He de confesar que su biografía, en especial su ‘fin’, me cautivó acaso seducido en aquel despertar literario con el resto de compañeros escritores diletantes. Ha caído en mis manos El Club de los parricidas, en una edición de Ediciones Traspiés, para recordarme aquel gusto por lo oscuro y aterrador. El libro recoge cinco relatos ilustrados en blanco y negro por granadino Pablo López Miñarro, con títulos como: ‘Aceite de perro’, ‘Mi asesinato preferido’ o ‘Una tumba sin fondo’. Los cinco nos sumergen en la atmósfera macabra y particularísima de Bierce, al que se le asocia tanto su gusto por el humor negro en lo literario, como lo fue el sarcasmo y la mordacidad en su faceta periodística. Su lectura invita a evocar a Poe y, si se me permite, a Max Aub en sus ‘Crímenes ejemplares’. Correría el riesgo de robar en parte la sorpresa que aguarda al lector ya desde cada título si me detuviese a analizar cada uno de los cinco relatos. Pero no pecaré de ocioso ni de inane al recomendarlo.
En ‘Aceite de perro’ os advierto que las profesiones de los padres del protagonista, Boffer Bings, darían cada una para un relato igual de vertiginoso. En ‘Un incendio imperfecto’ me ha llamado la atención la ironía y el ‘guiño’ -al menos así me lo parece-, a ‘El corazón revelador’ de Poe. ‘Mi asesinato preferido’ es también mi relato preferido de los cinco, acaso porque me recordó los ‘Crímenes bestiales’ de Patricia Highsmith, o por la ‘atrocidad artística’ que se relata. Nueva referencia a la Justicia con ironía en ‘Una tumba sin fondo’, e imposible no acordarse del de Baltimore aunque Bierce da una vuelta de tuerca a las pruebas de amor filial. ‘El hipnotizador’ se me hizo corto, (quién soy yo para ponerle ‘peros’ al maestro Bierce) y aún así disfruté como en Mi asesinato preferido de esos potros, esa justicia poética rubricada con una mirada irremediable.
Para los amantes del género y para los que quieran disfrutar de un libro con personalidad desde y entre sus páginas.
Por Ginés Vera
No hay comentarios:
Publicar un comentario