lunes, 22 de diciembre de 2014

TONI HILL: «Me gustaría que la gente se viera reflejada en las novelas».

La última entrevista del año en Maleta de libros me la concede el escritor Toni Hill. Quedo con él en un local céntrico de Valencia, demasiado ruidoso, para nuestro gusto (nos cambiamos un par de veces de sitio buscando oírnos al hablar). Acaba de publicar ‘Los amantes de Hiroshima’ con la que cierra una trilogía de novelas dentro del género negro y de suspense. Hill es licenciado en psicología y lleva más de diez años dedicado a la traducción literaria y a la colaboración editorial en distintos ámbitos. Pronto se siente cómodo y eso que acaba de llegar de viaje en tren de Barcelona.

Cierra la trilogía comenzada con ‘El verano de los juguetes muertos’ a la que siguió ‘Los buenos suicidas’.

Sí, esta es la tercera novela, la primera salió en el verano de 2011, un año después en el verano de 2012 salió ‘Los buenos suicidas’, y ahora han pasado como dos años y algo. La gente estaba nerviosa esperando el final y ‘Los amantes de Hiroshima cierra de alguna forma la trama que he ido llevando de un libro a otro.

A un lector que no haya leído las dos novelas anteriores ¿qué le diría a para animarle a leer ‘Los amantes de Hiroshima’?

Lo puede hacer perfectamente. Yo he tenido la experiencia de gente que solamente ha leído la tercera y lo entiende todo. La verdad es que esto me lo plantee muy seriamente cuando ya vi que tenía como una trama que, de alguna forma, sigue de un libro a otro; en cada libro, en la segunda novela también, introduzco los elementos básicos de la trama que sigue para poder entenderla. Entiendo a un lector que se pregunte: ahora que yo me la quiero leer  ¿resulta que tengo que comprarme los dos anteriores? Me parece un poco feo por el autor no introducir los elementos básicos para entender cada una por separado.

Evidentemente es como todo, si empiezas por el primero tiene más gracia, te vas metiendo en el lio al mismo tiempo que Héctor y con el tercero, lo que asistes es a que te expliquen el lio y te lo resuelvan al final. Yo creo que la gente las va leyendo un poco como le viene, porque cada una, además, plantea un caso autoconclusivo. Héctor investiga un crimen en la primera, otro en ‘Los buenos suicidas’, otro en ‘Los amantes de Hiroshima; cada caso se resuelve en su novela y los elementos que cuelgan pertenecen más a su vida personal y a ese misterio que rodea a la desaparición de su exmujer.

Coménteme esta frase ‘para sobrevivir al sistema hay que engañar al sistema’ que me ha parecido interesante y creo que también al inspector Salgado

Sí, a él le cuesta mucho de asumir. Héctor en el fondo es un señor muy cabal, muy recto. Lo que pasa es que el sistema nos ha engañado a nosotros; el sistema, de alguna forma, nos está fallando un poquito. Yo creo que llega un momento en que llegas a la conclusión de que no te queda más remedio que no diría que engañar, pero sí saltar o vadear o de alguna forma esquivar ciertas partes del sistema que son injustas o que en ciertos casos, en el caso de la novela, por ejemplo, no es que sean injustas, sino que no van a conllevar ningún beneficio para nadie.

Además de la frase anterior, hay otra que Héctor medita y llama mi atención: ‘la justicia es imperfecta’. Al hilo de aquella y esta le preguntaría ¿qué le gustaría que quedase a los lectores de sus novelas más allá de las historias de los personajes y el entretenimiento de la lectura?

Es difícil, si me gustaría que la gente se viera reflejada en las novelas, que de alguna forma las viviera un poco como propias y que un poco llegara a ese punto de relativismo moral al que llega Héctor.
Cuando dice eso de la justicia él siempre creía que la verdad era una verdad absoluta, el defiende que, dado que la justicia es imperfecta, lo único que él puede hacer es sacar la verdad, si luego esa verdad tiene unas consecuencias judiciales ahí el no va a entrar. Cuando la víctima no es una víctima, es un culpable; cuando todo cambia, cuando los papeles cambian, él se da cuenta de que la verdad, en un momento determinado, no es un valor absoluto, es un valor muy relativo. El valor de sacar algo a la luz no tiene que ser siempre positivo para la gente que está involucrada en el tema.
Yo creo que un poco a todos nos está pasando, hablo por mí; el engaño con ciertas instituciones con ciertos políticos, con cierto sistema, ya en general, que parece que esté contagiándolo todo, al principio parecían unas manchitas aislada y al final resulta que es un chapapote que lo cubre todo, yo estoy presentado de alguna manera que esto nos vuelve moralmente ambiguos, él lo condena, hace una especie de autoreflexion de ‘yo qué habría hecho en ese caso’. Es todo mucho más complicado que los que parece.

¿Dónde cree que radica la buena acogida del público de sus novelas? ¿En el personaje de Héctor Salgado, en el planteamiento de cada historia o en la buena salud del género?

Creo que radica en dos cosas: en que las tramas que transcurren son muy trabajadas, muy intrigantes, con unos personajes que son muy de carne y hueso, que no son mafiosos rusos, lejanos, sino todo lo contrario, gente con la que podríamos encontrarnos ahora mismo. Y luego es cierto que la gente ha empatizado muchísimo con los personajes principales, con Héctor Salgado, con Leyre Castro e incluso con la exmujer de Héctor, desaparecida; están preocupados con lo que le ha pasado.
Lo del buen momento del genero es una especie de cosa que se va repitiendo, como decimos en mi tierra ‘no hi ha para tant’, no hay para tanto. Hay un montón, es decir,  has surgido un montón de autores, pero no. Creo no es un buen momento para nada.

¿Qué va a pasar con Héctor Salgado después de esta novela?

Pues no lo sé. Esta la termine en verano, estoy en un periodo de descompresión, llevo cuatro años con esta novela y creo que tengo que crear a otros personajes que no se parezcan en nada. Me lo he pasado muy bien con estos libros, también creo que a Héctor le quedan cosas por decir, bueno a Héctor, a Leire… aunque las dirán en un futuro más o menos próximo o más menos lejano, eso ya lo veremos. Pero sí que es verdad que es hora de dejar a estos personajes a un lado y moverse a otras cosas porque si no te mueves entras en una dinámica. Yo a Héctor lo conozco muy bien, como si nos estuviéramos mirándonos por un agujerito todo el día, pero no solo a Héctor, es a Leire, es a su hijo, es a su pareja, a los personajes fijos, no solo los personajes. Tocaba un poco vacaciones, ahora hay que hacer un break, un descanso, y luego ya veremos.

Muchas gracias, mucha suerte y felices fiestas, Toni.


Por Ginés J. Vera.

lunes, 15 de diciembre de 2014

DARÍO VILAS: «(El personaje de Marquitos en esta novela) era una deuda que tenía con el propio personaje y con los lectores».

Entrevisto a Darío Vilas (Vigo, 1979) al hilo de su última novela publicada ‘El hombre que nunca sacrificaba las gallinas viejas’ (Tyrannosaurus Books, 2013) con la que ha obtenido el Premio Nocte 2014 a la mejor Novela Nacional de Terror.

Vilas es un escritor que cultiva el género fantástico y el realismo sucio, el cual combina con la literatura de terror. Ha sido reconocido en España como uno de los autores que cultiva el género terrorífico junto al género fantástico y el realismo sucio con mayor originalidad y maestría. Posee diversos premios tanto por sus relatos, como el Premio Nosferatu 2012 por "Orgullo de padre" como el Pandemia 2013 a la mejor Antología de Relatos, como coordinador y coautor del tomo Antología Z. Volumen 6, habiendo resultado finalista de los Premios Scifiworld en 2012.

La primera pregunta es tan difícil que me arriesgo a tropezar con los encasillamientos y etiquetas de su novela entre el terror psicológico, el género Z frente al realismo sucio o bizarro.

Esta novela es difícil de catalogar. Hay quien la  ve como novela negra o thriller, quien la ve como terror y hasta quien dice que es realismo sucio con toques fantásticos. Lo del realismo bizarro fue una especie de broma que nació a partir de esa dificultad, y como crítica a las etiquetas delirantes que están tan en auge. Desde luego, lo que no es en ningún caso es género Z, en absoluto. Mejor etiquetarla como novela corta.

La siguiente pregunta, también con nuevo riesgo por mi parte, es sobre el lugar donde transcurre la novela. La isla de Simetría, un lugar casi fetiche, ¿quizá haya algo de fascinación por el paisaje como estado de ánimo, como marco argumental para jugar con los personajes?

Desde luego. Si observo en panorámica, desde el punto en que me encuentro ahora mismo, soy consciente de que los paisajes en el conjunto de mi obra forman parte del estado de ánimo, incluso llegando a ser un personaje más. En Gallinas Viejas es tan protagonista Marquitos como la propia isla Simetría, por encima de otros personajes que desfilan por sus páginas. La última novela que terminé la ambienté por primera vez en mi ciudad, Vigo, y vuelve a tener un peso muy específico como marco argumental.

Puestos a rescatar, sigo en la línea, le pregunto por el protagonista, por Marquitos Laguna. ¿Lo traes de regreso por una deuda contigo mismo, por placer…? ¿Vamos a volver a saber de él en el futuro?

Marquitos aparecía hasta en cuatro relatos previos a esta obra. Siempre había jugado con la idea de dedicarle una novela, así que podría decirse que sí, que era una deuda que tenía, pero más bien con el propio personaje y con los lectores, que reclamaban saber más sobre él. En lugar de dar a conocer su pasado, lo que hice fue contar su presente. Los hechos narrados en los relatos tenían lugar en el año 2001. En la novela saltamos diez años, hasta 2011, para saber qué pasó con Marquitos después de un punto de inflexión en su vida que lo llevó a aislarse, a dejar atrás su vida tal y como se estaba desarrollando.
Te diría que no sabremos más del personaje en el futuro, que es algo que se intuye en el final de la novela, pero quizás me tuviera que retractar. De momento, aparece en un microrrelato dentro de Absurdario, mi última publicación, y también en un prólogo para una novela de un compañero. Nunca se sabe.

A ‘El hombre que nunca sacrificaba las gallinas viejas’ la avala el prestigioso premio Nocte, te preguntaría por el éxito de esta novela entre el público, si crees que está recayendo en el premio, en el boca oreja, en la labor editorial o en tu carisma como escritor. Me permito un par de guiños, uno al haber leído que defines al conjunto de tu obra como ‘bastante absurdo’, el otro a Bukowski.

Supongo que es una mezcla de todo lo que has mencionado, salvo lo del carisma, que no sé si tengo de eso. La novela tardó en empezar a funcionar, pese a los esfuerzos que hicimos tanto editores como autor inicialmente. No arrancó hasta que el boca a boca comenzó (lleva casi una treintena de reseñas y críticas, ni una sola negativa, que es mi récord de largo). Luego, desde la editorial supieron gestionar muy bien ese repunte, la redistribución llegó en el momento más oportuno, cuando se acababa de anunciar que era finalista al Premio Nocte. Y este galardón vino a culminar una trayectoria ascendente que nos está dando muchas alegrías a todas las partes implicadas, con lo que costó llegar a este punto.
Los guiños no sólo a Bukowski (bien visto), sino a Carver, Miller, Fante o Palahniuk, entre otros, son recurrentes en mi producción literaria y en mi discurso personal como autor.

Imaginemos que un lector aterriza desde del espacio o emerge del inframundo, no sabe quién es Darío Vilas y tropieza en una librería con “El hombre que nunca sacrificaba las gallinas viejas”, ¿qué argumentos le darías para que se embarque en esta historia?

Pienso que el título es un buen reclamo per se. Cuando se lo puse sabía que despertaría la curiosidad, incluso siendo tan largo y difícil de retener (al final se conoce la novela por Gallinas Viejas, a secas). Pero si necesitan algún otro argumento, me quedo con la definición del lector que dijo que la novela es “un puto rodillazo en las pelotas”.

¿Qué te llevarías si Marcos Laguna te llamara pidiendo ayuda a la isla de Simetría?

Iría con lo puesto y teniendo claro que no voy a volver. Menos mal que Marquitos jamás pediría ayuda a nadie. No me gustaría verme en esa situación.

¿Quieres añadir algo más, quizá algo que no te hayan preguntado en otra entrevista y quieras contar a los lectores?

A veces me quedo mirando al vacío, sin pensar en nada. Es lo mejor que se puede hacer en la vida. Hay mil preguntas que no me han hecho, quizás no valga la pena que las responda.


Muchas gracias, Darío, y mucha suerte.


Por Ginés J. Vera.
foto: dolmeneditorial.

lunes, 1 de diciembre de 2014

JOSÉ MARIA MERINO: «Muchas veces la trama oculta precisamente es lo que está por debajo y no expresamos nunca de manera definida.»

Ha sido todo un privilegio poder conocer y entrevistar al escritor y académico de la Real Academia Española. Como aficionado a los relatos y microrrelatos ya como lector, ya como escritor, tener la oportunidad de conversar con Merino es todo un lujo.  José María Merino (A Coruña, 1941) ha recibido numerosos premios y distinciones tanto por sus novelas, novelas juveniles como por sus cuentos quizá destacar entre todos ellos el Premio Nacional de Literatura Juvenil en 1993, o el Premio Nacional de Narrativa en 2013. Le entrevisto en su paso promocional por Valencia tras publicar el libro de relatos y microrrelatos ‘La trama oculta’ (Páginas de espuma, 2014).

Háblenos de este libro que en realidad vemos dividido en tres partes: una realista, una más fantástica y la de microrrelatos siendo que las dos primeras las acompaña de breves introducciones a cada cuento.

El libro planteaba un problema de estructura. A mí, tanto las novelas como los libros de cuentos, me gusta darles una estructura adecuada, la que yo pienso que es mejor para el libro. En este caso eran cuentos muy distintos, al principio eran los realistas y los fantásticos los que yo pensaba agrupar, luego me dije: ¿y cómo doy coherencia a esta? Yo he hecho cuentos relacionados con un mismo paisaje, con un mismo lugar, etc., luego se me ocurrió hacer una pequeña introducción a los cuentos y estando en esto dije: ¿y por qué no incluir una tercera parte y darle una perspectiva más amplia de microcuentos? Le di muchas vueltas a la estructura.

Lo de la introducción a los cuentos la verdad es que es en cierto punto original, recuerdo un par de libros así, quizá el que más uno de Stephen King, ‘Nada es eventual’.
En realidad esto enlaza con la tradición más antigua de nuestra cultura que es el Calila e Dimna, hay un marco, hay alguien que está hablando y dentro de esa narración se van incluyendo los cuentos, o sea que, efectivamente, no lo vemos mucho pero la tradición es muy antigua.

Menciona en el libro que estos relatos ‘están cargados de sombras de recuerdos personales de sus años jóvenes’. De hecho veo ese guiño a León donde me consta pasó su niñez y juventud aunque es usted de A Coruña.

Lo que pasa es que este libro puede que tenga mucho que ver con la edad de uno y la experiencia, uno lleva ya mucho tiempo haciendo cuentos viendo pasar la vida y de pronto pensé: estos cuentos heterogéneos voy a ver que tengan que ver con mis vivencias personales; luego, poco a poco, fui derivando a ese aspecto del sueño, de lo misterioso, de lo extraño. Cuando se me ocurrió darles esto de la introducción, se me ocurrió también un cuento nuevo: la estructura propició un cuento nuevo.

Regresando a los cuentos de La trama oculta me ha llamado la atención en el relato homónimo que el personaje de Arturo refiera a ‘la conciencia de lo que no necesitaba estar escrito para existir’.

Efectivamente, la escritura hace que las cosas sean ciertas, que las cosas sean verosímiles. A mi me gusta decir que la realidad no necesita ser verosímil, se produce y puede ser la realidad más absurda del mundo, pero la escritura da certeza a las cosas, es lo que las convierta en algo palpable, las complementa. Sin embargo no necesitaríamos la escritura ni siquiera la expresión para que las cosas estén ahí, para que los sentimientos estén ahí. Muchas veces la trama oculta precisamente es lo que está por debajo y no expresamos nunca de manera definida.

‘En la literatura se vierte la vida disfrazándose en forma de tramas que, paradójicamente, la hacen claramente reconocible’, leo en su relato ‘El filtro de Venus’.

Pues sí, porque yo creo que la realidad es bastante extraña. Si no hubiese existido la ficción desde que está en el mundo cada generación tendría que saberse preguntado: ‘pero, ¿qué me está pasando?…’, ‘me estoy enamorando…’, o ‘estoy odiando a fulano…’ Gracias a la ficción ya tenemos nuestra psicología, está ordenada en la memoria. Incluso grandes psicólogos como Freud acudieron a la escritura para explicar nuestra conducta. La literatura es la gran escuela del comportamiento, de ahí sabemos lo que nos pasa, nos ha enseñado lo que nos pasa.

En el libro se incluye un fragmento de una obra pictórica, un supuesto retrato de Lucrecia Borgia. El narrador nos dice que ‘solo por el milagro del arte y los azares de la fortuna ese  cuadro que fue pintado hace quinientos años permanece incólume’.

Ese cuento nació directamente cuando vi el supuesto retrato de Lucrecia Borgia en el Städel de Frankfurt del Maine. A mi es que es un cuadro que me fascinó, es un cuadro que te está diciendo: aprovecha la vida, la visa es muy efímera; yo ya he pasado, yo existí hace 500 años, estas flores que tengo en la mano ya no son nada; yo no soy nada. Compré una preciosa reproducción y se me ocurrió el cuento sobre lo efímero. Además, lo comparo un poco con el de La Mona Lisa que está deteriorándose cada vez más por problemas técnicas, se está esfumando mientras que este está con una frescura asombrosa.

Quizá también esa sensación de lo efímero se vea en el relato ‘El fin del mundo’, donde he anotado esta frase: ‘creo que cierta sospecha del fin del mundo nos persigue a lo largo de la vida’.

Claro, evidentemente para todos terminará el mundo alguna vez, y siempre lo intuimos, yo creo, por lo menos yo, a lo mejor ya es mi edad, hay un secreto ahí, un murmullo que me dice: el mundo va a terminar, el mundo no es eterno...

Ya que incluye en la tercera parte de ‘La trama oculta’ una colección de microrrelatos me gustaría preguntarle por esos escritores que parecen estar en contra de este género, que parecen denostarlo.

Yo, que soy muy aficionado al arte, es como si alguien me dijese que es absurdo pintar sobre cristal; mire usted, el soporte es lo de menos lo importante es la calidad del producto. O como si usted me dice: mire usted un oleo de menos de 15 cm por 25 cm ya no vale. Pues mire usted ahí están todas las miniaturas medievales, hay pequeñísimos cuadros; valoren sí, valoren el valor literario.

Antes escribía poesía pero un día me dejó, un día la poesía me dejó; era una poesía muy narrativa, alguna vez la he vuelto a releer y he dicho: caramba, estos son minicuentos, escribía un poco minicuentos sin saberlo.

Un día, mi amigo Antonio Fernández Ferrer que sacó un libro de microrrealtos titulado  ‘La mano en la hormiga’ en homenaje a un microrrelato de Juan Ramón Jiménez –que los escribía muy buenos–, me dijo un día: ‘escribe algún minicuento, venga, anímate’. Yo me enteré de lo que era un minicuento y escribí tres. De vez en cuando se me ocurren minicuentos, incluso tengo un libro exclusivamente de minicuentos: ‘Los cuentos del libro del amor’.

Yo no lo puedo entender, porque sí tengo algún compañero que es muy despectivo con el género. Novelas hay espantosas, largas y cortas, las hay muy malas; cuentos los hay buenos y malos; entonces, ¿por qué los minicuentos van a ser malos per sé?
Muchas gracias y mucha suerte José María.


Por Ginés J. Vera.

domingo, 23 de noviembre de 2014

IGNACIO ELGUERO: «La infidelidad es un tema apasionante como material literario».

Entrevisto esta semana para Maleta de libros al escritor y periodista Ignacio Elguero. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.  Tiene publicados los ensayos generacionales “Al encerado” (Planeta. 2011). “Los niños de los chiripitifláuticos” (La Esfera.2004) y “Los padres de Chencho” (La Esfera. 2006). Así como varios poemarios. En la actualidad es Director de Programas de RNE, emisora a la que trabaja desde hace 16 años. Le entrevisto por su primera novela publicada este año ‘Leift Garrett en el dormitorio de mi hermana’

Esta novela tiene una gran banda sonora, supongo que siendo un profesional de la radio le habrá sido cercano, que no fácil, y hasta cierto punto emotivo incluirla entre las páginas.

Efectivamente, la novela tiene una banda sonora. Es la banda sonora de la generación del baby boom, que es la que escuchaba cada uno de nosotros, la que escuchaban los hermanos mayores, los pequeños y los padres. En definitiva, lo que sonaba en casa: en la tele de dos canales, en la radio y en el tocadiscos. Y va desde Bee Gees, Supertramp, Eagles, Police, pasando por Umberto Tozzi, Abba  y Francis Cabrel hasta Victor Jara o Carlos Mejía Godoy y Los de Palacagüina. Cada momento tiene su música, cada capítulo su canción. Es una forma de ubicar la acción de forma temporal y acentuar la tensión dramática de la narración.

La protagonista y un antiguo novio tienen una escena interesante, además de profunda, en un momento de la novela en el que reflexionan sobre la infidelidad a partir de una película, Match Point, ¿por qué la eligió especialmente? ¿La infidelidad también es un tema importante cuando se quiere hablar de amor y desamor?

La película me parece una de las mejores de Woody Allen. Una gran película. La reflexión que hace sobre el tema del amor, el deseo, la saciedad del mismo; la pasión amorosa, el sexo, los celos y el sentimiento de culpa  es magistral. La infidelidad es un tema apasionante como material literario, pues conlleva en torno al mismo todo tipo de pulsiones humanas. 

Viendo su perfil bioliterario creo que esta es su primera novela tras haber publicado ensayos y poemarios. ¿Cómo surgió la idea de escribir ‘Leift Garrett en el dormitorio de mi hermana’ y qué retos le surgieron respecto a sus anteriores obras?

Yo siempre he estado interesado por el periodo histórico que me ha tocado vivir. Me interesa el desarrollo de la llamada generación del baby boom, y he publicado varios libros en torno a ello, como ‘Los niños de los Chiripitifláuticos’ o ‘Al encerado’.  Ahora quería novelarlo, y así nace la novela.

¿Hubiera sido muy distinta esta novela si Teresa hubiera encontrado un poster de Los Beatles, Camilo Sesto o Umberto Tozzi?

No, hubiese sido igual. En el fondo no sale más que al comienzo de la novela, en la pared del dormitorio de la protagonista. Utilizo a Leif Garrett como icono de unos años, de una adolescencia lúdica, iniciática, pero nada más.

‘O te apuntas a las nuevas tecnologías o no existes. La sociedad, de una u otra forma, te obliga.’ Lo comenta Julián a Teresa, ¿realmente cree que es así, ha pensado en si esta novela llegará más a un público madurito que a otro, más joven, digamos a los ‘nativos digitales’?

Cualquier persona mayor, digamos, de treinta años, se identifica perfectamente con lo que en ella se dice. Es decir, es una novela de reflexión en torno al amor, la memoria, el desamor, las decepciones, el paso del tiempo, la vejez de los padres, la llegada de los hijos, las amistades… Una novela de sentimientos, que arranca a finales de los setenta y llega hasta hoy en día. Es evidente que las nuevas tecnologías han cambiado muchas cosas, desde el ocio a la forma de relacionarnos.

A una persona joven, lo que le choca, tras la lectura del libro, no es solo los cambios tecnológicos, que también, sino cómo vivimos la juventud: la forma de relacionarnos, nuestros miedos, inquietudes, nuestra moral  etc.

Teresa, en una conversación con sus amigas, dice que no es que ya no tenga ilusiones, pero que la vida se ve de otra manera, ‘se mira más hacia atrás que hacia delante’. Me ha recordado a esa frase que dice que la vida se vive mirando hacia delante pero se entiende mirando hacia atrás.

No se puede vivir del pasado, pero somos pasado. De primeras, todo el mundo es más pasado que futuro, pues el pasado es experiencia vivida y el futuro no existe. Recordar, recrear imágenes pasadas, reconstruir mentalmente momentos de felicidad, personas  que ya no están con nosotros, por ejemplo, son aptitudes de la mente humana que nos hacen únicos como especie. Un don. Por eso me gusta retratar el pasado, gozarlo como posibilidad de recuerdo. Pero no concibo quedarte solo ahí, no evolucionar al ritmo de la sociedad, del nuevo tiempo.

Ana, otro personaje de esta novela, afirma que ‘los hombres envejecen peor que las mujeres, que si se quedan calvos y engordan no hay quien los reconozca’. Lo remata añadiendo que al parecer el cantante Leif Garrett actualmente ‘está hecho una penita’. No sé qué opina, temo su respuesta.

Creo que, efectivamente, los hombres envejecemos peor, bueno, algunos… En la novela trato el tema del paso del tiempo como deterioro físico. Reflexiono sobre la pérdida de la juventud y el ansia de los individuos –empujados por la sociedad–, de alargarla. Hablo de la llamada ‘tiranía de la imagen’. Digamos lo que digamos, a nadie le hace gracia envejecer. En un determinado momento, nos gustaría detenernos. La pérdida de la belleza, la elasticidad de los cuerpos, su dureza, su hermosura es algo que puede acabar convirtiéndose en obsesión.

Otra frase que extraigo de esta estupenda novela, una de esas que invitan a la reflexión, como la de que las cosas suceden por algo, es esta: ‘La soledad asusta, tanto quizá como la muerte, que es la soledad total, definitiva.’

Trato la soledad desde dos puntos de vista. La nuestra es una generación que se pensaba que muchas cosas eran para toda la vida, pero no.  Los abuelos, los padres se querían para toda la vida.  En la actualidad, el número de divorcios entre las personas de cuarenta y cincuenta años es alto, más que en las generaciones anteriores, y posiblemente no sea superado por las generaciones más jóvenes. Eso ha hecho que tras una ruptura, con la consiguiente decepción vital, llegue una especie de sentimiento de soledad que abruma. Y por otro lado abordo la soledad de los padres que van quedando viudos o viudas.  Otra soledad que ofusca, y que entristece  a los hijos.  

Ahora hecho de menos una segunda novela, continuación o no, con un Julián que encuentre un poster de Samantha Fox y empieza a evocar su juventud.

Sí, pues lo he pensado. La visión masculina de todo el mundo de relaciones y actitudes que refleja Teresa pero visto desde el otro lado, desde la óptica del chico. Pero la verdad es que si escribí desde la mirada de una protagonista femenina es porque las actitudes del chico, el pensamiento masculino, me parece más previsible.


Muchas gracias, Ignacio y mucha suerte.

Por Ginés J. Vera.

Foto: web del autor. (c)

lunes, 17 de noviembre de 2014

ENTREVISTA A LOS PREMIO DE NOVELA DEL ATENEO DE SEVILLA

En esta ocasión entrevisto a Mado Martínez, reciente ganadora del XIX Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla con su novela 'La Santa', y a Feliz G. Modroño, ganador del XLVI Premio de Novela Ateneo de Sevilla con su novela 'Secretos del arenal'. 

   Mado Martínez es doctora en Lengua y Literatura y tiene publicadas previamente las novelas 'El misterio de Nicole Delacroix', 'La Maldición' y 'La guardiana' además del libro de relatos 'Secretos compartidos'.    
  
‘La Santa’ hace referencia a la Santa Compaña, un fenómeno que usted conoce bien, lo ha estudiado y ha recogido testimonios, ¿cuánto hay de real en esta novela?

Mado Martínez: Mucho, porque todos los testimonios con los que juego en la trama relativos a la santa compaña o a las posesiones de ánimas están basados en casos reales o que a mí me han contado y que la forma en la que aparecen y se cuentan corresponden a cómo sucedieron en realidad.

Para escribir una novela de terror ¿es necesario pasar miedo escribiéndola?, veo que no es su primera obra en este género.

M.M.: Si pasas miedo mejor; yo disfruto mucho escribiendo la novela y me siembra mucha intriga y mucha trama. La verdad es que algunas veces sí que miras detrás de ti cuando la estás escribiendo. Escribiendo esta novela me pasó una cosa muy rara y es que me apareció un mensaje oculto en la novela, en el documento… una cosa medio paranormal y nadie ha podido explicarla todavía. A mí me llamo mucho la atención. A veces a los escritores nos pasan cosas que te hacen mirar para atrás.
Es una novela que no solo tiene miedo, juega con muchos sentimientos, juega con la ternura, juega con la sexualidad, juega con las perversiones, con muchas cosas.

Coménteme esta frase suya ‘tengo un sentido muy estético del amor y de las fantasías sexuales’.

M.M.: Pienso que en una novela uno tiene que jugar con la estética y que es sensorial, la forma en la que lo cuentas, en la que lo narras y en la que lo percibe el lector tiene ser especial, no tiene que ser como una conversación que tengamos tú y yo tomando un café, sino algo que realmente entre dentro de ti y genere una serie de emociones e imágenes únicas, exquisitas y delicadas, así es como se ha ido tejido algunas de estas escenas que aparecen en la novela, relacionadas con la muerte y con la sexualidad, el Eros y el Tanatos que siempre van de la mano.

¿Qué cree que buscan los lectores amigos de lo paranormal y qué van a encontrar en ‘La Santa’?

M.M.: Esta novela no es para los lectores de lo paranormal, es para todos los lectores. Se van a encontrar una novela con mucha intriga que vas pasando las páginas muy rápido porque quieres saber; con mucha secretos, con mucho misterio, y que van a disfrutar de principio a fin porque cuando uno lee una novela lo que quiere es que le atrape, que le enganche, que tenga una trama que conforme vaya pasando las paginas vaya creciendo. Yo no soy de esas que dice que al principio haces un golpe de efecto y luego no pasa nada, yo voy presentando un poco, presentando el ambiente, los personajes y luego me voy creciendo y eso es lo que pasa en esta novela.

Félix G. Modroño es licenciado en derecho y trabaja actualmente como financiero; ha publicado varias novelas entre ellas las de la saga de aventuras  protagonizadas por don Fernando de Zúñiga.

Dos historias convergentes, una actual y otra ambientada en los años de la posguerra, que pueden leerse de forma independiente pero que están entrelazadas.

Félix G. Modroño.: Si, era uno de los retos que tenía cuando afronté esta novela; tenía interés en que fueran dos historias casi independientes y que las dos tuvieran la misma fuerza, la misma potencia. Al principio empecé a escribirlas incluso alternándolas, pero llegó un momento en el que me costaba mucho y, de hecho, las escribí al final de manera independiente y luego busqué entrelazarlas. En una hay un crimen sin resolver, en la otra hay un crimen sin castigar, luego detrás de estas historias se esconde mucho más. Pretendía bucear un poco en el ser humano, en la pasión, en el sentimiento, en lo que seriamos capaces de hacer por amor, por pasión, por odio o por venganza.

Una novela que se saborea, se huele, lo digo por la ambientación con el mundo del vino muy presente.

F.M.: Quería escribir una novela sensorial donde no solamente el lector lea a través de los ojos, que no solamente haya palabras sino que además se sienta, se huela, se perciba. También al introducir una banda sonora en las novelas permitía que el lector, en un momento determinado, escuchara. Mi intención, no sé si lo habré conseguido, es que sea una novela sensorial, que no solamente se leyese.

¿Fue un reto escribir en voz femenina y primera persona? ¿Cómo fue ese cambio de rol autor a narradora?

F.M.: Dije que uno de los retos que me planteé fue escribir una novela con dos historias que tuvieran la misma fuerza pero el principal reto era ponerme en la voz de una mujer y contar la historia en primera persona, no solo narrar, sino narrar lo que la mujer siente a lo largo de la novela; me apetecía mucho hacerlo como escritor, era un reto narrativo que yo tenía y no es lo habitual en la literatura contemporánea, que un autor se ponga en la piel de una mujer. En cualquier caso sí que ha sido un reto y como escritor también es un paso adelante.

Además del horror que vemos en los medios de comunicación le añadimos el de los escritores aumentando el patrimonio del miedo real con la ficción.


F.M.: No, es al revés. Nosotros nos alimentamos de todo ese horror que sale a diario en los periódicos y, de hecho, una de las motivaciones de esta novelas era precisamente denunciar a todos esos asesinos que pasan muy poco tiempo en la cárcel, esos permisos penitenciarios que a veces están fuera de lugar, ese violador que sale de la cárcel y que puede convivir con su víctima en su mismo bloque de edificios, ese asesino que esconde el cuerpo de su víctima y los padres no la pueden enterrar en paz; los escritores no inventamos eso. Hay asesinatos tremendos, y esa impotencia que nos causa sí que he querido digamos  darle mi versión en esta novela. Yo creo que no todo el mundo reaccionaria de la misma manera si se encontrara cara a cara con el asesino de su hija.

Muchas gracias y mucha suerte a Mado y a Félix.

Un saludo a ambos.

Por Ginés J. Vera.

lunes, 10 de noviembre de 2014

ALBERTO CURIEL: «Las redes sociales empiezan a encender el fuego de boca a oreja que es lo que realmente funciona».

Esta semana el entrevistado en Maleta de Libros es Alberto Curiel. Nació en Valladolid en 1972. Es Ingeniero Superior de Telecomunicaciones por la Universidad de Valladolid. Fruto de su pasión por las Humanidades, ha estudiado también Historia de España e Historia de la Literatura. Su carrera profesional se ha desarrollado en departamentos comerciales y de marketing de multinacionales españolas y extranjeras, lo que le ha permitido viajar por todo el mundo. Actualmente colabora en el programa cultural de radio “El Marcapáginas”, de Gestiona Radio y acaba de publicar su primera novela ‘El caso Galenus’ (Algaida, 2014).

Con su primera novela aborda el complejo género del thriller, aunque con un mensaje que va más allá de un simple thriller.

La verdad es que es un thriller, la parte de aventura, de viaje, etc . lo envuelve absolutamente todo, hay un crimen, es un thriller básico en ese sentido con misterio, emoción y demás. Pero además de todo eso cuenta una historia subyacente y es que describe dos cosas: el estado de los tratamientos en la lucha contra el cáncer, se revela, y también se revela que está mucho más avanzado de lo que la gente podría imaginar, y las implicaciones que tendría la curación definitiva de esta enfermedad. Este sería el mensaje subyacente todo ellos arropado como thriller como novela de acción.

Háblenos de ese mensaje con el que pretende abrir un debate sobre el futuro de la humanidad con el tema de la curación del cáncer de fondo y el aumento de la esperanza de vida.

Si, la novela ha tenido una fase de documentación importante sobre las terapias genéticas actuales y el funcionamiento de la reproducción celular y de los procesos cancerosos, la conclusión más autentica es que la curación del cáncer va a llevar asociado un alargamiento tremendo de la vida, porque una vez que controlemos la reproducción celular podremos ralentizarla de manera que el envejecimiento en lugar de producirse en ochenta años como es ahora, se pueda dar en 200 o 300 años. Entonces, todo eso si que va a suponer un cambio tan brutal que nuestros protagonistas tienen que enfrentarse a esta realidad que está  a la vuelta de la esquina y surgen un montón de preguntas filosóficas como ¿a quién debería aplicarse este tratamiento experimental?, ¿qué generación empezaría a beneficiare?, ¿a qué países?, ¿cómo controlaríamos la situación de la natalidad y de la economía, etc.?

La protagonista es una mujer de cuarenta años, inteligente, guapa y con éxito, ¿pretende así reivindicar el papel de la mujer en el cambio hacia la igualdad en la sociedad?

Yo creo que no sé si es reivindicarla, pero por suerte cada vez hay más mujeres de este estilo. Yo he tenido la fortuna de conocer de grandes profesionales en todos los ámbitos, en el de las multinacionales, en el ámbito de las profesiones liberales, mujeres que han triunfado, que se codean y en ocasiones que superan a cualquier otro compañero varón; por suerte es cada vez más común. Me apetecía muchísimo tratar a este personaje, también ha renunciado a muchas cosas en su vida, tiene un pequeño pasado oscuro que habrá que descubrir leyendo la novela.

¿Qué parte de su experiencia profesional le ha servido para reflejar la realidad, para hacerla verosímil al lector?

La novela está escrita por un periodista de investigación que tiene acceso a toda esa información y en ese sentido la verosimilitud es total. De hecho, la novela está escrita por una parte para comunicar a la opinión pública los tratamientos de lucha contra el cáncer, y por otro lado, la parte de documentación respecto a escenarios y personajes también ha sido profunda; se desarrolla en muchos sitios. La protagonista es una ejecutiva de éxito, como dije, por mi trayectoria laboral he tenido la oportunidad de trabajar en varias multinacionales, la oportunidad de realizar viajes por multitud de  de sitios y esto me ha permitido construir el personaje de Isabel Sáenz de Tejada.

Siendo su primera novela confiará en la buena acogida del público para darse a conocer y dar a conocer ‘El caso Galenus’, ¿hasta qué punto cree que son necesarias las redes sociales y la edición del libro en formato electrónico?

La situación del mercado del libro en general está mal, francamente. Ha habido una caída de ventas superior al 50 % en los últimos años, eso hace que sea muy complicado. Para dar a conocer un libro, como para cualquier otro producto entre comillas, las redes sociales aportan en el sentido de que empiezan a encender el fuego de boca a oreja; salvo que uno tenga una de esas grandes campañas publicitarias las redes sociales lo que hacen es arrancar el boca oreja que es lo que realmente funciona.
Uno de los motivos de la caída de las ventas en los libros, a demás de la crisis, es que la gente cada vez lee menos, nuestra vida nos lleva por otros derroteros; estamos consultando el teléfono cada diez minutos, esto es bastante incompatible con estar leyendo, necesitamos 2 o 3 horas de tranquilidad en un sitio apartado. Y una más de las razones es el libro electrónico, todo el mundo sabe que puede piratearse. Las redes sociales es el mecanismo para arrancar el boca oreja y el libro electrónico creo que es un gran avance, que está muy bien, ‘El caso Galenus’ está en estas plataformas digitales, para mí no hace daño, lo que mas hace daño es la falta de tiempo para leer y la crisis económica.

Muchas gracias y mucha suerte, Alberto.


Por Ginés J. Vera

lunes, 3 de noviembre de 2014

SANTIAGO POSTEGUILLO: «Lo que está haciendo el poder con la cultura es una traición al legado cultural patrio».

Santiago Posteguillo, filólogo, lingüista, doctor europeo por la Universidad de Valencia, es en la actualidad profesor titular en la Universitat Jaume I de Castellón. Autor de más de setenta publicaciones académicas que abarcan desde artículos de investigación a monografías y diccionarios especializados, en 2006 publicó su primera novela, Africanus, el hijo del cónsul (2006), primera parte de una trilogía que continúa con Las legiones malditas (2008) y La traición de Roma (2009). “La noche en que Frankenstein leyó el Quijote” acaba de ser nominada para el Premio de la Crítica Literaria Valenciana en la categoría de “ensayo y otros géneros”. Le entrevisto en Valencia, patria chica de ambos, tras publicarse ‘La sangre de los libros’ con la editorial Planeta.

¿Qué relación hay entre este libro y su anterior ‘La noche en que Frankenstein leyó el Quijote’? ¿Habrá un tercero?

Pues es posible que escriba un tercero. El primero gusto aunque pilló a contrapié a mucha gente, el segundo ha arrancado incluso mejor, igual porque ya la gente sabe que a veces puedo hacer otras cosas como esta;  este segundo habiendo salido el 7 de octubre ya está en una segunda edición, vamos mucho mejor. El primero funciono bien en América latina, tengo fechas para ir a Perú, a Colombia, a México y Argentina por este libro, por ‘La sangre de los libros’, aparte de que allí gustan mucho mis novelas históricas.
Tiene toda la relación del mundo, ahora son 30 relatos donde antes eran 24, en este sentido es un poco más ambicioso; el esquema es muy similar, son relatos novelados, donde me detengo en distintos momentos y distintos autores de la literatura universal que a mí me parecen mágicos, en este sentido están muy relacionados, si funciona y nos aminamos haremos un tercero.

‘La sangre de los libros’, ¿es una invitación a leer las obras referidas y a conocer las vidas literarias de sus autores?

Totalmente, ese es el gran enfoque de ‘La sangre de los libros’ y del anterior también. ‘La sangre de los libros’ intenta ser un paseo literario en el tiempo desde la época de la Roma Clásica con Cicerón hasta llegar a la época de la ciencia ficción con Isaac Asimov. Y la idea es que la gente a través de llamarles la atención con los misterios a veces sangrientos, a veces de sufrimiento de los escritores primero se interese por ellos y de ahí salte a las obras. Al final del libro hay un llamamiento a: no se detengan ahora que se han acabado las páginas, hay mucha literatura por leer.

Aunque hay un repaso desde la Roma Clásica hasta nuestro siglo, también veo guiños a la rabiosa actualidad: a nuestros políticos, falta de financiación, lo que opinaría Ridruejo se nuestro sistema parlamentario…

Sí, porque aunque uno haga una literatura con las novelas históricas o bien ahora también son relatos históricos y en muchos casos me centro en autores del pasado es imposible para un escritor abstraerse de lo que te rodea y más en unos tiempos como los actuales que podemos definir cuanto menos de convulsos, y particularmente en nuestro país. No puedo evitar pensar y a veces sonreír en qué diría un Quevedo, un Ridruejo, un Cervantes o un Seneca hoy día. Séneca supongo que ya estaría en la cárcel y Quevedo estaría camino de ella.

“La sabiduría es la única libertad” afirmaba Séneca. ¿Hasta qué punto se sigue usando la ignorancia desde el poder para alejarnos de la libertad?

Lo que está haciendo el poder con la cultura solo tiene un nombre, que es traición al legado cultural patrio, fíjate lo que te digo, porque van muy de patriotas. El 21 % de IVA cultural es un atentado prácticamente terrorista contra la cultura, ejercido desde el poder, porque al poder siempre le ha incomodado una cultura, incomoda, inquieta, critica y simplemente utilizan una venganza. Y hacen mucho daño, y lo hacen muy bien porque son inteligentes. No podrán acabar con la cultura porque la cultura siempre acaba encontrando resquicios por donde subsistir pero sí que conseguirán retirar de la lectura a mucha gente y hacer que más gente sea menos pensante y, por consecuencia, más manipulable por tanto conseguirán sus objetivos.
 Hace tiempo que he dejado de pensar en que hay casualidades en estos asuntos, hay quien puede pensar que es una vena paranoide mía y yo creo que lo que ocurre es que hay un plan ejercido desde el poder para intentar simplificar la mente de las personas y se les entrega pan y circo en forma de entretenimientos perfectamente legítimos y muy bonitos, por ejemplo el futbol, un buen partido de futbol puede ser un buen entretenimiento. Que ahora haya futbol todos los días de la semana siempre esto no había pasado nunca. Los bous al carrer esto es más controvertido, pero mas allá de la controversia, en tiempos de crisis, hay mas bous al carrer en la Comunidad Valenciana que nunca. Hay que adormecer mucho a la gente porque claro, lo de las tarjetas opacas de Bankia, lo que han hecho los bancos, los imputados, alcaldes y  alcaldesas imputadas por todas partes, sindicatos, en fin, claro, hay que adormecer mucho a la gente, se intenta y se hace bien, y aún así le salen cosas.

“Incluso los libros electrónicos necesitan una buena piel, que la imagen atraiga a los lectores potenciales” leo en el capítulo ‘La piel de un libro’.

Si, a ver, en este sentido es lógico, estamos en un mundo muy audiovisual y la imagen es absolutamente necesaria incluso -comento aquí- no solo en un libro de papel, en un libro digital tiene que tener una imagen que te resulte atractiva y que te detengas cuando vas navegando por la red. Hoy en día es muy importante el hecho de las portadas, yo me preocupo mucho con ellas, suelo debatir con los equipos de diseño gráficos de mis libros qué ponemos de portada y cómo lo ponemos. Para mi evidentemente lo fundamental es el texto, pero la gente no se acerca a un libro…, si no te conoce como autor no se acerca por el nombre, se acerca por que le llame la atención la imagen, luego por el titulo y luego ya veremos. Es verdad que luego puedes tener a un grupo de gente que te siga y aun así una imagen impactante, atractiva pero que no defraude es importante, si.

Muchas gracias Santiago, y mucha suerte.

Ginés J. Vera.


lunes, 27 de octubre de 2014

MARÍN SOTELO: «No suelo ser muy explícito con las fechas en mis novelas».

Entrevisto a Martín Sotelo con quien he tenido el placer de compartir confidencias literarias desde su primera novela Bailes de medio siglo finalista del premio Roman de Chambéry, a la mejor primera novela escrita en castellano.

Nacido en Toledo, estudió Filología Hispánica en la Universidad Complutense de Madrid. Ha compaginado sus estudios con múltiples trabajos de profesor, redactor, corrector, investigador y documentalista aunque actualmente trabaja como corrector y profesor. Le entrevisto al hilo de su segunda novela La Vida Muerta (Alfabia, 2014) además de felicitarle desde Maleta de libros por haber sido seleccionado Nuevo Talento FNAC 2014.

Fui un mal lector y me leí el texto de la contraportada antes de leer la primera página, en aquel se hace referencia al personaje del doctor Dangel como vertebrador de las historias de La vida muerta, me quedo con la caracterización de Gundi, acaso porque creo que hay muchos Gundi a nuestro alrededor, ¿está de acuerdo?

Yo mismo soy como Gundi. Es mi personaje favorito. Un hombre que vive tranquilo en su mundo, soñando, y que cuando sus sueños empiezan a cumplirse teme no estar a la altura de lo soñado.

Tras leer La vida muerta veo que enhebras personajes con historias que convergen, que discurren como ese río también presente a modo de personaje silencioso. ¿Qué fue lo más complejo a la hora de buscar el enfoque: los personajes o el paisaje?

Los personajes. El paisaje, para mí, no es más que una recreación mental de los personajes. Por tanto, no me interesan los paisajes desligados del discurrir mental de los personajes. La primera imagen que se me vino a la mente es precisamente la imagen con la que comienza la novela: una extraña mujer que aparece de pronto una noche en mitad del bosque para pedirle a un barquero que la ayude a cruzar el río. El resto vino solo, tratando de imaginar lo que había al otro lado del río y entre los árboles. 

No sé si atreverme a hablar en estas historias cruzadas de tu novela de dolorosas verdades frente a la incertidumbre de los deseos de los protagonistas.

Es que el deseo siempre es incertidumbre, y, como tal, se prolonga en una verdad incierta que duele y a la vez ilusiona por su mismo carácter enigmático. Debía mantener, por tanto, la ambigüedad durante todo el relato para crear una atmósfera digna de los tumbos que los personajes van dando.

Hay un claro guiño a la política, a la turbidez de los intereses malsanos del poder político, quizá conformando esa banda sonora de nocturnidad, de clandestinidad, de lo furtivo.

Hay una corrupción de pensamiento, incluso en los sueños, a lo largo de toda la novela. Los fines se consiguen mediante confusos rodeos, nunca directamente, como si se supiera que son fines necesarios pero malsanos y hubiera que mantenerlos en secreto. El personaje del político es uno más dentro de esa corrupción. Si hay políticos así es porque hay un tejido social que lo mantiene y lo permite. 

El hecho de que a Gundi le guste leer novelas de piratas es premeditado, ¿verdad?

Gundi se refugia en esas noveluchas para seguir recordando a Analía, ya que de pequeños jugaban a piratas. También para seguir preservando de esa forma su infancia. El que sea un personaje lector, es decir, nostálgico y fantasioso, me permitía describir sus pasajes con ese velo incierto de los sueños, en donde luces y sombras, verdad y mentira se confunden en una misma cosa. 

El doctor Dangel llega a afirmar una frase que no sé si comparte, la de que todo consiste en desviar la vista a tiempo, en distraer la realidad y pensar en otra cosa.

No la comparto, pero suele ser así. Es lo que todo el mundo hace para tratar de sobrevivir. Yo mismo desvío la vista hacia los libros y allí distraigo la realidad para hallar en las páginas otra realidad más verdadera y comprensible.

Al igual que comentaba con la presencia del rio, hay otro ‘personaje’ velado en toda la novela, uno tan antiguo como inmaterial, que se asoma a menudo poético, como en la frase: ‘Septiembre se envolvía en un velo mortuorio’. O ‘Todos estamos condenados desde el nacimiento’.

Es el Tiempo. No suelo ser muy explícito con las fechas en mis novelas, ni siquiera con los meses, pero me gustaba la idea de fijar septiembre porque es un mes de nuevos planes e idénticas estrategias, como diría Nacho Vegas. Es un mes en que pretendemos cumplir y afianzar todos esos sueños y proyectos que hemos ido planeando durante el verano, y me venía bien para relanzar la novela hacia su final.
Personajes, paisajes, historias que convergen, pero también silencios, ese silencio que la Dávalos apostilla al decir ‘todo lo que te guardes para la tumba te matará en vida.’ ¿Qué silencio queda o debería quedar tras leer La vida muerta?

Un silencio fecundo, hecho de todos los silencios de los que se nutre la novela, y que el lector debe interpretar a su antojo. Todo aquello que no se cuenta en una novela siempre es más importante y poderoso que lo que se cuenta. La novela no debe crecer en el texto propiamente dicho, sino en esos pasillos vacíos, subterráneos, que las palabras abren y que el lector debe llenar con su vida y su imaginación.

Muchas gracias y mucha suerte Martín.


Por Ginés J. Vera 

martes, 21 de octubre de 2014

RUTA SEPETYS: «Es una historia de libertad, pero también es una historia de identidad».

Maleta de libros tiene el privilegio de entrevistar a la escritora norteamericana de origen lituano Ruta Sepetys (Detroit, Michigan, 1967). Sepetys es autora de ‘Entre tonos de gris’, su primera novela, inspirada en la historia de su padre, un inmigrante lituano cuya familia fue víctima del genocidio estalinista. En esta segunda novela, por la que la entrevisto en su visita a Valencia, la protagonista es Josie, una adolescente en la Nueva Orleans de 1950 que trabaja en una librería, vive en la trastienda para mantenerse apartada de Louise, su madre, que trabaja en un burdel donde Josie echa una mano limpiando y ayudando con las cuentas. Pero Josie sueña con una vida mejor, abandonar Nueva Orleans e ingresar en la universidad.
   Sepetys estudió economía y ha desarrollado una prestigiosa carrera como productora musical.

Esta novela, ‘El color de los sueños’ y su anterior ‘Entre tonos de gris’ tratan de algún modo de la valentía, la independencia, de escapar del destino.

Sí, las dos tienen muchos temas que tienen que ver tanto con la identidad como con la libertad. Josie lo que quiere es ser la autora de su propio destino. Es una historia de libertad porque ella quiere salir de Nueva Orleans, pero también es una historia de identidad porque tiene que dejar a su familia y todo lo que la rodea. Generalmente uno no piensa en que la libertad implica dejar a su familia.

Josie es una adolescente decidida y perseverante que hace de estas virtudes la fuerza de esta historia, el resto de los personajes secundarios también juegan un papel muy importante a su vez en la novela, ¿no es cierto?

Sí, me gusta crear muchos personajes porque me da la oportunidad de crear personajes y tramas muy complejas, y cuanto más y mejor más rica es la novela.

Se inspiró en una persona real, una madame llamada Norman Wallace para el personaje de Willie, ¿es cierto?

Gracias, esta es la primera vez en España que me preguntan por Norman Wallace, ella fue una gran inspiración para el personaje de Willie. Me fascinó Norman, una madame real; tuve la oportunidad de visitar su casa, los dormitorios de las chicas, cómo era el negocio y poder basar el personaje en ella.

Regresando a los personajes de ‘El color de los sueños’, noto un tono de marginalidad, de soledad, sobre todo en Josie, ¿se siente cómoda con estos personajes y sentimientos?

Me siento muy familiar con estos sentimientos porque al ser como alguien de fuera, al venir de Lituania, el hecho de estar sola, de sentarme mucho en la lectura, en el fondo me identifico mucho con un personaje como Josie.

Además de la historia de los personajes no sé si también quiere mostrar con esta novela cómo fueron en realidad los años cincuenta en Nueva Orleans, más allá del esplendor y la perfección con la que se mostrado hasta la fecha.

Si, no solo; la intención era combinar el esplendor de la década como el esplendor de Nueva Orleans, porque la gente tiende a recordar únicamente los años 50 como una década de perfección cuando, en realidad, era una perfecta mentira.

He leído que para usted las historias tienen el poder de cambiarnos a nivel personal, de ayudarnos a entendernos mejor, ¿qué espera que sientan los lectores de ‘El color de los sueños’ cuando acaben de leer su novela?

Yo quería decir dos cosas: la primera es que la familia que nosotros elegimos muchas veces puede ser más fuerte que la familia en la que nacemos, la que nosotros construimos; y lo segundo, que nadie conscientemente tiene que dejar que los demás escriban su propio destino, uno debe ser el autor de su propio destino.

Muchas gracias y mucha suerte, Ruta Sepetys.

Por Ginés J. Vera

lunes, 13 de octubre de 2014

UNA CHEF CON ESTRELLA, de JENNY NELSON

Seguramente os sonarán estos nombres: Guerra de cup cakes, Pesadilla en la cocina, Deja sitio para el postre, Mi madre cocina mejor que la tuya, Top chef o Master chef… Son solo algunos de los programas televisivos en la tendencia a todo lo culinario de los últimos años. También se unen largometrajes como ‘Julie y Julia’ (con Meryl Strip) o la reciente  ‘El chef, la receta de la felicidad’ (con Jean Reno y el simpar Santiago Segura). Como no podía ser menos, en las librerías empezamos a encontrar algunos títulos de un nuevo género literario conocido como cook lit.

La cocina, lo culinario está de moda y he querido hincarle el diente a uno de estos libros que está pegando fuerte este otoño. En esta ocasión he leído la novela ‘Una chef con estrella’, de la norteamericana Jenny Nelson. La novela, con gran éxito en Estados Unidos y traducida en varios países, llega a las librerías de la mano de la editorial Maeva.

Sobre el argumento diré que la protagonista es Georgia Gray, alta, esbelta, ojos verdes, treinta y tres años y chef en el prestigioso restaurante Marco de Manhattan. La conocemos a unos días de su boda con su novio Glenn, de treinta y cuatro años, listo, divertido, abogado de éxito…, pero tras siete años juntos surge una sorpresa que le hará replantearse el enlace. Esto, unido a una pésima crítica gastronómica como chef, la llevará a dar un giro a su vida aprovechando un golpe del destino, viajando a un pueblecito, san Casciano, en la Toscana italiana.

La autora de ‘Una chef con estrella’ es la periodista Jenny Nelson. Ha trabajado como consultora web para revistas de moda como inStyle o Vogue. Vive entre Manhattan y Millbrook una idílica localidad cercana a Nueva York, preparando ya su segunda novela tras el éxito abrumador de esta primera.
¿Qué vamos a encontrar en esta novela?

Además de la historia de superación de la protagonista frente a la adversidad, el recorrido por los locales de alta cocina de Nueva York y los parajes de la Toscana sin descuidar la parte más culinaria, la gastronomica de la mano de recetas como el Sole e Luna o la sopa clásica Pappa al pomodoro que la autora reconoce como una de sus favoritas.


En definitiva, ‘Una chef con estrella’ es una novela de lectura divertida, ágil y ligera con una apetecible ambientación tanto de la ciudad de los rascacielos como de la idílica Toscana.

jueves, 9 de octubre de 2014

PROFESOR PAWLOVE: «Todo lo que consideramos bueno y humano se lo debemos a los gatos».

Esta es una entrevista sui generis aprovechando que el profesor Pawlove (Catedrático de neurociencias y lenguajes no humanos, Kitty College, Miauhampshire) ha inventado un collar que permite a quien lo lleva comunicarse con los gatos. De tal suerte que gracias a este invento ha podido conversar con uno de ellos, llamado Misifú, y cuyas conversaciones han dado lugar a un libro: No hay mejor vida que la del gato (Timunmas, 2014) ilustrado por Joaquin Secall.

   El doctor le ha cedido la palabra a Misifú, verdadero protagonista de las revelaciones sobre las costumbres de los gatos, las claves de la comunicación con los humanos y muchas curiosidades de la gatunidad.

   ¿Por dónde empezar esta entrevista?

   Quizá el principio sea hablar del Gran Gato, es decir, del primer gato del que se cree descienden el resto de los felinos, incluidos los domésticos. Este vivió en Asia hace la friolera de 10 millones de años. Se le conoce como Dinofelis, y por lo que se cree era de gran tamaño y carnívoro estricto.

   Qué interesante, aunque he leído en el libro algo sobre una diosa protectora de la humanidad y los gatos que me ha parecido más interesante si cabe.

  Toda la historia de los gatos es interesante, puede preguntárselo al propio Misifú y él se lo corroborará, más allá de mi recomendación de que se lea este libro. Pero, volviendo a su pregunta, es cierto. La diosa Baset, protectora de la humanidad hará cosa de unos 2500 años, tenía cuerpo de mujer y cabeza de gato. Tiene que ver con una plaga que amenazó con extinguir a la humanidad a través de uno de esos bichejos, la rata negra, portadora de una enfermedad que los gatos combatieron con decisión. Por cierto, el 18 de octubre los gatos conmemoran algo muy importante que sucedió en 1963 con una congénere, Felicette como protagonista.

   Ya que ha tenido la oportunidad de desentrañar muchos de los misterios de los gatos, me va a permitir que le pregunte por uno que me inquieta desde hace tiempo, el lenguaje de la cola.

  Oh, amigo, hace bien en comentarlo pues en este libro encontrará qué significado tiene la cola encrespada, en ángulo de 90º con el cuerpo o si pega pequeños latigazos con él en el suelo.

   Vaya, no dejo de sorprenderme, creo que voy a recomendar No hay mejor vida que la del gato a todos mis amigos y familiares.

  Y hará bien, ya verá que entre esas páginas también hallará la compatibilidad según el horóscopo, gatos famosos de películas, las claves del idioma gatuno (el ronroneo, el bufido, el chasquido…), o las últimas aplicaciones informáticas para gatos.


Muchas gracias profesor Pawlove y mucha suerte.

lunes, 6 de octubre de 2014

LUIS DELGADO BAÑÓN: «El vocabulario a emplear ha sido una de los aspectos más importantes a tener en cuenta».

Estos días estoy tentado por la idea de embarcarme en la escritura de una novela, una novela histórica, además. Lejos estoy del nivel y experiencia del autor que entrevisto esta semana. 

  Luis Delgado Bañón (Murcia, 1946) es delegado del Instituto de Historia y Cultura Naval en el Mediterráneo y director del Museo Naval de Cartagena además de almirante naval retirado especializado en novela histórica. A los dieciséis años ingresó en el Cuerpo General de la Armada y ha sido capitán de navío durante más de cuarenta años. Delgado se ha propuesto el ambicioso proyecto, aún en curso, de escribir una serie de 56 novelas que ilustren sobre la historia naval de España entre el momento de su mayor esplendor, durante la segunda mitad del siglo XVIII, hasta la Guerra Civil Española, en una colección de novelas denominada Una saga marinera española. Me ha concedido esta entrevista con motivo de la publicación de su última novela El vapor de guerra Blasco de Garay.

La saga familiar de los Lezañana que vertebra esta Saga Marinera Española ya va por su cuarta generación y estimo que le quedan aún muchas aventuras hasta llegar al siglo XX donde creo tiene pensado echar el ancla.

Creo que quiero a la familia Leñanza como si se tratara de la mía propia. En efecto, han aparecido cuatro generaciones y ya la quinta asoma cabeza. Seguirán apareciendo, no lo dude. Debe tener en cuanta que en el volumen 26º, que escribo en estos días, me muevo por el año 1860 y necesitare más generaciones para alcanzar la Guerra Civil Española de 1936-39, que conformará el final de la Saga Marinera
La labor de documentación es innegable, precisa, me preguntaba por las fuentes de consulta a la hora no tanto de recabar detalles técnicos sino de la vida cotidiana, de la forma de hablar de la gente, el vocabulario y costumbres de la época.
La documentación particular para cada buque de la Armada la he buscado en nuestros magníficos Archivos Históricos, especialmente en los de El Viso del Marqués y del Museo Naval. En cuanto a detalles de la vida cotidiana y costumbres, hay muchas obras que lo exponen con mayor o menor claridad, normalmente trabajos de historiadores navales. Además, he leído mucha correspondencia particular entre miembros de la Armada de aquella época y mi experiencia personal tras muchos años de investigación da sus frutos.

El lenguaje en una novela como esta, tan marinera, ¿debe cuidarse tanto para quienes estar familiarizados resultando veraz, como para los que no si queremos disfrutar sin acudir constantemente al diccionario?

Desde el primer volumen de la Saga Marinera, el vocabulario a emplear ha sido una de los aspectos más importantes a tener en cuenta. Aunque deseo que se conozca lo que se suele llamar como “parla marinera”, si hubiese empleado la que de verdad se utilizaba a bordo de los buques de la Armada, habría compuesto pasajes ininteligibles para la mayor parte de los lectores. Por fin, me decidí por un compromiso, de forma que la obra se entienda en su mayor parte y, además, dar a conocer algunos términos muy marineros, con la ayuda de algunas notas a pie de página. Espero que haya sido aceptable el resultado y que la obra “suene a mar” a los lectores.

De entre las muchas curiosidades de esta novela destaco ésta por si quiere comentarla. Me refiero a cuando Leñanza se queja de los problemas de emplear carbón de mala calidad en los buques, no solo en el rendimiento de las calderas, sino para la salud de los hombres por culpa de los vapores que emanaban. Ya había este tipo de preocupaciones en la época.

El problema de la calidad del carbón ha sido un caballo de batalla durante muchos años. Y no sólo para que el buque pudiera emplear sus máquinas al máximo rendimiento, sino por los peligrosos vapores sulfurosos que llegaba a emanar. Todavía en la Guerra Hispano-Americana del 98, los buques del almirante Cervera sufrieron ese problema con gravedad, que mucho afectó al combate en Santiago de Cuba.

Conocer la historia de nuestra Historia, en mayúsculas, ¿nos ayuda a comprendernos como pueblo, como sociedad, a erradicar fanatismos sobre quienes hicieron posible la convivencia entre las distintas regiones e identidades de nuestro país? Me refiero a Cataluña vista con la oportuna perspectiva histórica.

Creo que acierta de lleno. Solamente hay que ojear los nombres de los miembros de las dotaciones de los buques a lo largo de los siglos, para comprender que la empresa marítima española, fabulosa desde cualquier punto de vista, fue una obra de todos los pueblos de España. Algunos lectores me han preguntado por qué empleo tantos nombres vascos y catalanes. No lo hago con un fin particular, porque siempre empleo el máximo rigor en las informaciones. Lo que sucede es que un elevado número de vascos y catalanes se emplearon en la Real Armada en defensa de su patria española.

Muchas gracias y mucha suerte Luis Delgado Bañón.


Por Ginés J. Vera.