jueves, 29 de septiembre de 2022

Drogas, fármacos y venenos. Entrevista a David Sucunza.

Agradecido al profesor David Sucunza por concederme esta magnífica entrevista al hilo de la publicación de su libro Drogas, fármacos y venenos (Guadalmazán). Un libro divulgativo que como muy bien apunta Sucunza muestra “cómo ha ido cambiando nuestra sociedad y nuestra relación con las drogas, fármacos y venenos.” 

  En 2013 Sucunza ganó el II Certamen FECYT de Comunicación Científica, en la categoría amateur, con el artículo 'Productos naturales: cruce de caminos entre química y medicina'. Os dejo la entrevista a la espera de vuestros comentarios. 


  P.: Ha elegido 25 ejemplos ilustrativos de sustancias naturales para mostrar en este libro el impacto que estas han tenido a lo largo de nuestra historia. ¿Qué criterio siguió para elegir justo a estas 25 de entre las candidatas a formar un libro de corte divulgativo como este?

  R.: Mi primera intención siempre es elegir historias atractivas para el lector. Mi suerte como autor es que el mundo de los productos naturales está repleto de ellas. Por eso, he elegido las sustancias de este ámbito que creo más representativas (morfina, aspirina, quinina, cocaína, caucho, etc.), y que se hubiesen echado en falta de no haber estado incluidas, más alguna otra que son debilidad personal. También he intentado que esas historias se complementen entre sí, y que no haya elementos repetitivos en ellas.

  P.: He creído ver que siguen cierto orden cronológico, comenzando con las especias y el Maluco. Justamente este mes de septiembre se cumplen 500 años de la circunnavegación al globo. Háblenos de ese orden y de esta efeméride tan importante y con tanta repercusión no solo en 1522.

  R.: Así es, y tiene que ver con esa complementariedad de la que hablaba antes. El libro contiene 25 capítulos que se pueden leer independientemente porque cada uno habla de una sustancia diferente. Pero al leerlos en conjunto se ve esa progresión temporal, y a través de ella he intentado contar cómo ha ido cambiando nuestra sociedad y nuestra relación con las drogas, fármacos y venenos. El comienzo de la Edad Moderna me pareció un buen punto de partida porque es el momento histórico en el que todas las sociedades humanas pasan a estar conectadas, en el que se produce una primera globalización. Y la Expedición de Magallanes-Elcano es uno de los puntos culminantes de este proceso, que se inició con la búsqueda de nuevas rutas para llegar a las Islas de las Especias.

 

  P.: Casi parece que cuando acabó la hegemonía de las especias (clavo, pimienta, nuez moscada) comenzó la del azúcar. Aprovecho para preguntarle por el ansia de poder que ha movido imperios, literalmente, no solo en busca de oro, petróleo o coltán. También, como decía, para imponerse geopolíticamente en el comercio mundial de especias o azúcar, como dos “humildes” ejemplos.

  R.: Sí, desde luego el ansia de poder y riquezas es un gran motor histórico, así como fuente de muchas tropelías. Lo vemos en todas las épocas y lugares, y en el libro se relatan varias. Desde la búsqueda de las especias en la Era de los Descubrimientos hasta el narcotráfico actual, pasando por la producción azucarera basada en el trabajo esclavo y el comercio del opio o el caucho, existen un montón de nexos comunes en todos esos procesos protagonizados por la codicia humana.

  P.: Me han llamado la atención las fotografías, carteles y el material gráfico que se acompaña entre las páginas. Los medios de comunicación también han tenido su papel coprotagonista en estas historias. La buena imagen del tabaco, por ejemplo, o la del sulfato de anfetamina “adelgazador”. Coméntenos ese cuarto poder desde la perspectiva histórica de su libro y en la actualidad.

  R.: La editorial Guadalmazán ha hecho un gran trabajo a la hora de acompañar los textos con imágenes ilustrativas y he quedado muy contento con la edición final del libro. En cuanto a la publicidad, qué duda cabe que modula nuestro consumo, para bien y para mal. En los dos ejemplos que comentas para lo segundo. La industria tabaquera ocultó durante décadas las evidencias crecientes que iban apareciendo sobre el efecto del tabaco en varios tipos de cánceres, y al mismo tiempo promocionó su producto entre los jóvenes para ganar nuevos clientes. Por esa razón, más adelante tuvo que pagar indemnizaciones millonarias en EE.UU.

  P.: España de una u otra manera está presente en varios de los capítulos de Drogas, fármacos y venenos. Quizá las y los lectores descubran nombres y apellidos no muy conocidos aunque vinculados a grandes descubrimientos para la sociedad. Habrá a quien le suene (o no) un tal Celestino Mutis por los billetes de 2000 pesetas, sirva como ejemplo. Háblenos de esos “rescatados” en este libro.

  R.: Solemos considerar a nuestro país como un retrasado perpetuo en el ámbito de la ciencia y la tecnología, en una imagen en exceso negativa. También hubo luces, sobre todo en los siglos XVI, XVIII y XX. El problema es que no solo no se reivindican, sino que además las hemos olvidado. ¿Quién conoce a Nicolás Monardes, Francisco Hernández de Toledo, José Celestino Mutis o Hipólito Ruiz? Fueron grandes nombres de la ciencia de su tiempo y merecerían mayor reconocimiento.  

  P.: Si alabo el inicio expositivo de sus capítulos, le siguen a la zaga los finales. Me ha dejado un tanto intranquilo el titulado Lágrimas de látex. Esa espada de Damocles que supondría una escasez del látex para la economía mundial, por algo tan curioso como un hongo, más allá del paulatino agotamiento de las reservas de petróleo. ¿Tan importante es el látex y su producción está tan amenazada?

 
  R.: El caucho es fundamental para nuestra sociedad tal y como la conocemos. No solo por los neumáticos, también por el sinfín de juntas, tubos y válvulas que necesita cualquier máquina. Y la situación de su producción es relativamente frágil. En su hábitat original, la Amazonía, los árboles Hevea que lo segregan sufren de un hongo parásito muy agresivo que impide su cultivo. Si ese hongo llegase al sudeste asiático, donde están las plantaciones de este árbol, causaría una catástrofe económica tremenda. Podría llegar a ser un problema muy serio, sí.

  P.: Al final del libro hay una interesantísima reflexión, varias, en realidad. Me refiero a que nuestra farmacopea actual solo es accesible para los habitantes del primer mundo (incluso me atrevería a decir que para una parte de esta). La medicina moderna no está reñida con la tradicional e incluso en Drogas, fármacos y venenos comprobamos que muchas sustancias ya eran conocidas por el hombre del Neolítico o por los animales en su estado salvaje. Los mitos y las leyendas quizá no son cosas del pasado, ahora quizá se llamen fake news, sobre todo en lo que se refiere a la salud. ¿Qué nos comentaría a este respecto como colofón de su libro?

  R.: Mi libro trata sobre el impacto histórico de los productos naturales, por tanto, hablo de sustancias que se encuentran en la naturaleza. Durante gran parte de la historia del ser humano esta fue nuestra única fuente de remedios para preservar nuestra salud, pero desde hace algo más de un siglo ya no es así. Hoy en día, millares de moléculas inéditas son construidas en los laboratorios químicos con la esperanza de que se conviertan en la base de nuevos medicamentos, de tal forma que los compuestos sintéticos suponen dos terceras partes de nuestro arsenal terapéutico. No tenemos por qué elegir. Fuentes naturales y esfuerzo sintético, ambos son necesarios en nuestra lucha contra las enfermedades.


  David Sucunza es doctor en Química y profesor titular de la Universidad de Alcalá. Ha trabajado como docente e investigador en diferentes universidades y centros de investigación de España, EE.UU., Alemania, México y Reino Unido. En el campo de la divulgación científica, ha colaborado en distintos medios de comunicación como Jot Down, Mètode, Naukas, Principia, The Conversation y Diario La Rioja. 

  Drogas, fármacos y venenos. David Sucunza. Ed. Guadalmazán.

jueves, 22 de septiembre de 2022

La hija del viento. Jordi Agut

Me concedió hace poco una entrevista Jordi Agut Parres. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona. Desde 1997 trabaja en el diario Regió7 de Manresa. Fue colaborador durante dos años, estuvo dos años más en Información general y dos más en Economía. Desde 2003 forma parte de la sección de Deportes de la publicación, en la que ha escrito algunos artículos sobre eurocopas y mundiales. También ha colaborado de manera esporádica con otros diarios y revistas. A partir de su debut literario en 2018 ha publicado varias novelas por las que le pregunto haciendo rodar el balón.


  Este año publica La hija del viento (Milenio), la tercera entrega de una trilogía que comenzó con El último defensa en 2018. Le paso el balón al pie para que nos hable del proyecto en su conjunto, cuándo surgió la idea, por qué dividirla en tres partes y cómo ha sido la gestación a lo largo de estos años hasta este otoño con su cierre.

  R.: La idea original era que solo fuera un libro. Después del Mundial de Brasil de 2014 me vino a la cabeza lanzarme a un proyecto que ya tenía en mente desde tiempo atrás. Yo nunca había escrito nada de ficción y empezar por una novela era algo osado. Al principio me costó mucho pillarle el tranquillo, me notaba raro escribiendo, pero a medida que el libro empezó a tomar forma, me fue gustando. “El último defensa” lo acabé en tres o cuatro meses, fue rápido, y me gustó la manera como se iba construyendo casi solo. Tenía previsto un final, pero surgieron personajes con los que no contaba y parecía que tenía vida propia. A punto de acabarlo, vi que había creado un universo de personajes a los que podía dar continuidad. Entonces pensé en una segunda parte y posiblemente una tercera. Que fuera trilogía y no siguiera lo decidí pocos días antes de terminar el tercero, no estaba previsto. Creo que está bien cerrada así. Cabe decir, además, que en todo este tiempo hubo cambio de editorial incluido y todo el proceso estuvo un año y medio parado.

  »Respecto a cómo han ido estos años, han sido los más duros de mi vida a nivel personal por muchos problemas familiares y personales que he tenido. Terminé de escribir “La hija del viento” a principio de 2020, justo cuando había salido “Línea de cuatro” y antes de la pandemia. Los dos últimos años han sido de correcciones constantes porque me cambiaron el año de los Juegos Olímpicos (2020 a 2021) y lo tuve que ir adaptando. No escribo nada nuevo desde entonces. A ver si se me aclara el panorama a partir de ahora, ya que yo tengo un trabajo a parte de escribir que me roba mucha energía y las cosas han sido complicadas en los últimos tiempos.

  Frente a los rural noire o la novela negra nórdica, ha decidido que sus novelas se abran al mundo. Los escenarios de las tres son internacionales, no solo por ciudades europeas. También nos hace viajar -y jugar de visitantes- con el agente Mitchell por varios continentes. ¿Cómo ha sido la labor de documentación para esa labor descriptiva y de inmersión ambiental para las y los lectores?

  R.: Ya que mi trabajo no me da para dar la vuelta al mundo y, dicho sea de paso, a mí tampoco no me gusta demasiado todo el trajín de viajar, lo hago virtualmente. Siempre es mejor haber estado en el sitio del que hablas, pero si no puedes lo compensas con mucha documentación, mucho buscar escenarios que sean lo más reales posibles a través de las herramientas que te da Internet. Mucho Google Street View, para ver como son los sitios no en un mapa, sino viéndolos. También indagar en la historia de los lugares, saber cuales son los puntos más interesantes. Admito que le he puesto mucha imaginación al tema, pero intentando ser lo más cercano a la realidad posible. Por ello me gusta especialmente cuando los lectores me destacan la ambientación de los libros y que se han notado como si estuvieran allí. Es un gran halago.

 

  Querría preguntarle por la nominación al mejor libro de futbol del año por la prestigiosa revista Panenka con Línea de cuatro. ¿Cree que los premios literarios sirven para empujar a los libros, a los autores o son una herramienta de marketing más? ¿Quién suda la camiseta en realidad y quién figura en las vitrinas?

  R.: No tengo ni idea de cómo funciona el tema de los premios. Nunca me he presentado a uno, aunque es probable que en el futuro lo tenga que hacer como método para que me publiquen. En el caso de Panenka, envié el libro para que lo publicaran en su apartado literario como recomendación, el editor lo leyó, ya había leído el primero y me nominaron. Fue una auténtica sorpresa. Supongo que debe haber de todo. Los premios más modestos serán más limpios en el sentido que los dan editoriales que buscan buenas obras para su catálogo u organismos a los que tanto les da quien ganen. Los grandes premios ya parecen más un tema mercantil y de ir sobre seguro. A nadie escapa que las grandes editoriales lo que buscan es no perder dinero, por ello las apuestas por gente famosa, televisiva, mediática, más que por buscar nuevos nombres que quizás no les den resultados a corto plazo. También dan premios a escritores consagrados, los que saben que ya tienen un nicho de compradores creado, de los cuales no voy a dudar por su calidad, evidentemente. Por ello valoro el trabajo de gente como la de Milenio, que apuesta por nosotros, los que no somos nadie, frecuentemente perdiendo dinero.

  Una pregunta más personal ya que posee amplio bagaje como periodista deportivo habiendo escrito artículos sobre las Eurocopas y los Mundiales de fútbol. ¿Cómo ve desde su palco la progresión de la presencia de las mujeres en el fútbol, no solo en las gradas; sino afianzándose en las ligas profesionales y en el arbitraje nacional e internacional?

  R.: Es un proceso lógico. Desde el momento en que la mujer, afortunadamente, ha avanzado en distintos ámbitos, no sé por qué el fútbol y el deporte por extensión tendría que ser distinto. Además, se han abandonado, o por lo menos minimizado, los términos despectivos con los que no hace mucho se hablaba de las mujeres a las que les gustaba el fútbol. Está bien que se haya convertido en un fenómeno y que tenga su propio público, a veces muy distinto, en cuanto a talante, del que tiene el fútbol masculino. El problema que le veo es que sigue regido por hombres, muchos de los cuales aún lo ven como algo de segunda categoría, como si estuvieran haciéndoles un favor dejándolas jugar. Se necesitan más mujeres en las tomas de decisión porque sabrán mejor lo que les conviene. A partir de aquí, dejémoslas crecer y que hagan su camino sin comparaciones. A parte del fútbol, de todas maneras, también haría falta ayudar al deporte femenino en general, en deportes que son muy practicados pero a los que sólo se mira cuando ganan medallas. Me acuerdo del baloncesto, del balonmano, últimamente del waterpolo, de la gimnasia y muchos más.

  ¿Mandará al banquillo al agente George Mitchell tras La hija del viento? ¿Qué parte de Ud. ha puesto en sus botas y cómo le gustaría que recordaran a su protagonista cuando cuelgue la camiseta?

  R.: De momento está inactivo y no tengo ni idea de si en va a reaparecer la historia. La que quería explicar en estos tres libros está liquidada, pero hay posibilidades de recuperar algún personaje y centrarme en él, o de que George haga un cameo. Podría reaparecer como protagonista, pero ahora mismo no lo veo y, si pasa, va para largo. Sobre qué parte de mí le he puesto, supongo que un carácter poco expeditivo, dubitativo, que muchas veces no sabe decir que no y que se encuentra inmerso en problemas sin haberlos buscado. También que en ocasiones el peso de todo un problema recae sobre él, a mí también me ha pasado últimamente, en esto me he sentido reflejado. Que le recuerden como alguien honesto, a pesar de sus muchas debilidades.


  La hija del viento. Jordi Agut. Editorial Milenio.

  Si queréis, el partido no ha acabado; he aquí una segunda parte con Jordi Agut.

Foto: (c) AlexGuerreroRegiò7

lunes, 19 de septiembre de 2022

Entre pucheros. Pepe Barrena

Antes de abrir las páginas de Entre pucheros (Cúpula), de Pepe Barrena, supe que este libro me iba a emocionar. No me equivoqué. Además de lo literario, lo culinario me fascina desde hace años. Este maridaje me ha llevado a reseñar antes que este otros libros similares. Pero la emoción surge de otro maridaje, como veréis al hojear este repaso a nuestra rica tradición de pucheros, ollas, marmitas, potajes y un merecido etcétera. 

  Guardo en la memoria el sabor de los cocidos en casa de mi tía Rosa cuando iba con mis padres a su casa los domingos. Otro cocido, el montañés, viene a mi memoria asociado a mi amigo Froi y mi gratísima estancia en Santander (bella tierruca). Galicia, Cataluña, Andalucía o las dos Castillas son solo un ejemplo de regiones representadas aquí por sus cocidos y pucheros. Una invitación desde Entre pucheros a sacar del armario esas ollas y pucheros, donde han dormido qyuizá desde primavera, para agasajarnos con un buen plato de cuchara.

  Cocinemos para nosotros o para la familia y amigos. Rodeados de una buena mesa surgen grandes conversaciones y confesiones. Es un poco lo que ha hecho Barrena en estas páginas. No se ha limitado a reproducir las recetas de estos más de 80 platos, consciente de que hay casi un puchero o cocido por cada comarca española. Barrena introduce en cada receta una curiosidad, una anécdota, parte de la historia u origen del plato mismo o sus ingredientes. Aprendemos así porqué a Cicerón se le asocia con los garbanzos o cómo el cocido montañés fue rebautizado cuando era el popular potaje de berzas cántabro. 

  Historia tiene la olla ferroviaria, ahora que las locomotoras ya no lanzan grandes penachos de humo. Pero el humo de las cocinas de la España de nuestros abuelos, de nuestros padres o las de grandes restaurantes actuales es casi el mismo: tradición, cultura y amor por la buena cocina. Redescubramos las legumbres secas, elijamos platos sin carne de Entre pucheros o vibremos con las historias de Barrena dejando que otros y otras, quizá, cocinen por nosotros. 

  Como sé que sois fans -como yo- de probar el melón antes de comprarlo, por así decirlo, aquí van algunas recetas incluidas en Entre pucheros. “Marmitako” de bonito ,  olla podrida, fabada asturiana,  cocido madrileño, lentejas con codillo, “suquet” de pescadores o gazpacho manchego de caza. Hay amor en este libro, y recetas, y nostalgia, todo bien cocinado para que podamos disfrutarlo largamente, como el tiempo en preparar estos cocidos, ollas, pucheros y demás platos. ¿Gustáis?


  Pepe Barrena (Valladolid, 1956) eligió el mundo de la comunicación para desarrollar sus proyectos e inquietudes, especialmente en lo que concierne a la fusión de la gastronomía con el cine y las bellas artes. Es, además, productor audiovisual, publicista y reputadísimo crítico gastronómico. Creador de los Premios Pil-Pil y del Festival de Cine y Gastronomía Audiovisual Cinegourland. Entre sus obras publicadas están La creatividad en la cocina vasca: los platos que han marcado una década prodigiosa: 1995-2005, Nidos de amor 2004: la guía de los hotelitos románticos de España, Comer de cine o Revolution, un recorrido por los 100 platos más creativos e influyentes de la gastronomía española. Por su labor en el mundo de la comunicación ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de Gastronomía, el Premio Alimentos de España o el Premio Euskadi de Gastronomía. También es miembro de la Food & Film Academy de Bolonia.


  Entre pucheros. Pepe Barrena. Libros Cúpula.

lunes, 12 de septiembre de 2022

Crimen contra Shakespeare. Jesús Torres y Giuseppe Potenza

Tuve claro que quería leer -y jugar- a Crimen contra Shakespeare (Lunwerg), de Jesús Torres y Giuseppe Potenza. Leer y jugar, tal y como suena. Porque este libro-juego es el resultado original y sorprendente de dos artistas expertos en estrategias de gamificación. 

  En el centro de la partida está el bardo más famoso del mundo, William Shakespeare. Lugar: El Londres del siglo XVII. Objetivo: salvar la vida del poeta. Salvarlo… ¿de quién? 

  Ese es uno de los interrogantes. También dónde y cuándo será. El libro nos sumerge ya en las primeras páginas en una taberna londinense, en la Taberna del Oso. Si aceptamos o no la misión de salvar a Shakespeare será nuestra primera misión, ¿somos leales a la causa o no? A través de enigmas, acertijos y decisiones estratégicas apoyadas en códigos QR iremos recorriendo tabernas, iglesias y otros lugares de la ciudad. Habrá personajes que nos ayudarán, pero cuidado, otros no. Os lo digo por experiencia. 

  El tiempo se me pasó volando entre las páginas de Crimen contra Shakespeare. Doy fe que hay que darle a las células grises y que cabe la posibilidad de llegar a uno de los ocho finales previstos… pero, alerta, solo uno es el que salvará la vida del Bardo. Contaremos con una ayuda extra en las páginas finales del libro, pero mi sugerencia es sumergirse y disfrutar de ese recorrido por Londres, eligiendo bien el camino, viviendo los hechos verídicos relacionados con la trama propuesta. La decisión de a dónde ir o con quién hablar en cada paso será determinante. 

  Cojamos lápiz y el móvil y adelante. La aventura nos llama, la vida de William Shakespeare depende de nosotros.  


  Jesús Torres es un actor, autor gaditano, creador de El Aedo Games, sección dedicada a la gamificación de la empresa El Aedo. Destacar entre sus producciones La metamorfosis de Gregor, un espectáculo escrito y dirigido por él, de la compañía El Aedo Teatro. Su obra Puños de harina, recibió en 2019 el Premio Teatro AutorExprés por la Fundación SGAE y en 2020 el Premio Nazario de Mejor Espectáculo del Festival Cultura con Orgullo de Sevilla. 

  Por su parte, Giuseppe Potenza desarrolla su carrera en el marketing internacional, el mundo digital y la educación. Destaca su trabajo en El Aedo Games, que funda para acercar las artes al público joven a través de videojuegos, seriousgames y experiencias gamificadas.


  Crimen contra Shakespeare. Jesús Torres y Giuseppe Potenza. Lunwerg.

Para seguir leyendo y jugando

La mansión del terror. Raúl de Tomás

lunes, 5 de septiembre de 2022

Drogas, fármacos y venenos. David Sucunza

Qué interesante ha sido recalar, este verano, entre las páginas de Drogas, fármacos y venenos (Guadalmazán), de David Sucunza. Pude evocar así recuerdos de mi paso universitario por una carrera de ciencias a la par que disfruté de las singulares historias de este libro. 

  Veinticinco capítulos con títulos sugerentes, como dinteles a narraciones divulgativas, amenas y, más de una, harto curiosas. Porque Sucunza aborda el origen y devenir de productos naturales como el azúcar, la cocaína, la penicilina o la vainillina, entre otros, de una manera rigurosa a la par que entretenida. No en vano el capítulo dedicado al caldo de carne, llamado La cocina más grande del mundo, comienza con un pasaje de Alrededor de la luna, de Jules Verne. En ese “apetitoso” capítulo se cuelan no solo cómo se llegó a comercializar ese producto alimenticio. También dónde lució la primera bombilla eléctrica de Sudamérica o cuál fue el primer regalo promocional de la historia. 

  En el capítulo Cabeza de negro, el autor nos transportará a México; allí, Rusell Marker perseguía un sueño en busca de una planta peculiar. En realidad, buscaba en el reino vegetal una molécula como alternativa a la obtención en el laboratorio de la progesterona. Hallaremos más escenarios repartidos por el globo de la mano de Sucunza para interesarnos por sustancias como el caucho o la quinina, por ejemplo. Estos dos productos fueron claves en el discurrir de la Segunda Guerra Mundial, como también el empleo de los antibióticos, entre ellos, la penicilina. 

  La paternidad de la aspirina aún sigue huérfana, entre comillas, pues no está claro que -mi colega- el alemán Felix Hoffmann fuese su verdadero descubridor científico. Poco o nada sospecharía algunos años después, otro Hofmann, cuando Albert Hofmamm tras experimentar -por descuido-, en su laboratorio, los efectos del LSD lo que esta sustancia, y otras a su rebufo, causarían en la sociedad del siglo XX o nuestros días. 

  La serendipia, el hallazgo fortuito está muy presente en algunas de estas historias; en otras, como bien descubriremos en Drogas, fármacos y venenos, lo estuvo y está la paciente observación. Porque ciertos animales o los hombres del Neolítico ya tomaban algunas sustancias naturales de su entorno llegado el caso. Luego llegó la codicia, el afán de monopolizar la extracción, los cultivos, el comercio o su síntesis generando como resultado la riqueza de unos y la esclavitud o la deforestación en otros. Pero guardemos un agradable recuerdo, avainillado, si queremos hacerle un guiño a este libro, de la esencia de Drogas, fármacos y venenos y de lo que su autor, con buen tino, nos cuenta en él. Os lo recomiendo como medicina para el alma, para estos días de vuelta al colegio, al trabajo, etc. entre las acostumbradas adquisiciones postvacacionales. 


  David Sucunza es doctor en Química y profesor titular de la Universidad de Alcalá. Ha trabajado como docente e investigador en diferentes universidades y centros de investigación de España, EE.UU., Alemania, México y Reino Unido. En el campo de la divulgación científica, ha colaborado en distintos medios de comunicación como Jot Down, Mètode, Naukas, Principia, The Conversation y Diario La Rioja. Ha ganado el II Certamen fecyt de Comunicación Científica en categoría amateur.


  Drogas, fármacos y venenos. David Sucunza. Guadalmazán.