados. El amor no es ciego ni tonto, dejemos de subestirmalo o confundirlo. El amor es sabio, justo e incondicional. Pero, lamentablemente, hoy en día el romanticismo cruel, grosero y egoísta lo suplanta en las relaciones humanas produciendo sufrimientos inútiles y vacíos existenciales. 


Elga Reátegui nació en Lima (Perú) y desde hace años reside en Valencia (España). Es periodista y escritora. Laboró en diversos medios de comunicación de la capital peruana. Produce y conduce dos espacios literarios: VíaLibros (reseñas) y Reunidos (entrevistas). También es creadora  del programa Háblame de tu libro, del autor al lector. Todos se difunden en su revista digital La ardilla literaria, en YouTube y en las redes sociales. Ha publicado nueve poemarios y cinco novelas, entre los que destacan En mi piel,  El vals de la gata, A este lado y al otro e Y te diste la media vuelta. En 2020 obtuvo un International Latino Book Awards (primer puesto) por su libro La fugacidad del color, en la categoría Best Collection of Short Stories (Estados Unidos). En junio de 2022 su libro Tari, la tortuga que vino del espacio (Lastura 2021), su primer libro infantil, obtuvo una mención honorífica en los International Latino Books Awards (categoría Best Illustrated Children's Book). Es miembro de la Directiva la Asociación Escritores y Críticos Literarios de Valencia (CLAVE) y la Comisión de Escritoras PEN Club Internacional del Perú. Está afiliada a la Unión de Periodistas Valencianos y a la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). Administra el blog de entrevistas La ardilla literaria que publica reseñas y entrevistas de colaboradores. Asimismo es fundadora del club de lectura homónimo a la revista, en la ciudad de Valencia, donde realizan talleres de escritura y presentaciones de libros, entre otras actividades.

Gris, más bien, plomo. Elga Reátegui. Editorial La Rueca.

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