Reina roja, de Juan Gómez-Jurado (Ediciones B) se ha situado en los primeros puestos de ventas y no es por casualidad. Tuve la oportunidad de entrevistar a su autor en su visita promocional a Valencia en 2016. Tengo una divertida anécdota de ese día, pero la dejaré para otro.
Reina Roja es un thriller muy Gómez-Jurado. Quien haya leído antes a este autor captará pronto el guiño. El tratamiento de los personajes es de un calibre tal que podrían protagonizar una saga al estilo de Juego de Tronos pero actual. La inmersión psicológica de las escenas viene a potenciar la trama, lo cual ayuda a crear el efecto adictivo de su lectura. Para quienes gusten de saber qué sucede exactamente en Reina roja más allá de las apreciaciones personales diré lo siguiente.
Hay un interesante duelo de personajes entre la pareja formada por el inspector Jon Gutiérrez y Antonia Scott. Los dos son especiales a su manera, lo cual hace que su unión para resolver los crímenes que mueven la trama sea explosiva y, de nueva, adictiva. Perdón por repetirme. Antonia Scott es muy especial ya que posee un don, uno envenenado. Uno que muchos quizás querríamos tener, pero que para ella, esa extraordinaria inteligencia es a un mismo tiempo una maldición. Vive a su aire en piso casi vacío de Lavapiés, medio recluida por sus propios fantasmas. Antes de llegar a ese punto Scott salvó decenas de vidas, y aunque cuando Jon Gutiérrez acuda casi nada del mundo ajeno al piso le interese lo más mínimo, él logra convencerla.
Jon Gutiérrez es un personaje especial. Pronto se da cuenta de que con Antonia nada es fácil. Acusado de corrupción, suspendido de empleo y sueldo, metido en un asunto muy feo, su primera misión es buscar a Antonia y sacarla de su encierro. Si consigue que ella vuelva a hacer lo que hacía antes del autoencierro, le ayudarán a limpiar su nombre.
Con ese punto de arranque iremos descubriendo no solo el pasado de Jon o el de Antonia, también una serie de crímenes hasta cierto punto macabros cuya resolución pasará indefectiblemente por el talento de Scott. Y por el de Gutiérrez, por el de ambos. No caeré en el recurso fácil de destripar al personaje misterioso que pone en contacto a ambos. O en describir, por ejemplo, es primer fallecido violento con el que de un vistazo vemos el talento de Scott.
Baste decir que en Reina roja priman los personajes casi tanto como el ritmo, la tensión o la propia historia. El título se desvela también en la novela, pero no adelantaré nada, aún permanece en mi memoria lo que Gómez-Jurado fabricó con un posavasos de papel mientras le entrevistaba. Menos mal que me aseguró que él sería incapaz de matar a nadie. Te creo, Juan. Te creo.
Reina roja, de Juan Gómez-Jurado. Ediciones B.
La tengo pendiente y desde luego tu reseña me da un empujoncito para leerla pronto. Me dejas con curiosidad por esa anécdota.
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias Margari. Mientras le entrevistaba tomó un posavasos (estábamos en una cafetería) y empezó a arrugarlo, a darle una forma extraña. Lo sujetó entre los dedos (tipo peineta) y me dijo que con aquello podía matar a una persona si le entraba por el ojo... Ya digo, una entrevista muy Gómez-Jurado. Saludos.
ResponderEliminarNo sé yo si me quedaría muy tranquila después de que alguien me diga eso... Jajaja. Gracias por contestarme!
EliminarBesotes!!!
Lo leí en su momento. Me fastidió el marketing editorial porque lo pusieron por las nubes y, aunque me gustó, tampoco fue para tanto. Ahí ando esperando a ver qué hago con Loba negra. Saludos.
ResponderEliminar