Petronille, de Amélie Nothomb
(Anagrama) llegó a mí por casualidad. Tuvo algo de encuentro silencioso, como
quien baja a un sótano para descubrir en la penumbra de una bodega una botella
de vino olvidada. En este caso, cosecha de 2016 en su traducción al castellano.
Pasé la mano por la portada antes
de dirigirme al bibliotecario, como queriéndole quitar ese polvo imaginario que
si atesoran los libros y las botellas de reserva. Ya en casa me puse a paladear
la novela con el regusto agradabilísimo de otros sorbos de esta autora belga, pues acostumbra a escanciar novelas
breves, y esta lo es. La voz narradora se me fue imponiendo suave y sedosa desde
el principio, como un vino espumoso en el paladar, como recordaba también de
otras veces. Petronille, compañera de borrachera de la protagonista narradora.
Petronille, dando sabor a los diálogos mordaces, rozando el humor negro,
sobrios, con bouquet. Me deslicé hacia el hedonismo etílico que la novela va
destilando, casi como un juego de espejos en el que la protagonista se sumerge
hasta tocar el fondo de la botella. Porque Petronille crea adicción, ya por esa
aparente adolescencia a pesar de sus treinta años ya por esa ambigüedad sexual.
Y en los últimos sorbos, el melodrama; el instintivo temor al percibir que las
páginas se acaban unido al verdadero final: el de las dos protagonistas. Dos
copas de champan, a su salud.
Quienes gusten del estilo
personalísimo de Nothomb disfrutarán de esta novela no solo por los burbujeantes
diálogos, también por el lenguaje preciso, estilístico, por ese vértigo de
contrastes como subirse a una montaña rusa. Porque Amélie nos tiene
acostumbrados a tramas psicológicas talladas en la ironía de lo delirante y
sorpresivo sin abandonar la reflexión; aquí, la sátira al mundo editorial. Este
alter ego canalla, esta Petronille andrógina, romperá la calma chicha de quien
narra, y en una travesura de voces, de retos, de transformación, Nothomb brinda
y nos brinda un guiño evidente a Shakespeare y a su propia obra autobiográfica.
Esta vez me dejas con la duda. Leí hace poco Estupor y temblores y no terminé de conectar con la historia. Quizás debiera darle otra oportunidad a la autora con este libro, que la temática me llama un poco más.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola Margari. Te entiendo, me ha pasado con algunos autores. No sería objetivo en este caso, pues esta es la quinta novela que leo de Nothomb; es una autora con la que disfruto y aprendo. Espero que te animes y nos cuentes qué te parece. Un saludo y gracias.
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