Entrevisto a Ángel A. Svoboda
aprovechando su visita a Valencia para presentar su última publicación. Tuve la
oportunidad de leer el libro días antes, al proponerme la librería moderar la
presentación de ‘Damned Writers’ (Editorial Bululú) junto al autor. Coincido
con él, con Ángel y con más lectores no solo en la calidad del libro, escrito e
ilustrado por él. También en la convicción de que puede ser un buen libro para
los jóvenes lectores, en los centros educativos, para acercarse de una manera
diferente a los escritores que aparecen en este libro.
Lo primero que le pregunto es
cómo surgió la idea de escribir este libro. «Como todo, surge de la
necesidad.»,
confiesa, antes de explicarme como había estado trabajando en proyecto en los
que había desarrollado un estilo propio con personajes conocidos como Marx,
Bakunin, Dalí o Picasso… «Enseguida me vino a la cabeza dibujar escritores a los que
venero.»
También me cuenta que indagó un poco en la vida de esos autores y que «reunir un grupo de autores de ambos
sexos con vidas trágicas y contar las desgracias que les tocó vivir me pareció
la mejor manera de rendirles un justo homenaje.» No cabe duda de que es un
merecido homenaje, como indica, incluso añade que «ya que nos han dado tanto
con su legado literario, qué menos que poner de relevancia su aciaga vida para
que los lectores se metan en su piel y disfruten cada palabra de sus obras con
conciencia.»
Como en el libro aparecen 23
autores, le pregunto el porqué de este 23, y si hay alguna anécdota detrás de
esta elección.
La
idea era pensar en una cifra redonda, mitad mujeres y mitad hombres para ser
justos. 20 fue el número escogido (10 hombres y 10 mujeres). Pero por el camino
apareció John Kennedy Toole, autor de “La conjura de los necios”, quien se
quitó la vida al no convencer a ningún editor de que publicara su obra. Y fue
su madre, Thelma, quien peleó sin parar hasta conseguir la publicación del
manuscrito de su hijo. A Pablo (el editor) y a mí nos pareció un buen nexo de
unión entre hombres y mujeres. Por tanto nuestro título cambió de 20 a 21. Y
cuando casi estaba terminado el libro caímos en la cuenta de que las hermanas
Brontë son tres, aunque aparezcan en la misma ilustración, y de nuevo cambiamos
el número por el 23 definitivo.
Otra curiosidad por la que le
pregunto es que con tantos autores en el interior no aparezcan unas líneas
acerca de él como autor, dentro o fuera.
Es
algo que ni siquiera me había planteado. Los importantes son los protagonistas
del libro. Ellos tienen calidad demostrada y millones de admiradores en todo el
mundo y son los que se merecen todo el protagonismo. Yo me limito a tratar de
hacer un libro bonito (como ilustrador) y que haga pensar a los lectores (como
escritor) para que intenten entender a estos genios que fueron víctimas de sí
mismos, de las circunstancias que les tocó vivir o de diferentes enfermedades
mortales.
Sé que una pregunta fácil sería
la de su autor maldito favorito, pero prefiero que me dé su opinión acerca de
lo que tienen en común estos 23 malditos. Esa visión que nos presenta con esta obra,
sobre cómo vemos a estos personajes desde la admiración, la veneración o el
respeto pero que no lo tuvieron nada fácil, a menudo gozaron de vidas cortas y
desgraciadas.
Esta
relación da mucho que pensar. Es una terrible coincidencia que grandes figuras
artísticas hayan sufrido tormentos en vida. Ya sea por amor (o desamor), por su
vida disoluta o por las convenciones sociales de la época que les tocó vivir,
especialmente en el caso de las mujeres. Muchas veces da la sensación de que,
cuanto peor está un artista mejores obras hace. Creo que esto ocurre en todos
los sectores artísticos. Pintura, música, cine… Mi teoría es que todas las
personas con habilidades artísticas tienen tan desarrollada esa parte del
cerebro que sufren carencias en el resto, lo que produce un desorden de
diferentes magnitudes. Grandes artistas fueron un desastre en su vida. Es la
típica mentalidad bohemia desordenada y excesiva. Esta es mi teoría, pero desde
luego yo no estoy en posesión de la verdad absoluta. Esto es, claro, en
circunstancias de su comportamiento. Pero hay otras circunstancias como
comentaba antes que, simplemente, les tocaron en suerte como una maldición. En
cualquier caso, me parece una terrible circunstancia común.
Por
cierto, mi autor favorito es Lovecraft.
Imagino que en algún momento has
pensado, le digo, en la vertiente didáctica de esta obra. Se perfila la
bendición y maldición de los personajes incluidos, pero con la intención de que
los lectores no se aburran, que busquen más información en caso de que estén
interesados en uno en concreto.
Eso
es. El libro tiene una clara vocación docente que trata de huir del
aburrimiento. La intención es acercar a los neófitos, en mucho casos adolescentes
que empiezan a aficionarse a la lectura, a grandes figuras de la literatura,
haciéndolas cercanas al contar cómo fueron sus vidas. Creo que en ese sentido
el libro es una recopilación resumida de autores indispensables de la
literatura que puede servir de ayuda a muchos profesores para hacer más amenas
e interesantes sus clases. Siempre he pensado, sobre todo en los últimos años,
que en la adolescencia, al menos mi generación, “padecimos” una enseñanza
aburrida, basada en clases magistrales en las que se vomitaba una gran cantidad
de información de una manera que te resulta difícil establecer conexiones
sociales y temporales. A todos nos gusta que nos cuenten historias ¿Por qué
entonces nos aburrimos en clase? Es algo que da mucho que pensar. Hace falta una
reforma en el modelo educativo, que ya empieza a vislumbrarse en algunos
centros con resultados muy positivos.
Con
esta información breve que doy de cada autor y por la manera en que la cuento,
espero suscitar el interés por la investigación de todos los pormenores de su
vida y obra. Si consigo que alguien se aficione a la lectura me parecerá un
triunfo y me sentiré tremendamente orgulloso.
Ángel, para terminar, ¿tienes en
mente una secuela con más escritores o quizá con otros artistas malditos?
La
verdad es que es muy tentador llevar el concepto del libro a otros terrenos que
también me interesan como la música, la pintura o la ciencia, por citar sólo
unos casos. Esperemos que funcione bien este libro para poder hacer más y
ampliar la colección.
Ángel A. Svoboda (Alicante, 1973) Ávido lector de cómics desde temprana edad, se inicia
en el mundo "fanzineroso" como colaborador de "Zoom". Se
formó en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Alicante, en la
especialidad de Gráfica Publicitaria, e influido por figuras internacionales
(David Carson, The Designers Republic, Buro Destruct...), colaboró en la
revista "Mala Impresión", y poco después fundó su propia agencia ‘I
am, I can’, y más tarde retomar el mundo del cómic rescatando y replanteando un
antiguo proyecto: Secretos Arcanos. También trabajó para la desaparecida
revista Mister K, y más tarde en Amaniaco, antes de publicar Secretos Arcanos.
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