La entrevista de
esta semana en Maleta de libros tiene ese sabor a historia antigua, a secreto
celosamente guardado, en este caso con un pequeño pueblo de la ribera alta de
Navarra como escenario, Cárcar. Su autora nació en Pamplona aunque pasó su
infancia en él, escuchando leyendas por boca de su padre. Aunque estudió publicidad
y relaciones públicas en Madrid afirma que ‘El próximo funeral será el tuyo’
(Maeva, 2015), su primera novela, surgió indagando en las viejas historias de
Cárcar, que ya conocía gracias a los relatos de su familia.
Navarra se ha convertido en un buen enclave narrativo
para desarrollar historias de crímenes. Además del turismo cultural de la
región, ¿hay un interés además del narrativo en su novela de que los lectores
conozcamos Cárcar y la Navarra profunda (dicho conrespeto y admiración)?
En un
principio no tenía ningún interés aparte del meramente literario: el crimen
sobre el que quería escribir sucedió en Cárcar, que es mi pueblo, y por tanto
era el escenario lógico para ambientar la novela. La escribí entre 2009 y 2011,
y en ese momento ninguna otra novela que yo conociese estaba ambientada en
Navarra. Hubo personas cercanas a mí que en su día me sugirieron cambiar el
nombre del pueblo por considerar que Cárcar podía carecer de interés literario,
y ahí sí que hubo una reivindicación por mi parte. Pienso que cualquier
escenario sirve para ambientar un crimen siempre que el autor sienta el
misterio de ese lugar. Estoy convencida además, de que todos los lugares tienen
su encanto. Es cuestión de saber verlo y por supuesto transmitirlo al lector.
‘El próximo funeral será el tuyo’ está basado en un suceso real, ¿no es
cierto? Ha escogido su Navarra natal como enclave supongo que por varias
razones, no solo las sentimentales.
En
efecto. La novela está inspirada en un crimen que sucedió en Cárcar (mi pueblo)
en 1925. Una historia que conocía desde que era una niña y en cuyos escenarios
solía jugar y fantasear. Siempre pensé que tanto la historia como sus parajes
eran propicios para una novela o una película. Estaba predestinada a escribir
esta novela de alguna manera. Además de eso, Cárcar es el lugar que mejor
conozco y donde más he dejado volar mi imaginación a lo largo de mi infancia y
adolescencia, de modo que lo considero un escenario de novela perfecto.
El gran epicentro de la novela es un crimen sin resolver
ocurrido en los años cuarenta. Imagino que como lectores sentimos cierta
fascinación por los secretos, algo de fascinante morbosidad por desvelar hechos
truculentos del pasado.
En
realidad el crimen sucedió en los años veinte aunque yo lo sitúo en la novela
en la década de los cuarenta pues necesitaba que quedaran testigos en el pueblo
que pudieran dar cuenta de lo sucedido. El crimen se resolvió en su día y el
culpable fue a la cárcel. Lo que no estaba claro para la gente de Cárcar eran
los hechos, a pesar de que las noticias de todo el proceso fueron publicadas
por la prensa de la época y el acceso a los archivos oficiales es público. Se
convirtió en una especie de leyenda que fue transmitiéndose de generación en
generación, con varias versiones de los hechos que al parecer nadie se molestó
en verificar. Tienes razón en que este tipo de hechos truculentos, de secretos
del pasado, ejercen una fuerte fascinación en los lectores, que somos gente
curiosa por naturaleza.
Amén de los protagonistas directos, destacan varios
personajes de más edad, esa sabiduría popular, esos mayores, no sé si hay una
reivindicación expresa en esta novela.
Así
es. La verdad es que necesitaba de esas personas mayores, pues siendo el hilo
conductor de la trama un antiguo crimen, no podía evitar que mis testigos
fuesen ancianos en la actualidad. Quería que fuesen personas entrañables e
interesantes, como yo los he visto siempre. Un anciano ha sido niño y ha sido
joven. Ha vivido muchísimas cosas y eso es algo que solemos olvidar las
personas de menos edad. Creemos que los ancianos siempre lo han sido, pero no
es así. El tema sentimental en la tercera edad también es una reivindicación y
me consta que existe el “amor otoñal” ¿cómo no? El cariño y el amor son tan
necesarios, si no más, en la tercera edad cuando uno puede encontrarse más
solo.
La protagonista, Rebeca Turumbay, llega al pueblo un verano
con su Mini rojo y algunos prejuicios de su vida urbanita que chocarán con la
tranquila forma de vida de este pueblo. Serán sus motivaciones, su afán por descubrir
el pasado de su abuelo, lo que nos hará introducirnos en esta historia. ¿Quién
es para usted Rebeca dentro y fuera de esta novela?
Seguramente
esto ha cambiado mucho hoy en día, pero cuando yo era una niña, veía a las
chicas de ciudad un poco como he pintado a Rebeca en el libro.
Casi
diría que la he hecho cargar con los prejuicios que sobre las personas de
ciudad, podemos tener la gente del pueblo. En ese sentido es mi contrario. Pero
también hay en ella un afán por conocer, una vena aventurera que le hace viajar
al pueblo de su abuelo y en ese sentido es un poco como yo. Podría ser una
buena amiga mía, la verdad. Cuando veo un Mini Cooper por la carretera suelo
pensar que se trata de Rebeca que se dirige a Cárcar. Es curioso como los
personajes se hacen presentes en la vida del escritor de alguna manera.
Háblenos del papel de la obra de Dalí en esta novela.
El
tema de Dalí es una trama secundaria dentro de la novela. Rebeca Turumbay es
profesora de arte y empleada de la Fundación Gala-Dalí de
Figueres. Su abuelo Ángel trabajó para Salvador Dalí y su tío Daniel el
Gallardo parece haber sido un estupendo pintor, con una sorprendente habilidad
para reproducir las obras del artista ampurdanés. En definitiva, es una
constante en la vida de la familia Turumbay. Y hasta aquí puedo contar. Solo
decir que esta trama secundaria tiene un desarrollo posterior en la siguiente
entrega de las aventuras de Rebeca Turumbay y Víctor Yoldi.
Entre la descripción, de la que ya hemos hablado, y la
acción se incluye los diálogos de los personajes. ¿Qué cree que aportan a una
novela negra en particular y a ‘El próximo funeral será el tuyo’ en especial?
Los
diálogos son siempre importantes en cualquier novela del tipo que sea, ya que
es a través de ellos como conocemos a sus personajes. En este caso concreto,
son muy útiles para conocer el carácter local. El personaje de Marcelo Ágreda
es un prototipo de hombre de esta zona, apasionado de las jotas, de las
canciones y dichos populares.
Muchas gracias y mucha suerte, Estela.
Por Ginés J. Vera.
De nuevo me presentas autora! Y de nuevo me dejas con ganas de probar con su novela, que tiene muy buena pinta. Me gustan las historias de crímenes y me gusta la tierra en que se ambienta... Dos buenas razones para querer leerla.
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias Margari, es una novela entretenida y que seguro que te gustará por esos ingredientes que ya mencionas y algún otro. Un saludo.
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