Reanudo la sección de entrevistas tras el paréntesis vacacional con una muy especial. El escritor Santiago Eximeno ha ganado recientemente el II Concurso Literario Manuel V. Segarra Berenguer, con su relato «Sonríe».
Santiago Eiximeno me concedió una entrevista hace unos años, para la revista La Gonzo Magazine en la que sigo colaborando en su edición web.
Como digo, para mí es muy especial compartir hoy aquí esta entrevista que me concediera ya que con ella quiero felicitarle por su flamante galardón. Y, de paso, felicitar también a una de mis exalumnas de mis talleres de escritura que ha quedado finalista con su relato 'El libro'. Ambos aparecen con sus respectivos relatos en la publicación '34 píldoras narrativas contra el aburrimiento', editado este año por Letradepalo.
Enhorabuena y muchos éxitos a ambos.
Santiago Eximeno (Madrid, 1973) ha publicado novelas, libros de relatos y numerosos relatos en
diferentes que han sido incluidos en antologías y revistas. Traducido a varios idiomas, ha ganado
varios premios, entre ellos cuatro veces el Premio Ignotus, concedido por la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror (AEFCFT), por sus relatos y antologías.
Autor de novela pero también de microrrelato. Casi parece incompatible o al menos algún novelista (así lo han manifestado públicamente) se siente aún incómodo con este género pigmeo, ¿Novelista, microrrelatista o ambas cosa y por qué?
Escritor. No veo incompatibilidad entre ambos géneros, aunque soy consciente de que son antagónicos. El ejercicio de síntesis y precisión que requiere la ficción mínima se desdibuja por completo en la novela. Si tuviera que quedarme con un género como autor, probablemente me quedaría con el relato. Es donde me encuentro más cómodo y el que considero más interesante como lector. No por su brevedad, sino por la complicidad que exige con el autor, ya que en los textos breves estamos ante una obra abierta, que implica al lector para que la complete y le dé sentido. Como autor cuando abordo una novela soy más rígido, más distante con el receptor.
Con varios premios Ignotus en tu haber concedidos por la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror, me pregunto si este género (o géneros) son el revulsivo necesario frente a tanta novela histórica… Templarios, Griales y Guerra Civil Española incluida.
Depende de a qué nos estemos refiriendo. Si hablamos de ventas hay que asumir que los géneros fantásticos, dentro de la literatura, son minoritarios salvo excepciones. El público que disfruta viendo cine de ciencia ficción no suele luego buscar esa misma sensación en la literatura. Sin embargo sí creo que ahora mismo la ciencia ficción está viviendo un momento dulce, con grandísimos autores, como Murakami o McCarthy, tratando temas del género sin complejos. El terror siempre está ahí, con
nombres consagrados como Stephen King y con otros autores menos conocidos en las listas de ventas, como Jack Ketchum, pero que están creando obras maestras. Estos géneros tienen espacio y público fiel, pero no tan numeroso como el aficionado a la histórica o a la romántica,
y veo difícil que cambie.
Para este año además de la novela Umbría presentas junto a Pedro Belushi un juego de mesa: Invasión.
No sé si saldrá este año o en 2012, pero sí, diseñar juegos de mesa es otra de mis pasiones. De hecho estoy ahora mismo embarcado en un proyecto de diseño que me tiene absorbido. Invasión es un juego de mesa de los denominados entre los aficionados ameritrash con ciertos toques de Eurogame que ganó el concurso de diseño de juegos que Edge Entertainment montó hace unos años. Es un juego de género fantástico con monstruos gigantes al estilo de las películas americanas de Serie B de los años 50 del que estamos muy orgullosos y espero que pronto podamos verlo producido.
Vivir exclusivamente de la literatura es un
lujo al alcance de muy pocos, ¿la realidad se
impone en estos tiempos de mileurismo,
crisis financiera, etc.?
Es un tema recurrente que suelo hablar con otros
autores en foros de Internet y en tertulias. No
todos los autores desean vivir de la literatura. En
mi caso plantearlo exigiría ciertas servidumbres
y ciertos compromisos que no estoy dispuesto a
admitir. No me veo escribiendo una novela al
año, no me veo escribiendo sobre un tema de
actualidad solo para poder vender mi libro.
Prefiero trabajar en los temas que me interesan
y publicar, si es necesario, en editoriales más
pequeñas pero que tratan el libro de forma más
cercana, con un contacto más directo entre
editor y autor. Evidentemente tengo un trabajo
que no me disgusta, si viviera otra situación
quizá si tuviera que planteármelo.
Buceando en tu blog no hace falta
preguntar qué opinas sobre los libros
digitales y las descargas de libros en
internet. ¿Literatura libre al alcance de
todos? ¿Dónde está el límite de la Propiedad
Intelectual?
Sí, soy un defensor de las licencias Creative
Commons y de la cultura libre. También de la
Propiedad Intelectual, pero no creo en una
relación económica directa entre escribir y
publicar una obra. No todo lo que escribo tiene
una salida comercial o resulta interesante para
una editorial, por lo que lo más lógico es buscar
salidas alternativas al texto que me permita
llegar a lectores interesados en lo que escribo.
Además veo muy interesante ofrecer el libro en
formato electrónico de forma gratuita o a un
precio simbólico y dejar el libro en papel para el
lector que quiera y pueda pagarlo. Por ejemplo
con mi novela Condenados he buscado una
financiación alternativa mediante crowdfunding
y después he liberado el libro en Internet para
que cualquiera pueda descargarlo. Creo que es
una experiencia magnífica que tengo que repetir
en el futuro.
¿Quién decide si se llevan los vampiros, los
zombis, los ángeles o las adolescentes
pirómanas, las grandes editoriales o el
público?
Es difícil saber cuáles son los titiriteros que
mueven los hilos tras las tendencias, pero está
claro que la publicidad y las obras que surgen a
rebufo de un éxito cinematográfico condicionan
el mercado. Véase por ejemplo el boom de
literatura zombi tras su resurrección en los cines
con 28 Días Después o en los videojuegos con
Resident Evil. El público me temo que se limita
a disfrutar de la avalancha de títulos que tocan
los temas que les interesan, pero eso sí, son ellos
los que deciden cuándo ha terminado la
tendencia al dejar de comprar las obras.
Volviendo al tema de los premios literarios
además de participar (y ganar) también has
sido jurado en algunos.
¿Cuál es tu
experiencia y por qué los hay con tan mala
prensa entre muchos participantes y otros
que no se atreven?
A mí me encanta concursar de vez en cuando,
pero no me engaño. Muchos concursos están
dados de antemano. No hace falta decir
nombres, todos sabemos cuáles son. Es triste
pensar que hay gente que participa en ellos con
la esperanza de ganar. A mí los concursos me
atraen tanto por la parte económica como por la
exigencia de participar en unos plazos y unos
formatos concretos. Como jurado he descubierto
que la famosa ley de Sturgeon es cierta: apenas
un diez por ciento de los textos recibidos son
válidos. Muchos ni siquiera respetan las bases, lo
que me resulta sorprendente.
Ha sido presidente de la Asociación
Española de Escritores de Terror (NOCTE),
¿cuéntanos qué fines persigue la asociación
y si se hace una fiesta especial para Todos
los Santos?
Tendríamos que haber celebrado fiestas en días
señalados, sí. NOCTE siempre ha perseguido la normalización
del género de terror escrito por autores
españoles. La mayor parte de ellos publican en
editoriales minoritarias y no conocen el trabajo
de otros autores. Es muy distinto al típico
asociacionismo americano. Intentábamos en
España lograr algo similar: autores trabajando en
equipo, compartiendo espacio, creciendo junto a
sus colegas. Me temo que mi presidencia fue
breve y no logramos lo que queríamos, quizá
éramos demasiado ambiciosos. Ahora la
asociación está en muy buenas manos y no dudo
que poco a poco avanzarán en esa
normalización.
¿La literatura de terror vende porque el ser
humano es morboso y gusta de las
impresiones al límite?
Sí, una parte de nosotros está dominada por la
morbosidad y se siente atraída por lo oscuro, por
lo excesivo, por lo prohibido. Ese es un lector de
género clásico y yo comparto algunas de esas
características.
Como autor sin embargo lo que busco en muchas
ocasiones es reflexionar sobre los temas que me
obsesionan (la nostalgia, la melancolía, la
soledad, etc.) y la mejor forma de hacerlo es en
un marco de horror. Esa reflexión también tiene
su público, ya que muchos de nosotros
queremos hablar de ello, tratar de entender por
qué esos sentimientos muchas veces dominan
nuestra vida y nos condicionan.
De terror o de cualquier otro género, ficción
o no ficción, recomiéndanos un par de libros
más allá de los superventas y las corrientes
de moda.
Uno de los libros que más he disfrutado en los
últimos años ha sido “Mujer abrazada a un
cuervo”, de Ismael Martínez Biurrun y publicado
por Salto de Página. Es difícil etiquetarlo, pero
sin duda es un libro oscuro y perturbador. Y el
libro de relatos de Paolo Bacigalupi, “Pump six
and other stories”, es sin duda la mejor antología
de ciencia-ficción de los últimos años. Su novela
“La chica mecánica” ha sido traducida al
castellano y espero que algún editor valiente
haga lo mismo con su libro de relatos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario