jueves, 27 de mayo de 2021

La tetera de Russell. Pablo Sebastiá Tirado

Tuve la suerte de haber leído un relato de Pablo Sebastiá Tirado antes de llegar a La tetera de Russell (Reino de Cordelia). Quizá por ello me sumergí de lleno en esta obra ingeniosa y reflexiva a un tiempo. Tal vez porque tiene algo de ciencia y de ficción especulativa. Algo de metafísica y filosofía junto a una divertidísima puesta en escena. 

  Y digo escena porque el escenario es España, en 2072, cuando nuestro país se ha convertido en una potencia científica mundial. La protagonista de  La tetera de Russell no es una tetera, aunque convendría no perder de vista el título para entender la trama. La joven científica Hipatia de la Cierva dirige el proyecto Deus ex Machina en Madrid, en el Centro Tecnológico de Plaza de Castilla. Algo tan aparentemente sencillo y ambicioso a la vez como pretender comunicar un mensaje en tiempo cero con cualquier parte del universo, dará como resultado un hallazgo mucho mayor y más desconcertante. 

  Cada uno de los treinta y un capítulos de La tetera de Russell se corresponden con citas o aforismos del filósofo, matemático y escritor británico Bertrand Russell. El título, como decía, no es casual, pues recoge el guante lanzado por el premio Nobel británico, en 1952, cuando este plantease en forma de símil a quién le correspondía en puridad demostrar si existe o no dios, si a los creyentes o a los ateos. La novela firmada por Sebastiá Tirado es así un juego de espejos con toques de ironía, de ciencia ficción, también guiños al mejor pulp y a cuestiones matemáticas o metafísicas sin desdeñar el thriller

  Hipatia de la Cierva es una mujer que se debatirá entre lo racional en su trabajo, incluso cuando los resultados del proyecto arrojen conclusiones intrigantes, y la pasión desenfrenada por un hombre muy peculiar, un inmigrante de Germania llegado a España en busca de libertad, huyendo del integrismo cristiano ortodoxo que ha embrutecido a este país. 

  La tetera de Russell se lee como una utopía divertida, hilarante, filosófica y reflexiva que sin duda hará las delicias de los fans de B. Russell. Luego, al cerrar el libro, podrá creerse o no en la existencia de dios o de una pequeña tetera de cerámica orbitando alrededor del sol... tan pequeña que ni el telescopio más potente del mundo podría captarla. Ver para creer. 


  Pablo Sebastiá Tirado (Castellón de la Plana, 1973) Es escritor y periodista. Licenciado en Derecho por la Universitat Jaume I, ha trabajado en varios medios de comunicación, tanto audivisuales como de prensa escrita y ha publicado las novelas El último proyecto del doctor Broch (2007), La agenda Bermeta (2008), El último grado (2010), Secreto de estado (2011), La sonrisa de las iguanas (2014) y Reikiavik (2018). Es miembro del comité organizador del certamen internacional de crimen y ficción Castelló Negre y forma parte, a su vez, del colectivo 12 Plumas Negras.

La tetera de Russell. Pablo Sebastiá Tirado. Reino de Cordelia.

lunes, 24 de mayo de 2021

Agitación. Entrevista a Jorge Freire

Hace unos días compartía la reseña del libro Agitación (Páginas de espuma), de Jorge Freire. En esta ocasión es la entrevista que tan amablemente me concedió. Desde aquí mi agradecimiento al autor y, además, a Juan Casamayor, de la editorial Páginas de espuma.

  P.: Este ensayo “sobre el mal de la impaciencia”, leemos como subtítulo, se pregunta acerca de los principales síntomas de la agitación tanto del Homo agitatus como de la sociedad agitada. Creo que también se invita al lector a encontrar en la filosofía una suerte de medicina del alma en este Agitación. Háblenos sobre ello.

  R.: Deleuze decía en su libro sobre Spinoza que el filósofo es como un anacoreta. Yo he tratado de ser más bien un etólogo. Me he paseado por las calles, por los bares, por los mercados, y me he puesto a reflexionar acerca de una serie de conducta que me llamaban la atención. Me interesa mucho el concepto griego de pharmakon. La filosofía no sana por sí misma; más bien ayuda a que uno aprenda a sanarse por su cuenta. Pero el filósofo no es un chamán ni un hombre medicina, sino un monje que se pasea de puntillas por un mundo que no es el suyo. Hay que desconfiar de los catartas profesionales que van prometiendo curar las heridas del alma. Platón los retrata con claridad en el segundo libro de la República, y parece que esté hablando de escritores de autoayuda. 

  P.: Me ha interesado una reflexión acerca de que los pueblos -dicho en un sentido genérico- se rigen por la misma cultura: la cultura de la agitación y que “cuando la masa se vuelve una recua indiferente de borregos complacientes, innecesario es gobernarla con mano dura.” ¿Nos lo comenta?

  R.: Es célebre el temor que expresaba Tocqueville en el primer tomo de La democracia en América hacia una mayoría impetuosa que arrastrase al conjunto de la sociedad. Menos conocido es el miedo que expresaba en el segundo tomo, escrito cinco años después, al repliegue cívico y la atomización. Es evidente que quien no sabe gobernarse pide ser gobernado. Por eso la agitación lleva a la anomia. Respecto a la cultura de la agitación, cabe hacer notar que disfraza de diversidad su carácter homogeneizador. Por eso los identitarismos, que remiten a aquello que Freud llamó el narcisismo de la pequeña diferencia, son su más genuina creación. Solo hay una cultura, aunque uno se la pinte con barnices locales.

  P.: Hablaba del periodismo pero también en Agitación leemos que “El homo agitatus piensa que la lectura le hará mejor, equivocadamente.” También que “Nuestro tiempo obliga a elegir entre el conocimiento y la información.” Me ha recordado a la cita de Unamuno: Cuanto menos se lee más daño hace lo que se lee. ¿Nos lo comenta?

  R.: Pensar que leer mucho te va a volver más listo, más guapo y más alto es una idiotez. Detesto el bovarismo convertido en preceptiva ética. Decía Karl Kraus que la cultura termina cuando los bárbaros se introducen en ella, y este es un buen ejemplo. Si contase con la potestad de manumitir a un lector, como antiguamente podía otorgarse la libertad a un esclavo, lo eximiría del oneroso lastre de leerse mil páginas de Murakami y le diría que se fuese al bar. Mienten los beatos de la cultura cuando atribuyen a los libros cualidades soteriológicas. Ni los libros te salvan ni te hacen mejor persona. Puestos a elegir, preferiría ser un analfabeto redondo y asolerado que un compulsivo deglutidor de novelas al que se sigue notando el pelo de la dehesa. No se trata de leer mucho, sino de leer bien. Inteligencia viene de inter legere, que significa saber leer entre líneas de ese libro que es el mundo. O sea, separar el grano de la paja. Como Juan Carlos Buzón, “no es el libro, es el lector”.

  P.: En cuanto a posibles soluciones al mal de la impaciencia, al de la agitación, leemos que alberga dudas de “que baste con somníferos para acabar con la agitación”. También que “de lo que se trata en realidad es de aprender a aburrirse.” ¡Qué curioso! Quizá nos valdría con recordar acaso esa cita de Epicuro incluida en Agitación: “mientras estés vivo no coincidirás con la muerte, y cuando mueras no la sentirás porque ya estarás muerto”. ¿Cuál es la verdaera cura al mal del Homo agitatus?

  R.: No hay cura contra la agitación. Pero poner una cierta distancia siempre viene bien. Se trata de hacer un gesto de alejamiento que nos permita dominarnos, en lugar de que nos dominen. No tenemos que reír todos los chistes ni que embestir todos los capotes. Si eso hace que nos motejen de cascarrabias o de aguafiestas, pues miel sobre hojuelas, porque así en lo sucesivo no habrá que dar explicaciones. Fíjate que el aguafiestas es hoy una figura tan extemporáneo como en tiempos idos era la de la bruja, la loca del desván o el ateo del pueblo. Hay, por un lado, una cuestión ínsita en la naturaleza humana, que es la dificultad de estar a solas y en silencio en una habitación, por decirlo con la célebre frase de Pascal. Pero también hay una serie de manías propias de la sociedad hedonista, en la que el goce e incluso la transgresión se han vuelto obligatorios. Quiero decir que no es un carnaval más o menos espontáneo, sino de una liturgia colosal que cuenta con su escuadrón de antifoneros y de cantollanistas. No participar en ella es hacer mucho.

  P.: Leemos que “Quizá una de las armas secretas de la sociedad euforizante sea la esperanza.” Euforizante y hedonista, como ya se mencionó, con paradoja incluida, me temo. Lo digo a la luz de una reflexión en la que comenta que “Por paradójico que resulte, para que cese el sufrimiento es necesario dejar escapar el dolor.” Es más, apostilla que mientras la sociedad de la agitación siga haciendo oídos sordos a esta verdad de perogrullo, “seguirá huyendo de Escila para caer en Caribdis.” Háblenos de esa huida hacia delante que menciona en su Agitación.

  R.: El sueño de la libertad total es una pamema. Ser libre no significa ser anárquico sino, por decirlo con Santayana, íntima, exacta e irremediablemente gobierno. La agitación, en último término, es una variante de la acrasia, que no es sino blandura de carácter. Esto, naturalmente, nada tiene que ver con la acracia. Los acráticos son los que niegan cualquier tipo de autoridad y los acrásicos son sencillamente incontinentes, como el niño que se mea encima. Solo es libre quien ha aprendido a dominarse.

  P.: Agitación ha obtenido el XI Premio Málaga de Ensayo. ¿Qué supone para un libro recibir el respaldo de un premio en estos tiempos tan convulsos y, más concretamente, para uno de ensayo. ¿Es una forma de incentivar que se lea más no ficción frente a la hegemonía de la narrativa y el auge de la poesía?

  R.: La no ficción sigue ocupando un espacio muy exiguo en las librerías. Así que todo empujón ayuda. Este libro ha tenido un éxito resonantísimo, y estoy convencido de que contar con la plica del Premio Málaga ha ayudado sobremanera a su difusión.

  Agitación. Jorge Freire. Páginas de espuma.

Podéis seguir la entrevista aquí y leer la reseña que publiqué en este blog pinchando aquí.

Foto: (c) Amparo Freire


viernes, 21 de mayo de 2021

Rehenes. Nina Bouraoui

En su brevedad, Rehenes (Seix Barral), de Nina Bouraoui, las y los lectores hallarán una profunda y conmovedora novela social. Un contundente relato en primera persona de su protagonista, Sylvie. Divorciada, con dos hijos, abnegada empleada en la empresa en la que trabaja, un día despertará de la diaria obediencia y la alienación. 

  Rehenes es una historia sobre el amor y la violencia, narrada con una voz que siendo ajena se nos irá manifestando página a página tan real y próxima como si nos enfrentase a un espejo. Porque Bouraoui nos habla de la represión de la mujer, la sufrida por el proletariado, la de quien sufrió en la infancia creyendo haber cicatrizado heridas... 

  Rehenes es una obra de ficción demasiado real, es casi un manifiesto como lo fuera Indignez-vous!, de Stéphane Hessel. Podría ser una crónica de sucesos viendo la luz en un medio de comunicación actual. El mundo de Sylvie se desmadeja, nos lo cuenta en forma de diario, asumiendo que solo le quedaba una única huida hacia delante, que solo el acto de secuestrar a su jefe podía ser la solución no solo para ella. 

  Rehenes grita susurrando, agita conciencias y palpita en este relato individual, en el monólogo poderoso señalándonos que la resistencia pasiva al sistema también tiene sus delgadas líneas rojas. Quien abra este libro, quienes lean Rehenes con la mentalidad abierta harán un descubrimiento, un autodescubrimiento sobre quiénes somos y quiénes queremos ser, libres, liberados, liberadas: forjando la primera piedra hacia la era de la auténtica revolución de este siglo XXI.

  Rehenes. Nina Bouraoui. Seix BarralTraductor: Adolfo García Ortega.

  Nina Bouraoui es compositora además de escritora. Es autora de quince novelas de extraordinaria acogida entre el público y la crítica franceses, entre ellas La voyeuse interdite (premio Inter), Garçon manqué, Mes mauvaises pensées (premio Renaudot) o Tous les hommes désirent naturellement savoir, seleccionada para los premios Femina y Medicis. De padre argelino y madre francesa, sus primeros catorce años de vida transcurrieron en Argel, Zurich y Abu Dhabi. En la actualidad vive en París y en 2018 recibió la distinción de Comendadora de la Orden de las Artes y las Letras de Francia en reconocimiento a su carrera.

martes, 18 de mayo de 2021

Foodie. Raquel Carmona

Este libro Foodie (Photo Club), de Raquel Carmona, me enamoró nada más verlo. Quizás fue un amor a primera vista por su atractivo “físico”, pero como en toda buena relación, me conquistó además su interior. Y es que en Foodie, su autora ha sabido disponer en sus doce capítulos lo más relevante para quienes gustamos de la fotografía gastronómica. 

  Carmona cocina a la perfección este libro pues comienza con un apartado dedicado a los fundamentos fotográficos y otro al equipo necesario. El estilismo, la iluminación -reina indiscutible de una buena fotografía-, dan paso a la parte sustanciosa de la instantánea: la historia. Sí. Una fotografía no es solo imagen y color, en Foodie se aprecia casi en cada una de las fotografías que alborozan el texto. 

 Hallamos protagonistas, personajes, ingredientes o platos acabados que cuentan algo. Y ese algo puede conmover merced a los trucos, sugerencias y técnicas de Carmona. Solo hay que imaginarse ese chocolate caliente vertiéndose moroso en una taza o esa escena cenital con frutos rojos, verdes y fondo de madera. 

  ¿Qué triunfa en Instagram? A veces un simple tomate cortado en dos. No es el tomate en sí, es el arte de quien capta su esencia. Hablando de Instagram, el prólogo corre a cargo de Phil González. Carmona nos hablará de cómo vender ese producto, de cómo se mima el escenario, la luz o los pequeños detalles invisibles (o casi) al ojo inexperto. El resultado salta a la vista desde la portada. Y como no solo de pan y fotografías (con o sin Photoshop -hay un capítulo dedicado a este, por cierto- vive el instagramer, Carmona acompaña a cada capítulo con una receta. Una forma sibilina o no tanto de lanzarnos al placer de hacer, no solo de la contemplación y la composición y estilismo fotográfico foodie

  El salmorejo, la pie de fresas, la tarta de chocolate, la tarta tatín son una excusa más para devorar este Foodie. Buenas fotos y buen provecho. 

  Foodie. Raquel Carmona. Photo Club.

viernes, 14 de mayo de 2021

Agitación. Jorge Freire

Nuestra sociedad no sabe aburrirse. Creo que este podría ser un buen lema para introducir a grandes rasgos el sentir de Agitación (Páginas de espuma), de Jorge Freire

  Con su tercer libro, este filósofo, escritor y articulista ha obtenido el XI Premio Málaga de Ensayo. El subtítulo del libro también ayuda a comprender las líneas de este ensayo: “sobre el mal de la impaciencia”. 

  Entre sus páginas vamos descubriendo que  la sociedad agitada se compone de individuos, de Homo agitatus aquejados por aquel mal desde hace tiempo. No es algo actual, aunque nos lo parezca. Freire señala que  los grupos humanos ejecutamos la agitación para espantar aquello que más nos aterra. Aunque curiosamente, nos habla también de ciertas paradojas, como la de  que “quienes mueven a la agitación no suelen caer en ella”.

  Encontramos en Agitación varias referencias sobre la labor del periodismo en esta cultura de la agitación. Y es que la cultura y la búsqueda del conocimiento también parece habernos agitado a lo largo de la Historia. Aunque algunas veces, más como individuos, caemos en el esnobismo de querer ser los más cultos, de anhelar la libertad total o lo novedoso sin reflexionar sobre el verdadero sentido de esa búsqueda. 

  Agitación de algún modo nos agita internamente, nos acerca a los síntomas y nos propone una suerte de medicina del alma a través de la filosofía. Nos movemos, los Homo agitatus no sabemos ni aburrirnos ni quedarnos quietos; siendo así, detenerse a pensar quizá sea una suerte de redención o de bálsamo insumiso a quienes nos imponen la agitación perpetua hacia unos ideales vacuos. 

  Bajémonos de la rueda del hámster, huyamos del mandato del goce obligatorio impuesto y leamos -pero por el puro placer de leer-, empecemos por qué no por este Agitación y exorcicemos el mal de la impaciencia.

Agitación. Jorge Freire. Páginas de espuma.

martes, 11 de mayo de 2021

Cocina de resistencia. Alberto Chicote

No me he acercado a Cocina de resistencia (Planeta), de Alberto Chicote, por lo mediático de su autor. Aunque a estas alturas, hay que reconocer que tras Karlos Arguiñano, es el más reconocible cocinero de nuestra pequeña pantalla. 

  Decía que me interesó Cocina de resistencia no por el autor, sino por las recetas. Y ya adelanto que no son recetas refinadas, de las de tres estrellas Michelin o alrededores. Desde el título me llamó la atención que fuera un libro de cocina responsable. Cocina de aprovechamiento, vamos. Algo que durante generaciones se hizo por necesidad en muchos hogares españoles y, lo que son las cosas, volvemos a ello con más o menos afición. 

  Chicote presenta el libro animándonos a que sigamos sus pautas como quien transita por un bosque. Hay un camino, una guía, aunque podemos hacer nuestro propio camino. De esta guisa, además de unos consejos fundamentales a la hora de ir a la compra y preparar lo adquirido en casa, nos expone por secciones a leer y a cocinar casi a partes iguales. Donde digo leer subrayo el verbo. 

  Chicote ameniza, por no usar el celebre verbo maridar, cada receta con una anécdota o similar. Nunca ha sido muy panadero, nos asegura en la de tortas de aceite supearomáticas; en la de la salsa mahonesa comenta que esta es una salsa de origen español, una de las grandes salsas básicas incluida en los grandes tratados de cocina internacional. La Inmapizza, por ejemplo, recibe ese nombre porque se la dedica a su mujer... Y aunque también le hace guiños, en otras, a algunos profesionales del sector, me quedo por ejemplo con sus anécdotas de la infancia, como el bizcocho Purita, cuando era un chaval viviendo en Carabanchel, o ese juego con su hermano a la hora de comer canelones. 

  No me olvido de lo importante, el aprovechamiento. Esos restos de cocido para unas croquetas. cómo aprovechar las pechugas de pollo para hacer cachopollos (una versión libre de los escalopes Cordon Bleau) o ese tatín de albaricoques en el que hace una encomiable defensa de la fruta de temporada en un mundo globalizado donde podemos adquirir casi de todo casi todo el año. 

  No me extiendo, mejor os acercáis al libro. A este Cocina de resistencia donde podréis leer y pasar a la acción celebrando sus propuestas culinarias con la manos en la masa. Que las disfrutéis. 


  Alberto Chicote (Madrid, 1969). Soy cocinero y presentador de televisión. Asumí mi primera jefatura de cocina a los 27 años, y a los 30 tomé el mando del restaurante Nodo, donde por primera vez se planteó una cocina de fusión japonesa y española. Más adelante, compaginé esta con la jefatura de Pandelujo, una casa de comidas renovada para el siglo XXI. En 2012 empecé a grabar la edición española de Pesadilla en la cocina, de la que ya van siete temporadas emitidas. Desde entonces, he trabajado en varios programas de éxito como Top chef, ¿Te lo vas a comer?, Dietas a examen o El precio de los alimentos, y he acompañado a los espectadores en las campanadas con las que despedimos cada año. En 2014 abrí mi primer restaurante, Yakitoro, una taberna japonesa con una cocina de fusión española y japonesa. En 2016 abrieron sus puertas una segunda taberna y el restaurante Puertalsol, con una cocina clásica de arraigo madrileño. Tras muchos años de éxito al frente de Yakitoro, a finales del 2020, Inma ―mi mujer, mi compañera y mis manos derecha e izquierda― y yo dejamos su dirección para poner en marcha nuevos proyectos en los que, desde entonces, estamos enfrascados e ilusionados. 

Nota: Los beneficios del libro se destinarán a la World Central Kitchen, la ONG de José Andrés dedicada a acabar con el hambre en el mundo. 

Cocina de resistencia. Alberto Chicote. Ed. Planeta.

martes, 4 de mayo de 2021

Alrededor de la cocina. Susana Pérez

Desde la portada de Alrededor de la cocina (Grijalbo), de Susana Pérez, ya advertimos que lo gastronómico va ser el protagonista de este libro. Y lo es con el permiso tanto de Pérez como de Jesús Cerezo

  A cuatro manos nos tienden un mantel para saborear con los ojos y el paladar este Alrededor de la cocina. De entrante, por cierto, leeremos al novelista Juan Gómez-Jurado en el prólogo. A partir de ahí, se sucederán los platos literarios y fotográficos. Unos relatos escogidos de la cuenta de Instagram de Susana Pérez. La autora y fundadora del blog Webos Fritos nos narra una serie de historias breves entrañables, actuales, evocadoras e inspiradoras donde la cocina de algún modo está muy presente. 

  En algunas de estas la receta que se evoca se muestra en todo su esplendor a modo de invitación para que las y los lectores, si nos animamos, la llevemos a cabo. Las fotografías de Cerezo maridan a la perfección con esos relatos, con esas recetas, captan la esencia, el espíritu de sus protagonistas ya sean personajes vitales o ingredientes culinarios. 

  Relatos como El jardinero de La Magdalena, que nos transportará a Santander; La casa alta, evocando a una abuela croata y su strudel; el titulado La Tour Eiffel con el que viajamos a París; Sábados en el mercadillo de Sesma, acompañando al protagonista a Pamplona; o Tardes de pan y tomate, con un claro guiño a los pueblos y su paisanaje, a las sanas costumbres casi perdidas con la acelerada vida en las ciudades. 

  Pero Alrededor de la cocina es un libro también de recetas, como ya dije, y no encuentro mejor manera de poner el postre a esta reseña que mencionando algunas de las treinta estupendas propuesta de Pérez animando a acercarnos al libro desde lo literario y lo culinario. 

  A disfrutar del risotto de gambas, los contramuslos de pollo en escabeche, del guiso de cerdo con alcachofas o la mousse de chocolate y mandarina. 


Susana Pérez es abogada, pero en su tiempo libre da rienda suelta a su pasión por la cocina. Con Jesús Cerezo tras la cámara, ambos nos invitan a probar maravillosas recetas no solo en este libro, sino en otros como: Vasitos, Recetas de fiesta, Magdalenas o Bizcochos.

Alrededor de la cocina. Susana Pérez. Ed. Grijalbo.