El sudor del mundo se vuelve turbio; las casas, los vecinos, el cielo… En El atlas
de ceniza los personajes intentan sobreponerse, muchas veces sin éxito, a un
destino gris, cuando no, viscoso. La voz narrativa nos sumerge en una ficción
descarnada tan visual que se asoma al vértigo de la atractiva aversión. Butler,
sin embargo, hace brillar sobre la mancha bituminosa de los sueños y las
esperanzas sin esperanza su estilo visceral, desabrido, telúrico. “El aire del
dormitorio tenía un olor dulzón a melón podrido”. Veintiséis relatos madejados
sobre los restos carbonizados de un futuro tan apocalíptico como imaginario.
Destaco el relato 'Orugas', por su brevedad, contundencia y plasticidad visual.
Por Ginés J. Vera.
Tiene pinta de ser uno de esos que no me suelen gustar nada :S
ResponderEliminarGracias por tu comentario y sinceridad Mimi Alonso. Un saludo.
EliminarGracias por tu informaciòn lo tendrè en cuenta para pròximas lecturas.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Gracias a ti fus, un saludo.
Eliminar