martes, 21 de mayo de 2024

Arkham Relatos de horror cósmico. Entrevista a Beatriz T. Sánchez


En este mes de mayo, tan prolijo a los libros de relatos, se asoma de nuevo a Maleta de libros la escritora gallega Beatriz T. Sánchez. Esta entrevista me la concedió por su colaboración en la antología de relatos Arkham. Relatos de horror cósmico (Tyrannosauruss Books). 


P.:  ¿De dónde surgió la inspiración para escribir “La vieja tradición” incluido en esta antología?

R.: De los propios relatos del maestro donde se menciona la ciudad, especialmente "Los sueños en la Casa de la Bruja".

P.: ¿Cuánto tiempo te llevo escribir y pulir tu relato para esta antología de horror cósmico?

R.: Una semana.

P.: ¿Cómo surgió la idea de participar en este libro?

R.: Macu Marrero, mentora y coordinadora del proyecto, me propuso la colaboración porque le gusta como escribo y conoce mi predilección por el maestro de Providence.

P.: “La vieja tradición” es un relato muy descriptivo y, a la vez, vertiginoso, ¿a qué relato de H.P. Lovecraft crees que se parece, salvando las comparaciones, obviamente?

R.: Bueno, más bien, lo que se parece es la estructura; en sus relatos suele aparecer un protagonista que a raíz de un descubrimiento o noticia indirectos, se va mezclando en hechos y situaciones cada vez más comprometidos, aunque casi siempre se trata de profesores universitarios o estudiosos ocultistas… No jóvenes periodistas excesivamente curiosos.

P.: ¿Quién fue la primera persona que lo leyó antes de mandarlo a la editorial?

R.: Una vez reunidos todos los relatos en un solo documento, todos recibimos un ejemplar para ver el efecto de conjunto, el orden de los capítulos, etc., luego creo que Macu (Marrero) ya mandó directamente la propuesta a la editorial.

P.: ¿Por qué nos gusta el miedo, el terror, y, ya puestos, el horror cósmico, (los seguidores de Lovecraft ya saben a qué nos referimos)?

R.:  Yo creo que es porque al leer literatura de terror uno puede afrontar hechos y situaciones terribles o inquietantes, pero sin peligro real de por medio, el horror cósmico es el escalafón más alto, toparse con algo sobrepoderosamente maligno, a años luz de la lógica humana.

P.: ¿Qué destacarías de este libro, además de las historias?

R.: El formato físico es de calidad, la portada de José Gabriel Espinosa, dibujo sobre piedra, excelente, es un libro hecho con toda la ilusión por un grupo heterogéneo de escritores unidos para crear algo perturbadoramente homogéneo, esa es una baza a destacar, las antologías son normalmente un conjunto de relatos sin ninguna conexión aparte el propio tema a tratar, aquí hay hilos comunes en todas las tramas.

P.: Además de tu relato, ¿algún otro/s que te haya llamado la atención?

R.: Todos tienen algo diferente, cada cual lo escribió según su propio estilo, unos sabían mucho de Lovecraft y otros no, unos escogieron un terror más sutil y otros prefieren el gore, la única norma era que fuese un relato de terror ambientado en la ciudad de Arkham o sus  cercanías.

P.: ¿Qué tiene de especial el tabaco L´Aroca que veo que aparece en varios relatos?

R.: Eso es un homenaje al redactor del prólogo, Alberto López Aroca. Es la marca de cigarros que fuman sus villanas, como ves, un juego con sus propios apellidos. La premisa fue: todo protagonista que pueda fumar, que fume, y... ¡que la marca sea L´Aroca!

P.: El personaje principal de tu relato es muy empático, aunque destaco también la caracterización de los secundarios, ¿cómo tramas tus relatos, a partir de los personajes o del argumento?

R.: Normalmente, veo al personaje en tal situación, a partir de ahí se va formando todo.

P.: Sin lugar a dudas el universo H. P. Lovecraft está en cada nombre propio, en cada página, ¿es un guiño superlativo al maestro?

R.: Totalmente, tal vez se me ha ido un poco la mano y debería haber redactado algo más impersonal, pero... ¡¡me dejé llevar por la admiración!!

P.: Pregunta difícil, lo sé: ¿cuál es tu relato de Lovecraft favorito?

R.:  Casi todos, por supuesto, pero a "El Horror de Dunwich" le tengo un cariño especial por ser el primero que leí, con catorce años.

P.: ¿Qué les dirías a los lectores sobre las historias de ‘Arkham relatos de horror cósmico’ para que se decidan a adquirirlo?

R.: Vivirán emociones fuertes.


Beatriz T. Sánchez. Nacida en Deza, Pontevedra, la lectura y la escritura han sido siempre su natural vocación, ganando varios concursos literarios infantiles. También le atrae el dibujo y la creación, por lo que estudió diseño de moda. Su mayor afición son las lecturas de historia, arqueología y arte. Ha publicado relatos y microrrelatos en casi un centenar de antologías nacionales e internaciones. Destacar Historias en confinamiento (Lektu, 2021), Hamistagan (James Crawford Publishing, 2022); Cementerio de dragones (Lektu, 2022) o Los niños de la colina carmesí y otros relatos fantásticos y de terror (Rubeo, 2023). Publicó la novela corta gótica La Búsqueda (Círculo Rojo, 2011). Ha sido coordinadora y coautora en las antologías El Monasterio de Santa Dunia (James Crawford Publishing, 2016), Cantos de Locura y Horror (Wave Books, 2018) e In Astra: relatos desde la última frontera (James Crawford Publishing, 2023). Además de sus colaboraciones en medios como las revistas Tiempos Oscuros, Planetas Prohibidos, Fabulantes, miNatura o la APP Tentacle Pulp, destaca la publicación del poema “Creación” en el fanzine especial Ex Horror (2018) o los microrrelatos publicados en las antologías de Diversidad Literaria en 2021, 2023 y 2024.


lunes, 13 de mayo de 2024

Esteve Adam. Inspirando relatos. Entrevista a Alfredo Cot.

Esta semana comparto en Maleta de libros la entrevista que recientemente me ha concedido el escritor Alfredo Cot. Me hace especial ilusión, no solo porque le conozco, desde hace años, personalmente. También porque hemos compartido espacio narrativo en publicaciones antológicas de relatos. Por ejemplo, en el libro por el que me ha concedido esta entrevista, publicado por BocaAbajo ediciones: Esteve Adam. Inspirando relatos.


P.: Participas en el libro no solo como director del proyecto, también como coautor de un relato. Háblanos de la génesis de aquel y de esa obra que incluyes titulada Pasión por pintar.

R.: Conozco al maestro Esteve Adam desde hace muchos años, más de cincuenta. Trabajamos juntos en el estudio del decorador Ramiro de La Torre, ya entonces compartimos el arte en todas sus facetas, con el tiempo él se inclinó por el dibujo artístico y la pintura, y yo por el técnico y el diseño de interiores. En enero de 2023 me comentó la posibilidad de que le pusiera letra a alguna pintura suya y lo que yo le propuse fue más ambicioso: que fueran 100 escritores los que interpretaran sus trabajos, fueran paisajes, retratos, abstractos, apuntes, etc. Así, como aquel que dice nos hemos distraído estos últimos quince meses. 

»Mi relato Pasión por pintar tiene que ver con la madurez, cuando se supone que el ánimo se erosiona y el descaro y el atrevimiento aminoran la velocidad, de pronto, pones una marcha más y la actitud, más fresca si cabe, irrumpe de nuevo rompiendo tópicos y melancolías mal entendidas.

P.: Cada obra de las más de cien que componen Esteve Adam Inspirando relatos se acompaña de una imagen relacionada con el maestro valenciano Josep Esteve Adam, de ahí el título. Me ha parecido curioso, en el diseño interior, que no todas las historias se queden en sus páginas. Algunas se abrazan compartiendo espacio a dos caras. ¿Nos lo comentas?

R.: El diseño y la maquetación del libro nos ha llevado de cabeza. Hemos procurado que los textos no superaran las trescientas palabras, pero ha mandado el formato de la imagen que, en alguna ocasión, como tú observas, ha separado en el pliego algún texto que despuntaba ese límite. Aún así, cada pliego se corresponde con una imagen y su relato correspondiente.

P.: Además de narraciones, también hallamos algunos poemas; aprovecho para preguntarte por el proceso de selección de las obras o de los coautores que han participado en esta antología.

R.: Para la selección de las ilustraciones se escanearon más de 200 obras de los catálogos y trabajos de campo del artista. En cada colaboración al escritor se le daban varias imágenes para la elección. Esto suponía que, en ese interín y hasta la confirmación de la elegida, quedaban bloqueadas el resto. A veces la elección se ralentizaba pausándose el envío a otros escritores. No diferenciamos entre las opciones de poesía y narrativa convencional, todo cabía. Con respecto a la elección de autores recurrimos a los colectivos de Generación Bibliocafé, Valencia Escribe, la agenda de Editorial Vinatea, expertos de artes plásticas y blogueros del grupo Este jueves, relato.    

P.: En el prólogo del maestro Josep Esteve Adam, leemos que los beneficios de las ventas del libro irán a la Fundación Alberto Tortajada, de la que él, además, fue alumno. Es un libro solidario, otra razón para acercarse a disfrutar de este magnífico libro, ¿no es así?

R.: Sí, si el objetivo es solidario, los protagonistas acceden con total empatía y sin condiciones. 

P.: Quienes quieran adquirir el libro pueden hacerlo a través de la web de la editorial, en puntos de venta concretos y, además, en algunas de las presentaciones que están previstas estos meses, si no me equivoco.

R.: No te equivocas, además de la presentación que se realizó en el Colegio de Notarios de Valencia hay previstas, de momento, dos más; una en Algemesí* y otra en Alcira; además, en las librerías de Valencia capital y Algemesí y, por supuesto, a través de la editorial Boca Abajo Ediciones.

P.: “El hecho creativo nace de lo más recóndito de uno”, leemos en tu introducción al libro. Es muy evocador; aúna por igual, a mi entender, al maestro Josep Esteve Adam, con su arte, y a quienes han participado con su prosa y verso en esta antología. Quizás también la lectura tiene algo de esa soledad, de intimidad, ¿qué opinas? 

R.: Es la comunión de dos sensibilidades con un común denominador: la pasión por pintar y la pasión por escribir. El escritor se introduce en el fondo de la pintura y rescata una parte de su vida que, seguro, está ligada a lo implícito de los pinceles y a sus recuerdos; lo que viene a continuación es el reto de hacer verosímil lo que desde la ficción pictórica encontraría tantas respuestas como imágenes.

P.: ¿Qué les decimos a los lectores sobre este libro y toda la creatividad que en él atesora?

R.: Esta obra tiene muchas lecturas —nunca mejor dicho—, pero es su carácter espontáneo e imaginativo de una narrativa que acompaña con descaro a una colección de obras que bien podría hacer del libro una obra de coleccionista.



Alfredo Cot González (Valencia,1948) Inicio su actividad como diseñador de interiores en 1969 resultando finalista del Premio Nacional Saloni de Interiorismo en 1991. Ha publicado numerosos trabajos en revistas especializadas de Diseño y Arquitectura Interior. En su faceta literaria, destaca haber sido finalista en varios certámenes literarios. Ha colaborado en diversos proyectos literarios colectivos como Mayores con reparos (2016), Cien años del Teatro Olympia (2017), Cuánto pesa un libro (2017), Eco, Bowie & Lee (2017), Reescribiendo a Blasco Ibáñez (2018), Valencia with the Beatles (2018) o Treinta hombres fascinantes de la historia de Valencia (2018). Entre sus novelas publicadas, destacan Abecedario de flores (2016), cuya tercera edición recibió el premio de la Generalitat Valenciana al mejor libro autoeditado; Cien días de otoño (2018); Divinas criaturas. Relatos del Mercado Central (2018); con Giovanna Vivian, Viajando con Trip (2018); El bulevar de las hormigas (2019); junto a Alicia García-Herrera, Andrés Ferrer y Kolo, La Odisea – Adaptación para jóvenes (2019), Peinar el viento (2022), La Última Cena (2023) o A veinte palmos del suelo, en 2024.

Esteve Adam. Inspirando relatos. Alfredo Cot. BocaAbajo Ediciones

(*) La presentación del libro en Algemesí será el jueves 13 de junio de 2024, a las 19.30h.

Foto: Tere Arcos (c)

lunes, 6 de mayo de 2024

El mar y otros inconvenientes Entrevista a Fidel Tomás Ferrer


Comparto esta semana una entrevista muy especial, la concedida al filósofo, docente y escritor Fidel Tomás. Acaba de publicar un libro de relatos El mar y otros inconvenientes (Arena). Tendré el honor de asistir a la presentación de esta antología en el acto a celebrar el viernes 10 de mayo en Valencia. Reseñé hace poco el libro, con lo que os dejo sin más preámbulos la entrevista. 


P.: El mar y otros inconvenientes es una antología de relatos de distinto pelaje y condición. De hecho, los has agrupado en varias secciones. Ya habías publicado narraciones cortas en otras antologías, ¿qué te ha llevado a escoger justo estas 22 historias y lanzarlas al proceloso mar de la crítica y los lectores?

R.: He agrupado los diferentes relatos que muestran cierto aire de familia, y alguno incluso se ha quedado fuera de juego esperando otra oportunidad. La primera parte tiene tres relatos de ambientación marina. La segunda parte del libro, la que lleva por título “Algo ahí abajo”, articula diferentes temas bajo la idea común de un elemento más o menos soterrado que se muestra, o se oculta, o desde el que se habla: pozos, trincheras, raíces, topos, etc. La tercera: “Otros inconvenientes” está más ceñida a temas sociales y en ella la ironía juega un papel fundamental, y la cuarta es sin duda la más íntima, se llama “Personal y transferible”.

P.: En la portada, si no me equivoco, encontramos a una de Las Parcas, de Francisco de Goya, de sus pinturas negras. Me sirve para preguntarte por alguno de los temas que hilvanan estos relatos. Por ejemplo: las decisiones tomadas, lo efímero de la existencia humana o el silencio, ya por acción o por omisión... ¿Nos lo comentas?

R.: Sí, se trata efectivamente de una Parca de Goya en concreto de Láquesis, que en la mitología griega es la que tira la suerte, la que decide el futuro de los humanos y la longitud del hilo de la vida, por eso Goya la representa con unas tijeras en la mano. No creo en el destino, pero sí que me resulta sugerente la idea de que somos pequeñas criaturas bastante más frágiles de lo que generalmente estamos dispuestos a reconocer. Y déjame añadir que no considero esto como algo negativo, de hecho creo que reside cierta grandeza en esa fragilidad, de eso trata el relato “Splendet dum frangitur”, brilla o resplandece cuando se quiebra. En todo caso, para mí, tiene más belleza el hilo que la tijera. Ah y además ese título no deja de ser un homenaje a la segunda de “Las semanas del jardín” de Rafael Sánchez Ferlosio.

P.: Hallamos relatos, en su mayoría breves, de unas pocas páginas. Esa brevedad que caracteriza ya a nuestra sociedad. Casi se antepone a los dos lustros transcurridos, creo, entre la gestación del relato más bisoño y el más talludito. Querría preguntarte por las bambalinas de estas veintidós historias. Por su parte real y la ficcional; por la labor de reescritura una vez rescatas el relato tras un tiempo en el cajón y, quizás, se revuele, algo arisco a los cambios.

R.: Bueno sí, no los he datado con exactitud, pero desde luego te puedo asegurar que llevo no menos de diez años escribiendo y reescribiendo, tocando y retocando estos relatos. El tema de las correcciones y las diferentes versiones ha sido un poco obsesivo. Flaubert decía que un texto está acabado cuando te descubres poniendo una coma donde la acababas de quitar. Poco me parece. El relato corto se la juega en los detalles más nimios. Yo he tratado aquí de cuidarlos al máximo o bien de cribarlos al mínimo. Escribir es muy fácil, lo difícil es corregir. En ese proceso ha habido algunos relatos que han cambiado de tono, de intensidad, de cierre, etc. Unos han crecido, otros han menguado, confío en que todos hayan mejorado. Y casi todos ellos se basan efectivamente en hechos ficticios…  

P.: Frente a la literatura de disipación -y no solo ella, en el arte-, estos relatos parece que juegan a susurrarle algo al oído a quien se les acerque. Hay reflexión, no diré que moraleja; me atrevería, quizás sí, con aquello de cierta crítica social. Mejor preguntárselo abiertamente a su autor.

R.: Si alguno de mis relatos consigue motivar algún tipo de reflexión en el lector, que se pregunte algo que no había pensado o lo había hecho de manera confusa… entonces todo el esfuerzo volcado en ellos habrá valido la pena. No aspiro a entretener. Entretener es sinónimo de distraer, y distraer es sinónimo de engañar. Además, como forma de entretenimiento, la literatura tiene todas las de perder respecto a otros medios como la televisión, las redes sociales o internet. Pero creo que el valor de un texto, un relato, por ejemplo, puede ser otro, tal vez insinuarle algo al lector, algo que tal vez más o menos sabía pero no se daba cuenta, poner palabras a sus pensamientos, instalar algo de orden (y puede que algo de belleza) en el caos de su propia vida. Me gusta mucho eso que dices de susurrar algo en el oído del lector… 

P.: Me interesa el tema de los nombres de los personajes, el proceso de su bautizo. No en vano “aparece” por ahí Wittgenstein y me da en la nariz que cuidas detalles como el lenguaje, algo que no solo se ve en las metáforas y otros recursos de estilo.

R.: Pues he de decirte que los nombres de los personajes de mis relatos han ido sufriendo una evolución a lo largo del proceso de reescritura. Al principio, no le daba mucha importancia, pero poco a poco me he visto atrapado en el juego de la onomástica. Me gusta que los nombres de los personajes tengan una función en la historia que cuenta cada relato. En ese sentido, hay en este libro toda una gama de juegos o acertijos, unos explícitos otros implícitos. Desde la Esperanza de “Topos”, hasta el Felix Fallax (feliz impostor) en “Después de nunca”. Me gusta que unos nombres tengan algún tipo de resonancia en otros, como Fede y Félix en “Asimetría”, o Javier, Jorge y Joaquín en “Tres tristes triunfos”. Ángela es una mensajera en “El sofista”. El Cristóbal de “Piernas y no raíces” existió realmente y es mi pequeño homenaje. Don Serafín, es el mismo personaje que se desdobla en “El abrazo del castaño” y en “Más negro, más, que la noche”. 

»El protagonista de “De lógica y barro” es, efectivamente Wittgenstein, ahí he puesto las cartas encima de la mesa, desde la cita que encabeza el relato; las he ocultado en la alusión a ese italiano que era demasiado perspicaz para ser feliz, aunque te confieso ahora que se trata de Leopardi. Dejemos que el lector entre al juego de los nombres…

P.: En uno de los relatos, en los que la ironía, otro de los recursos que usas, se comenta algo así como que los finales cerrados no venden. Es curioso, porque a pesar de que leemos en otro que: “a veces la vida se asemeja demasiado a un maldito juego de trileros”, creo que entre el pesimismo y la esperanza has optado por esta última a la hora de plantearlos. ¿Es así?

R.: Sí, he utilizado el doble sentido y la ironía como una especie de omeprazol que facilite la digestión de ciertas cuestiones. La ironía y el humor tienen un rendimiento excelente en literatura, algo de ello sabía Cervantes. Un lector que es capaz de reírse de sí mismo al ver algún aspecto personal reflejado en un texto, es un lector que al acabar un libro es un poco mejor o más sabio que antes. Respecto a los finales… ahí hay de todo pelaje y condición. Esa es una ventaja de los libros de relatos sobre las novelas, ¿puedes imaginarte una novela que tenga 22 finales? 

P.: Retomo otro pasaje de uno de los relatos en El mar y otros inconvenientes. Concretamente: “la comodidad es enemiga de la creación, la destruye suavemente, la convierte en un capricho superfluo.” Habiendo dado ya el salto a la publicación de un libro, ¿qué expectativas tienes en tu horizonte literario?

R.: Estoy acabando un trabajo sobre el Nietzsche joven que se mueve entre la filosofía y la filología, esto se publicará como un capítulo de un libro colaborativo que trata de explorar las relaciones entre filosofía y literatura. Por otra parte daré, el próximo día 6 de junio una conferencia en la UNED, en la que voy a explorar las relaciones entre Kafka y Beckett. Y ya para el verano, que es mi época preferida para escribir, van asomando por el horizonte algunas ideas que tal vez se conviertan, quién sabe, en alguna nueva historia… esos son los tres proyectos que espero sacar adelante en estos meses próximos.  

P.: He leído que Valencia y el Mediterráneo son la cuna inspiraticia de gran parte de estos relatos. Ese mar, cuna de la Filosofía, también transita aquí, como un archipiélago de pensadores, reflexiones, citas y algún guiño entre sus páginas.

R.: Sí, así es, casi todos estos relatos nacieron y crecieron a la orilla del Mediterráneo, entre Valencia y Castellón, impregnados de ese mar al que culturalmente pertenecemos, como bien señalas. Así que es de justicia poética que a él vuelvan. El 10 de mayo lo presentaremos en La Ardilla Literaria, en Valencia.

P.: Para terminar, si en la mesa de novedades de una librería vieras titilar a un lector entre tu libro y otro, ¿qué le dirías para terminar de convencerlo por El mar y otros inconvenientes? Puedes usar el comodín de llamar al protagonista de tu relato El sofista.

R.: Sí que voy a optar por un comodín, no el de “El sofista”, pero sí el del relato que abre el libro: “Sin temor al mar”. Le diría a ese lector que, como el protagonista de este texto, le estoy esperando apoyado en el puente a que me vea reflejado en su propia corriente. Que llevo mucho tiempo imaginando qué ocurriría si nos encontráramos, y que sepa, con la precaria certeza de lo que se comprende demasiado tarde, que no estoy esperando a nadie más que a él para entender, por fin, lo que significa navegar.   


Fidel Tomás Ferrer es licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Su trayectoria docente se distribuye desde la educación secundaria hasta la universitaria. Sus intereses se han centrado en el estudio de los vasos comunicantes que permean Filosofía y Literatura. Fue miembro del Jurado del Premi Tardor de Poesía y finalista del XXI Premio Literario Bodegas Olarra & Café Bretón. Ha publicado además de diversos artículos en revistas especializadas, los relatos “Contemplación” y una primera versión de “El abrazo del castaño” en “Incorregibles” (Urania) y “La última carta”, dentro de la antología “101 relatos de la enseñanza” (Vinatea).


El mar y otros inconvenientes. Fidel Tomás. Arena libros.

Fidel Tomas estará presentando el libro, este viernes 10 de mayo a las 19h en La ardilla literaria, c/ Explorador Andrés, 49 bajo, en Valencia. Entrada libre hasta completar aforo. 


jueves, 2 de mayo de 2024

In Astra. Relatos desde la última frontera Entrevista a Beatriz T Sánchez

Mi entrevistada en esta ocasión es la escritora Beatriz T. Sánchez. Hemos coincidido virtualmente en algunas publicaciones y, si todo va bien, volveremos a compartir páginas en una antología de terror. En este género, ella se mueve como pez en el agua o murciélago en la noche, por hacer un guiño simpático. Esta entrevista me la concedió por su doble colaboración en el libro de relatos In Astra. Relatos desde la última frontera (Lektu).


P.: ¿Cómo surge la idea de reunir en un libro a los autores de “In Astra. Relatos desde la última frontera” para crear una antología de terror? 

R.: Fue sencillo, se planteó un día, comentando la buena experiencia que había sido la anterior antología que proyecté y coordiné, Cantos de Locura y Horror (Wave Books), de temática lovecraftiana.

P.: Decía que la temática es el terror, pero ya desde el título nos da una pista de otro elemento argumental de estos relatos: la ciencia ficción. Háblanos de ese binomio narrativo que comparten estas historias. 

R.: Entre varias opciones sobre cuál sería la temática, esta fue la más votada: Terror en el espacio (exterior, sideral, cósmico). De lo bien que casan, hablan clásicos como Alien, La Cosa u Horizonte Final, que parten de guiones y la segunda de una novela corta.

P.: Además de tu labor como coordinadora de esta antología, participas con un relato propio titulado El corazón de Freya. Coméntanos acerca de la sinopsis, los personajes o quizás de la trastienda durante su gestación.

R.: Mi relato es antiguo, y decidí que era la ocasión de que viera la luz. El punto de vista es el de un androide, con una misión en concreto y solo diseñado para ella, todo dentro de un plan de colonización espacial mayor. Durante un largo viaje, tiene que cuidar y educar a una niña humana. El lado emocional y sensitivo de esta, que él podrá analizar, comprender, pero nunca compartir, provocará una imprevista dificultad.

P.: Uno de los atractivos, a mi modo de ver, en un libro conjunto como es el caso de In Astra es el de poder disfrutar de su variedad de estilos, enfoques y pulsos narrativos. ¿Qué nos puedes contar sobre esas particularidades que los lectores van a encontrar en estas diez historias de terror y ciencia ficción? 

R.: Es un punto que siempre me ha gustado tener en cuenta y destacar en las antologías que desarrollo. Cada compañero tiene un estilo y preferencias particulares, y cada cual puede desarrollar libremente la idea que la temática elegida le sugiera. Así, el lector podrá encontrar aquí relatos pulp, o bizarros, trepidantes o introspectivos, viajar a otros planetas, o en naves generacionales, seguir una guerra e invasión extraterrestre, etc.

P.: Creo que In Astra está disponible en la plataforma Lektu. Aprovecho para preguntarte sobre los nuevos hábitos lectores, los libros digitales y la apuesta de las editoriales por esos nuevos formatos más allá del tradicional en papel.

R.: La balanza se decanta entre los lectores claramente hacia lo digital, aunque el papel no desaparecerá. Creo que se está alcanzando el equilibrio y el sector editorial ahora apuesta por tres formatos: libro en papel, libro electrónico y audiolibro, que pueden convivir perfectamente del mismo modo que se ha abierto también el abanico de posibilidades de financiación (crowfunding, autoedición), distribución (librería, impresión bajo demanda, venta en plataformas digitales, venta directa desde web o página de red social) o pago.


Beatriz T. Sánchez. Nacida en Deza, Pontevedra, la lectura y la escritura han sido siempre su natural vocación, ganando varios concursos literarios infantiles. También le atrae el dibujo y la creación, por lo que estudió diseño de moda. Su mayor afición son las lecturas de historia, arqueología y arte. Ha publicado relatos y microrrelatos en casi un centenar de antologías nacionales e internaciones. Destacar Historias en confinamiento (Lektu, 2021), Hamistagan (James Crawford Publishing, 2022); Cementerio de dragones (Lektu, 2022) o Los niños de la colina carmesí y otros relatos fantásticos y de terror (Rubeo, 2023). Publicó la novela corta gótica La Búsqueda (Círculo Rojo, 2011). Ha sido coordinadora y coautora en las antologías El Monasterio de Santa Dunia (James Crawford Publishing, 2016), Cantos de Locura y Horror (Wave Books, 2018) e In Astra: relatos desde la última frontera (James Crawford Publishing, 2023). Además de sus colaboraciones en medios como las revistas Tiempos Oscuros, Planetas Prohibidos, Fabulantes, miNatura o la APP Tentacle Pulp, destaca la publicación del poema “Creación” en el fanzine especial Ex Horror (2018) o los microrrelatos publicados en las antologías de Diversidad Literaria en 2021, 2023 y 2024.


In Astra. Relatos desde la última frontera. VV.AA. Lektu

viernes, 26 de abril de 2024

El mar y otros inconvenientes. Fidel Tomás

Estos días he tenido la oportunidad de leer un libro recién salido de imprenta, El mar y otros inconvenientes (Arena libros), de Fidel Tomás. Se trata de un libro de relatos compuesto por 22 historias agrupadas en cuatro archipiélagos narrativos. 

De casta le viene al galgo y pronto se perciben rasgos del autor. Me refiero a que Tomás es docente, de Filosofía, una disciplina que recorre buena parte de las páginas de estos relatos. Con todo, sorprende el lenguaje, la metáfora, esos paralelismos argumentales y, cómo no, lo no dicho, lo sugerido. Me ha evocado, en ese sentido a la teoría del iceberg de Hemingway

Hay relatos actuales, irónicos, con voces protagonistas y otros más reflexivos, apelando al inconsciente colectivo para lograr cerrar el sentido íntimo del tema o el fondo. Ya había leído en su día Más negro, más, que la noche. Me gustó entonces y me gustó de nuevo junto a otros como A partir de nunca o La ruleta de la fortuna

Nunca es fácil colocarse en la piel de un personaje quizás alejado de uno, así que es de alabar la habilidad Tomás al dar vida a las protagonistas de Baja productividad, Topos o Sobre las que caen. El mar y otros inconvenientes tiene pues la virtud de abrazar historias en apariencia disímiles, pero en las que palpitan un hilo de Ariadna que nos sumerge y nos trae de vuelta a casa emocionados y con ganas de seguir leyendo. 

Coincido con Ricardo Guadalupe, prologuista de esta antología, en el recurso utilizado por el autor aquí, que “provoca la participación del lector en un juego de complicidades.” Solo me resta invitar a los lectores a jugar desde la orilla, sin inconvenientes, o a enrolarse con viento a favor en la travesía que nos propone Tomás en estas historias “captando los pequeños detalles, esos que diferencian a nuestros semejantes”, Guadalupe dixit.


Fidel Tomás es Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Su trayectoria docente se distribuye desde la educación secundaria hasta la universitaria. Sus intereses se han centrado en el estudio de los vasos comunicantes que permean Filosofía y Literatura. Ha publicado diversos artículos en revistas especializadas. En lo literario, publicó los relatos “Contemplación” y una primera versión de “El abrazo del castaño” en la antología “Incorregibles” (Urania) y el relato “La última carta”, dentro de la antología “101 relatos de la enseñanza” (Vinatea), una historia sobre la relación entre Galileo Galilei y el que fue su maestro de matemáticas en Florencia, Ostilio Ricci. El mar y otros inconvenientes es su primera obra en solitario. 


El mar y otros inconvenientes. Fidel Tomás. Arena libros.


martes, 23 de abril de 2024

El viejo. Entrevista a Guillermo Anguera

Mi entrevistado esta semana es Guillermo Anguera Ortiz (Barcelona, 1991). Se graduó en Filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona y cursó sus estudios de máster en la UNED. Escritor y boxeador aficionado, ha trabajado vendiendo perritos calientes y otra comida basura, ejerciendo también de librero y editor de mesa en distintas editoriales. A finales de 2022 publica El miserable.  A continuación, comparto la entrevista que me concedió por El viejo (BunkerBooks), su primera novela. También os dejo el enlace a la reseña que subí a Maleta de libros.


P.: Leemos en su biografía que es boxeador aficionado, también que esta es su primera novela. ¿Cómo ha sido la experiencia de subirse al metafórico ring de este género tan exigente?

R. Ha sido un proceso largo, bonito y tedioso a partes iguales y extenuante en muchos sentidos. Terminé la primera versión del manuscrito hará unos seis o siete años. Tardé otros tres en dar con Borja, editor de Bunker, y para entonces el manuscrito ya había acumulado bastante polvo. Borja planteó una serie de cambios que tenían todo el sentido y yo me puse a trabajar con la idea de que aquel libro tenía que convertirse en algo totalmente distinto. No fue escribir una novela de cero, pero tampoco fue una corrección al uso. Al final quedó un híbrido curioso que contiene partes de aquel escritor que se propuso escribir una primera novela un tanto precoz y aquel otro, más maduro, que ha sido capaz de detectar todos los errores del primero. Ahora podría escribir otra vez la novela y seguro que quedaría un tercer libro muy diferente, pero en algún momento hay que ponerse a trabajar en otras cosas.

P.: Tres son los coprotagonistas y, además, tres son las partes en las que ha dividido esta novela. Pero no para darle a cada uno su visión del drama, del poliedro del nudo gordiano que les pone a prueba. Háblenos de las bambalinas de la creación de El viejo. De lo invisible que es mucho y muy metafórico, sospecho, en esta trama de descubrimiento e introspección para el lector.

R. O todas las novelas son autobiográficas o ninguna lo es. Compartí un piso muy parecido al de los protagonistas de esta historia. En los cinco años que estuve en él, conviví con más de treinta personas. Es difícil generar una convivencia estable cuando hay tanta fluctuación, y con cada persona o grupo de personas se crean dinámicas distintas. Me pareció divertido ir cambiando la incógnita de la ecuación, hacer un casting de personajes literario y ver en qué medida se construía una nueva historia.

P.: En un pasaje de El viejo hay un curioso guiño, creo, a aquella mítica frase de El Gatopardo. La de de la paradoja de que si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie. ¿Quizá es una buena académica palanca para situar al viejo, como ente en el vórtice de la trama?

R. El viejo es otro de los coprotagonistas de la trama. No hace nada en toda la historia, pero funciona como catalizador de todos los miedos e inquietudes de los compañeros de piso. Me gusta hacerme la pregunta de cómo se hubieran desarrollado todos estos personajes si él no hubiera entrado en sus vidas, y tiendo a creer que, de algún modo, sus miserias se hubieran manifestado en algún punto de sus biografías. El viejo solo lo precipita todo, es un acelerador. No tenía en mente El Gatopardo cuando escribí la novela, pero me parece una relación bien encontrada. 

P.: ¿Podría decirse que en El viejo hay elementos de esoterismo, de ciencia ficción e incluso de vanguardismo con toques de ese surrealismo fronterizo del teatro de Beckett?

R. No sé si es una novela que pueda leerse en clave de género. Sí contiene algunos elementos propios, pero creo que si algún lector de, por ejemplo, ciencia ficción, se topa con el libro, puede sentirse algo decepcionado. El viejo funciona como Macguffin, pero más allá de esta aparición mágica, la novela se desarrolla en un plano realista. Aunque por supuesto tampoco hay que minimizar el hecho de que el viejo ha aparecido como una invocación, en ese sentido sí hay elementos esotéricos o de ciencia ficción.

P.: Háblenos de la crítica social, no sé si velada, en El viejo. Lo comento porque en un pasaje se habla de ese binomio del amor y la energía como poder para influir en las personas, como “consigna de una época. Todo sensación y emoción. Sin profundidad”. Susana reflexiona acerca de que es algo así como un mismo cáncer aunque se le ponga una corbata a Jesucristo.

R. Leyendo el periódico parecería que la gente ya no cree, que somos una sociedad secularizada, racional y cientifista. Lo único que ha cambiado es que ya nadie nos dice en qué creer, y disponemos de una oferta ilimitada de opciones. Ojo, no tengo nada en contra de la espiritualidad, creo que es una parte natural de lo que significa ser humano, pero estamos en un punto en el que muchas personas aceptan cualquier cosa. Es una espiritualidad vacía de contenido, que sirve para justificar cualquier cosa. Teodoro representa esta tendencia en la novela, pero no es difícil encontrarse con otros Teodoros en la vida real. 

P.: Por último, quería preguntarle por el concepto de esfericidad que ya apuntase el gran Edgar Allan Poe, para el relato -y tanto gustaba a Cortázar, añado-; aunque, en el caso de El viejo, como novela, creo que funciona a la perfección, como un mecanismo de relojería para no defraudar las expectativas generadas en los lectores.

R. Este es un concepto que me gusta y que quería explorar en el libro. La idea nietzscheana del eterno retorno de lo mismo. Creo que cualquier historia debe dejar un espacio abierto a la imaginación, cuanto más grande mejor. A algunos lectores no les ha gustado y han llegado a preguntar si tenía pensada una segunda parte, creo que Netflix puede tener mucho que ver con su concepción de la ficción. En mi caso, me interesa dejar la pregunta abierta, en ningún momento tuve la intención de cerrar cuestiones como el origen del viejo. Nadie se pregunta qué llevó a Gregorio Samsa a convertirse en cucaracha, lo importante es lo que le sucede después. La idea que subyace El viejo es esta misma, y pretende invitar al lector a preguntarse ¿qué harías tú si se te apareciera a ti?


El viejo. Guillermo Anguera. BunkerBooks.

Puedes leer la reseña de este libro aquí.

viernes, 19 de abril de 2024

Sam y Yo. Entrevista a J.E. Alamo

A pocos días del 23 de abril, una fecha entrañable para los amantes de los libros, quiero compartir la entrevista que me concedió J.E. Álamo por su novela Sam y Yo (Vencejo). Nació en Leamington Spa, Reino Unido y comenzó a escribir a lo cuarenta y seis años. Especializado en fantasía, género negro y terror, le gusta mezclar géneros en sus obras y se inclina por subgéneros como la fantasía urbana. Es autor de varias novelas, numerosos relatos y coordinador de antologías en las que colaboraron distintos autores. Ha obtenido varios galardones por su obra. Entre otros con El Tormo Negro (2012) y dos premios Pandemia (2012 y 2013) por su saga de novelas de Tom Z Stone, obras pertenecientes al género negro. 


P.: La novela Sam y Yo tiene una portada muy interesante, creo que arroja una pista acerca del personaje principal de esta historia. ¿Qué podemos adelantar sobre ese Yo sin desvelar en exceso?

R.: Es complicado hablar de esta novela sin desvelar parte de la trama, pero creo que tampoco pasa nada por comentar que Sam es Yo y Yo es Sam, dos en una o en tres. Ahí lo dejo. Sí quiero añadir que la portada es de Sarah Álamo, una artista estupenda.

P.: Entre los rasgos más curiosos de la protagonista, me he quedado con uno, por si nos lo quiere comentar. Me refiero a que asocia a las personas con ciertos colores. He estado leyendo y, en efecto, hay teorías que relacionan nuestra personalidad con el círculo cromático. 

R.: Aquí parto de mi propia experiencia, suelo asociar con colores y también olores a la gente que conozco. De hecho, me dejo llevar por el instinto a la hora de hacerlo y esa primera impresión que tengo de alguien a quien acabo de conocer viene acompañada de un color, y no es frecuente que tenga que cambiar esa primera apreciación. Me pareció interesante que Sam y Sophie empleasen este sistema a la hora de identificar a las personas que van conociendo, en su caso es algo portentoso y casi un superpoder. 


P.: Otra de las curiosidades que me ha hecho esbozar alguna sonrisa, advirtiendo que Sam y Yo no es una novela cómica, es esa devoción de Sam por Jackie Chang y Vin Diesel. No sé si preguntarle por esos pasajes más irónicos, por ese ingrediente menos dramático a la hora de ir descubriendo esta historia, capítulo a capítulo. 

R.: Es el alivio cómico necesario para una historia tan dura. Me pareció que podía funcionar muy bien esa devoción de Sam por los personajes que has mencionado, arrancarle así una sonrisa a los lectores. Por otra parte, sin ser un fan del cine de Jackie Chan, sí que siento admiración por el actor en sí, me resulta simpático, atrevido y poseedor de una forma física y valor excepcionales; en resumen, que el amigo Jackie tiene un color estupendo. En cuanto a Vin Diesel, me vino bien para transmitir al lector una de las pasiones de Sam

P.: Además de la historia como tal, sospecho que hay temas profundos en esta novela. Uno de ellos, quizá, es el del maltrato. En un pasaje de la novela, la protagonista, al describir a otro personaje, habla de que en ocasiones el impulso es superior a la voluntad. Le lanzo el guante justo para que nos hable de esos temas profundos de Sam y Yo.

R.: Al abordar ciertos temas no pretendo dar lecciones o impartir moralejas, solo expreso mi preocupación por los dramas que nos afectan a diario. El maltrato a todos los niveles y edades está presente en nuestras vidas y nos atañe a todos, ya sea directa o indirectamente. No puedo escribir una historia “realista” sin mencionarlos. Otro de los temas que trato de manera recurrente es la codicia, el afán de ganar dinero y poder a costa de lo que sea, sin importar los medios empleados para alcanzarlo, En Sam y Yo esa codicia está presente a lo largo de toda la trama, con las consecuencias marcando el devenir de la mayor parte de los personajes, por no decir de la totalidad de ellos.


Sam y yo. J.E. Álamo. Vencejo ediciones.

lunes, 15 de abril de 2024

El arte de un buen arroz. Héctor Medina

Hacía tiempo que no traía a Maleta de libros una obra de divulgación gastronómica. He elegido El arte de un buen arroz (Zenith), de Héctor Medina por varias razones. 

La primera, porque como bien apunta su autor, valenciano, como el que suscribe estas líneas, mucha gente cree que “los arroces son muy difíciles”. Medina llega con este libro para ofrecernos las claves de un buen arroz y desmitificar esa creencia. 

La segunda, porque para ese propósito, el autor nos introduce unos conceptos previos acerca de los ingredientes, la preparación y, a continuación, obviamente, incluye las recetas. Setenta arroces divididos en secciones entre las que encontramos desde la clásica paella valenciana al arroz al horno, pasando por el arroz del senyoret o el arroz con bogavante; todos muy valencianos. Como también algunos arroces más “atrevidos”, lo entrecomillo, como pueden ser un arroz meloso con rabo de ternera al chocolate, un arroz meloso con verduras al wok o un arroz meloso con pulpitos al vermú con sobrasada. 

Si me apuro, creo que habría una tercera razón: la humildad. Aprecio mucho ese rasgo en general y aún más en la cocina. En la introducción de El arte de un buen arroz, Medina nos cuenta cómo pasó de subir unas modestas fotos en una red social a tener miles de seguidores y con el tiempo a verse escribiendo un libro. No hay presunción en sus palabras, es su deseo para quienes se acerquen a estas recetas que disfruten y se sorprendan de lo que con práctica y buenos consejos pueden llegar a elaborar. Por todo ello, también animo como mi paisano a que estos días nos pongamos el delantal y, paso a paso, le perdamos el miedo a la dificultad de preparar un buen arroz. Buen provecho y enhorabuena, Héctor


El arte de un buen arroz. Héctor Medina. Zenith. @elchefkent

martes, 9 de abril de 2024

Yakutat Entrevista a José Luis Muñoz

Una vez más, he perdido ya la cuenta, comparto agradecido una nueva entrevista que me concedió el escritor José Luis Muñoz. Recientemente ha visto la luz su novela Yakutat (Bohodon). Mientras en estos lares nos preparamos para disfrutar del sol primaveral a las puertas del Día internacional del Libro y las ferias del libro, en esta novela Muñoz nos emplaza a la fría Alaska en pleno confinamiento pandémico. 

Disfrutad de la entrevista y, por supuesto, del libro. Y no os perdáis el consejo que nos da a quienes escribimos tomado prestado de la grandísima y admirada Virginia Wolf.


P.: Tras leer su novela Brother (Libertad) —y concederme, además, una entrevista—, me quedé con ganas de leer la segunda de las tres partes de la trilogía. Nos hubiera llevado con sus protagonistas a Alaska, casualmente. Cumplido en parte ese anhelo lector —aunque con otro argumento y novela—, con su reciente Yakutat, le lanzo un par de citas célebres por si nos las quiere comentar al hilo de esta. “Viajar es descubrir que todos están equivocados acerca de otros países.” (Aldous Huxley), “La gente no hace viajes, son los viajes los que hacen a la gente.” (John Steinbeck).

R.: De acuerdo con las dos citas. Muchas veces es un forastero el que mejor pueda diseccionar un país, ver el conjunto desde fuera. Y hablo de Estados Unidos como puedo hablar del Valle de Arán en donde vivo. Como escritor, analizo todo lo que sucede a mi alrededor, soy esponja de la actualidad, esta me permea, y lo que está sucediendo en Ucrania y Gaza es sencillamente espantoso. Los viajes abren la mente, pero no todo el que viaja es capaz de hacer una abstracción de lo que ve, sobre todo, en esos viajes de masas en donde lo que se busca es el selfie para testimoniar que se ha estado allí y se les escapa la esencia de los países que visitan. 

Mi literatura está muy relacionada con el concepto de viaje, y quizá el libro más definitivo sobre esa relación sea El viaje infinito. Siempre digo que una novela es un viaje a un espacio y a un tiempo, y que yo viajé en mi infancia gracias a la literatura y viajo al pasado a través de mis novelas históricas La pérdida del paraíso o El centro del mundo. Muchas veces echo en falta esa inocencia lectora que me hacía disfrutar de los libros de Jack London, Robert Louis Stevenson, Emilo Salgari o Julio Verne y veo a ese niño absorto en sus lecturas y soñando en una biblioteca pública del barrio de Gracia de Barcelona que ya no existe. 

P.: Entre lo que podríamos llamar su colección de novelas del frío, destacan las anteriores La manzana helada, Cazadores en la nieve o La bahía humeante, por ejemplo. Novelas de viajes, de paisajes, como muchas otras. Lo que sí me ha sorprendido es que al protagonista de esta no le guste leer, ni el cine. Es verdad que escribe un diario. Creo que en eso sí es un personaje peculiar frente a otros protagonistas de sus novelas. ¿Nos lo comenta?

R.: Exacto. Y fíjese que viene casi a continuación de un personaje tan erudito como Hans Teodore Mankel, que protagoniza otra historia helada en el Munich invernal. Quería crear un personaje en mis antípodas precisamente para autorreivindicarme en él. Todo lo que no le gusta a Ben Ferguson, me gusta a mí. A pesar de intentar mantener distancia con el protagonista de la historia, en realidad estoy escribiendo sobre mí mismo en ese exacto momento terrorífico de la pandemia. Quienes me conozcan más a fondo van a encontrar similitudes acusadas entre Ben Ferguson y yo. 

La casa de Ben es la mía, como la casa del protagonista de Cazadores en la nieve lo era también.  Algunas de las cosas que le suceden a Ben Ferguson, como esas moscas que van a morir a su buhardilla, me pasan a mí, y las pongo en la novela para dejar de obsesionarme por fenómenos incomprensibles. El paisaje se convierte en un elemento imprescindible y determinante de la novela, como lo era el de Islandia en La bahía humeante, el Nueva York a dieciocho grados bajo cero de La manzana helada o el Valle de Arán de Cazadores en la nieve. 

P.: Mencionó antes a Jack London, quien aparece en la dedicatoria. A continuación, también incluye  a Shiva, a quien le da un coprotagonismo en Yakutat. Quiero preguntarle por este personaje dentro y fuera de las páginas de esta novela. 

R.: No habíamos hablado de esa perra que es el personaje más tierno y positivo de la narración y está muy presente en toda ella. Shiva existe, es una mezcla de Border Collie y Husky, y a ella va dedicada la novela; en Yakutat viene del cruce de Malamute y Husky. Es una perra que no es mía, pero con la que tengo un vínculo muy especial, mágico, a pesar de que nos vemos muy poco, pero cuando nos encontramos nace esa chispa que relaciona al ser humano con el mundo animal, una relación de cariño inmenso por parte de ambos. Shiva es también la tabla de salvación de Ben Ferguson en su vida solitaria. Shiva es un homenaje a Colmillo Blanco de Jack London, una de las novelas más maravillosas que leí en mi niñez. La perra le hace más soportable la vida a Ben Ferguson. 

P.: Desde el punto de vista narrativo, creo que destacan dos recursos interesantes a la hora de leer la historia. Uno es la voz omnisciente, en segunda persona, dirigiéndose al protagonista. Otro es esa narración intensa, con pocas pausas, como en bloque, como esa niebla atrapando a sus habitantes. Quizá para dotar de ese ambiente opresivo e inmersivo a los lectores, ¿es así?

R.: Exacto. Los recursos literarios utilizados en la historia la determinan en cierta forma. El uso de la segunda persona ya lo había experimentado en una novela corta, publicada hace tres años, La muerte del impostor. Aquí, esa segunda persona actúa un poco como la voz de la conciencia de Ben Ferguson, porque mis personajes, hasta los más malos y perversos, tienen una cierta conciencia que les hace distinguir el bien del mal, y para suscitar un proceso inmersivo del lector en lo que se está narrando. 

Una de mis obsesiones literarias, y espero conseguirlo, es que el lector no sea alguien ajeno, sino alguien que esté dentro de la acción, que sienta frío, dolor, placer, furia, ansiedad a través de la lectura de las páginas de Yakutat. Hago mía una frase de Virginia Wolf: "Una buena novela es cualquier novela que le hace a uno pensar o sentir. Tiene que meter el cuchillo entre junturas del cuero con el que la mayoría de nosotros estamos recubiertos”. 


Yakutat. José Luis Muñoz. Bohodon ediciones.


jueves, 4 de abril de 2024

Los hijos. Franz Kafka

Este año se cumple el centenario de la muerte del escritor Franz Kafka (1883-1924), una excelente oportunidad para acercarse a sus obras, por ejemplo a Los hijos (Nocturna), traducción de Juan José del Solar. 

Si bien a Kafka se le conoce sobre todo por su novela corta La transformación (también traducida como La metamorfosis), lo cierto es que escribió novelas y relatos que le han llevado a ser uno de los autores más influyentes en Europa en el siglo XX. En cuanto a los textos que encontraremos en Los hijos, se trata de tres obras: La condena, El fogonero y La transformación en un único volumen. 

Cabe decir que Kafka le pidió a su editor que publicasen estas tres narraciones juntas en el invierno de 1912 a 1913. Este no aceptó, a pesar de que la cohesión temática aportaba otra perspectiva de lectura. En esencia, las tres exploran los intentos fallidos del hijo por autoafirmarse dentro de la opresiva esfera de influencia del padre. Como es sabido, no fue la única “traición” literaria que sufriría Kafka. Poco antes de su muerte, en un sanatorio de Kierling (Austria), en junio de 1924, le pidió a su amigo y editor Max Brod que destruyera toda su obra inédita. Este se encargó de publicar póstumamente algunos de los manuscritos de Kafka, entre ellos, El proceso y El castillo

Volviendo a las tres narraciones de Los hijos que ven la luz este 2024, de la mano de Nocturna ediciones, ahondan en el rechazo que sentía el escritor checo hacia las figuras autoritarias y dominantes, en especial, en la conflictiva relación que mantuvo con su padre. Se vislumbra entre las páginas de La condena, El fogonero y La transformación la angustia ante un futuro incierto y el papel sufriente del hijo con tormentosas consecuencias, tales como la expulsión del hogar. En toda su obra están presentes cuestiones o temas como los conflictos paternofiliales, la culpa, la burocracia o la violencia. No deja de ser curioso el hecho de que años después del fallecimiento de Kafka, sus tres hermanas serían asesinadas en campos de concentración. 

Cierro estas líneas comentado que La condena, El fogonero y La transformación se gestaron a finales de 1912, uno de los períodos más productivos de la vida de Kafka. También que El fogonero —primer capítulo de la novela El desaparecido, publicada póstumamente— trata las peripecias de Karl Roßmann a bordo del transatlántico que lo conduce a Nueva York, adonde lo han enviado sus padres, tras un escándalo, en busca de fortuna. En tanto La condena, era uno de los relatos favoritos de Kafka; lo escribió del tirón en una sola noche. Su protagonista es un joven comerciante, Georg Bendemann. Este comunicará a su anciano padre que acaba de prometerse, pero el encuentro se transforma en una pesadilla repleta de reproches. Sobre La transformaciónpublicada por primera vez en 1915, en el número de octubre de la revista Die Weißen Blätter, poco que añadir a lo mucho que podría decirse acerca del ya archiconocido personaje de Gregor Samsa, convertido de la noche a la mañana en un “monstruoso insecto”. 


Los hijos. Franz Kafka. Nocturna ediciones.

lunes, 1 de abril de 2024

La Yoli y el Chaki (Tormo Investigador Privado) Entrevista a José Luis Muñoz

Solo tengo palabras de agradecimiento para José Luis Muñoz (Salamanca, 1951). Autor de más de 50 libros publicados entre novelas y relatos, me ha concedido una nueva entrevista para Maleta de libros. En este caso, le pregunté por su relato incluido en la serie Tormo Investigador Privado (Vencejo ediciones). Os dejo un par de enlaces al pie por si queréis seguirle la pista a este libro.


P.: ¿Cómo fue la invitación y participación literaria en la serie de relatos Tormo Investigador Privado?

R.: El culpable es Luis Aleixandre Giménez. No tuvo que insistir mucho para convencerme. Lo que sí era un desafío para mí era escribir con dos personajes prestados, Tormo y Pruden, que jamás se me habría pasado por la cabeza crear, pero fue divertido. 

P.: “Un detective sin pistola era como un detective muerto”, leemos en su relato. Lo tomo para que nos dé alguna pincelada del protagonista, todo y que en parte, el pie forzado para los autores que conforman la serie TIP era ya la pareja de coprotagonistas.

R.: Sí. Tormo no es Marlowe, porque bebe whisky directamente de la botella, es un dechado de desorden y suciedad, un cutre calzonazos como digo en todas las presentaciones del libro. Y aquí, en España, los detectives no tienen pistola ni los asuntos que investigan son tan apasionantes como los de Estados Unidos. El personaje tiene algo de Torrente y de Mortadelo y Filemón. Yo lo veo como personaje de cómic. Pero ocurre que, a pesar de los dos personajes estrambóticos, me hago con la historia, la hago mía, y pienso que es la más sangrienta de la serie.

P.: Como señas de identidad de su narrativa, en La Yoli y el Chaki encontramos algún guiño a Marlowe (al que acaba de mencionar), George Orwell o John Ford. Coméntenos qué fue lo más fácil o lo más complejo a la hora de abordar el reto de escribir este relato tras la propuesta editorial.

R.: Lo más peliagudo era montar una historia creíble con esos dos elementos, pero una tarde me animé, me senté ante el ordenador y se me ocurrió al vuelo la historia que resultó una versión cañí de Romeo y Julieta con un ecuatoriano, el Chaki, y una gitana, la Yoli, cuya desaparición debe investigar Tormo, un asunto que le viene grande y en donde él se convierte en una pieza utilizada por el padre de la chica. Hay humor, cuando Tormo pide una prostituta ucraniana y le envían una brasileña, pero el relato es profundamente negro y dramático y atañe a la violencia de género. 

P.: Sin lugar a dudas, la novela negra es un buen vehículo cultural para la crítica social. Más allá de lo pintoresco de esas canciones de Camela que se escuchan en un pasaje de la novela, le invito a que nos hable de lo que le decía, de la crítica social, enfocado si quiere a su relato o al género negro. 

R.: La Yoli y el Chaki habla de la marginalidad que se da en ciertos clanes de la droga, la de los gitanos y los payoponies, que es como los primeros llaman a los ecuatorianos, del patriarcado a la máxima potencia en la figura de ese padre abusador que cree ser el propietario de su hija, de las leyes del silencio mediante la violencia intimidatoria en una reyerta de bar. La música general de la serie Tormo era festiva; a mí, por mi naturaleza, se me torció ese tono para terminar en drama pero con un rayo de esperanza. 





Entrevista a Salva Alemany, por su relato en Tormo Investigador Privado.

jueves, 21 de marzo de 2024

Sam y yo. J.E. Alamo

Se me presenta un difícil reto a la hora de hablaros de Sam y yo (Vencejo ediciones), de J.E. Álamo. Es fácil caer en el spoiler si uno se deja seducir incluso por la portada. En ella vemos a un personaje, en realidad, vemos a la protagonista de esta novela. Como dos, siendo una. 

Sam y yo es un thriller, inquietante y tramado en contrapunto, en el tiempo, de manera magistral por Álamo. Tuve el honor de coincidir con él en una ocasión, así que no me lo pensé mucho a la hora de que la editorial me propusiera leer esta novela. Vuelvo a ella, a la joven protagonista de Sam y yo, pelirroja, de aspecto aniñado, aunque no os fieis de las apariencias. Como en los buenos libros, y este es un buen ejemplo, lo mejor está en el interior. 

La protagonista tiene 17 años y una historia que le va a marcar. Dos momentos clave en su vida son a su vez dos giros argumentales de alto voltaje en esta novela. Uno al poco de empezar a leerla, a conocer dónde vive, su entorno, su vida hasta ese punto de inflexión. El segundo ocurrió por casualidad, como (casi) todas las cosas buenas que pasan en la vida. Solo que esa casualidad quizás no lo será tanto para Eva. ¿Quién es Eva? ¿Quién es Sam? Y, sobre todo, ¿quién es ese yo de Sam y yo? 

Demasiadas preguntas, pero es que Álamo ha tejido con maestría esta historia, nos atrapará de tal manera que cuando tengamos que contársela a alguien, para animarle a que la lea, como yo ahora, hemos de ser cuidadosos. Las narraciones en Sam y yo, sí os contaré, se van entretejiendo para ir desvelando la naturaleza de la protagonista. Y ojito con enfadarle, por cierto. No diré más. Solo darle las gracias a Álamo por esta obra maquiavélica e intrigante, con sello personal, que nunca defrauda.


José Elias Álamo (Leamington Spa, Reino Unido. 1960) vive actualmente en Valencia. Comenzó a escribir a los cuarenta y seis años. Autor especializado en fantasía, género negro y terror, le gusta mezclar géneros en sus obras y se inclina por subgéneros como la fantasía urbana. Es autor de varias novelas, numerosos relatos y coordinador de antologías en las que colaboraron distintos autores. Ha obtenido varios galardones por su obra. Entre otros con El Tormo Negro (2012) y dos premios Pandemia (2012 y 2013) por su saga de novelas de Tom Z Stone, obras pertenecientes al género negro con un toque zombi. También ha recibido los premios Emilio Carrére, el Spinetinglers. El Bruma Negra en dos ocasiones (2018 y 2021) y el Minatura por sus relatos.  


Sam y yo. J.E. Alamo. Vencejo ediciones.


martes, 12 de marzo de 2024

El sótano (Tormo Investigador Privado). Entrevista a Salva Alemany

Esta semana me alegra sobremanera poder compartir con vosotros la entrevista que me concedió Salva Alemany (Valencia, 1968). 

A Salva le conocí hace unos años, gracias a su novela Alacrán. Tenía desde entonces una pequeña deuda narrativa por su generosidad. En este caso, vuelvo a disfrutar de su talento literario en forma de relato. Uno muy especial, titula El sótano, incluido en el libro Tormo Investigador Privado (Vencejo ediciones). Os sonará porque hace unas semanas reseñé aquí el libro. Con mi doble agradecimiento a Salva y a la editora, Albahaca Martín, os dejo aquí esta entrevista.


P.: ¿Cómo fue el contacto para aceptar el proyecto de participar en la Serie TIP de Luis Aleixandre Giménez?

R.: No conocía personalmente a Luis Aleixandre, nuestro primer contacto fue a través de las redes sociales. Nos intercambiamos alguna de nuestras novelas y luego me hizo la propuesta de participar en un proyecto que tenía entre manos para reunir a varios autores en un libro de relatos de género negro. Compartir proyecto con gente como Jordi Ledesma, Carlos Augusto Casas o Paco Gómez Escribano, a los que realmente admiro como escritores, ha sido un placer. La verdad es que cuando acepté no conocía al resto de participantes, y tengo que decir que el nivel de todos los escritores y escritoras que ha conseguido reunir Luis para este proyecto es fabuloso.

P.: Aunque es un autor consolidado en el género negro, me gustaría preguntarle por el reto literario que quizás haya sido construir el relato incluido en la Serie TIP partiendo de un par de personajes fijos, de unos condicionantes previos.

R.: La verdad es que no es nada habitual que te soliciten un relato y te impongan a los personajes, sus características y algunas reglas fijas que debes cumplir. Pero ahí estaba el reto, ser capaz de escribir algo dentro de un universo que había creado Luis. Cuando lees todos los relatos te das cuenta de que cada autor y autora ha sido capaz de llevar a los personajes a su terreno, dotándolos de su particular estilo, y eso es muy atractivo desde el punto de vista del lector. También debo admitir que el relato que nos envió Luis como guía para los nuestros tenía mucho sentido del humor, esa ironía que destila la pareja protagonista formada por doña Pruden y Evaristo ha hecho muy sencilla la tarea.

P.: Su relato El sótano se desarrolla en un sótano, eso es casi una obviedad. Pero a lo largo de su desarrollo, iremos descubriendo detalles de la trama, adictiva y subyugante. ¿Qué es lo más difícil de escribir una historia breve, para no defraudar las expectativas de los amantes de la novela, de los largos recorridos narrativos?

R.: A mí el relato me parece una disciplina tremendamente complicada. En contra de lo que piensan muchos, es un género en sí mismo, no es un estadio previo a la escritura de una novela, son disciplinas completamente distintas con códigos y reglas diferentes. Hay grandísimos escritores de relatos que no son buenos novelistas y a la inversa, no todo novelista es capaz de escribir buenos relatos. El relato no admite pausas ni equivocaciones, una novela permite pasajes descriptivos, subtramas, descansos, el relato no. Un relato debe ir al grano, ser muy certero, enganchar desde el primer momento, sin pasajes explicativos, se trata más de crear una sensación en el lector, provocar una emoción, la que sea, de manera casi instantánea. Y el final tiene que estar muy medido para no despeñarte en el último momento. Si una novela es un maratón, el relato son los cien metros lisos.

P.: En uno de los pasajes de El sótano, leemos que doña Pruden no es precisamente Monica Bellucci. Le preguntaría por ese maridaje entre la literatura y el cine de género. Por cómo se va extendiendo la práctica de escribir con elementos cinematográficos, con recursos narrativos que priman lo insinuado, la imagen, los diálogos rápidos… ¿Es así?

R.: Claro, todos estamos influidos por la narrativa audiovisual. Cada vez consumimos más series y películas y eso inevitablemente se traslada a la manera en la que escribimos. Porque no es un lenguaje tan diferente. El escritor trata de crear una imagen en el lector, de hecho, no existe ninguna palabra que no implique una imagen en nuestro cerebro, escribimos con palabras, pero leemos con imágenes. Dicho esto, debemos tener cuidado con convertir las novelas en meros guiones adaptados, detecto en muchas obras actuales una ausencia de pasajes narrativos, como si estuvieran escritas pensando en una adaptación cinematográfica, descuidando la narrativa más pura, son novelas en las que no es posible destacar el estilo literario, la voz propia, porque no existe, son todas iguales. Se detecta especialmente en los thrillers superventas, en los que los juegos artificiales, la violencia gratuita y la estupidez campan a sus anchas. ¿Por qué triunfan esas novelas a nivel de ventas? Pues porque la gran mayoría de sus lectores no son lectores, son consumidores de series. Hoy en día el éxito de un novelista no es haber escrito una gran novela, es que Netflix o Amazon compren los derechos de cualquier obra mediocre y la conviertan en una serie de televisión.

P.: El género negro, incluso el policial, no ha escapado a su ración de realidad, de denuncia social, a menudo. Los lectores de El sótano quizá se vean sorprendidos, o no, por algo que no revelaremos aquí y ahora, clave en su relato. Pero que es más corriente de lo que imaginamos. Háblenos de esa parte real que hay en las obras de ficción de la novela o el relato negro.

R.: El motor de cualquier novela negra siempre debe ser la realidad, si algo llega a impresionarnos en una novela es porque sabemos que puede ocurrir de verdad, porque hay una parte real en aquello que estamos leyendo. La frase que dice que la realidad supera siempre a la ficción no es un mero cliché, basta darse una vuelta por la deep web, en la que puedes comprar armas, drogas de todo tipo o contratar a un sicario desde el sillón de tu casa con un simple clic del ratón pagando con bitcoins que no permiten el rastreo del comprador. Y no es ficción, es una realidad que tal vez mucha gente no vea, o tal vez ni siquiera conozca, pero está ahí. Desgraciadamente, el género humano es tan perverso, tan vil y tan cruel que cualquier cosa atroz que seas capaz de imaginar ha ocurrido antes, y de manera probablemente peor. Y luego está la parte social, el reflejo de las desigualdades, la delincuencia, las injusticias, los cambios vertiginosos que vamos a tener que afrontar todos en pocos años como consecuencia de la irrupción imparable de la tecnología, todos esos temas son los que deben reflejar las buenas novelas negras.


Salva Alemany (Valencia, 1968) Músico frustrado, alpinista de bajura, boxeador cobarde y deportista mediocre. Debutó como novelista con “La suerte no existe” finalista del II Premio de Creación Literaria Bubok. Su segunda novela, "Éire", resultó finalista del Premio La Trama y publicada por Ediciones B (Ediciones B, reeditada por Ed. Amarante) que también resultó finalista del Premio La Trama.. Después vendría la novela negra "Alacrán" (Ed. Amarante). “Una mirada perdida” (Ed. Amarante), su siguiente novela, es una comedia. Su relato “Bienvenido” fue finalista del XXIII Premio Internacional Julio Cortázar de Relato Breve. “Lapsus” (Ed. Amarante) es su quinta novela.


Podéis conocer más acerca de Tormo Investigador Privado aquí.