Esta semana, me he
decidido a compartir esta reseña de la novela Chaval (Vencejo
ediciones), de Nacho Herranz Farelo. Si caí en su lectura, lo
admito, fue por el planteamiento argumental.
El protagonista es
Claudio, un cincuentón con un trabajo monótono pero estable.
Casado, con dos hijos y cierta morriña por aquellos años
adolescentes que sabe que se fueron y ya no volverán. Pero a veces
uno tiene que tener cuidado con lo que desea, incluso con los deseos
en sí. Por mediación de un videojuego, su vida va a cambiar
drásticamente. Ese deseo de regresar a aquella juventud no solo se
hará realidad, sino que descubrirá que puede ser un premio
envenenado, metafóricamente, claro. A Herranz Farelo le sirve esta
especie de cuento clásico modernizado sobre viajar a nuestro pasado
para poner frente al lector grandes temas de nuestra naturaleza
humana.
Desde la brecha generacional a las relaciones paternofiliares
pasando por el autoconocimiento personal. Chaval tiene algo de
crítica social, de reflexión, de espejo filosófico y de humor, por
descontado. Habrá quien la lea de un tirón, no llega a las 200
páginas, buscando distraerse, divertirse y olvidarse de los
problemas del día a día. Pero también habrá quien le saque punta,
quien vea en ese regreso de alguien de cincuenta a la veintena una
metáfora de la importancia de saber madurar, por no decir disfrutar,
en cada etapa de nuestra existencia, sin añorar nada si uno es fiel
a sí mismo, a sus principios. Poco más que añadir, salvo animar a
que la leáis si sentís curiosidad por descubrir en Chaval esa
pregunta que en alguna ocasión nos hemos hecho: ¿qué haría si
volviera a tener veinte años?
Nacho Herranz Farelo (Madrid, 1972) es un narrador, antipoeta, humorista gráfico y redactor publicitario. Autor de cuentos, una novela corta y varios guiones para cortometrajes, en 2016 publicó su primera novela Sangre de bellota. También es autor de La Movida vista por los jinchos o Jobs ha muerto: La mayor herejía de la historia de la religión digital.
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