La novela corta Mercier y Camier (Confluencias), de Samuel Beckett se enmarca dentro de un periodo prolífico de creación literaria del escritor irlandés. Fue escrita originariamente en francés, según su autor para para poder alcanzar una escritura más auténtica. Años más tarde, se encargaría de traducirla al inglés. Los protagonistas de esta historia son dos amigos, Mercier y Camier. Está narrada por una tercera persona que afirma haber estado con ambos en todo momento.
Mercier y Camier inician un viaje sin un objetivo claro, un poco a lo Don Quijote y Sancho Panza. También como ellos saldrán y regresarán para volver a viajar. Discuten, se separan y vuelven a reunirse. Las similitudes se extienden un poco más allá, por ejemplo, en su aspecto… salvando las distancias, claro. La propia historia se nos antoja un poco descuadrada, burlona, al punto absurda. Beckett es considerado una figura clave del llamado teatro del absurdo. Mercier y Camier parecen no encajar entre el resto de personajes. Hallamos humor y reflexión, por lo que hay que estar atentos especialmente a los diálogos.
A pesar de las coincidencias con los la pareja protagonista de El ingenioso hidalgo y su escudero, en Mercier y Camier ambos amigos parecen llevar mucho tiempo juntos. Es más, parece que disfrutan de algún tipo de relación íntima entre ellos. También, al avanzar la novela, parecen alejarse paulatinamente de del sentido profundo del viaje iniciado al principio dejándose llevar hacia lo insoslayable.
Da la impresión de que subyacen algunos temas éticos y sociales, incluso filosóficos, entre las páginas. Es plausible englobar esta obra de Beckett dentro de otras con ciertos temas pesimistas acerca de la condición humana. Y entre esos temas controvertidos, destacar por ejemplo cierto diálogo entre George y el señor Conaire en el capítulo III. En este parece evidenciarse la aversión personal del autor hacia la natalidad, a traer niños a este mundo.
Los lectores descubrirán párrafos largos, algunos intrincados, frases no solo con único el objetivo de contar o describir lo ocurrido. No deseo olvidarme de apuntar ciertas analogías o evocaciones a una obra posterior, quizá, la más conocida de Beckett, a la teatral Esperando a Godot.
Leer Mercier y Camier es adentrarse en un universo de experimentación literaria no exento de diversión y reflexión con la que disfrutar de lo absurdo, bizarro y poco convencional frente a tanta novela de disipación actual.
Samuel Beckett nació en 1906, en Foxrock, cerca de Dublín. Ingresó en el Trinity College de Dublín, donde obtuvo la licenciatura en lenguas romances en 1927 y el doctorado en 1931. Poeta, novelista y destacado dramaturgo del teatro del absurdo. Escribió sus libros en inglés y francés, y fue asistente y discípulo del novelista James Joyce. Entre 1932 y 1937 escribió y viajó sin descanso y desempeñó diversos trabajos. En 1937 se estableció definitivamente en París, pero en 1942, tras adherirse a la Resistencia, tuvo que huir de la Gestapo, la policía secreta nazi. Al final de la guerra regresó a París. Autor de novelas como Murphy, Watt, Molloy, Malone muere y El innombrable, así como de obras de teatro como Esperando a Godot o Fin de partida, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1969.
Pues no sé si me terminará de convencer, pero me has dejado con curiosidad y con ganas de probar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola Margari. La verdad es que no es un libro convencional, es más bien para lectores de joyas raras, como quien dice. Nos seguimos leyendo. Gracias.
EliminarOpino como Margari, que estoy ahí, ahí. La verdad es que, de Beckett, no he leído nada, que yo recuerde. Gracias por la reseña. saludos.
ResponderEliminarGracias a ti por tu visita y comentario. Nos seguimos leyendo. Un saludo Marisa G.
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