martes, 23 de abril de 2024

El viejo. Entrevista a Guillermo Anguera

Mi entrevistado esta semana es Guillermo Anguera Ortiz (Barcelona, 1991). Se graduó en Filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona y cursó sus estudios de máster en la UNED. Escritor y boxeador aficionado, ha trabajado vendiendo perritos calientes y otra comida basura, ejerciendo también de librero y editor de mesa en distintas editoriales. A finales de 2022 publica El miserable.  A continuación, comparto la entrevista que me concedió por El viejo (BunkerBooks), su primera novela. También os dejo el enlace a la reseña que subí a Maleta de libros.


P.: Leemos en su biografía que es boxeador aficionado, también que esta es su primera novela. ¿Cómo ha sido la experiencia de subirse al metafórico ring de este género tan exigente?

R. Ha sido un proceso largo, bonito y tedioso a partes iguales y extenuante en muchos sentidos. Terminé la primera versión del manuscrito hará unos seis o siete años. Tardé otros tres en dar con Borja, editor de Bunker, y para entonces el manuscrito ya había acumulado bastante polvo. Borja planteó una serie de cambios que tenían todo el sentido y yo me puse a trabajar con la idea de que aquel libro tenía que convertirse en algo totalmente distinto. No fue escribir una novela de cero, pero tampoco fue una corrección al uso. Al final quedó un híbrido curioso que contiene partes de aquel escritor que se propuso escribir una primera novela un tanto precoz y aquel otro, más maduro, que ha sido capaz de detectar todos los errores del primero. Ahora podría escribir otra vez la novela y seguro que quedaría un tercer libro muy diferente, pero en algún momento hay que ponerse a trabajar en otras cosas.

P.: Tres son los coprotagonistas y, además, tres son las partes en las que ha dividido esta novela. Pero no para darle a cada uno su visión del drama, del poliedro del nudo gordiano que les pone a prueba. Háblenos de las bambalinas de la creación de El viejo. De lo invisible que es mucho y muy metafórico, sospecho, en esta trama de descubrimiento e introspección para el lector.

R. O todas las novelas son autobiográficas o ninguna lo es. Compartí un piso muy parecido al de los protagonistas de esta historia. En los cinco años que estuve en él, conviví con más de treinta personas. Es difícil generar una convivencia estable cuando hay tanta fluctuación, y con cada persona o grupo de personas se crean dinámicas distintas. Me pareció divertido ir cambiando la incógnita de la ecuación, hacer un casting de personajes literario y ver en qué medida se construía una nueva historia.

P.: En un pasaje de El viejo hay un curioso guiño, creo, a aquella mítica frase de El Gatopardo. La de de la paradoja de que si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie. ¿Quizá es una buena académica palanca para situar al viejo, como ente en el vórtice de la trama?

R. El viejo es otro de los coprotagonistas de la trama. No hace nada en toda la historia, pero funciona como catalizador de todos los miedos e inquietudes de los compañeros de piso. Me gusta hacerme la pregunta de cómo se hubieran desarrollado todos estos personajes si él no hubiera entrado en sus vidas, y tiendo a creer que, de algún modo, sus miserias se hubieran manifestado en algún punto de sus biografías. El viejo solo lo precipita todo, es un acelerador. No tenía en mente El Gatopardo cuando escribí la novela, pero me parece una relación bien encontrada. 

P.: ¿Podría decirse que en El viejo hay elementos de esoterismo, de ciencia ficción e incluso de vanguardismo con toques de ese surrealismo fronterizo del teatro de Beckett?

R. No sé si es una novela que pueda leerse en clave de género. Sí contiene algunos elementos propios, pero creo que si algún lector de, por ejemplo, ciencia ficción, se topa con el libro, puede sentirse algo decepcionado. El viejo funciona como Macguffin, pero más allá de esta aparición mágica, la novela se desarrolla en un plano realista. Aunque por supuesto tampoco hay que minimizar el hecho de que el viejo ha aparecido como una invocación, en ese sentido sí hay elementos esotéricos o de ciencia ficción.

P.: Háblenos de la crítica social, no sé si velada, en El viejo. Lo comento porque en un pasaje se habla de ese binomio del amor y la energía como poder para influir en las personas, como “consigna de una época. Todo sensación y emoción. Sin profundidad”. Susana reflexiona acerca de que es algo así como un mismo cáncer aunque se le ponga una corbata a Jesucristo.

R. Leyendo el periódico parecería que la gente ya no cree, que somos una sociedad secularizada, racional y cientifista. Lo único que ha cambiado es que ya nadie nos dice en qué creer, y disponemos de una oferta ilimitada de opciones. Ojo, no tengo nada en contra de la espiritualidad, creo que es una parte natural de lo que significa ser humano, pero estamos en un punto en el que muchas personas aceptan cualquier cosa. Es una espiritualidad vacía de contenido, que sirve para justificar cualquier cosa. Teodoro representa esta tendencia en la novela, pero no es difícil encontrarse con otros Teodoros en la vida real. 

P.: Por último, quería preguntarle por el concepto de esfericidad que ya apuntase el gran Edgar Allan Poe, para el relato -y tanto gustaba a Cortázar, añado-; aunque, en el caso de El viejo, como novela, creo que funciona a la perfección, como un mecanismo de relojería para no defraudar las expectativas generadas en los lectores.

R. Este es un concepto que me gusta y que quería explorar en el libro. La idea nietzscheana del eterno retorno de lo mismo. Creo que cualquier historia debe dejar un espacio abierto a la imaginación, cuanto más grande mejor. A algunos lectores no les ha gustado y han llegado a preguntar si tenía pensada una segunda parte, creo que Netflix puede tener mucho que ver con su concepción de la ficción. En mi caso, me interesa dejar la pregunta abierta, en ningún momento tuve la intención de cerrar cuestiones como el origen del viejo. Nadie se pregunta qué llevó a Gregorio Samsa a convertirse en cucaracha, lo importante es lo que le sucede después. La idea que subyace El viejo es esta misma, y pretende invitar al lector a preguntarse ¿qué harías tú si se te apareciera a ti?


El viejo. Guillermo Anguera. BunkerBooks.

Puedes leer la reseña de este libro aquí.

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