viernes, 29 de septiembre de 2017

Va por ti, José Manuel

Ayer, por esos misterios de Internet en el que buscando una cosa encuentras otra, llegué a una noticia. Una noticia de cultura. Sentí una pena extraña, como cuando uno sale de casa con la sensación de haber olvidado algo sin saber bien qué. En mi caso, ayer, creo que lo que me pasó es que sentí no haber disfrutado más de alguien a quien conocí. Y cuando digo disfrutar, he de aclarar, porque en Internet hay gente de todo pelaje y condición.

En invierno del año pasado conocí en Valencia a José Manuel Sánchez Rodriguez. Aunque firmaba sus obras con el seudónimo Manuel Sánchez-Sevilla.

Tuve oportunidad no solo de poder preguntarle por la novela que promocionaba, en la entrevista que me concedió en el hotel Astoria. También de departir con él sobre lo humano y lo divino. Recuerdo la forma en la que contaba cada frase, cada recuerdo, uno en concreto. Cuando me contó cómo se hizo escritor. 

La anécdota me pareció encantadora y emotiva. Un profesor suyo, muchos años atrás, les obligaba a pasarse la hora de clase sin hacer 'nada', en realidad les dejaba un paquete de folios en una mesa y les 'aconsejaba' que empleasen la hora escribiendo una historia. Y así lo hizo José Manuel. Cogía folios y se ponía a escribir, a contar historias. 

Ojalá hubiera tenido a un profesor así, me parece que muchos deberíamos haberlo tenido. Sobre todo viendo algunos libros que se publican. No es el caso de José Manuel. No lo era. Porque la noticia que leí ayer es que por otro de esos misterios, este nada que ver con Internet, José Manual, Manuel Sánchez-Sevilla, nos dejó. Falleció de repente. Sus libros se han quedado huérfanos, una novela a medias. 

Estoy seguro que allá arriba, en una estupenda mesa, con toda la tranquilidad del mundo, si el que mande allí le deja un paquete de folios, escribirá esa historia inacabada, y otras muchas, porque Manuel, José Manuel, era, es un escritor y eso, amigos, nada podrá quitárselo. Descanse en paz. Nos vemos allá arriba, maestro... Guárdame unos cuantos folios.

Como el que se ha emocionado escribiendo estas lineas soy yo, desde aquí comparto la entrevista que me concedió a título de respeto, admiración y dedicatoria.

Va por ti, José Manuel.


Fotos: Herme Cerezo (c)

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