lunes, 29 de abril de 2013

MALETA DE LIBROS ESTARÁ EN LA 48 FERIA DEL LIBRO DE VALENCIA



A pesar de la pertinaz lluvia con la que ha comenzado la 48 Feria del Libro de Valencia, espero contar con vuestro apoyo este miércoles 1 de mayo en el acto programado a las 12,30h.

Maleta de libros estará, como digo, invitado junto con Anika entre libros, Union-web, Lecturalia y Entre farolas a la Mesa Redonda: Blogueros y Webs Literarias en la Sala Museo 1 del Museo de Ciencias.
¿De qué hablaremos? Pues Fausto (de Unión-Web), a quien he conocido hace unos días, ha prometido ‘dar caña’, y con la presencia de Anika (de Anika entre libros), una experta en esto de las webs y blogs literarios, es seguro que será una mesa redonda muy animada e interesante.

Moderará Arantxa Carceller, de Los ojos de Hipatia, la revista digital en la he empezado a colaborar este mes, en el apartado de entrevistas.
Lo dicho, que no os podéis perder esta mesa redonda este miércoles 1 de mayo a las 12,30h en la Sala Museu 1 de la Fira del Llibre (en el Museo de Ciencias, dentro del Jardín de Viveros).


Por Ginés Vera.

jueves, 25 de abril de 2013

Entrevista a ALFONSO DOMINGO: «Es una novela pura a pesar de que descubro un secreto con fechas, lugares y personas reales»


En esta ocasión, he tenido el placer de entrevistar al periodista, documentalista y  escritor, Alfonso Domingo Álvaro por su última novela: ‘El enigma de Tina’. Especialista en información internacional, reportero de guerra, director de  documentales, en su haber figuran más de cien trabajos, algunos  doblemente galardonados, dos novelas premiadas y varios libros de  ensayo, relatos y viaje. En junio de 2011 obtuvo el premio Ateneo de Sevilla de novela por “El  espejo negro”. En la actualidad dirige Argonauta Producciones, una productora de  documentales y sigue escribiendo narrativa.

Ginés Vera: Me ha gustado la cita de Ana Karenina de Tolstoi, la de que todos somos cadáveres vivientes.
Alfonso Domingo: Sí, es una obra muy curiosa de Tolstoi pues salieron unas ediciones que se agotó y no volvieron a reeditarla. Y digo muy curiosa por Tolstoi, porque está basado en un hecho real al que aludo también en la novela. Él no quiso sacar más esa historia de lo que ya lo había hecho, y eso que le habían pedido una obra de dramaturgia para un teatro en Rusia. Les daba largas porque no quería que se supiera precisamente que estaba basado en hechos reales.
A mí me sirve un poco como leit motiv para recordar que la vida es pasajera y muy efímera, el hilo del que pendemos puede ser cortado sin apelación. En el inicio de la novela hay una escena en la que Tina viaja en tren a Alemania con dieciséis años y pensé en eso, en que me daba juego a la hora de poder meter el interés sobre cuál era el destino de Tina, en qué momento el cadáver viviente se convierte en cadáver real.

G.V.: Lo de que a Julián Montes le gusten las novelas policiacas, ¿es un guiño personal?
A.D.: Si, es un guiño personal, pero también es un poco reflejo de lo que pasaba en esa época. A mí me gustó la novela policíaca  Tuve un abuelo que tenía una biblioteca enorme con toda la novela del siglo XIX. Me pude llevar de ella unas cuantas obras y ahí empezó mi interés por la novela policíaca  Estamos hablando de la novela policíaca de esos años que luego se convirtió en novela negra. No sólo estaban Antonio Trent y los demás que se mencionan, también William Faulkner, Agatha Christie, Graham Green, Dashiell Hammet…, una serie de gente que han sido básicos no sólo en la literatura negra sino en la general. La novela para mí era un guiño personal porque yo leí esas novelas, algunas las tengo, y porque reflejaban una época. Pretendidamente eran novelas de disipación pero tenían una gran carga social.
 Lo sorprendente en este caso, es que a un anarquista le gustase este tipo de novela porque era muy popular, muy de calle, pero como Julián Montes ha trabajado de periodista, en sucesos, por eso le ha enganchado esa novela.

¿Cómo se documenta uno para ponerse en la piel de un recluso condenado a muerte en 1939?
Entrevistando a mucha gente que ha estado en esa situación, leyendo todas sus memorias, investigando en los archivos las condenas de muerte; ya desde el nivel documental primario, lo que son los papeles de los archivos, a lo que es la experiencia personal que ha vivido alguien en esa tesitura, y que te dan la medida de lo que era esa situación. Sobre todo el paso de las horas que era lo terrible y lo que yo quería reflejar. En la cárcel no se hacía más que rumiar cómo se había llegado a esa situación, darle vueltas en la cabeza a esa idea: si te condenarían a muerte, si habría reducción de pena; cada cual se hacía sus cábalas. Había muchos más reclusos que espacio, era un ambiente muy asfixiante. Luego llegaban ‘las sacas’ para llevarte al paredón… Era un universo en el que prevalecía el miedo.

Veo en la lista de archivos consultados que no figura San Miguel de los Reyes en Valencia donde arranca la novela.
Porque los que yo investigué aquí en Valencia habían pasado por esa cárcel pero no se habían quedado ahí. Los traslados eran muy frecuentes porque los intentaban agrupar; por ejemplo, los condenados a muerte todos en un mismo grupo. En San Miguel de los Reyes, aparte que no sé dónde estará ahora el archivo, no tuve que buscar porque de los personajes reales que salen en la novela ninguno pasó por San Miguel de los Reyes y no me hizo falta. Es una de las pocas cosas que no he investigado.

¿También ahora necesitamos un poco de espectáculo y diversión necesarios para olvidarnos de los problemas?
Si, el hombre es un animal desfallecido y desfalleciente por sistema. No puede estar en el mismo punto siempre porque el cerebro no lo admite. La gente hace chistes hasta en las situaciones más tremendas, te lo digo porque yo he sido reportero de guerra. La vida está siempre descuadrada, cuando no es la pareja, es la familia o los amigos; siempre hay algo que arreglar. El mismo cerebro busca una válvula de escape. Necesitamos distancia para abordar los problemas y esa distancia nos la da el humor.

Coméntanos algo de la conexión entre Tina de Jarque, El último cuplé y la recientemente desaparecida Sara Montiel.
Ese enlace es Álvaro Retana, fue amigo de Tina, y estaba –en el momento en el que a ella la detienen en Madrid– refugiado en su casa y había hecho muchos cuplés para ella. Álvaro  Retana sufrió también las represalias de la Guerra Civil, fue un hombre muy prolífico con una capacidad de trabajo impresionante. Retama tras la guerra se reivindica a partir de los años ‘60  y ‘70 en la película ‘El último cuplé’. Sara lo pone de guionista de la película y mete todas las canciones de ‘El último cuplé’. Sara le regaló un piso de todo lo que se obtuvo de aquello, estaban mucho más baratos, lógicamente. Esa es la relación, Álvaro era uno de los íntimos amigos de Tina de Jarque.

¿Qué supone para la novela de una parte y para el autor por otra recibir un premio importante, en este caso el del Ateneo Ciudad de Valladolid?
Es el segundo gordo que me dieron en poco tiempo, el otro fue el del Ateneo de Sevilla. Te sirve para mantenerte durante un tiempo sin tener que hacer otra cosa, y supone también una responsabilidad porque tu novela tiene que defenderse bien en el juicio público que es ponerla a la venta. Independientemente que hayan caído las ventas de libros en España un 35% ó 40% tienes que salir ahí a defenderla y a luchar por ella.
Un premio siempre es un reconocimiento. No te puedes basar sólo en los premios tienes que tener una carrera de fondo; los premios a veces complementan, son efímeros, duran un año, luego tienes que seguir manteniendo el mismo nivel.

Alguien puede pensar que esta es otra novela histórica con la Guerra Civil de fondo.
Pues lo puede pensar, pero en realidad la novela descubre, o resuelve, un secreto –o un misterio– que históricamente se había producido y nadie había develado. Pequeñas cosas sí, pero no se había llegado en su totalidad. Es un drama que tiene lugar en la Guerra Civil, La Guerra Civil es causa y consecuencia,  y desde ese punto de vista está basado en ella.
Yo he escrito mucho sobre la Guerra Civil, tanto ensayo como ficción, y es un tema que ya he dejado, pero éste era un misterio que me rondaba desde hacía tiempo, que lo investigué, que tenía que escribir y lo he hecho. No hay grandes historias sobre la Guerra Civil. Podía haber sido otra guerra, podía haber sido otra traición. Se tratan los grandes temas de la condición humana. En una guerra sale todo lo bueno y todo lo malo del ser humano. Hay una serie de elementos desde el punto de vista literario –de las pasiones humanas–, fascinante y ahí está el caldo de cultivo para escribirlo.

De haber podido conocer a Tina de Jarque, ¿qué te hubiera gustado preguntarle como periodista?
Varias cosas. Quién fue su primer amante, aunque yo lo descubro, que me certificara eso. Y luego, que en realidad fue una mujer que quiso ser una mujer normal, tener una vida normal y no pudo hacerlo. Le hubiera preguntado si hubiera abandonado todo por amor –como estuvo a punto de hacer–, porque en el fondo era una mujer que quería tener hijos y una casa normal. Invirtió en una granja de animales en el año 34 porque ella creía que su futuro en el mundo de las vedetes acabaría algún día y tendría que seguir viviendo a pesar de ello. Era una mujer previsora, avanzada, ingenua en otras cosas. Le hubiera peguntado, más que cotilleos, cómo llevaba ese doble empeño de intentar ser mujer, e incluso madre, siendo diva. Esa es la eterna pregunta de las divas de la época. Se debían a su público, tenían amantes muy estrambóticos, pero en el fondo estaban solas. Fueron atropelladas por el éxito, el éxito les impidió desarrollarse de alguna manera como personas.

«Los traidores acaban siempre como tienen que acabar, tarde o temprano», le dice Montes a Eliseo Melis en París.
Si, casi siempre es así. Los traidores acaban siendo traicionados o victimas de su traición tarde o temprano, ya desde la Biblia obtenemos ese mensaje. No todos los traidores acaban así. De alguna manera toda traición implica una culpa, en la sociedad que vivimos, nos lo inculcan así desde la Iglesia. Luego el hecho de que del amor al odio hay un paso y se pasa a veces fácilmente esa frontera y se puede llegar a la traición. ¿Quién no ha sido objeto de una traición?

A la hora de encarar la construcción de una novela histórica, siendo periodista, ¿dónde acaba la crónica y comienza la ficción?
Yo diría que es una novela pura a pesar de que descubro un secreto y doy muchas claves de todo lo que ha pasado, con fechas, lugares y personas reales. Ésta es una historia que tenía que contar en clave de novela policíaca porque no me satisfacía contar lineal. Creo que en el drama intervienen  una cantidad de hechos, desde punto de vista literario, muy atractivos: está el miedo, la traición, están los intereses que tiene todo el mundo en esta vida, está el éxito que se puede convertir en algo en contra de Tina. Hay impunidad también, tanto en la guerra como después de la guerra, de los que tienen la sartén por el mango.

Un nuevo guiño literario de altura cuando Abel Domínguez recuerda haber leído a Einstein y la teoría de la relatividad.
Y es rigurosamente cierto.
Las teorías de la relatividad tienen predicamento dentro los anarquistas, sobre todo a raíz de la vista de Einstein a España –que además se entrevista con uno de los obreros de la CNT en Barcelona en los años ’20–, porque piensan que la ciencia les va a conducir a la liberación tarde o temprano; a los científicos les tienen mucho respeto.
Una de las personas que entrevisté, Antonio Vargas, un anarquista que murió hace dos años y que había convivido con Abel Domínguez, me dio ese dato y me quede alucinado. Me contó que dirigía el coro y leía este tipo de libros. Son ese tipo de cosas que, de repente, te quedas muy sorprendido. Me pareció un elemento literario de primer orden.
Abel Domínguez era muy inquieto, descubro que ha escrito en la revista Blanca, que tiene artículos de todo tipo. Es muy probable que leyera más libros de este tipo como también otros anarquistas de la época. Es el típico dato que tú no te lo inventas si no hay nadie que te lo cuente. 

Por Ginés Vera.

martes, 23 de abril de 2013

SORTEO DÍA DEL LIBRO - MARIO Y EL REFLEJO DE LA LUZ SOBRE LA OSCURIDAD


Desde Maleta de libros queremos unirnos a la fiesta del 23 de abril, día del libro, dando la oportunidad a los seguidores del blog de participar en un sorteo muy especial.

SORTEO DE UN LIBRO DEDICADO Y FIRMADO POR EL AUTOR.
Participar es bien sencillo, sólo tenéis que dejar en el apartado de comentarios de esta entrada:
 El libro reseñado o la entrevista de autor aparecidos en Maleta de libros que más os haya gustado, y
 vuestro nombre o el de vuestro blog (para poder contactar en caso de ganar el concurso).
El PREMIO:
El libro ‘MARIO Y EL REFLEJO DE LA LUZ SOBRE LA OSCURIDAD’, del escritor  VICTOR J. MAICAS, firmado y dedicado especialmente como ganador/a del sorteo de Maleta de libros.
“Roberto, un joven e idealista periodista, sufre en sus propias carnes las consecuencias de la nueva censura del siglo XXI: la manipulación informativa. Es despedido y acosado y, cuando ya está al límite de sus fuerzas, aparece Mario, un famoso y respetado reportero de 65 años que no sólo lo sacará del ostracismo, sino que provocará que la vida de Roberto dé un giro de 180 grados.
Esta historia transcurre durante los meses de mayo y junio de 2011 de forma paralela a la irrupción del movimiento 15-M, el cual influye de manera decisiva en el comportamiento del protagonista al sentir éste reforzada su rebeldía.”

PLAZO:
Tenéis para participar hasta el próximo 15 de mayo (inclusive). HEMOS AMPLIADO EL PLAZO!!!

domingo, 21 de abril de 2013

Entrevista, LUCÍA SABATER: « Todos los personajes tienen una parte de mí».


Lucía Sabater es Licenciada en Historia Medieval, pero sobre todo, es escritora. Ha dado el difícil salto de sacar 'del cajón' una de sus novelas para compartirla con el público. En 'Voto de silencio' se conjugan dos épocas cronológicas bien marcadas, la medieval y la contemporánea.
Narrada en un tono irónico, 'Voto de silencio' es una sucesión de intriga y acción, a la vez que profundiza en la psicología de los personajes y sus limitaciones.

Esta es la entrevista que mantuvimos con motivo de la presentación en Valencia.

¿Qué destacarías de la vida de Isabel de Villena como mujer, en su contexto histórico, y que la ha hecho merecedora del protagonismo en tu novela?

Destacaría su valentía e inteligencia. Pero lo que la ha hecho merecedora de ser mi protagonista es que, dada la época en la que nació, 1430, defendiera el papel de la mujer en el mundo y en especial en la Iglesia, jugándose la vida con eso, y que aún así se la tenía en consideración como erudita que era.

No debe haber sido fácil documentarse para ubicar la parte histórica si hablamos del siglo XV, intuyo que te habrá ayudado que seas Licenciada en Historia Medieval.

Haber estudiado Historia Medieval no significa que me sepa la historia como un papagayo, pero sí he aprendido a ir a las fuentes, saber dónde hay que buscar.

¿Por qué escogiste El Real Monasterio de la Trinidad de Valencia y qué nos puedes decir de su biblioteca que cela, según tengo entendido, la orden religiosa que allí vive?

Lo escogí de casualidad. Investigaba construcciones antiguas en Valencia, casas, palacios, lo que fuera, y apareció el monasterio. Cuando leí sobre lo que allí se coció, me dije que me debía dejar de tonterías y dedicarme en exclusiva a sus muros.

La biblioteca aún le daba más misterio, tiene volúmenes que nadie ha leído, bibliotecas enteras de grandes personajes de la época que las donaban a la abadesa Isabel de Villena, por lo que se quedaban en el Monasterio de la Trinidad, y lo peor es que no se puede entrar.

El personaje de Cristina Vidal es tan humano que podemos encontrárnosla en Valencia o en cualquier ciudad, con sus conflictos y anhelos contemporáneos,  pero si tuvieras que describírnosla en un breve trazo, sería…

Una mujer perdida que da tumbos para encontrarse.

¿Qué parte de Lucía Sabater se ha quedado en Cristina Vidal? Dicen que la primera novela, y esta lo es al menos en cuanto a su publicación, es la más autobiográfica.

Todos los personajes tienen una parte de mí. En cuanto a Cristina, creo que se lleva mi  agujero en el estomago.

Un detalle que me ha llamado la atención, lo comentaba con Jorge Molist, es la decisión de algunos autores de indicarle al lector ciertos detalles que puedan escapársele, en tu caso con notas a pie en Voto de silencio, no lanzándole a que busque en diccionarios o internet lo que no sabe.

¿Para qué dejar al lector con dudas si la propia novela lo puede explicar? En una primera escritura yo lo pongo en el mismo texto, luego voy limpiando, y lo que se hace muy explicativo lo dejo a pie de página por si a alguien le interesa.

¿Qué esperas de los lectores con esta primera novela, qué compromiso adquieres tú misma como lectora cuando apuestas al adquirir una obra de un autor/a poco conocido?

Lo único que espero es que me lean, que ya es bastante para un escritor novel, y si disfrutan con la lectura yo encantada.
Como lectora me gustan los libros bien escritos, y si no es así, como ocurre mucho, pues que me sorprendan con algo de lo que dicen.

El libro comienza con el olfato y no diré que acaba en el estómago, pero sí te preguntaría si sabrías preparar un cebiche de pescado con esa salsa de ajo a lo sor Agripina. Te dejo que ilustres en este guiño culinario al lector más hambriento.

El cebiche peruano es pescado o marisco crudo y con él se hace la leche de tigre, que es el jugo que suelta al macerar el pescado con lima, ají, cebolla, cilantro, sal y pimienta. Todo esto junto con unos granos de maíz  está de muerte, lo recomiendo.

Cuál es tu siguiente proyecto literario más allá del merecido tiempo de reposo, no sé si en un convento, tras este Voto de silencio.

El siguiente proyecto lo empecé a la vez que éste, pero lo dejé apartado cuando ‘Voto de silencio’ me absorbió por completo. Se trata de una novela negra, un matón hablando en primera persona.

Muchas gracias y mucha suerte, Lucía.

Podéis saber más sobre Voto de silencio y Lucía Sabater en www.luciasabater.com


Por Ginés Vera.

jueves, 18 de abril de 2013

Presentación de la 48 FERIA DEL LIBRO DE VALENCIA



Arranca la 48 Fira del Llibre de Valencia con la presentación oficial para los medios en la sede del Gremi de Llibrers de Valencia.

Este año 2013 se celebrará la 48 edición de la Fira del Llibre de Valencia a pesar de que la anterior fuera la número 44. El actual presidente del Gremi de Llibrers de Valencia, David Cases, aclaró que ello se debía gracias a un lector que había descubierto que la Fira era cuatro años más longeva de lo que se creía. El rastro se habría perdido en los años 80, según el estudio de investigación realizado por Arturo Cervellera.

Respecto al número de participantes en la actual edición con respecto a la anterior, Cases aseguró estar contento de las cifras, a pesar de la crisis, ya se mantenían las 47 librerías y las 70 casetas repartidas en la actual ubicación del Jardíns de Vivers.

Destacó, así mismo, la importancia de la Fira del Llibre de Valencia  –la segunda a nivel nacional después de la de Madrid–, con una afluencia de público estimada en cuatrocientas mil personas.

Diversos actos conmemorativos, entre ellos un recital poético el dia 5 de mayo, girarán en torno a la obra del poeta Vicente Andrés Estellés, a quien está dedicada la 48 edición de la Fira.

«Un año más, la Fira es un motivo de fiesta, la fiesta del libro, a pesar de los malos momentos para la cultura y en especial para la cultura del libro», intervino Jesús Figuerola, presidente de la Associació d'Editors del País Valencià, quien lanzó una doble propuesta. De una parte que la presente edición sea una llamada al público promoviendo que los libros se compren en las librerías «por obvio que nos parezca –aseguró– que es donde se venden los libros, no tanto en los grandes centros comerciales donde están mezclados con electrodomésticos». De otra, continuó Figuerola: «hacer una denuncia, una reclamación para que se ponga en marcha un verdadero Plan Nacional de Lectura en nuestro país; –un Plan Nacional de Lectura, matizó–: que protegiese a la lectura y se incentivase desde las librerías».

Apoyó la frase de la Consellera de Educación y Cultura al afirmar que: «a mayor tiempo dedicado a la lectura, mayor rendimiento académico de los estudiantes». Figuerola añadió que: «la lectura es la mejor manera de atajar el fracaso escolar».

El vicepresidente de la Asociación Profesional de Ilustradores de Valencia (APIV), Miguel Cruz, expuso que en la Fira de este año habrá talleres de animación lectora y que la exposición de la asociación profesional de ilustradores, se presenta bajo el lema: ‘Oficios extraordinarios’. «La exposición plantea una mirada irónica, cruda y divertida de la realidad existente –afirmó Cruz–. Hay una ventanita, una gatera donde asomarse y son los libros».

Elias Taño, el ilustrador encargado del cartel oficial de la presente edición comentó de su obra que: «ha sido un trabajo agradecido. El icono utilizado es una persona anónima que corre hacia el futuro con un libro como parapeto. La cultura nos protege de la que está cayendo».

Jesús Figuerola lanzó una interesante reflexión al poner de relieve que al igual que en los medios televisivos se dedica un día, los viernes, a comentar los estrenos de cine cara al fin de semana, también se de esa oportunidad semanal para promover las novedades editoriales y la lectura en general.

Entre las muchas y diversas actividades previstas del 25 de abril al 5 de mayo destacar un homenaje a Luis Cernuda el martes 30 o la firma de libros por parte de una larga lista de autores. Alicia Gimenez Barlett, Angeles Caso, María Dueñas, Mara Torres o Lorenzo Silva, además de los valencianos: Carmen Amoraga, Laura Gallego, Carlos Marzal, Ferran Torrent o Rafael Chirbes.

MALETA DE LIBROS estará presente en la 48 Fira del Llibre de Valencia, concretamente el día 1 de mayo a las 12.30h en una mesa de debate sobre blogs y webs literarios.

Para los más pequeños también estarán firmando libros Peppa Pig o Gerónimo Stylton. 

miércoles, 17 de abril de 2013

MEMORIA DE MIS PUTAS TRISTES, de Gabriel García Márquez.


El amigo que me ha dejado este libro me preguntó si no me sentía, en parte, identificado con el protagonista de ‘Memoria de mis putas tristes’. 

   Hice un gesto ambiguo con la cabeza pues, no sólo no tengo la edad de éste  –el tema de la edad es parte de la esencia de la historia–, sino que además, nunca he mantenido relaciones con ninguna mujer ‘de vida alegre’. Y utilizo este tópico para referirme a las meretrices a modo de guiño, con el más hondo respeto a las mujeres en general y a las que aparecen en el libro en particular.

   Indiscutible la orfebrería literaria desplegada en las cien páginas por don Gabriel García Márquez; una  nouvelle sublime, poética y de un tono excepcional. Como también el lenguaje, las descripciones de los personajes y los espacios que llegan –casi– a convertirse en personajes, con el permiso del ‘sabio’ protagonista.
   
   No hay un ‘pero’, aunque veladamente se me quedó una reflexión haciéndome cosquillas en el fondo del paladar. La historia hay que leerla y comprenderla en su contexto histórico, aún en su ficción histórica temporal, y con ello me refiero tanto a las costumbres sociales, como a esos modos del nonagenario y las mujeres que hilvanan la historia de amor sobre las que giran estas ‘memorias’. Un amor tardío salpicado de confidencias: como el número de meretrices con las que se había acostado el protagonista hasta la cincuentena, o la de esos amores que pudieron ser y no fueron. Las mujeres que entran y salen de esta historia, han de acatar esa condición, esas normas sociales de la época con lo que el protagonista es doblemente protagonista.

   Los más críticos –con mi 'visión' de esta novela, quiero decir–, los más acérrimos seguidores de la obra de don Gabo, me dirán que no tengo ni idea, que me columpio en un estereotipo, en un sinsentido, pues, al ubicar a los personajes en una determinada época se atiende a todo ello. Y no les quito ni un ápice de razón. Toda la razón; mas, me sigue pareciendo una novela excelente que bajo un plano profundo pone de relieve el papel secundario de la mujer en la sociedad machista del siglo pasado… De la de este siglo hablamos otro día.

   Que no se me olvide, recomiendo leer la novela, esta ‘Memoria de mis putas tristes’, incontestablemente.

   A los que además de leer escriban, que se fijen en el uso de los diálogos y sus signos de puntuación.

Por Ginés Vera.

domingo, 14 de abril de 2013

SANGRE A BORBOTONES, de Rafael Reig.

    ¿Recordáis aquella serie de los años 80 llamada Mike Hammer?
Su protagonista era un detective privado con sombrero tipo fedora que cuando se cruzaba con alguna fémina de buen ver lanzaba aquello de “tomaré nota”. Una muletilla socarrona que yo esperaba con gran expectación en cada capítulo. Me hacía gracia, mucha gracia. A veces los tíos somos así de simples. De hecho somos así bastante a menudo. Y en la edad del pavo lo somos la mayoría del tiempo. Es por entonces cuando más me divertían las historias de detectives, en series, libros, películas,… ¿Qué chaval no ha jugado a ser detective? Pero no cualquier detective, queríamos ser ese detective solitario, burlón, fuera de la ley, normalmente con problemas con la justicia y al que habían echado del cuerpo de policía. Alguien sin suerte, es cierto, pero con principios inquebrantables, por lo menos hasta que los quebrantaba. Un tipo duro capaz de enfrentarse a cualquier matón, por grande que fuera, y de salvar el pellejo en las situaciones más comprometidas, por muy cerca que silbaran las balas. Al final siempre se complicaba la cosa y había que plantar cara a algún pez gordo y salir del paso de algún que otro lío de faldas. Las mujeres de curvas explosivas es uno de los leitmotivs de las historias de detectives, como lo es la petaca de bourbon a la que el protagonista se abandona mientras da rienda suelta a sus reflexiones sobre lo humano y lo divino. Porque eso sí, bajo esa apariencia ruda hay un tío sensible, desaliñado y con un concepto de la limpieza digamos que propio, pero con sentimientos. Y listo, sobre todo a la hora de hacernos reír. ¿Qué por qué cuento todo esto? Porque todo eso es Sangre a borbotones, de Rafael Reig.

   Carlos Clot, el detective privado de Sangre a borbotones, no es Mike Hammer, no vive en Nueva York, sino en Madrid. Tampoco dice “tomaré nota”, sino “no digo más”. Y en vez de llevar una botella de Jack Daniels en una bolsa de papel, guarda su Loch Lomond en un archivador, en la I de «imprescindible, inevitable, inabarcable, inconsolable e irrevocable».

   Otra diferencia, y ésta definitivamente singular, es que Sangre a borbotones está ambientada en un futuro no muy lejano en el cual se ha acabado el petróleo, el inglés es obligatorio, las alteraciones genéticas son práctica común y han inundado Madrid para convertirla en una ciudad navegable, con el Canal Castellana como principal vía de comunicación fluvial entre el centro y el resto de la península.

   Y ahí no queda eso, porque animado por el marco de la ciencia ficción, el autor entra directamente en el terreno de lo fantástico, con propuestas a cuál más delirante, e hilarante, como que los personajes de una novela de vaqueros adquieran vida propia, ellos y sus caballos. No digo más, como añadiría Carlos Clot.

   Lástima que con tanto disparate se pase más de una vez de la raya. Además, la novela llega un momento que va perdiendo fuelle. Nuestro antihéroe, Carlos Clot, no puede presumir de buen fondo físico, y la novela tampoco. A sus páginas les entra el flato, se les hace larga la distancia y buscan desesperadamente el final.

   Con todo y con eso, se merecen ser recibidas con el envolvente saxo del tema Harlem nocturne, con el que Mike Hammer se despedía hasta el próximo capítulo. Justo antes, Hammer solía hacer un gesto que me voy a permitir imitar ahora. Voy a encenderme un cigarrillo, subir las solapas de mi gabardina, y concluir diciendo: Buen trabajo, Reig, chico, has tenido un par de ideas felices y me has hecho reír a borbotones. Tomaré nota.

Por Ricardo Guadalupe.

jueves, 11 de abril de 2013

Entrevista a JORGE MOLIST: "La escritura para mí es un ejercicio de comunicación."

Esta semana he tenido la oportunidad de conocer y entrevistar a Jorge Molist. Acaba de sacar su última novela, un novelón de casi 700 páginas, titulado ‘Tiempo de cenizas’. La novela tiene que ver con libros, con una época de esplendor de España, allá por el Renacimiento, y con una familia valenciana de entonces con muy mala prensa: los Borgia. También aparece el carismático Maquiavelo y no os cuento más porque espero que os acerquéis a la novela y os la leáis.
Jorge Molist me evoca un poco  –en la foto de la solapa de ‘Tiempo de cenizas’–  al gran Edgar Allan Poe, algo que obviamente no le dije, como tampoco que tenía curiosidad por conocerle desde hace años, a raíz de una novela suya titulada ‘El anillo’. Y es que una de mis primeras novelas, o intentos de novela, tenía una trama parecida, aunque os aseguro que no me la leí.
Está en un cajón  –la mía, me refiero–  olvidada por este motivo.
Mientras nos sentábamos y preparaba la grabadora rompimos el hielo con el tuteo informal y los típicos comentarios sobre el tiempo. Supe que había vivido en Valencia años atrás y me sorprendió también gratamente al confesarme que notaba que la ciudad ya empezaba a oler a azahar. Con esa complicidad me resultó mucho más cómodo asaltarle con unas preguntas que os dejo sin más preámbulos.

Ginés Vera: Entre los grandes temas que se tratan en Tiempo de cenizas destacaría el de que la política nos gobierna queramos o no.
Jorge Molist: Si realmente la política nos gobierna y el poder de la política. Estamos sometidos a ella, ahora en democracia a los políticos los elegimos en las urnas aunque terminemos sufriendo cosas que no nos gustaría sufrir.

G.V.: ¿Dónde ha quedado en nuestros días el honor y la lealtad de antaño?
J. M.: Yo creo que sí que queda, pero estamos hablando en Tiempos de cenizas de hace 500 años. Creo que en estos 500 años el ser humano no ha cambiado tanto, aunque afortunadamente ya no se descuartiza a la gente en la calle como espectáculo, ni se la quema en hogueras.

G.V.: Tras leer en la novela, no parece hacer justicia el adjetivo maquiavélico a las artes de Niccolo de Machiavelli.
J. M.: Pues no, no le hace justicia, igual que al papa Alejandro VI; la historia les ha tratado mal. Niccolo de Machiavelli era un filosofo, un patriota florentino y un diplomático; tuvo la audacia de escribir en ‘El príncipe’ –escribir y describir– las practicas del poder de su época y evaluar cuales funcionaban y cuáles no funcionaban, y a partir de ahí se produjo el escándalo. Él lo único que hizo fue eso, describir lo que estaban haciendo los poderosos. Si leemos ‘El príncipe’ con los comentarios de Napoleón, el emperador le consideraba en algunos casos demasiado moralista. Maquiavelo en su vida era bastante vividor, le gustaba el alcohol, las mujeres y tenía un gran sentido del humor... Es un tipo que a mi particularmente me cae simpático.

G.V.: ¿Hay algún Maquiavelo moderno?
J. M.: Hay demasiados ‘maquiavelos’. Él decía en ‘El príncipe’ que si mientes siempre habrá quien se lo crea, y estamos viendo hoy en día que hay demasiadas mentiras y nos las hemos creído.

G.V.: La azcona, el coselete o la barbacana se explican brevemente en el libro, quizá para acercar la realidad de la época al lector actual.
J. M.: Yo creo que es muy importante que la narración fluya con rapidez y que el lector no tenga que ir al diccionario a buscarlo, que se entienda por el contexto. No puedes evitar ciertas situaciones, paisajes, objetos que hoy en día son anacrónicos y hay que explicarlos un poquito.

G.V.: Algunos autores no suelen llegar a ese extremo, lo dejan ahí, que sea el propio lector el que acuda al diccionario o internet.
J. M.: Sí, pero es un enfoque; considero que la lectura debe ser un ejercicio de placer, y si yo puedo dar indicaciones y no tienen que ir al diccionario mejor, porque terminan sabiéndolo igualmente.

G.V.: Bertomeu habla de ‘mantener una pequeña luz en medio de esta gran oscuridad gracias a los libros’.
J. M.: Los libros son un vector de la novela; los libros, el saber, es un factor de libertad. Ahora tenemos internet, pero los libros eran el internet en su momento, los libros impresos, que eran un objeto muy caro.

G.V.: ‘Hay muchas formas de esclavitud y muchas de libertad’ dice un personaje, un esclavo.
J. M.: Si, aparece un personaje paradójico en la novela, Abdalá, y que lo menciona un par de veces. El protagonista piensa que el esclavo es más libre que los hombres libres.
La esclavitud es algo subjetivo, es algo a lo que aspiras. Si estás encerrado en la cárcel, salir de la cárcel es la libertad; si estás fuera, libertad es irse a otro lado. En otros casos es expresar todas mis ideas; hay distintos tipos de libertad conforme vas alcanzando grados de libertad.

G.V.: Pero el protagonista le dice a su esposa: “De nada me sirve la libertad si no os tengo”.
J. M.: Eso es cierto, el ser humano persigue antes la felicidad que la libertad.

G.V.: ¿Qué ha sido lo más trabajoso a la hora de escribir esta novela?
J. M.: Yo creo que ha sido corregirla. Y encajar la trama según iba escribiendo para que cuadraran las cosas. La escritura para mí es un ejercicio de comunicación, si no llega al lector, a la persona, ha fracasado. Por muy literario que sea, has fracasado. Para mí lo más dificultoso es la corrección, partir de ‘eso’ que has parido, hacerlo agradable para alguien; requiere un mayor arte y un mayor esfuerzo.

G.V.: Hoy en día, ¿es más fácil publicar que vender? Porque han irrumpido últimamente en el mercado un buen numero de editoriales, sobre todo de coedición y autoedición.
J. M.: A veces publicar es bastante difícil, en estos tiempos que corren más, no es tan fácil. Es una combinación, porque si has publicado y no vendes no vuelves a publicar. Tienes que empezar publicando que ya tiene su dificultad. Es importante publicar y también es importante vender, porque si no, nadie apuesta por ti.

Muchas gracias y mucha suerte, Jorge.

Por Ginés J. Vera.

jueves, 4 de abril de 2013

CRÓNICAS DEL MIEDO Antología de relatos de terror.

De pequeños bastaba que nos dijeran que no hiciéramos algo para que nos entraran unas ganas terribles de hacerlo, como si nos tentara el peligro. Las puertas cerradas o prohibidas nos atraían más que las abiertas, aunque no estuviéramos preparados para descubrir lo que ocultaban. Queríamos ser mayores. Igual que luego de mayores queremos volver a ser niños. Queríamos cruzar el umbral del miedo para vivir aventuras. Igual que ahora de mayores preferimos las historias de terror a más de una historia de la vida real.

Crónicas del miedo satisface nuestra sed de fantasía y nos tienta a cruzar una vez más la puerta. Es una casa encantada en la que se recrean nuestras pesadillas infantiles, aquellas que no nos dejaban dormir y que hoy buscamos para no dejar de soñar.

Vampiros, demonios, espíritus y demás seres de ultratumba habitan las páginas del libro para cobrar vida con nuestras lecturas. Recorriendo sus relatos entraremos y saldremos, a veces huyendo, de cuartos oscuros y pozos abisales. Experimentaremos viajes astrales, la hipnosis regresiva y otros fenómenos paranormales que descodifican las paredes de lo conocido para abrirnos al mundo de lo desconocido.

Detrás de esos relatos hay quince autores entre los que cabe destacar la fuerza narrativa de Miriam Alonso, así como la técnica de Ginés Vera, que en “El leproso” nos transporta a la sombría Edad Media para contarnos la leyenda del cuervo rojo plateado. O “La casa” de May Lloret Barberá, título que bien podría haber dado nombre al libro, ya que la mayoría de las historias transcurren en el espacio cerrado por cuatro paredes. Un espacio en el que el lector puede quedarse atrapado aunque acabe el libro.

La recaudación por la venta de Crónicas del miedo irá destinada íntegramente al proyecto ‘Sacs Solidaris’, del Col.lectiu Soterranya, que provee de sacos de dormir a personas sin hogar en Valencia.

Ahora mira la portada del libro, una ilustración de Anaïs Gálvez. Si lo has hecho ya no hay vuelta atrás, ¿quién puede resistirse a una puerta entreabierta?


Por Ricardo Guadalupe.

Nota: en este libro, Crónicas del miedo, participamos tres de los cuatro colaboradores del blog Maleta de libros, Ricardo Guadalupe por ser el cuarto, se ha ofrecido a reseñarlo de forma imparcial.

lunes, 1 de abril de 2013

EL CURIOSO INCIDENTE DEL PERRO A MEDIANOCHE, de MARK HADDON.

Esta novela es una de las lecturas que más me ha sorprendido en los últimos tiempos.  Es a la vez una novela de misterio, de viaje y de descubrimientos personales. El lenguaje es forzosamente sencillo. La historia está narrada en primera persona por un adolescente de quince años muy especial.  Se presenta como: “Christopher John Francis Bonne. Me sé todos los países del mundo y sus capitales y todos los números primos hasta el 7.507.” Para continuar contándonos las dificultades que encuentra para relacionarse con los demás. Mediante el uso de imágenes simples nos explica que no entiende las expresiones faciales más allá de alegría y tristeza y su resolución de preguntar directamente que quieren decir cuando no las entiende o marcharse.
La historia comienza cuando Christopher, en uno de sus habituales paseos nocturnos descubre a Wellington el perro de su vecina muerto en el jardín de está y atravesado por un horcón.  A partir  de ahí, decidirá investigar el incidente y escribir una novela policiaca.  Admirador de Sherlock Holmes, encontrará más dificultades que este último en su tarea, teniendo en cuenta que no le gusta hablar con extraños, que no soporta que lo toquen y que no alcanza a entender las frases hechas, los sarcasmos o las ironías.
El autor consigue que nos enamoremos de este chico que con todas sus dificultades, sabe lo que quiere y se esfuerza por lograrlo. De paso nos da otra visión del mundo. Christopher no pretende juzgarnos, pero a través de su mirada, de su extrañeza y su incomprensión ante situaciones y hechos que los demás damos por normales, nos hará reflexionar.
Una novela muy interesante para cualquier lector, la historia y el personaje enganchan, la recomendaría muy especialmente a los escritores que se asomen a esta página. Ver como las características del personaje definen el estilo y el lenguaje y como desde su mundo limitado, siempre en ese difícil narrador que es la primera persona nos conduce a un ejercicio de “extrañeza”, de observar con otra luz hechos cotidianos que se convierten en extraordinarios.
Mark Haddon nació en Northampton, Inglaterra en 1963. Ilustrador, pintor, poeta y profesor de escritura creativa.  Después de licenciarse Literatura Inglesa en la universidad de Oxford, trabajó con personas con deficiencias físicas y mentales, experiencia que se refleja en esta novela, la primera, ganadora del premio Whitbread y el Commonwealth. Ha sido guionista para la televisión y actualmente da clases de literatura creativa en la Universidad de Oxford y en la fundación Arvon.
Su última novela se titula Un pequeño inconveniente y ya estoy buscándola para leerla.
Para los que saben inglés tiene su lugar en internet: http://www.markhaddon.com/
Por May