lunes, 21 de mayo de 2018

Manuel Sánchez García: «Dostoievski es un ejemplo de escritura sublime y conocimiento del ser humano».


Foto: (c) Ruperto Leal
El escritor linarense Manuel Sánchez García ha sido galardonado con la XXI edición del premio José María Pereda de Novela Corta convocado por el Gobierno de Cantabria. Licenciado en Derecho, Sánchez actualmente reside en Granada. Dos de sus relatos breves fueron seleccionados para formar parte de las antologías "La Paloma" y "Amor con humor se paga". A punto de publicar su colección de relatos "Error 504" le pregunto acerca de su novela premiada, ‘A Plomo’ (Estvdio), una obra escrita hacía algún tiempo que al parecer tenía guardada en un cajón esperando su momento. Sin duda es la mejor de las maneras de estrenarse como novelista.

Hay varias historias independientes en apariencia que se van hilvanando en la trama, un recurso eficaz que me lleva a preguntarle por el origen de esta gran historia, ¿de dónde surgió la idea de novelar A Plomo?

Parte de dos ideas para sendas narraciones que pertenecen a mundos distintos: el que arranca en 1927, que fue una época vivida por mis abuelos, y el que corresponde al escenario de mi infancia y juventud. Aquel me parecía fascinante aunque lejano, y el otro más conocido pero árido y sin atractivo. Después de intentar desarrollar ambas historias vi que se me quedaban incompletas y no estaba satisfecho con el resultado; entonces pensé que podía entrelazar esos dos ámbitos, y ahí surge “A Plomo”. El tedioso entorno de mis primeros años es sacudido, gracias a la fabulación, por episodios que lo dotan de un interés nuevo. De ese cruce surge una trama que proporciona sorpresas que llevan al lector hasta un final .

Entre los temas que convergen en esta novela está el de las ideologías, en un diálogo Petra le indica a Matthias que existen dos tipos de ideologías: “la que se hereda y se acepta sin más” frente a la que “se abraza como resultado de la indagación y la reflexión”. Nos lo comenta brevemente.

Pessoa abre el Libro del Desasosiego afirmando que “nací en un tiempo en el que la mayoría de los jóvenes habían perdido la creencia en Dios por la misma razón que sus mayores la habían tenido —sin saber por qué”. Me entristece que las personas se adhieran a cualquier credo, religioso o político, de esa manera irreflexiva, dejándose llevar por la tribu y sin haberse molestado en ojear una sola página de sus libros y autores fundacionales. Eso conduce a un alineamiento peligroso, que hoy podemos contemplar exacerbado en las redes sociales. Aunque, más grave aún, es abrazar un dogma depravado como consecuencia de la reflexión.

‘Solo leyendo a Dostoievski llegaría a entender las oscuridades del alma’, comenta un personaje, Amorós, uno de los agentes de policía. Curiosamente el comisario Peirón también es de lecturas interesantes, no en vano este llega a decir: ‘siempre he aborrecido las frases hechas salvo que sus hacedores sean Oscar Wilde o Lola Flores.’ ¿Es casualidad o premeditado que aparezcan el ruso y el irlandés en esta novela?

Cuando Amorós intenta explicarse un hecho feroz y cruel que le ha causado un fuerte impacto, se acuerda de la recomendación de un antiguo jefe de que leyera a Dostoievski. Entender esas oscuridades del alma es algo que puede hacerse, desde luego, acercándose al autor ruso, que es un ejemplo de escritura sublime y conocimiento del ser humano, pero también a través de otros muchos que han explorado nuestro lado más tenebroso, como, por ejemplo, Conrad. En cuanto a Wilde, es una pena que haya perdurado de él la imagen de un frívolo con ocurrencias idóneas para los sobres de azúcar, cuando fue un escritor tan completo y tan hondo. En ambos casos, espero que el referirme a anime a reencontrarse con su lectura.

A Plomo.  Manuel Sánchez García. Ediciones de Librería Estvdio. ISBN 978-84-16455-19-5 

2 comentarios:

  1. Pues no conocía al autor! Me apunto bien su nombre y el título de esta novela, que suena muy interesante.
    Besotes!!!

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    1. Gracias Margari. Si cae en tus manos ya me cuentas. Un saludo.

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