martes, 28 de noviembre de 2023

Entrevista a Carlos Fortea

 

Habitualmente, traigo a Maleta de libros entrevistas de autores al hilo de su última novela. En este caso, mi entrevistado me concedió esta simpática entrevista al hilo de dos de sus novelas pues, de algún modo, están conectadas. Todo y que entre una y otra publicó El mal y el tiempo (Nocturna, 2017). Sin más preámbulos, os dejo con la entrevista. 


P.: Publicó en 2015, Los jugadores, una novela ambientada tras el final de la Gran Guerra, para retomar, este 2023, con El aviador, una suerte de continuación de algunos de los personajes. En este caso, El aviador se desarrolla el año en que prorrumpen las hostilidades de la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos alemanes en Londres y la caída de Francia. Háblenos de estas dos novelas tan separadas en el tiempo de publicación, pero unidas por algunos personajes clave. 

R.: Las dos novelas están, en efecto, vinculadas por la reaparición de algunos personajes, pero se leen enteramente por separado, no son en absoluto continuación la una de la otra. En Los jugadores se planteaba como escenario la Conferencia de Paz de París de 1919, y cuando empecé a escribir El aviador, que sucede en Londres durante los nueve primeros meses de 1940, sentí de pronto la curiosidad de saber qué había sido de algunos personajes que aún eran jóvenes en aquella primera oportunidad, y tendrían algo más de cincuenta años en esta segunda. Y me encontré contando no solo su futuro, sino una parte más de su pasado que no había contado en Los jugadores. De alguna manera, fue lo que ellos quisieron… 

  Pero son dos novelas muy distintas. Los jugadores era una novela de tramas, en la que la importancia fundamental la tenían los acontecimientos, y El aviador es una novela de personajes, una novela de personas enfrentadas a grandes dilemas. El lector que aborde las dos encontrará experiencias muy diferentes entre sí. 

P.: He leído en varios medios eso de que España se mantuvo neutral durante la Primera Guerra Mundial. Pero creo que fue más bien una “neutralidad forzada” por los países aliados. Además, creo que también se le sumó una fuerte fractura social y política. Coméntenoslo al hilo de la trama de Los jugadores; ese papel tibio de nuestro país en el marco histórico de principios del siglo XX. 

R.: Bueno, yo creo que España se quedó -afortunadamente- fuera del conflicto porque, como es tradicional en nuestro país, había una fuerte división política interna entre “aliadófilos” y “germanófilos”, que llevaba hasta el mismo interior del palacio real. Luego, quedarse fuera le permitió hacer pingües negocios durante el conflicto, y de esa manera ganarse no la gratitud, sino la enemistad de todas las partes. Negocios que por cierto solo sirvieron para enriquecer a los que ya eran ricos, lo que causó una crisis económica terrible cuando acabó la guerra y se acabó el comercio de armas y pertrechos. En ese momento pagamos la factura que otros habían pagado antes con su sangre. 

P.: Aparquemos la Historia, con mayúsculas, para centrarnos en otros aspectos de la trama de Los jugadores. A pesar de los dos asesinatos que tendrá que descubrir el comisario Retier, no sé si podríamos tildarla de novela negra. Casi prefiero que sea su autor quien nos de su valoración. 

R.: Yo no la llamaría novela negra, como no la llamaría novela histórica. Es una novela de ambientación histórica que utiliza una trama policiaca como vehículo para contar unos acontecimientos que van mucho más allá de ella. La investigación del comisario Retier me sirve para llevar de un sitio a otro a los personajes y aflorar algunos de los conflictos que estaban perfilándose en aquella en gran parte fallida conferencia de paz. Pero creo que es una novela sin apellidos, una novela sin asignación de género. 

P.: Como ocurriera con Los jugadores, en El aviador se maridan los personajes históricos con los ficticios. Aprovecho para preguntarle por los femeninos; quizá, por ejemplo, por la profesora de piano, aunque no es la única. 

R.: Marina es un personaje al que tengo mucho cariño. Una representante de la serenidad en un mundo de agitación. Creo humildemente que, además, de una forma de serenidad muy femenina, que tiene los pies muy bien puestos en el suelo. Los personajes femeninos de esta novela me importan mucho. Me importa mucho Marina, pero también Laura, que ya me importó mucho en Los jugadores, y sobre todo Clara, que es quien da y recibe la réplica del otro personaje principal, el general Rojas, el aviador que da título al libro. 

P.: Entiendo que el título de El aviador hace justicia a esos avances técnicos de la época que van a transformar el mundo, por ejemplo, con la aviación, aunque sin descuidar los acontecimientos políticos y sociales ante un futuro cuajado de incertidumbre. Del cielo, de algún modo, llegó el final de la Segunda Guerra Mundial y la gran amenaza actual de las superpotencias de acabar con el mundo en forma de holocausto nuclear. Háblenos de ello en el contexto de ese aviador y el resto de personajes de su novela. 

R.: Bueno, yo he intentado exponer en la novela el papel de la aviación no como arma, sino como avance. De hecho, en un momento de la novela el general lamenta que el paso del tiempo haya convertido en agentes de destrucción a quienes empezaron siendo agentes de progreso. Antes de empezar a dejar caer bombas, la aviación había transportado personas, noticias, cartas. Yo no me siento en deuda con los aviadores que destruyeron las ciudades de Europa, sino con los que consiguieron llegar a Nueva York en seis horas y media, en tres mientras voló el Concorde

Carlos Fortea (Madrid, 1963) ha sido profesor de Traducción en la Universidad de Salamanca y en la actualidad imparte clases en la Universidad Complutense de Madrid. Ha traducido más de ciento cincuenta obras de literatura alemana que le han hecho merecedor de galardones como el Premio Ángel Crespo o el Premio Esther Benítez. Además, es autor de las novelas Impresión bajo sospecha (2009), El diablo en Madrid (2012), El comendador de las sombras (2013), Los jugadores (Nocturna, 2015) —finalista del Premio Espartaco de la Semana Negra de Gijón—, A tumba abierta (2016), El mal y el tiempo (Nocturna, 2017) y El aviador (Nocturna, 2023), así como del ensayo Un papel en el mundo (2023).


Podéis encontrar las novelas de Carlos Fortea aquí.

1 comentario:

  1. Pues me gusta mucho leer sobre este período histórico, así que tomo buena nota de ambas novelas. Muy buena entrevista. No conocía al autor.
    Besotes!!!

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