Han pasado ya cinco años desde
que acudiera por primera vez a una rueda de prensa para los medios de los
Premio Planeta de Novela en Valencia. Fue como digo en 2011 cuando tuve la
oportunidad de departir con Javier Moro e Inma Chacón, ganador y finalista,
respectivamente de ese año.
Pasan los años pero se mantiene,
al menos en mi caso, la emoción tener tan cerca a los autores galardonados con
uno de los certámenes literarios más importantes de España e Iberoamérica.
Alicia Giménez Barlett no solo ha sido la ganadora de este año 2015 con su
novela ‘Hombres desnudos’, también fue la primera autora con la que me estrené en
una rueda de prensa literaria –casualmente– en 2011, tal y como le recuerdo a
la hora de acercarle la novela para el autógrafo de rigor. En aquel año 2011
recibió el premio Nadal –otro de los prestigiosos en este país– con ‘Donde
nadie te encuentre’.
Nostalgias aparte, en esta
ocasión, en el mismo hotel pero en una sala distinta, más acogedora y con unos
cafés de por medio (eso que se conoce como un ambiente distendido), los
compañeros convocados nos vamos turnando en las preguntas tanto a Alicia como a
Daniel Sánchez Arévalo, flamante finalista del Planeta 2015 con su novela ‘La
isla de Alice’.
La novela ‘Hombres desnudos’ mira
a la sociedad actual, a los problemas cotidianos con un puntillo provocador, reivindicativo
en cierto modo, pues sus protagonistas son, de una parte treintañeros sin
trabajo que acaban haciendo estriptis en un club; y de otra, mujeres que
anteponen su trabajo sobre cualquier compromiso sentimental o familiar. Un
cruce de caminos de amistades, sexo y maldad macerado en inteligentes dosis de
realismo (o hiperrealismo) con el innegable pulso narrativo característico de Giménez
Barlett.
La voz narrativa de ‘Hombres
desnudos’ es una de las primeras sorpresas con las que se tropieza el lector, Giménez
Barlett afirmó que lo que no ha querido es «captar la atención del público enseguida», pues el tema le exigía
abordarlo despacio, dejando que los lectores se fueran familiarizando con los
personajes, de ahí que «uno de los
grandes dilemas que se presentan a la hora de escribir es el punto de vista». Me
resultó curioso que considerase al narrador omnisciente como «algo trasnochado, decimonónico»
apostando por la primera persona reconocible en su exitosa saga de Petra
Delicado. «Este trabajo suponía un reto literario –admite–,
he incluido la opinión que a cada uno
(de los personajes) le merecen las
palabras de su interlocutor. Esto ya sucedía en el teatro clásico y me parecía
un recurso interesante».
Giménez Barlett no esconde hablar
de la crisis tan presente en las motivaciones de sus personajes, y asegura que «la crisis ha afectado a la autoestima de
las personas, a sus relaciones y eso no se puede olvidar de repente. (…) Nos dicen que tenemos que reinventarnos,
pero yo digo que sin dinero es muy difícil conseguirlo».
Por su parte, Daniel Sánchez
Arévalo nos descubre en ‘La isla de Alice’ a Alice, una mujer obsesiona con
descubrir qué hay detrás de la muerte de su esposo, fallecido en un accidente
de coche lejos de donde se suponía que debía estar. Una obra que, según nos
dice, le ha llevado seis años y surgió como un guión cinematográfico.
La trama de esta búsqueda de
verdades y obsesiones de Alice trascurre en los Estados Unidos de América, país
en el que Sánchez Arévalo trabajó y vivió. Preguntado si podría haberse
planteado en otro escenario es contundente: «Esta historia no funcionaría si la ubicara en otro lugar como España,
por ejemplo. Solo me la creo allí».
Nos deja claro, también ese eterno
matiz autobiográfico que, a veces, es
recurrente entre los que entrevistamos; Sánchez Arévalo sonríe y dice que esta
novela «no es autobiográfica, en primer
lugar porque yo no soy mujer. (…) La
novela está llena de pequeños homenajes a cosas que giran a mi alrededor cada
día». No solo llegó a confesar que le encantaría dirigir el guión de esta
novela, sino que la ve más como una serie que como un largometraje. También que
«con esta novela he intentado sumergirme
en la clase social estadounidense media y alta, haciéndolo no como un europeo,
sino como un norteamericano más».
En las fotografías dos momentos de la
rueda de prensa, el que más emociona, al menos a mí. Esperando ya la próxima
rueda de prensa con los premio Planeta de Novela de 2016. Quizá un día pueda
estar, humildemente, al otro lado, en el del sofá y los autógrafos.
Por Ginés J. Vera.
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