Nueva entrevista, en este caso al conocido escritor Albert Espinosa que concedió una rueda de prensa para los medios en Valencia antes de su paso por la 48 Fira del Llibre de Valencia.
Albert Espinosa (Barcelona, 1973) además de
actor, director, guionista de cine, teatro y televisión ha superado el millón
de ejemplares vendidos con toda su obra. Afirma que su última novela ‘Brújulas
que buscan sonrisas perdidas’ es con la que más ha disfrutado.
«El libro habla
mucho de segundas oportunidades, de pérdidas, de la relación con la familia –confiesa antes de la ronda de preguntas–.
He disfrutado mucho escribiéndolo y las
opiniones de los lectores han sido muy bonitas. Me gusta estar dos o tres meses
de promoción cuando saco el libro, es como presentar a tu hijo. Creo que ha
sido genial escribirlo, y ojala vaya camino del éxito de ‘Si tú me dices ven… ‘
¿Qué es lo que más le ha gustado de a la
hora de plasmar y desarrollar ‘Brújulas que buscan sonrisas perdidas’?
Sobre todo los
personajes femeninos. La historia del chico que pivota alrededor de cinco
mujeres, yo creo que un poco esa sensación del personaje que pivota alrededor
de ellas, sobre todo al final. Es una historia muy sobre la familia, sobre las
segundas oportunidades, de la gente que te hace daño. Creo que también el viaje
del protagonista, esa sensación de que su viaje pudiera llegar a buen puerto. Tenía
un final que me gustaba mucho y pensé que podía escribir una buena historia.
¿Puede hablarnos de qué sentido tiene el
título, esas brújulas que buscan sonrisas
perdidas?
A mí me gustan
los instrumentos para medir el viento, el peso…, pensé en una brújula, pero que
no marcara el norte o el sur. Tiene que ver también con el protagonista que
vive una búsqueda, que busca a través de este viaje con su padre, tíos y
hermanos y va encontrando. Hay algo de metáfora, de emoción, en la brújula y la
sonrisa perdida que busca el protagonista.
Todas sus obras están relacionadas de
alguna manera, ¿qué relación hay en este libro con los anteriores?
Me gusta de vez
en cuanto poner guiños; si que intento que estén relacionadas, no en exceso,
pero sí una carga. Creo que el lector lo agradece, dice: esto lo he visto aquí
o allá. Hay como una interrelación entre todos, pero hay temas diferentes.
¿Hace falta haber leído alguna novela anterior?
Yo creo que no,
no es una trilogía. La gente que solo ha leído El mundo amarillo o Si tú me
dices ven… puede leerla independientemente. No hay mucha relación.
¿Qué parte de Albert Espinosa hay en esta
novela?
Creo que no hay
tanta como en otras historias, creo que es en la que menos, pero sí creo que
hay una parte de mí en todas. En este libro he querido crear una ficción con un
personaje al que no me parezco mucho. Hay historias que me han pasado en Buenos
aires, Boston o Londres que en la sinopsis y en el rio vital de la historia le
han pasado al protagonista y me han pasado a mí y están relacionadas.
¿Es un libro que veremos en televisión?
Creo que no,
ninguno de mis libros he querido pasarlos pues creo que ya hago mucho exclusivo
para cine y televisión; me parece interesante que se mantengan en formato
libro. Si que he tenido ofertas, pero me gustaría que se mantuvieran así.
En su literatura siempre hay un tono
optimista ¿cree que con esto llega al lector en una situación de crisis como
ahora?
La situación es
complicada si, si que noto que hay gente que dice que le ayuda. Recibo dos mil
o tres mil emails diarios, hay gente que me dice que les ha ayudado a pasar una
situación personal difícil, pero no hago libros de autoayuda aunque lo agradezco.
Yo hago libros de aventura, con ternura. Sí que me ha pasado a mí con libros que
no son de autoayuda que me han ayudado. No sé si la editorial en tiempos de
crisis venda más o no, ojala que se venda mucho independientemente, siempre hay
tiempo para leer.
¿Dónde cree que reside el éxito de sus
libros, tal vez en la parte humana?
No lo sé, es
algo no te preguntas mucho; no me lo planteo. A mí me gusta escribir y si a los
lectores les gusta leer… Nunca me he planteado por qué me gusta escribir ni me
planteo porque les gusta leerme. Intento disfrutar mucho de su compañía, dice
Stephen King que si estás en tu lugar preferido de la casa y escribes y te los
pasas bien, y el lector está en el sitio preferido de su casa y te lee y se lo
pasa bien, se establece la comunicación.
¿Cree que pueden existir ‘amarillos’ sin
que se conozcan?
Sí, claro;
claro que creo en los amarillos. Agradezco mucho cuando alguien viene y me dice:
¿quieres ser mi amarillo?
¿Cómo es la sensación cuando Spilberg se
interesa por algo tuyo?
Una emoción
suprema. Que Marta Kauffman estuviera en Korea, viera nuestra serie, la llevara
un DVD, fuese a cenar con Spilberg y como no tenían nada que ver la viese, es
una de esas casualidades de mi vida. Yo confío en ellas, he tenido muchas. Al
principio pensé que era una broma. Ha sido increíble. Te abre muchas puertas
solo que Spilberg diga que le gusta tu serie.
¿Cree que son casualidades o que las
casualidades se buscan, se trabajan?
Que una
americana esté en Korea, lleve mi serie en un DVD en su bolso, vaya a cenar con
Spilberg y la vea es una casualidad… es una chiripa muy grande. Además, la
frese esa de “la serie que hizo emocionarse a Spilberg” abrió la opción de que si
en un principio iba a emitirse un capitulo en Neox, luego se emitiese entera en
Antena 3.
¿Cómo es su proceso creativo?
Intento buscar
un final y a través del final me paso dos años intentando pensar la historia
que me gustaría explicar, luego estoy tres meses escribiéndola.
Los libros lo
escribo a mano, el resto: cine teatro y televisión a ordenador; cerca del agua,
una piscina, la playa... Me compro una libreta y unos bolis adecuados. Tras
esos tres meses ya es intentar interpretar lo que he escrito con la letra que
tengo…, normalmente son dos años y cuatro meses. Este lo escribí en los sitios en
los que estuve de promoción.
Ha hablado antes de los temas personales,
en este libro trata de forma muy natural la magia y la muerte.
La gente habla
de su pueblo o su ciudad o su universidad, yo hablo de donde me crié. De los 12
a los 24 años estuve viviendo en un hospital y la muerte estaba muy cercana.
Venia alguien o se iba a la planta de paliativos, yo tuve muchos amigos que
murieron, muchos que vivieron. Intento que mis personajes tengan parte de ello.
Me dicen: ‘es que tus personajes, como a mitad del libro, descubres que tienen
algo una pequeña enfermedad, que si enano, que si un problema de pecho hundido…’
Yo creo que al final muchos escritores escriben personajes muy sanos, y están todos
muy bien y tienen sus relaciones y sus historias, pero a mí me gusta escribir
personajes como yo, que condicionen la historia. Acaba pasando esto, la gente
reproduce parte de lo que ha vivido en sus historias, yo escribo personajes sanos
y otros que desde el principio sabes el problema que tienen.
Si que intento
que la magia esté, creo en que te pasen cosas especiales cuando no te lo
esperas.
¿Cuál sería su personaje favorito de todos
los creados?
Tengo muchos. Al
personaje de Ballesta en Planta cuarta, le tengo mucho cariño por crearlo junto
a Mercero. Tuvimos una sensación, es de los primeros personajes que llegó un millón de espectadores. Y supongo que la
mujer del hermano del libro. Creo que es el personaje que más me ha gustado, es
muy bondadoso, muy honrado. Pienso que es uno de los personajes que más he disfrutado
pues aún me pregunto dónde estará. Tal vez tenga un día su libro propio.
Volviendo al título, ¿la gente necesita
brújulas para encontrar la felicidad?
Creo que la
gente necesita querer y ayudar, que te quieran y te ayuden. A veces la gente no
se deja querer, no se deja ayudar. A veces se desconfía mucho de la gente y por
eso no se sonríe por la calle. Creo que hay que confiar más. A veces te traicionan
o no están a la altura, las situaciones tristes forman parte de tu río vital; a
veces las cosas malas te traen cosas buenas. Desconfiar no sirve de mucho. Está
claro que si estás en casa tranquilo también te pueden pasar cosas negativas. Será
mejor confiar, buscar brújulas y sonrisas perdidas, confiar en las otras
personas.
Por Ginés Vera.
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