Aunque soy consciente del valor relativo de los premios literarios, hay que reconocer que la novela tiene rasgos muy interesantes.
Uno de los elementos que Herce introduce en esta obra es una suerte de experimentación narrativa. Combina así la narración desde la voz narrativa en tercera persona, ya en el pasado ya en el presente con las noticias de televisión. Otro elemento es el género elegido por Herce, la distopía enmarcada en un ciberpunk a caballo entre el más ochentero y el de finales de los ‘90.
Evocando con las oportunas distancias otra distopía como es Un mundo feliz, de Aldous Huxley, encontramos a una sociedad bajo el control de una sustancia: el soma de la novela de Huxley y el relev, en el caso de Estación Niebla que inhibe la violencia y que permite controlar a sus consumidores. El control gubernamental se impone también en esta novela, las multinacionales y megacorporaciones ejercen ese poder implantando la tecnología literalmente en el cuerpo de las personas. Unamos a ello cierta sensación de barrios bajos, corrupción y decadencia generalizada en una estación espacial que da nombre a la novela.
En esta Estación Niebla que acoge a miles de inmigrantes huyendo de las miserias de la última guerra mundial que asoló la Tierra o en busca de mejores oportunidades vive el protagonista de la novela: Max. Su trabajo como policía de Higiene Ciudadana es patrullar a diario buscando a insurrectos, es decir, a quienes no consumen la droga obligatoria por ley.
Por cierto, minispoiler si comento que la historia cobra interés con la aparición de una sustancia clandestina que neutraliza los efectos del relev. Otro de los elementos narrativos incluidos por Herce en la novela es el de ir descubriendo ese extraño secreto personal que esconde Max. En ese sentido al acercarnos a la novela también hallaremos un ritmo alterno entre la narración presente y pasada. Con flashbacks de cuando Max era soldado librando batallas en la Tierra, junto a los recuerdos inducidos a los que recurre sin olvidar una intrahistoria: la lectura de un diario clave en la trama policíaca de intriga y acción de esta novela premiada en 2019.
Enric Herce Escarrà (Barcelona, 1972). Filólogo y bibliotecario. Ha publicado más de una docena de relatos en diversos fanzines, antologías y revistas underground. Es autor de las novelas Simulacions de vida, Estació Boira y L'estrany miratge, su última propuesta de ciencia ficción cyberpunk.
No termina de llamarme en esta ocasión. No soy muy fan de la ciencia ficción. Pero gracias por tu estupenda reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!
Bueno, quizá en la próxima ocasión. Un saludo, Margari.
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