Comparto esta semana, agradecido,
la entrevista que me concede Susana
Rodríguez Lezaun. Nacida en Pamplona, periodista de vocación, en 2003
recibió el Premio Periodístico Ciudad Barañain. Es, además, directora del festival
Pamplona Negra. Antes de ello inició una saga que ya lleva tres entregas: ‘Sin retorno’, ‘Deudas del frío’ y ‘Te veré esta noche’ (Editorial
DeBolsillo).
G.V.: Creo que sientes
predilección por los autores latinoamericanos, en especial hacia la obra de Gabriel García Márquez; dado que has
escrito novela negra, no me resisto a preguntarte sobre tus lecturas y
preferencias en este género.
S.R.: Soy una devota confesa de Gabriel García Márquez, es cierto, y de
Juan Rulfo o Laura Esquivel, entre otros muchos, pero también me gusta mucho la
literatura rusa clásica y he navegado un poco entre los escritores franceses de
todas las épocas. Pero lo que soy es una devoradora de novela negra. Como
tantos otros, empecé con Agatha Christie.
Luego seguí con Simenon (era lo que
había en casa) y recuerdo que un día, en los años 80 del siglo pasado, en un
mercadillo de segunda mano de Bilbao, descubrí una colección de libros
amarillentos de Dashiell Hammett, Raimond Chandler, Donald Westlake y alguno más. Me gasté trescientas pesetas (una
fortuna para una estudiante) en una veintena de libros que todavía conservo y
que fueron para mí el principio de una pasión que aún hoy se mantiene. Bueno,
más bien diría que se ha incrementado.
Me gustan los libros que
mantienen la intriga, que me ofrecen unos personajes “vivos”, interesantes, y
sobre todo, una buena narrativa, que cuenten la historia con calidad literaria.
G.V.: “Sin retorno” fue tu primera novela. A esa primera entrega, le
siguió “Deudas de frío”. Irene
Ochoa, la protagonista femenina de tu saga, lucha en “Deudas de frío” por borrar los últimos resquicios de su pasado
criminal que parecen perseguirla desde “Sin
retorno”. ¿Quién es Irene Ochoa, cómo la definirías?
S.R.: Irene Ochoa es, sobre todo,
una mujer compleja. Huérfana desde los 18 años, ha aprendido a vivir sola, a no
contar con nadie, a salir adelante por sí misma en los momentos fáciles y en
los difíciles. Confió en su marido, se entregó a él, y éste la traicionó, la
maltrató hasta llevarla al punto de preferir acabar con la vida de Marcos antes
de que él la matara a ella, como había prometido hacer. Comprende entonces,
desde su particular punto de vista, que la violencia es el único camino que
funciona para solucionar los problemas y salir adelante. Y eso hace. Defiende
su relación y su propia vida, recién estrenada al lado de David Vázquez, por
todos los medios que haga falta, sin dudar y sin que le tiemble la mano.
G.V.: ¿Por qué preferiste liderar
el protagonismo con un inspector de policía en lugar de con un personaje
femenino, policial o no?
S.R.: En cuanto a lo del protagonismo,
creo que en mis novelas está repartido entre David e Irene. En mi cabeza vi
claro que el policía era un hombre, sin más.
G.V.: Tras “Sin retorno”, en 2015, y “Deudas
de frío”, en 2017, llega en este 2018 "Te veré esta noche". En esta tercera salida del inspector
Vázquez, Irene Ochoa desaparece de la trama acusada de asesinato. ¿Qué van a
encontrar en tu tercera novela tus asiduos lectores… y los nuevos?
S.R.: Sobre todo mucha tensión.
La novela se estructura como una cuenta atrás, de diez a cero, y cada capítulo
es un día completo, veinticuatro horas en las que suceden muchas cosas. Ha
desaparecido una familia casi completa, el padre, la abuela y dos gemelos de
ocho años, y sólo han dejado escapar a la madre, que los busca
desesperadamente. El inspector Vázquez se hace cargo del caso, pero a la vez
tiene que lidiar con sus propios fantasmas, ya que Irene Ochoa, su pareja
durante los últimos meses, ha sido acusada formalmente de asesinato. El lector
vivirá también la fuga de Irene durante esa misma cuenta atrás.
Es mi novela más negra, más
intensa, y también la que me ha exigido un mayor esfuerzo mental, pero estoy
realmente orgullosa del resultado. Ahora, el lector tiene la última palabra,
aunque de momento ya está en la calle la tercera edición.
G.V.: Me gustaría preguntarte por
el festival Pamplona Negra, del que
eres directora. Creo que eres la única mujer al frente de un evento de estas
características. ¿Qué supone a nivel personal este desafío y, además, por este
hecho que sin duda esperemos se contagie a otros festivales?
S.R.: Soy la única mujer al
frente de un festival de cierta entidad, que supera el fin de semana de
duración, aunque en Lloret de Mar y en Guadalajara también hay mujeres al
frente. Espero que muy pronto nadie se sorprenda porque una mujer dirija
festivales importantes, como es el de Pamplona. De hecho, mi máxima aspiración
es que el género sea una anécdota y lo importante sean las personas, sus actos y
los resultados, independientemente de que sea hombre, mujer o marciano.
A nivel personal supone un reto
enorme, una satisfacción constante y el esfuerzo de intentar ponerme en la piel
del espectador e intentar adivinar qué quiere ver. Tengo que dejar un poco de
lado mis gustos personales, aunque puedo avanzar que todos los invitados del
próximo festival son fantásticos, tienen unos libros maravillosos, de una
calidad inconmensurable y estoy convencida de que el público se va a volcar y
va a llenar el Baluarte para verlos, oírlos y charlar con ellos y ellas. ¡No
puedo decir nada más de momento!
G.V.: Como directora del Pamplona Negra ¿qué retos te planteas teniendo
en cuenta el nivel de autores que participan, muchos de ellos de la tierra?
S.R.: Para empezar, mantener el
altísimo nivel que dejó mi predecesor, Carlos Bassas, y luego, realizar algunas
innovaciones, como la internacionalización de los invitados (por primera vez
habrá escritores extranjeros). El grueso del programa se mantiene, con mesas redondas
protagonizadas por autores de primer nivel, entrevistas sobre el escenario y,
sobre todo, la sección de “El crimen a escena”, que tiene una fantástica
aceptación entre el público.
Aquí podéis leer la primeraentrevista que me concedió la autora.
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