En la portada, además de ese título tan largo, llama la atención ese lema: El intestino, nuestro segundo cerebro. Porque ha quedado probado que hay una estrechísima relación entre el cerebro y nuestro sistema digestivo.
A lo largo de las páginas de “Dime qué comes y te diré qué bacteria tienes” veremos esa relación y la importancia de cuidar lo que comemos. Porque puede parecer la misma cantinela de siempre, pero es cierto: nuestro estado de salud físico, mental y emocional está relacionado con nuestra alimentación.
El título del libro alude a unos seres microscópicos que habitan en nuestro interior. Se habla de la microbiota, palabreja que aparece mucho, es decir, del conjunto de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo. Se habla de cuándo nos llega por primera vez, de qué la altera y de cómo podemos ayudarla para ayudarnos en esa relación tan estrecha que mantenemos con billones de microorganismos desde la cuna a la tumba. Hay dibujos graciosos, información muy útil, temas fascinantes, incluso alguno como el de las heces que quizá pongan mala cara a alguno/a. Pero queramos o no, la comida viaja desde nuestra boca hasta su salida por allí detrás y en ese viaje pasan muchas cosas. Saludables la mayoría de las veces y los días, otras no y tiene su porqué.
La importancia de la ingesta de fibra en nuestros hábitos alimentarios radica en lo que le sucede a aquella en nuestro sistema digestivo. La fibra fermenta y en el cólon alimentará a una serie de bacterias beneficiosas que producirán ciertos nutrientes necesarios para las células del intestino. Estimular el incremento de bacterias beneficiosas en nuestro intestino ayudan por ejemplo no solo a la producción de neurotransmisores como la serotonina. También ayuda a aumentar nuestra energía, a regular nuestro colesterol y a estimular la combustión de las grasas. En definitiva, Un mayor consumo de fibra en nuestra dieta puede suponer una mayor protección frente a las inflamaciones y el sobrepeso.
Hablando de la fibra, su autora nos expone la relación entre el cansancio y una dieta baja en fibra. Las personas que no comen suficiente fibra, ya estreñidas ya con diarrea, suelen estar más cansadas debido entre otras razones a problemas en su microbiota intestinal. Esta no es capaz de fabricar energía por si misma.
En “Dime qué comes y te diré qué bacteria tienes” también se analiza la relación de la microbiota intestinal con la obesidad, con el ejercicio físico, el sueño, el ciclo hormonal, las dietas o el estrés, por poner algunos ejemplos.
Y recetas, que no se me quede en el tintero, en “Dime qué comes y te diré qué bacteria tienes” hay recetas. Sanas, rápidas y saludables. Desde una lasaña de berenjenas a un mousse de caque; desde unas cookies de avena y chocolate a un hummus de alcachofa.
“Dime qué comes y te diré qué bacteria tienes”. Blanca García-Orea. Grijalbo.
En una primera lectura iba a señalarte que me interesaba sobre todo la parte de recetas, pero cuando ya me he puesto a leer lentamente tu reseña, me ha parecido muy interesante todo el tema, sobre todo la importancia de la fibra. Hay que aprender a alimentarse bien.
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias Margari. La verdad es que el apartado de recetas es muy completo y extenso. Un saludo.
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