El cielo ha vuelto y El buen hijo son las novelas ganadora y
finalista respectivamente de la presente edición del Premio Planeta 2013.
El cielo ha vuelto, de Clara Sánchez,
narra la historia de Patricia, una joven modelo de pasarela cuya vida parece
marcada por el éxito. En un vuelo de trabajo conoce a Viviana, su compañera de
asiento, que le advierte que tenga cuidado porque alguien de su entorno desea
su muerte. Descreída y nada supersticiosa, cuando Patricia regresa a la
felicidad de su hogar decide olvidarse de esta recomendación sin fundamento.
Hasta que una serie de fortuitos accidentes, que afectan a su trabajo y a su
vida privada, la llevan a buscar a Viviana para encontrar una explicación a
estos sucesos.
“He querido
trasladar el desasosiego y el descubrimiento de una persona que cree que su
vida está bien, pero tiene algo dentro que le dice que no todo está bien –Afirma
Sánchez–. Todos los personajes de la novela están basados en personas reales
que he conocido en mi vida. La sociedad en la que vivimos nos tiene
superficializados tal vez porque va todo muy rápido, no tenemos tiempo para
reflexión. Quise reflexionar sobre las modelos a partir de la imagen que vi en
una revista de una modelo, de la mirada que me transmitía”.
Clara Sánchez publicó
en 1989 la novela ‘Piedras preciosas’, a la que siguieron ‘No es distinta la
noche’, ‘El palacio varado’, ‘Desde el mirador’ y ‘El misterio de todos los
días’. Obtuvo en 2000 el Premio Alfaguara de Novela por ‘Últimas noticias del
paraíso’. Con su novela ‘Lo que esconde tu nombre’, obtuvo en 2010 el Premio
Nadal de Novela lanzándola con gran éxito al mercado nacional e internacional.
“Esta novela
(El cielo ha vuelto) la he escrito como una fábula. Patricia y Viviana me
recuerdan un poco a don Quijote y Sancho. He querido introducir un poco de
magia. Patricia está sola, pero no se da cuenta. Se da cuenta de cierto
aprendizaje que también he vivido con ella”.
¿Qué es más
importante, la peripecia o el interior?
“La peripecia
es una forma de arrastrar al lector hacia el tono y las emociones que se
cuentan –responde Sánchez–, para mí la novela es como un libreto de una ópera,
sirve para sostener mi voz, lo que a mí me inquieta, lo que uno no puede contar
en una sobremesa después de comer… El tono es lo que hace que sea alegre,
agridulce, triste… Todo tiene que ir en función de ese tono. El tono de esta
novela es esperanzador.”
El buen hijo es el título de la obra
finalista, en la que Ángeles Gonzalez-Sinde da vida al personaje de Vicente
quien a sus 37 años sigue compartiendo vida y negocio con su madre. Él quiere
que todo cambie, pero no sabe cómo hacerlo. A pesar de ser un tipo al que todos
aprecian, tiene un importante talón de Aquiles: su indecisión y su afán por
complacer a todos, lo que le lleva a enmarañarse en relaciones afectivas
confusas. Un accidente doméstico deja a su progenitora impedida temporalmente,
momento que Vicente aprovecha para revolucionar su vida de la manera menos
inteligente posible: enamorándose de Corina, la asistenta, cuya personalidad no
es tan clara como parece.
“La idea de
escribir esta novela tiene una historia más larga que el año y medio que tarde
en escribir el borrador. El personaje de Vicente lo tenía en mente hacía
tiempo. El cómo podía vivir una persona que es buena, si no nos gusta el
enfrentamiento, la pelea, el hacer daño a los demás –Nos comenta Gonzalez-Sinde–. A raíz del accidente de la
madre de Vicente, éste se hace preguntas sobre su futuro. Hace lo que haría
cualquiera en una situación así. Se propone reinventarse, dar un giro y tomar
las riendas de su vida. Tanto en lo laboral como en lo sentimental. Para
emprender hay que desprenderse, de las ideas con las que has crecido”.
Ángeles
Gonzalez-Sinde estudió Filología Clásica en la Universidad Complutense de
Madrid. Lleva dedicándose a la escritura desde 1991. Ha escrito más de quince
largometrajes y muchas horas de ficción televisiva. También ha escrito obras de
teatro y publicado cuatro novelas infantiles. Ha sido, entre otros cargos,
presidenta de la Asociación de Guionistas, ALMA, presidenta de la Academia de
las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España y Ministra de Cultura del
2009 al 2011.
¿Cuál fue la
chispa que encendió esta novela?
“En esta no
sabría decir –Confiesa González-Sinde–. Otras veces sí que lo recuerdo
claramente; en este caso no hay un día en concreto. Como dije antes, tenía la
idea del personaje en la cabeza. Quizá podría ser a partir de un sueño que
aparece además al principio de la novela, que fue un sueño real. Un día echas
la vista atrás y empiezas a hacerte preguntas. No hay un hilo, hay muchos
hechos pequeños, hay momentos en la vida en la que me he sentido como el
protagonista”.
Al preguntarles
a ambas qué es lo que más se agradece cuando uno recibe un premio importante
como el premio Planeta, si el dinero, el reconocimiento o el poder de difusión,
Sánchez respondió: “El dinero no lo desprecio en absoluto. Este premio me da
mucha libertad, no solo por el dinero, sino por la libertad creativa, porque
puedo escribir lo que me gusta. Me recuerda a un personaje de Patricia
Highsmith que es un escritor y al que su mujer le aconseja que escriba
disfrutando. Me permite la libertad en todos los sentidos, también en el de
ganar lectores”.
“Me sumo a lo
que dice Clara –Afirmó González-Sinde–. Los recursos económicos para un
escritor y en general para cualquier artista lo que permiten es liberarlos para no verse en determinadas situaciones,
que no te van a coartar; libertad para ti mismo, está muy ligada a la confianza
y por otra a la difusión. En el caso de la difusión la promoción es importante.
Me gustaría que mis novelas infantiles se conocieran y las regalaran. Este
premio te permite conectar con muchas personas, miles de ellas. Además de
participar en una gran fiesta de la literatura como es este premio al que me
presenté con deseo pero sin expectativa”.
Por Ginés J. Vera.
Gran entrevista. La mía aparecerá publicada la semana que viene ;)
ResponderEliminarAplausos desde El estante.
Muchas gracias, estaré atento. Es cierto, coincidimos con ellas en el Astoria, a las 12, como la canción. Un saludo.
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