Maleta de libros entrevista esta
semana al escritor Juan Eslava Galán. Había leído con anterioridad su novela En
busca del unicornio, muy divertida; aunque, en esta ocasión, le entrevisté por su
último libro, La segunda guerra mundialcontada para escépticos (Planeta, 2015).
Eslava Galán ha publicado entre
otros ensayos: Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie
(2005), Los años del miedo (2008), Historia de España contada para escépticos
(2010), La década que nos dejó sin aliento (2011), Historia del mundo contada
para escépticos (2012), o La Primera Guerra Mundial contada para escépticos
(2014). Además de En busca del unicornio,
es autor de novelas como: El comedido
hidalgo, Señorita, La mula, Rey lobo o
Últimas pasiones del caballero Almafiera.
Comienzo preguntándole por los motivos, por
lo que ha querido contar en este grueso volumen de 750 páginas, no tanto por ‘los
tiros, sino la causa de los tiros’ en esta segunda guerra mundial.
Para mí, la Segunda Guerra Mundial es la segunda parte de una misma guerra que es la
primera; una primera que tiene un descanso y viene en la segunda, y es la misma
tragedia: el suicidio de Europa a lo largo del siglo XX. Dicho esto, siempre
hay variantes de una a otra, pero hay muchas líneas comunes entre la primera y
la segunda.
Una Segunda Guerra Mundial que pudo haber
sido radicalmente distinta si un pintor mediocre, de nombre Adolf, hubiera tenido
más talento, si se hubiera ganado la vida vendiendo cuadros, por ejemplo.
También tenemos que preocuparnos pensando que podía haber surgido otro, más inteligente quizás, o más centrado,
no tan loco y habernos puesto entonces en la eventualidad de que con este otro
Alemania hubiera ganado la guerra y esto hubiera sido terrible.
Una Alemania en la que calaron hondo los
discursos de Hitler porque la situación que estaba atravesando el país también
era propicia, un caldo de cultivo ideal; se le comento ya que me han recordado
un poco a los discursos populistas actuales, por ejemplo, en Grecia y Francia.
La Historia siempre se repite…
La Historia siempre se repite y nunca
aprendemos de ella. La Primera Guerra Mundial se cerró muy en falso, porque Alemania tuvo que soportar una
situación terriblemente abusiva para los alemanes; esto se juntó con la crisis del 29, que repercutió en todos los países industrializados, pero en especial
en Alemania, que además ya venía tocada del ala y que tenía que pagar las
responsabilidades de la guerra.
El terreno estaba abonado para que saliera este
tipo, que era un don nadie, a los treinta años no tiene ni oficio ni beneficio,
con la pandilla de nazis que son todos gente rarísima, toda la gente que los
rodea; estaba abonado para que mediante este discurso violento que cita
arrastra al pueblo alemán al que, por otra parte, le dice lo que quiere oír:
somos la raza superior -algo que ellos han pensado siempre y lo siguen
pensando-, y esta injusticia la podemos resolver arrebatándoles los territorios
que necesitamos a las razas inferiores.
Claro, creer que los rusos son una raza
inferior es otro grave error, porque los rusos a lo largo de la guerra han
demostrado primero, que saben aprender de sus errores, cosa que los alemanes no
saben y, segundo, las armas que producen los rusos son infinitamente mejor que
las de los alemanes a pesar de la tecnología. ¿Quién va a
ganar la guerra?, pues los rusos.
Le pregunto ahora por quien nos
gobernaba durante el conflicto, pues da la sensación de que el papel ambiguo de
Franco y España durante la contienda al parecer nos previno de mayores desastres.
En Franco hay que ver distintas actitudes, al principio de la
guerra, cuando Alemania está derrotando a Francia, él tiene mucha prisa por
entrar en la guerra, porque cree que la guerra va a durar un mes y él quiere
engancharse ahí. Entonces le propone a Hitler que él quiere entrar en la
guerra. Hitler, que cree que la tiene ganada, desprecia totalmente a Franco y a
España porque cree que no está en condiciones de hacer una guerra ni ayudar.
Pero después del verano del 40, cuando la batalla de Inglaterra no la ganan los
alemanes sino que la ganan los ingleses, Hitler tiene que pensar en un plan B,
y el plan B es estrangular la economía inglesa cortando la principal vía que
tienen de comunicación con su imperio, que es a través del canal de Suez, el
Mediterráneo y el estrecho de Gibraltar. Para cortarla, en el canal de Suez no
puede; en el Mediterráneo, tampoco, porque ve que los italianos son poco
operativos; pero piensa en Gibraltar: si domino el estrecho por ahí no pasa un
barco inglés.
Por mar no puede dominar Gibraltar porque el mar lo dominan los
ingleses, por tierra necesita la alianza con Franco. Cuando vienen a Hendaya le
viene a decir a Franco que sí, que vale. Pero aquí Franco ya ve que Inglaterra
no esta tan derrotada como unos meses antes y se ha vuelto más cauto, ya no le
interesa.
Hay dos
etapas en Franco, una en la que quieren entrar y Hitler no le deja, y otra en
la que Hitler quiere y él no se deja, a pesar de lo cual estuvo completamente
volcado, a los alemanes les daba el wolframio, la División Azul, todo eso.
Curiosamente, no solo dependíamos en parte
de Francia e Inglaterra, sino que fue gracias a Winston Churchill
el que no nos pidieran explicaciones por nuestro papel en el conflicto.
Cuando
Hitler ya ve que Alemania va perdiendo la guerra, lo primero que hace es
guardar la fotografía de Hitler dedicada en el cajón y empieza a tomar un
perfil más aliadófilo, ya que ve que estos van a ganar la guerra: luego estos
van a meterme mano a mí, piensa. Se salvó por Churchill, porque Stalin sí que
quería; cito aquí las actas de Postdamm donde Stalin dice que cuando acabemos
con Alemania continuamos con España, con Franco. Pero Churchill dijo que no:
eso va a ser un desprestigio, para usted no, porque usted no tiene trato con
España, pero para mí sí.
Churchill realmente le agradecía a Franco, le
defendió y defendió a España incluso en la Cámara de los Comunes, porque él
sabía que si, que Franco había estado con Hitler, pero también había estado con
ellos; fue realista.
Así contado parecería que este libro es
denso y un poco aburrido, pero hay que tener en cuenta el toque de humor e
ironía que le pone a sus obras y que muchos lectores ya conocen de
otros libros sobre la Historia.
En cualquier tema que
se esté tratando siempre tiene entrada la ironía y el humor y muchas veces,
precisamente, hacer la cosa con esa dosis de ironía, puede incluso explicar
mejor los acontecimientos y lo que está ocurriendo.
Para ponerme un ejemplo de lo que Eslava Galán llama
‘el exceso de ingeniería de los alemanes’ cuando
‘de pronto se pusieron a inventar armas del futuro sin ver que la guerra era
cosa de años y no había tiempo de desarrollar eso,’ Eslava también me cuenta un episodio ocurrido en uno de los submarinos alemanes más
tecnológicos durante la contienda.
Los alemanes
hacen varias clases de submarinos durante la guerra, la última es la clase 7C.
Uno de ellos el submarino U-206 estaba equipado incluso con un retrete que se
podía usar en bajas profundidades, porque los submarinos de la época solo
usaban el retrete en superficie o cerca de la superficie por el tema de la
presión. Este no, este tenía un sistema de válvulas, etc.
El comandante del
submarino está usando del retreta, tira de la cadena, hay un defecto en este
largo sistema de engranajes, con toda la fuerza de las profundidades y la
prensión, entra un chorro de agua que inunda, a continuación, las baterías que
estaban en la planta de abajo; las baterías, al mojarse, empiezan a soltar gas
cloro, que al ser venenoso les fuerza a subir a la superficie, se pierde el
submarino por exceso de tecnología.
Dando un salto desde el Atlántico al
Pacífico le pregunto aquí por eso de las teorías conspiratorias sobre el bombardeode Pearl Harbor por los japoneses, el supuesto desencadenante de la entrada de
los Estados Unidos de América en la guerra.
Bueno, no hay
nada que se pueda probar. Efectivamente,
ellos supieron a última hora que iba a haber un ataque japonés contra una base
americana, pero no tenían datos concretos si seria en Pearl Harbor. Por otra
parte, esta la tremenda casualidad de que los barcos más valiosos, los
portaviones, ese día no estaban allí, lo que había eran barcos viejos que son
los que hundieron, que además, como los hundieron cerca de los muelles, algunos
los pudieron reflotar. Esa coincidencia es mosqueante, pero realmente para
abonar la teoría de la conspiración harían falta más datos y no los tenemos.
Aunque también podemos comentar un caso atroz, el
de los japoneses cuando probaron con animales el rebufo de los cañones de gran
calibre en la cubierta del Yamato japonés…
Fue una suerte que pusieran
cerdos y no prisioneros, porque los japonenses son así de expeditivos, también
se entrenaban con la bayoneta con prisioneros; menos mal que en el Yamato
pusieron cerdos para comprobar que el rebufo reduce cualquier ser vivo que haya
cerca…,
Mi interés por los animales me lleva a un curioso personaje que aparece en su
libro con una historia digna de novela, me refiero al gato Klaus, Oscar o Sam, pues tuvo varios nombres.
Quería contar
esa batalla a través de los ojos de un gato, después de escribirla pensé que el
lector pensaría que estaba inventando una bella historia, de ahí que ponga la
foto de Churchill acariciando a este minino. No sabemos bien si el gato al
final ha tenido mucha suerte y dijeron vamos a reservarlo a un sitio donde este
cómodo y tal, o dijeron: este gato es gafe, mejor es no meterlo en otro barco
no vaya ser que lo hunda.
En un tono más distendido también querría preguntarle por el vocabulario, por las palabras que van apareciendo a lo largo de
las páginas de su libro. Lo confieso, me llevó a mirar más de una vez el diccionario,
sobre todo con términos muy específicos.
Yo soy de los
que lee con lápiz, y si algo me llama la atención, porque creo que me va a poder
servir para un libro, lo anoto en la parte de atrás del libro que estoy
leyendo. O si no tengo espacio, meto papeles con mis notas, porque así, a veces
no recuerdo exactamente qué era, pero lo mismo sí en qué libro lo vi y acudo a
él, al final y digo: ah, es esto. Por eso también agradezco las palabras que
leo y que a lo mejor no sé y las busco en el diccionario.
Muchas gracias y mucha
suerte, Juan.
La Segunda Guerra Mundial contada para escépticos. Juan Eslava Galán. Editorial Planeta.
Su último libro me llama mucho, que es una temática sobre la que me gusta leer. Caerá tarde o temprano. Una estupenda entrevista!
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias Margari. El libro está plagado de curiosidades sobre ese triste episodio que convulsionó el pasado siglo. La ironía de Eslava Galán se respira en cada página. Y además eso, que me dijo que sus libros sirven de apoyo a muchos alumnos de secundaria; hay conocimientos que uno va descubriendo a medida que lee el libro, una manera divertida de aprender Historia con mayúsculas.
EliminarUn saludo Margari.